MENOS RELIGIÓN, MÁS SECULARISMO: LA RETÓRICA DE PRÉVOST

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.

   

¿El gato que se tragó al canario? El nuevo pseudopapa de la Antiiglesia, León XIV Riggitano-Prévost, ya ha demostrado no ser conservador, sino un progresista, globalista, socialista y hereje modernista, como los demás pseudopapas de la Iglesia apóstata.

Es una parodia secularizada de un verdadero papa que representa a la secta apóstata del Nuevo Orden, que ciertamente no es la Iglesia católica fundada por Jesucristo.

  

El brillante teólogo John Henry Newman tenía toda la razón cuando le dijo al Papa Pío IX que, si bien técnicamente no había nada erróneo en la definición del papado del Concilio Vaticano I (que eventualmente quedó inconcluso tras la invasión por las tropas de Víctor Manuel II de Saboya y Giuseppe Garibaldi), dicha definición sería distorsionada desproporcionadamente para convertir al papa en una especie de caricatura. El santo papa le dijo a Newman que fue el único que entendió correctamente. Y Newman, sin duda, ha dado en el clavo. Se cuenta que al cardenal James Gibbons, de Baltimore, el primer cardenal nombrado en Estados Unidos, a su regreso del Concilio Vaticano I, donde se definió el dogma de la infalibilidad papal, le preguntaron si el papa era infalible en todo. «No lo creo», respondió el cardenal Gibbons con su famosa frase, «¡me llamó señor Jibbons!».

Especialmente desde la llegada de la televisión en la década de 1950, el Papa se ha convertido en una especie de celebridad sin mente, como si fuera un Beatle o un Bieber barato [o cualquier reguetonero, cantante de K-Pop o youtuber, N. del T]. En 1964, tras el apóstata Concilio Vaticano II, la situación empeoró aún más. El verdadero papado desapareció en el lodazal de la Iglesia del Nuevo Orden y se convirtió en algo más parecido a la Secretaría retorcida de las confusas e inútiles Naciones Unidas.

Fue gracias a Benedicto XVI-Ratzinger que la Iglesia Católica dejó de ser la "única y verdadera Iglesia de Cristo" (como enseña el dogma católico), y se convirtió en una más entre muchas religiones igualmente verdaderas, como el hinduismo, el budismo, el islam y el judaísmo. Esto se conoce como la herejía ecuménica o indiferentismo, un pecado mortal contra el Primer Mandamiento de la Ley de Dios. Así como los neoconservadores neoiglesianos fueron engañados por Ratzinger, parecen estar ya cayendo en la misma inanidad que Riggitano-Prévost está difundiendo. Incluso el por lo demás inteligente vicepresidente de los Estados Unidos parece haber sido embaucado por la secta secular del Nuevo Orden de Prévost [Parte de la información para este Comentario proviene de MSN News].

Católicos tradicionales, cada vez que Riggitano-Prévost abre la boca, dice algo diferente: progresista, globalista, socialista o modernista hereje. Los primeros indicios apuntan a que es incluso más apóstata que Francisco Bergoglio, salvo que Riggitano-Prévost lo disimula con una mercería más elaborada. Con esto, imita al pseuopapa ultramodernista Benedicto XVI Ratzimger, responsable de gran parte de la apostasía conciliar de la fe católica, ya que Ratzinger fue uno de los principales modernistas herejes en el Anticoncilio Vaticano II y formuló personalmente la expresión de la herejía ecumenista.