Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
En la década de 1950, la Plaza de San Pedro era abierta y acogedora, mostrando la belleza de la gran obra de Bernini (izquierda).
Bajo la bárbara Antiiglesia del Nuevo Orden (derecha), construida sobre los principios modernistas del Vaticano II sin arte, la plaza, otrora hermosa, se ha vuelto cerrada, inhóspita y destrozada.
Esta degradación bien puede ayudar a explicar la caída de los visitantes allí.
Gian Lorenzo Bernini diseñó el Foro Sancti Petri (la Plaza de San Pedro) a mediados del siglo XVII para que fuera un abrazo abierto y acogedor para los visitantes en «los brazos maternales de la Madre Iglesia», una entrada expansiva a la gran archibasílica, que se encuentra en el sitio de la basílica del siglo IV del emperador romano Constantino, construida sobre la tumba de San Pedro.
Bajo el dominio de los bárbaros de la Antiiglesia tras el Anticoncilio Vaticano II (1962-1965), quienes se apoderaron de lugares sagrados que antes eran católicos y tienen poco aprecio por el arte, la arquitectura o la música, la plaza es todo menos abierta y acogedora. Se ha convertido más en un circo o un evento deportivo congestionado, con el espacio dividido por barricadas en “zonas”. El espacio ahora es claustrofóbico, como un edificio modernista diseñado para la eficiencia, no para la gracia ni el arte, y mucho menos para la espiritualidad. Además, la zona está abarrotada de sillas de plástico sin ningún tipo de arte [Catholic World Report aportó parte de la información para este comentario].
Católicos tradicionales, las visitas a San Pedro ya no son lo que eran, quizás debido a la plaza ahora cerrada, inhóspita y destrozada. Esta degradación bien podría explicar la notable disminución del número de visitantes. Incluso durante este Año Impío proclamado por el pseudopapa Francisco Bergoglio y el carácter vodevilístico del reciente cónclave, la plaza estuvo menos concurrida que hace sesenta años.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)