Vexílla Regis

Vexílla Regis
MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER
NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN
No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

martes, 8 de julio de 2025

ARZOBISPÓN DE TOLOSA NOMBRA PRESBÍTERO CONVICTO DE ABUSO COMO CANCILLER


El presbítero Dominique Spina ha sido nombrado canciller y delegado episcopal para bodas en la Archidiócesis de Tolosa de Francia, que está encabezada por el arzobispón Guy André Marie de Kerimel de Kerveno Prouvot Comm. l’Emm. Hasta ahora, el presbítero Spina era vicecanciller.

Según Riposte Catholique el 3 de Julio, Spina fue condenado a cuatro años de prisión en 2005 por violar a un estudiante de secundaria masculino de Pau en 1993, cuyo director espiritual era. Esta sentencia fue confirmada en apelación por el tribunal de Tarbes en 2007.

Durante la investigación, el presbítero afirmó que era una “relación consentida”.

En 2007, Spina recibió libertad condicional y fue transferido de la Diócesis de Bayona a la Archidiócesis de Tolosa. Esta decisión fue tomada con el acuerdo de los obispos respectivos de las dos diócesis, Pierre Jean Marie Marcel Molères (Bayona) y Robert Jean Louis Le Gall OSB (Tolosa).

Este último precisó que «sólo se le habían confiado tareas muy limitadas: un cargo de archivista y un pequeño papel pastoral que trabajaba exclusivamente con adultos».

En 2009, Spina fue nombrado jefe de la parroquia de Fronton y sus siete iglesias, con restricciones en su ministerio. Sin embargo, fue relevado de su ministerio parroquial en 2016 a su propia solicitud después de que la situación se publicara en los medios de comunicación.

En 2017, La Croix reveló que la Congregación para la Doctrina de la Fe no juzgó necesario reducirlo al estado seglar «en la medida que él ejerce un ministerio administrativo pero también pastoral, en un cargo en el que no es puesto en contacto con menores».

Guy de Kérimel es el obispón que expulsó a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro de la colegiata de San Andrés en 2021 sin razones ni juicio cuando era obispón de Grenoble (donde también se vio involucrado en el caso del sacerdote-presbítero abusador y “pintor” Louis Ribes Grégoire, conocido como “el Picasso de las iglesias”). Y en Tolosa, siguiendo un decreto de un alcalde anticlerical ¡de 1901!prohibió el uso de la sotana a los seminaristas (aunque él mismo fue captado usando una kipá judía en dos ocasiones). 

NOMBRAMIENTO PREVOSTIANO EN PAÍSES BAJOS: APERTURA A PRESBÍTEROS CASADOS Y FAVORABLE A SERVICIOS PRESIDIDOS POR LAICOS

     
León XIV Riggitano-Prévost nombró ayer 7 de Julio a su primer obispón neerlandés: Ronald Gerhardus Wilhelmus Cornelissen, de 60 años, es el sexto ordinario de Groninga-Leuvarda. Remplaza así a Cornelis Franciscus Maria “Ron” van den Hout, que había sido trasladado a Roremunda el pasado Agosto sucediendo a Hendrikus Marie Gerardus “Harrie” Smeets, que falleció en Diciembre de 2023 por un tumor cerebral.

“Instalado” presbítero el 19 de Octubre de 1996, Cornelissen (en la foto junto con el ministro de clase protestante Nicolaas “Klaas” van de Kamp co-presidiendo el servicio de Nochebuena de 2022) ha servido en parroquias dentro de la Archidiócesis de Utrecht durante unos 30 años. Desde 2009, también ha desempeñado funciones diocesanas, incluido el Vicario Regional de Deventer y el Vicario Episcopal para el Matrimonio y la Familia.

«Vivo para el ministerio pastoral y los encuentros», dijo Cornelissen en su presentación ayer en la catedral. También enfatizó su compromiso de ser un “jugador en equipo” y su optimismo a pesar de la decadencia de la Iglesia Novus Ordo. Él apoya los procesos sinodales y la colaboración ecuménica. Su objetivo es crear una “iglesia acogedora” y “dar forma a una iglesia acogedora en el futuro”.

La diócesis de Groninga fue establecida en 1956, después de su supresión en el año 1600 (había quedado vacante tras la muerte de su único obispo Johan Knijf OFM Obs., y la rendición al príncipe Mauricio de Orange y el estatúder Guillermo Lodewijk en 1594 hizo protestante la provincia). Con sólo alrededor de 100.000 católicos (de los cuales solo el 2,5 % asiste a los servicios dominicales), es la diócesis más pequeña de los Países Bajos.

En una entrevista con Nederlands Dagblad el 7 de Julio, el nuevo obispón dijo que quiere contactar y cooperar con las comunidades protestantes dominantes: «Sería bueno que, como iglesias conjuntas, tomáramos una posición sobre las dos leyes de asilo aprobadas por la Cámara de Representantes, por ejemplo. Como iglesia se nos pide que no dejemos a la gente en apuros, en los márgenes, sino que hagamos algo por ellos».

Además, el obispón electo Cornelissen quiere alentar el abuso litúrgico de laicos que dirigen los servicios eclesiales los domingos: «En el norte hay relativamente pocas iglesias y pocos sacerdotes. Es importante y muy católico que la gente pueda recibir la comunión regularmente. Por lo tanto, en lo que a mí respecta, la práctica de que los ayudantes pastorales dirijan las celebraciones seguirá vigente».

En cuanto a la “instalación” de hombres casados, dijo que es una decisión de la Iglesia: «Ya hay sacerdotes casados. En Utrecht, por ejemplo, tuvimos a un pastor reformado [Martin Los] que se hizo católico. Es un viejo sabio que estaba casado y ordenado sacerdote, en esa forma ya es posible. En última instancia, la decisión no es mía, pero es una posibilidad».
  
Los Países Bajos tienen siete obispones diocesanos y además cuatro obispones auxiliares (dos de ellos en la archidiócesis de Utrecht). Los siete son: Ronald Cornelissen, de 60 años (Groninga-Leuvarda), Cornelis Franciscus Maria “Ron” van den Hout, de 60 años (Roremunda), Johannes Harmannes Jozefus “Hans” van den Hende, de 61 años (Róterdam), Johannes “Jan” Wilhelmus Maria Liesen, de 64 años (Breda), Gerard Johannes Nicolaas de Korte, de 70 años (Balduque), Johannes Willibrordus Maria “Jan” Hendriks, de 70 años (Haarlem-Ámsterdam), y el cardenal Willem Jacobus “Wim” Eijk, de 72 años (Utretch).

LA VIOLENCIA SECTARIA CRECE EN LA SIRIA POST-ÁSAD

Noticia tomada de INFOCATÓLICA.
   

Un informe de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional alerta de una escalada de persecuciones y ataques contra minorías religiosas en Siria tras el derrocamiento de Bashar al-Ásad. Las comunidades cristiana, alauí y drusa sufren hostigamientos, masacres y la destrucción de templos bajo las nuevas autoridades transitorias.

La derrota del régimen de Bashar al-Ásad en diciembre de 2024, a manos de una coalición islamista liderada por la Organización para la Liberación del Levante (en árabe HTS) [a la cual el Departamento de Estado estadounidense revocó el día de ayer su status de Organización Terrorista Extranjera, N. del T.], no ha traído la esperada estabilidad a Siria. Por el contrario, según denuncia la USCIRF en su informe de julio de 2025, el vacío de poder ha dado paso a una ola de violencia sectaria que amenaza la existencia misma de comunidades religiosas históricas en el país.

En apenas 72 horas tras la caída del régimen, se registraron en Latakia y Tartús más de 1.300 muertes, la mayoría de ellas civiles alauíes, según el documento. Milicianos leales al nuevo gobierno interino habrían actuado con total impunidad, lanzando insultos religiosos como «cerdos nusairíes alauíes» (خَنَازِيرَ عَلَوِيِّي النُّصَيْرِيِّينَ, kanazira alawiyyi an-Nusayriyyinna) antes de ejecutar a familias enteras sin vínculos conocidos con el antiguo régimen. Posteriores investigaciones periodísticas sitúan la cifra de víctimas entre 1.700 y 2.246.

CRISTIANOS ATRAPADOS
Los cristianos también se han visto atrapados en la violencia. En diciembre de 2024, dos iglesias de Hama fueron atacadas a tiros, un cementerio ortodoxo resultó profanado y varias familias huyeron de Alepo por miedo a la imposición de normas religiosas. «Nos ordenaron poner el velo incluso a quienes éramos cristianas», denunció una feligresa kurda. Aunque las autoridades transitorias afirmaron haber detenido a los responsables, líderes eclesiásticos temen una persecución sistemática.

En la comunidad drusa, los enfrentamientos en Jaramana entre abril y mayo de 2025 dejaron al menos 134 muertos. El jeque Hikmat Salmán al-Hijri calificó los ataques como «una campaña genocida» y denunció que militantes islamistas culpaban a los drusos de blasfemar contra el islam por un audio difundido en redes sociales. El Ministerio del Interior, aunque investigó los hechos, reconoció la blasfemia como categoría legal, alimentando el temor a una legislación discriminatoria.

SHARIA
Pese a las promesas del autoproclamado presidente interino, Ahmed Huseín al-Charaa alias “Abu Mohamed al-Golani”, de formar un gobierno inclusivo, la constitución provisional firmada en marzo establece la jurisprudencia islámica como fuente principal de legislación. El texto solo garantiza libertad de culto para el islam, el judaísmo y el cristianismo, dejando fuera a otras religiones consideradas «desviaciones» por la ideología salafista.

El informe también critica el nombramiento de figuras señaladas por crímenes sectarios en altos cargos del gobierno. Anas Hasán Jattab alias “Abu Ahmed Hudud”, excomandante de Al Qaeda, dirige ahora los servicios de inteligencia [desde mayo es el Ministro del Interior, del cual depende el Servicio General de Inteligencia, dirigido actualmente por Hussein al-Salama alias “Abu Musaab al-Shuhayl”, N. del E.]. Ahmed Ihsan Fayyad al-Hayes alias “Abu Hatim Shaqra”, líder de la Reunión de Hombres Libres del Este y acusado de la trata de mujeres yazidíes, ocupa un puesto clave en el Ministerio de Defensa [como comandante de la 86.ª División del Ejército, que comprende las gobernaciones de Raqa, Deir ez-Zor y Hakasa, N. del E.]. «Estas decisiones socavan cualquier confianza en las garantías de protección a las minorías», señala el texto.

NORESTE EN LLAMAS
La situación en el noreste es igualmente crítica. Las comunidades cristianas asirias y armenias se encuentran entre dos fuegos: las milicias kurdas y los ataques turcos. En marzo, un bombardeo turco destruyó la iglesia de San Sabas en Tel Tawil por segunda vez en tres años, obligando a las familias cristianas a abandonar la zona.

Ante estos hechos, Estados Unidos mantiene una política cautelosa. Aunque el presidente Donald Trump anunció en mayo el levantamiento parcial de las sanciones, el secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que la medida será revisada periódicamente y condicionada a «avances claros en la protección de comunidades religiosas».

La USCIRF recomienda mantener e incluso ampliar las sanciones contra individuos y entidades responsables de violaciones de la libertad religiosa. Además, insta a exigir a las autoridades transitorias que investiguen y castiguen los crímenes sectarios como requisito para recibir ayuda económica o cooperación internacional.

EL FUTURO DE LAS MINORÍAS RELIGIOSAS
La violencia sectaria y las nuevas disposiciones legales plantean un escenario sombrío para las minorías religiosas en Siria. Si el gobierno interino no logra frenar los ataques y garantizar derechos plenos, comunidades como la cristiana y la drusa podrían ver reducida su presencia en el país a mínimos históricos. Mientras tanto, líderes religiosos locales apelan a la solidaridad interconfesional: «Solo un país democrático y plural podrá detener esta espiral de odio», afirma un sacerdote ortodoxo en Tartús.

El informe de la USCIRF concluye con una advertencia:
«La diversidad religiosa en Siria está en riesgo de ser borrada. Es imprescindible una respuesta firme para evitarlo».

lunes, 7 de julio de 2025

PRÉVOST PREPARA PRIMERA ENCÍCLICA

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

León XIV Riggitano-Prévost está escribiendo su primera encíclica durante el verano, dijo su amigo cercano, el presbítero español Alejandro Moral Antón, prior general de la Orden de San Agustín, al diario italiano Il Messaggero el 6 de Julio.
   
Moral (profesó en la orden el 7 de Septiembre de 1980, y fue “instalado” presbítero el 20 de Junio de 1981) especula que el texto podría ser sobre la paz, la doctrina social, la unidad o la inteligencia artificial.

Hace un par de semanas, León XIV visitó la casa agustina para jugar al tenis con su secretario personal, el presbítero Edgard Iván Ramaycuna Inga. El padre Moral lo describió como «uno de sus rarísimos momentos de ocio».

Durante el verano, León XIV “pondera” los nombramientos de la Curia que se anunciarán en otoño.

El Padre Moral espera que León XIV permanezca en Roma para el Año Jubilar, excepto para el viaje a Turquía. Sin embargo, puede ser «visto con su maleta en la mano» en 2026, ya que siempre viajó.

Además, espera que León XIV se ocupe de los medios de comunicación [dado que el Vaticano no tiene un proyecto mediático exitoso]: Para él, la comunicación es fundamental. «Cuando los agustinos no tenían un sitio web, fue él quien lo quiso y fue él quien lo creó, materialmente», dijo.

DOS ESCÁNDALOS DE PRESBÍTEROS CONCILIARES

Noticias tomadas de GLORIA NEWS.
   
  
   
Cornelis “Eli” Stok, una vez el presbítero más joven de los Países Bajos, dejó el presbiterado en 2023. Recientemente, el Vaticano lo laicizó. Habló con el diario Nederlands Dagblad el 5 de julio sobre asuntos que debería haber mantenido en privado.

Nacido en Ridderkerk el 18 de marzo de 1990, Stok creció en una familia calvinista que asistía a los servicios de la iglesia los domingos. Se convirtió a la edad de dieciocho años después de leer las obras de C. S. Lewis, G. K. Chesterton, el cardenal Newman y otros.

Durante sus muchos años de entrenamiento para ser presbítero, Stok no experimentó «grandes momentos de crisis». Él había estado en una corta relación antes de entrar en el seminario, pero estaba contento de ser soltero.

En junio de 2017, a la edad de 27 años, el obispón Johannes Harmannes Jozefus “Hans” van den Hende, de 61 años, de Róterdam lo “instaló” presbítero.

Sólo un año después, el presbítero Stok de repente descubrió que no le gustaba aceptar la condena de la fornicación sexual por parte de la Iglesia y predicar sobre ella.

Durante las vacaciones de verano de 2020, comenzó una relación secreta: «Estaba locamente enamorado».

Ella era católica de una parroquia diferente: «Fue intenso y fue en todas direcciones». Sin embargo, ella no quería terminar como amante de un presbítero y rompió con él. Stok tenía el corazón roto y lloró.

Habla de una manera egocéntrica: «Me sentí bien de que hubiera alguien que anhelaba a mí, que se preocupaba por mí. Pensé que era un gran regalo. También sabía que lo que había hecho no podía ser deshecho».

Tomó un año sabático, habló con un psicólogo y un psicoterapeuta: «Después de dos años, me quedó claro: dejé de fumar».

En marzo de 2023, solo seis años después de su “instalación”, abandonó el presbiterado.

Incluso antes de irse, comenzó una nueva relación con una tal Inge, que dura ya dos años: «Nos habíamos conocido a través de la iglesia por un tiempo y al final de mi proceso lleno de luchas, ella me preguntó si quería salir con ella».

Ahora está aprendiendo «lo que significa la intimidad»: «Inge trae mucha paz a mi cuerpo y a mi mente».
   
«Han hablado» de una boda en la iglesia y quieren tener hijos: «Esa también fue una de mis luchas dentro del sacerdocio: me encantaría ser padre».

Parece que no se arrepiente de haber traicionado a la Iglesia: «Es cierto que no hice lo que prometí. No pude estar a la altura de las expectativas, incluyendo el liderazgo. Soy una persona caótica, encuentro muy difícil organizar las cosas. Pero puedo discutir mi decisión. No lo considero un fracaso».

La madre de Stok se opuso a que se convirtiera al catolicismo, pero más tarde se opuso a que renunciara al sacerdocio porque «con una promesa a Dios viene la responsabilidad».

A finales de julio de este año, Stok tenía un contrato como profesor de filosofía en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Fontys. Este verano terminará una disertación sobre la teología de la revelación y los sueños de los José en el Antiguo y Nuevo Testamento.

Finalmente, revela el drama de su existencia religiosa. A él le ha resultado «difícil orar»: «Dicen que como sacerdote necesitas tener diariamente un tiempo tranquilo. Me haría ruido. Me avergonzaba de eso. Un sacerdote y rezar, eso es uno, ¿verdad? No es así conmigo».
   
   

El sábado 5 de julio, el reverendo Matteo Balzano, de 35 años, un presbítero de apariencia impecable de la Diócesis de Novara (Italia), fue encontrado muerto en la rectoría parroquial de Cannobio, donde era vicepárroco.

Se suicidó. «Justo anoche había organizado una tómbola en el pueblo», relató el alcalde de Cannobio, Gian Maria Minazzi. La diócesis de Novara confirmó la tragedia.

Una feligrés dijo al diario Il Secolo d’Italia que, ante una muerte ocurrida en la parroquia, Balzano dijo: «Nadie sabe el infierno que uno lleva dentro para llegar a un gesto extremo».

La diócesis publicó una declaración firmada por Don Franco Giudice, vicario del clero, afirmando que «Nadie había percibido señales de malestar. Solo el Señor, que escudriña el alma, conoce los misterios más profundos del corazón humano».

Según Notizie.it, el funeral está programado para el 8 de julio en la colegiata de San Víctor en Cannobio, presidido por el obispón Franco Giulio Brambilla (que lo “instaló” presbítero el 10 de junio de 2017, después de graduarse de ingeniero aeronáutico).

CARTA DE Mons. RAFAEL CLOQUELL APARICIO

Mons. Rafael Cloquell Aparicio (ordenado sacerdote el 5 de julio de 1987 en Tolosa de Francia por Mons. Jean Laborie, y consagrado obispo el 24 de octubre de 1996 en Karlsruhe por Mons. Oliver Oravec) envió esta carta anunciando su ruptura con el Mons. Rodrigo da Silva por causa de la reciente re-consagración episcopal a Mons. Medardo Loya y Loya.
   
 
TRANSCRIPCIÓN
Carta abierta a los católicos
  
Me dirijo a ustedes con el fin de poner en claro ciertas cuestiones concernientes a algunas decisiones y acciones ejecutadas y/o por ejecutarse  por parte de S. E. R. Mons. Rodrigo Henrique Ribeiro da Silva, con quien durante unos pocos meses compartimos la asistencia sacramental de las Monjas Clarisas de Belorado, Burgos. Dichas decisiones y acciones son, a saber:
   
Primeramente me refiero a la reciente sacrílega consagración de Merardo Loya en Méjico, según las noticias de público conocimiento, realizada el 12 de junio de 2025, la cual rechazo absolutamente. Conferir por segunda vez una orden sagrada (que imprime carácter indeleble) en razón de reivindicar la mala fama de una línea episcopal de cuestionable validez constituye por sí mismo un sacrilegio en cuanto es un inadecuado modo de administrar un sacramento. Por otra parte, la administración “sub-condicione” de un sacramento que imprime carácter no corresponde, sino a petición del recipiente y no cuando el mismo manifiesta públicamente no tener dudas acerca de su primera “consagración”.
  
En segundo lugar, manifiesto mi total oposición a la eventual e inminente ordenación sacerdotal del Señorito José Luis Santos Casas, sujeto a todas luces inepto para las sagradas órdenes por su conocido accionar público calumniador, en complicidad con los autodenominados “sedevacantistas de España”, y por su carencia de formación eclesiástica requerida por los cánones del Concilio de Trento y del Código de Derecho Canónico Pío-Benedictino (1917).
   
A propósito de algunas de las calumnias proferidas por el Srto. y su grupúsculo sectario, manifiesto jamás haber sido miembro del cisma de los viejos católicos ni haber promovido algún tipo de conclavismo o asamblea de obispos para decidir qué se puede hacer o qué no ser hecho para remediar la crisis que atraviesa la Iglesia. No hay derecho ni deber alguno a arrogarse un poder de denominación que no nos corresponde cuando contamos sólo con la plenitud de poder del Orden Sagrado. Además no reconozco en mi Episcopado ni en el de otros Obispos posesión de jurisdicción ordinaria alguna.
  
Más allá de las mencionadas consideraciones, el actuar episcopal por parte de S. E. R. Mons. Rodrigo Henrique Ribeiro da Silva, al margen de los principios morales y pastorales más elementales y de las normas canónicas de la Iglesia, me obligan a hacer la presente declaración pública y abierta, condenando dicho proceder y manifestando mi completo alejamiento del nombrado Obispo y de aquellos eclesiásticos y religiosos que estén unidos a él en el presente y/o se unan a él en el futuro, mientras estas conductas que atentan contra la unidad de la Iglesia no sean subsanadas debidamente.
   
Concluyo mi carta rogando a la Santísima Virgen María, Madre y Abogada Nuestra, nos conceda de su Hijo la tan necesaria gracia de la unidad que sólo se puede dar en la verdad y en el bien común de la Iglesia. 
  
Los bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
  
✠ Mons. Rafael Cloquell Aparicio.
  
«Esta carta es publicada a pedido expreso de S. E. R. Rafael Cloquell Aparicio, en razón de no poseer él medios de difusión en redes sociales».

SOLO DOS AÑOS PARA EL RITO RONCALLIANO EN EL OESTE DE TEJAS

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
   
El obispón Michael James Sis Murphy fue golpeado entre los ojos cuando el Vaticano le dijo que su solicitud de la Nueva Misa Latina estaba limitada a dos años sin posibilidad de renovación, y tuvo que prometer que reduciría la asistencia de los asistentes durante ese período para ir exclusivamente a la inválida (falsa) Mesa del Nuevo Orden.

La esperanza de los neoconservadores de la Antiiglesia de que el último pseudopapa, León XIV Riggitano-Prévost, aprobara más Nuevas Misas Latinas de 1962 —la forma corrupta que sería un trampolín hacia el Nuevo Orden en toda regla de 1969, el “Misterio Ordinario” de la Deuterovaticanidad— parece haberse esfumado. El Vaticano ha aprobado una, solo una, exención a la prohibición de “Traditiónis Custódes” de 2021, y esa exención fue otorgada a Santa Margarita de Escocia, una pequeña iglesia en la diócesis de San Ángelo (Tejas), por solo dos años y con MUCHAS condiciones.

La exención se concedió el 28 de mayo de 2025 y se anunció el 27 de Junio de 2025. Esta exención especifica que el Nuevo Orden Latino de 1962 debe eliminarse gradualmente en un plazo de dos años, durante el cual el obispón Michael James Sis Murphy deberá promover la plena apreciación y aceptación de los libros litúrgicos del Novus Ordo (Nuevo Orden), impuestos tras el Anticoncilio Vaticano II (1962-1965). La exención no puede renovarse después de ese plazo. El obispón Sis prometió a Riggitano-Prévost que cumpliría [Parte de la información para este Comentario proviene del National Catholic Register].

Católicos tradicionales, los neoconservadores neoiglesianos y su farsa del Nueva Misa Latina de 1962 han sido frustrados una vez más, ahora por el pseudopapa León XIV Riggitano-Prévost. Estos neoconservadores despistados realmente tienen que despertar de una vez por todas y darse cuenta después de sesenta años de mentiras, salir de la Iglesia apóstata de una vez por todas y acudir a una iglesia, capilla u oratorio católico romano tradicional completamente independiente de la Iglesia sinodal de la Nueva Era, que definitivamente NO es la Iglesia Católica.

domingo, 6 de julio de 2025

LOS OBISPOS DEFENDIENDO EL PRIMADO Y LA INFALIBILIDAD PAPAL

Entrega de las llaves a San Pedro (Juan de Rua, antiguo Maestro de Cervera).

Discursos y escritos de algunos Padres conciliares en ocasión del Concilio Vaticano I (tomados de RADIO SPADA).
  
  • Monseñor Francesco Zunnui Casula, obispo de Ales y Terralba (Cerdeña): «Siendo la Iglesia edificada sobre Pedro la piedra, esto por la naturaleza de su destinación de fundamento, debe ser siempre y continuamente indefectible. Esto, a fin que el edificio nunca sea abatido, se requiere necesariamente por la ley de la firmeza y de la estabilidad y por la fe, en la cual radicalmente consiste (puesto que sin la fe es imposible agradar a Dios) la razón de la cohesión de todas las partes visibles de la Iglesia. En las partes que por fe están unidas a este edificio la fuerza de la cohesión, o la razón del asentimiento, debe ser tal que supere cualquier certeza metafísica. Si bien de veras se debe creer en Dios, la certeza moral en el asentimiento de fe es absurda. Ahora bien, ninguno cree en Dios visiblemente y adhiere al edificio de la Iglesia si no por medio de Pedro, que, solo, es el fundamento visible. Por tanto la divina asistencia por la cual el solo Romano Pontífice permanece infalible, a fin que a él crean con motivo de la fe, le es necesaria y propia por la naturaleza del lugar en que el orden constituido fue puesto por Cristo…
      
    [El Romano Pontífice] es él solo personalmente el Pastor Universal de los corderos y las ovejas, de los fieles y de los obispos; es personalmente el solo confirmador de los hermanos y de los Apóstoles; es personalmente el solo Doctor de la Iglesia Universal y el Maestro elegido desde antiguo para que por su boca las gentes oyesen el Evangelio de Dios y creyesen, y por tanto los Padres del octavo concilio ecuménico definieron al papa simplemente como “órgano del Espíritu Santo”. Por tanto, desde el momento que él [el Romano Pontífice] enseña las vías de la verdad y de la justicia del Señor a todos aquellos que son enseñados por Dios, y también a nosotros, iniciando por el Decano del Sacro Colegio de los Eminentísimos Cardenales hasta mí, el último de todos los Obispos, y en ellos confirma, no se puede decir que el Romano Pontífice es la boca de la Iglesia, sin mencionarse a Riquerio. No es realmente ministro de la Iglesia, sino maestro, vicario de Cristo Jesús, cuya doctrina transmite, del cual es la boca…
       
    De todo esto se desprende claramente que solo el Romano Pontífice es el fundamento visible, el principio activo y la causa formal de la infalibilidad de la Iglesia, que está gobernada total y visiblemente por Pedro, como Pedro es gobernado por Cristo. Pues la firmeza que Cristo atribuye a Pedro, es conferida a los Apóstoles por Pedro, en quien se fortalece la fuerza de todos. Lo cual el Discípulo de todos los Santos Doctores de la Iglesia, el Doctor Angélico, nos transmitió abiertamente con estas palabras: «La Iglesia Universal no puede errar, pues Aquel que fue escuchado en todo por su reverencia, le dice a Pedro, en cuya confesión se funda la Iglesia: Rogávi pro te, etc.». Si ciertamente fides ex audítu, audítus áutem per verbum Christi, y la palabra de Cristo debe ser escuchada y creída solo por boca de Pedro, entonces se sigue necesariamente que la infalibilidad del Romano Pontífice es el fundamento, el principio y la causa de la infalibilidad de la Iglesia, que es una y la misma. Pues solo del Romano Pontífice obtienen infalibilidad las decisiones de los concilios, ya que solo él es infalible y los demás son maestros por derecho a través de él y en unión con él.
       
    No temamos, pues, venerables Padres, las palabras solus et personális en relación con el Romano Pontífice porque implican aislamiento y división. Pues Cristo personalmente es, solo, el fundamento y la cabeza, pero no está dividido ni aislado, sino que tiene a la Iglesia como su Cuerpo Místico. Así, el Papa personalmente es el único Doctor de la Iglesia Universal y, sin embargo, no está dividido ni aislado de los discípulos, a quienes enseña con su magisterio. Él es personalmente la única cabeza visible de la Iglesia, y por lo tanto no está separado de los miembros que gobierna y que están bajo su gobierno… Cristo y su Vicario no están separados ni divididos del cuerpo de la Iglesia ni de la escuela de quienes enseñan, pero quienes no están sujetos a esta cabeza y maestro, estos están miserablemente separados y divididos del Papa y, por lo tanto, de Cristo, ya que el Sumo Pontífice es Cristo Jesús en verdad, en juicio y en justicia… Esta es mi fe, venerables hermanos, la razón de mi fe; de ​​hecho, la fe tiene su propia razón y lógica. Esta es la fe de la Diócesis [de Ales y Terralba] que me ha sido confiada, de hecho, la fe de toda la isla de Cerdeña. A esta fe debe, sin duda, mi querida patria, que la religión cristiana, desde que fue predicada allí por los santos apóstoles Pedro, Pablo y Santiago, por la infinita bondad de Dios, nutrida y fortalecida por San Clemente, Papa, su primer Obispo, y por tantos y tan grandes Mártires, con su propia sangre, semilla de cristianos, custodiada, propagada y purificada, ha permanecido hasta el día de hoy inalterada por errores, ni desgarrada por cismas, ni sacudida por persecuciones y vejaciones.
      
    Y esta será la fe que nos salvará a nosotros y a nuestras diócesis, reverendísimos padres, de la furia de las olas que la tempestad de la incredulidad y la impiedad de estos tiempos ha agitado con tanta fuerza. Quienquiera que esté en la barca de Pedro, que se eleva a alturas sublimes sobre estas aguas turbias, no se hundirá, pues aquel que fue escuchado en todo por su reverencia le dijo a Pedro: Ego pro te rogávi, ut non defíciat fides tua» (Discurso a la Diputación de la Fe, 2 de julio de 1870).
      
  • Monseñor Ignatius von Senestrey Gmeiner, obispo de Ratisbona: «En esta sagrada asamblea hemos escuchado no pocas cosas que, de no corregirse, podrían suscitar la sospecha de que la Alemania católica se aferra menos fielmente a la doctrina, común en la Iglesia, de la infalible autoridad del Romano Pontífice. Para que nadie piense así, apelaré a algunos nombres conocidos incluso fuera de Alemania.
       
    En primer lugar, mi santísimo y docto predecesor en la cátedra de Ratisbona, el beato Alberto Magno, la mayor lumbrera de Alemania, maestro de Santo Tomás de Aquino… Él en el comentario al capítulo XVI de San Mateo, retomando la acostumbrada exégesis, escribió: «“Te daré”. A ti individualmente, no en el sentido de que la persona de Pedro recibió individualmente las llaves, sino en el sentido de que en la unidad del orden de la Iglesia, solo hay uno que recibió la plenitud del poder, y este es el sucesor de Pedro, que es el mismo que Pedro en cuanto a poder. Dado que Pedro tenía la plenitud del poder y el privilegio de no errar en la fe, este mismo poder y privilegio también deben poseerlo todos los sucesores de Pedro, quienes, por razón de su oficio, son iguales a Pedro en poder».
       
    Y en el comentario al capítulo XXII de San Lucas, así enseña: «“Yo he orado por ti, para que tu fe no decaiga”. Esta es una prueba a favor de la sede de Pedro y de su sucesor, que su fe no decaiga hasta el fin».
       
    Y también otro gran y santísimo hombre, que mereció ser llamado el segundo Apóstol de Alemania, el beato Pedro Canisio… él en su celebérrima Suma de la doctrina cristiana, con pocas palabras, así enuncia la verdad católica: «Siempre estuvo en las manos de los Sumos Pontífices la suprema potestad de definir las materias de fe». Y en las notas explica esta sentencia con aquella misma autoridad, en base a las cuales los teólogos suelen probar la infalible autoridad de los Romanos Pontífices al definir las cosas sagradas… y contra los pérfidos detractores de los Sumos Pontífices exclama: «Ergo, el honor de la Cátedra de Pedro debe preservarse, independientemente de cómo viva quien la preside; él, con certeza, por razón de la Cátedra por ordenación divina, tiene el privilegio de no enseñar herejía alguna ni de padecer defecto de fe, ya que Cristo oró y suplicó que la fe de Pedro, de quien debe confirmar a todos en la verdadera doctrina, no flaqueara». Estas palabras del beato Pedro Canisio tienen su importancia contra aquellos que consideran que el Romano Pontífice deba también ser impecable para ser infalible…
      
    Observo que aquellos que eran los más eminentes en ciencia en las diversas universidades y colegios de Alemania enseñaron constantemente la doctrina del magisterio supremo e infalible de los Romanos Pontífices como verdad revelada, continua y común desde el nacimiento de la Iglesia; y la demostraron con testimonios de las Escrituras y de la Tradición, y con razones teológicas. Sobre este tema, no hubo disensión entre las escuelas teológicas de Alemania, y sin duda entre el pueblo católico, hasta aquellos tiempos que se consideran de iluminación e ilustración [la Era de las Luces], cuando Febronio, propagando por doquier ideas nacidas fuera de la Alemania católica, bebió de fuentes impuras errores pestilentes y los difundió; cuando, imbuidos por esas ideas, no solo los príncipes seculares se afanaban en apoderarse del poder eclesiástico, sino que también los principales prelados de Alemania, congregados en los baños de Ems, ávidos de falsa libertad, llegaron incluso a atacar la autoridad y los derechos de la Sede Apostólica. He aquí, desde entonces, la opinión discordante en los discursos; He aquí, desde entonces, la perversidad febroniana celebrada, promovida y practicada por los gobiernos; he aquí, desde entonces, la ruina de las escuelas teológicas corrompidas por los gobiernos; he aquí, desde entonces, las continuas advertencias y juicios de la Sede Apostólica contra los crecientes errores; he aquí, desde entonces, dudas y opiniones insanas incluso entre los eruditos católicos; he aquí, desde entonces, el inmenso daño a la catolicidad. Sin embargo, el nuevo error no conquistó ni eliminó la antigua verdad, ni se corrompió el recto sentir del pueblo católico. Este último cree, de hecho, que a los decretos y juicios supremos de la Sede Apostólica en materia de fe y moral, la obediencia debe darse no solo con la boca, sino también con el corazón y el asentimiento interno de la mente; lo cual nadie puede legítimamente postular, nadie puede dar correctamente, donde la autoridad no está libre de error.
       
    El pueblo aprendió esta fe de sus abuelos; mi diócesis la profesa por boca del beato Alberto Magno y del beato Pedro Canisio; los sacerdotes la enseñan; en las cuatro diócesis de Baviera, en las cuales tuve cura de almas, la encontré firme a tal punto que no se pueda profesar y sostener sin grande ofensa a todas las personas piadosas…
       
    En tiempos recientes, ¿no han profesado abiertamente algunos sínodos provinciales en Alemania, siguiendo los pasos de los Sínodos de Colonia y Praga, esta misma doctrina antigua y común? De esto se deduce claramente que la fe católica de Alemania no debe considerarse sobre la base de ciertas multitudes de innovadores, ni sobre la base de las acciones de los gobiernos, ni sobre la base de los escritos y el clamor de personas imprudentes que ahora planean presentarse como católicos, pero que de hecho no dejan de negar el nombre de católicos.
      
    El pueblo y el clero fiel venera la autoridad infalibile del concilio ecuménico; no teme su definición en esta materia ni considera que sea introducida una nueva doctrina, sino que se alegra por la confirmación de una verdad antigua que viene con mayor eficacia propuesta y establecida…» (Discurso del 28 de mayo de 1870).
      
  • Monseñor Pietro Alessandro Doimo Maupas, arzobispo de Zadar (Croacia): «[…] y por eso, siempre y cada vez más, los Romanos Pontífices, desde la cumbre del Vaticano, han anunciado a todas las naciones la divinidad de Cristo y la fe íntegra, de tal manera que con justo mérito los obispos y los fieles están obligados a clamar y repetir con el supremo doctor dálmata Jerónimo: «Esta es la fe, bendito Papa, que hemos aprendido en la Iglesia Católica, que siempre hemos mantenido, en la cual si por casualidad hay algo menos correcto o menos cauteloso, deseamos que sea enmendado por ti, que mantienes la fe y la sede de Pedro». A este ilustre testimonio, nosotros, reunidos en este concilio ecuménico, animados sobre todo por la divina asistencia del Espíritu Santo, añadimos: bendito Papa, la inerrancia e infalibilidad de la Iglesia es TU infalibilidad, ya que Pedro vive en ti, ya que siempre has pronunciado palabras de vida, siempre has enseñado la fe cristiana y la has defendido de los errores. Y si en el Concilio de Florencia los Padres reunidos te decretaron maestro y doctor, nosotros reunidos en este Concilio Vaticano nunca podemos permitir que nadie afirme que hay algo erróneo o dañino en tu enseñanza, porque entonces se necesitaría el trabajo de otro para enseñar, ni los fieles podrían adherirse jamás a tu enseñanza y a tu doctrina.
       
    […] Y por lo tanto, de todas las pruebas presentadas se me permite concluir que:
    1) de todas y cada una de las iglesias dispersas por el mundo desde los primeros tiempos de la Iglesia se ha recurrido a los romanos pontífices, sucesores de Pedro, para resolver cuestiones de fe y moral;
    2) de todas y cada una de las iglesias siempre y en todas partes se ha tenido como cierto que los romanos pontífices nunca se han equivocado al definir cuestiones de fe y moral;
    3) La infalibilidad en la fe y la moral pertenece al Romano Pontífice, como maestro supremo en la Iglesia y en virtud de su divina Primacía;
    4) La infalibilidad del Romano Pontífice es una y la misma que la infalibilidad de la Iglesia, tanto en el sujeto como en el objeto;
    5) Si la infalibilidad de la Iglesia es de Fe divina, la infalibilidad del Romano Pontífice que tiene su fundamento en la Fe divina, puede ser definida en forma de Dogma sin ninguna afirmación o peligro de novedad;
    6) Esta definición no solo es útil sino también necesaria en estos tiempos, por lo que otras prerrogativas, inherentes al Primado por derecho divino, tendrán que ser definidas;
    7) Existe en la Iglesia un criterio histórico-teológico, a través del cual los hechos históricos que parecen contrastar con esta definición, pueden ser cuestionados, resueltos, aclarados y fijados […]» (Discurso del 13 de junio de 1870).
      
  • Monseñor Pierre Simon Louis Marie de Dreux Brézé, obispo de Moulins (Francia): «[…] En resumen, o negamos a Pedro el supremo poder magisterial o lo predicamos como infalible. Y la fuerza de este argumento es válida para quienes, yendo en la dirección opuesta e intentando disminuir su alcance, intentaron separar la Primacía de la autoridad suprema, casi como si Pedro fuera el primero en el magisterio, pero no el supremo. […] Esta es una expresión galicana, no gala. En contraposición, nuestro idioma quiso indicar la supremacía papal con tal designación de excelencia que llamó al sucesor de Pedro no el primero, ni el más grande, sino el supremo: hablando del Papa en francés decimos «le souveraine pontife»; en italiano, «el soberano pontífice».
       
    Con esta palabra que nos ha llegado a través de los siglos, inconscientemente, pero quizás por una disposición divina de la Providencia, declaramos que el poder del Papa en la Iglesia es comparable al del rey, que una vez entre nosotros ejerció plena y no arbitrariamente su poder en el gobierno civil. […] Incluso la Sagrada Escritura muestra plenamente el significado de este poder real, aportando como siempre su tributo a la Verdad. ¿Por qué el rey porta la espada? ¿Por qué legisla? ¿Por qué afirma mediante las leyes los derechos de equidad y justicia, de modo que las leyes mismas merecen homenaje? ¿Por qué juzga, si no es para defender la Verdad con palabras y hechos?
       
    De hecho, toda autoridad, cuando está bien ordenada para este fin, es decir, para servir a la Verdad en un acto de suprema sumisión a la manifestación de la verdad misma, se compara con el ejercicio de la autoridad suprema, no sin atender al significado más profundo de ese servicio. De hecho, por boca de los profetas y por la voz de Dios mismo, Nuestro Señor es reconocido como Rey, sin otra causa principal que el anuncio y la proclamación de la Verdad. Ego áutem constitútus sum rex ab eo super Sion, montem sanctum ejus, prædícans præcéptum Ejus. Asimismo, cuando se le preguntó si era rey, vinculó su realeza a la predicación de la Verdad: Tu dicis quia rex sum ego, Ego in hoc sum natus, et ad hoc veni in mundo, ut testimónium perhíbeam veritáti. Finalmente, sufriendo en la cruz, convirtiéndola en la cátedra de su Magisterio, quiso que se le superpusiera el título real, para que entendiéramos que esta excelsa enseñanza de la caridad era enseñanza real y, por lo tanto, libre, obviamente solo por esa libertad que él mismo afirmó: Cognoscétis veritátem et véritas liberábit vos. Es decir, os hará libre de enemigos externos e internos, de lo visible y lo invisible.
      
    Cuántas veces a lo largo de los siglos el Vicario de Cristo, teniendo una cruz como sede, extendiendo sus manos a los pueblos creyentes y fieles, los habría atraído hacia sí y hacia la Verdad, si no hubieran intervenido los doctores que querían socavar la exaltación del Pontificado negando el privilegio de la Infalibilidad. Es, por tanto, nuestro deber enseñar, proclamar [al Papa] ante los pueblos y reyes como el Supremo Heraldo de la Verdad en el mundo entero […]» (Discurso del 2 de junio de 1870).
      
  • Monseñor Pierre Gervais Marie Carrier, obispo de Guadalupe y Tierra Baja (Francia): «[…] Vuestros padres, reverendísimos padres, en los concilios ecuménicos de Nicea y Éfeso glorificaron al Hijo y a la Madre, vosotros en cambio glorificaréis al vicario de Dios, y esto será afirmado por todos, tarde o temprano.
       
    Simón, hijo de Jonás, una vez caña sacudida por el viento, pero ahora Roca, desde que fuiste casi transubstanciado en roca por Cristo, eres pastor del rebaño, confirmador de tus hermanos por oficio. Nosotros, entre tu tumba, donde reposas temporalmente, y esta cátedra, donde vives y reinas por siglos, reunidos libremente, impulsados ​​por los ardientes estímulos de la Escritura, la Tradición, los Padres, los Doctores, los Santos, las Iglesias, los siglos, la experiencia del pasado, la visión del presente, la predicción del futuro, tras haber reflexionado extensamente, sin ceder a la adulación de la carne y la sangre, pero unidos a Cristo Nuestro Señor, no podemos sino decir esto, afirmamos y proclamamos.
      
    Tú, Pedro, con tus sucesores canónicamente elegidos hasta el final, enseñando desde tu cátedra a la Iglesia universal sobre asuntos de fe y moral, ¡eres infalible! Y si no lo decimos nosotros, el Papa no lo dirá, porque ya lo ha dicho.
      
    Todo Papa, todo Papa antes de Pío, y más aún el propio Pío IX, ha hablado de su propio juicio supremo. Pío IX ya habló de su oráculo infalible y usó esta palabra en la Bula Dogmática de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. […]

    Cristo en su Evangelio habla así: Y vosotros, aunque sous malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos. ¿Cuánto más vuestro Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes le piden? Así que debemos pensar, reverendísimos padres, en NUESTRO PADRE que está en la tierra. ¿Nos dará el Papa una piedra en lugar de pan, un escorpión en lugar de un huevo, una serpiente en lugar de un pez? [Muchos obispos gritan en voz alta: ¡No, no!] Nunca, Él nos dará una verdad cierta y revelada pero no definida, pero cuando confirme su decreto, con su decreto nos dará a nosotros y al mundo la verdad definida» (Discurso del 25 de junio de 1870).
      
  • Monseñor Salvator Angelo Maria Demartis O. Carm., obispo de Galtelli y Nuoro (Cerdeña): «Me apresuro a declarar que en el Romano Pontífice venero y respeto al legítimo Sucesor de San Pedro, verdadero Vicario de Jesucristo en la tierra, Sumo Sacerdote, Príncipe de todos los Obispos, Padre, Líder, Señor, Maestro, Doctor universal e infalible de todo el pueblo cristiano. Él es, para citar al eminente Doctor San Bernardo, Abel por primacía, Noé por gobernador del arca mística, figura de la Iglesia, Abraham por patriarcado, Melquisedec por poder de orden, Aarón por dignidad, Moisés por autoridad, Samuel por juicio, Pedro por poder universal de jurisdicción, Cristo por unción y eficacia de obras y palabras… Haciéndome eco, por tanto, de la doctrina más común entre los católicos, y si no de fe, ciertamente próxima fídei… Declaro que sostengo y profeso solemnemente, si fuera necesario incluso a costa de sangre, que el Romano Pontífice, al definir con autoridad como Maestro universal ex Cathedra, lo que se debe hacer para creer en materia de fe y moral es infalible; por lo tanto, sus decretos dogmáticos son irreformables y obligan en conciencia incluso antes de que sean seguidos por el asentimiento de la Iglesia» [Carta al director del diario L’Unità Cattolica Giacomo Margotti, 17 de septiembre de 1868].
       
    «[La inerrancia papal] es, en mi opinión, la medicina saludable con la que se cura esa enfermedad letal y pestilente con la que los que odian el nombre cristiano se esfuerzan por infectar a toda la sociedad para eliminar por completo toda autoridad, ya sea profana o sagrada, y exponerla al escarnio y la risa de la plebe… Deseo fervientemente que lo antes posible la infalibilidad del Romano Pontífice sea definida por el Concilio Ecuménico» (Observaciones a los primeros diez capítulos del esquema “De Ecclesia Christi”, 10 de marzo de 1870; retomadas en el discurso del 14 de junio de ese año).
      
  • Monseñor José Caixal y Estradé, obispo de Urgel (España) y co-príncipe de Andorra: «El fundamento de la Iglesia es la fe de su Cabeza personal (es decir, el Papa). Siempre que el Romano Pontífice desea enseñar a la Iglesia universal, es seguro que cuenta con la asistencia del Espíritu Santo para evitar el error, así como es seguro que el poder de Dios asiste al sacerdote durante la consagración del pan y el vino, aunque este falle en el resto de su labor. Por lo tanto, el don de infalibilidad por institución divina para el magisterio universal de toda la Iglesia está tan ligado a la persona del Romano Pontífice que no puede haber nada en común en ningún otro tema. Con toda razón, pues, al tratar de la Iglesia en concilio, comenzamos con la Cabeza de la Iglesia, cuya voz infalible une a todos los miembros en un solo cuerpo, de modo que no parezca que actuamos diciendo cosas similares a las del infame [Vincenzo] Gioberti sobre los jesuitas.

    O mejor dicho, “son cosas, no personas”. Así, merecidamente, por la infalibilidad personal y por la Inmaculada Concepción, las universidades españolas compitieron con celo y un digno espíritu de emulación. Cumplieron sus compromisos por la Inmaculada, y sin duda lo harán por la infalibilidad. Descansad ahora, venerables cenizas del cardenal [José Sáenz] de Aguirre OSB y de González, quienes en la Universidad de Salamanca fuisteis intrépidos y tenaces defensores de las prerrogativas de los romanos pontífices; descansad también vosotras, cenizas pacíficas de José de Yermo, canciller de la Universidad Complutense: fruto maduro de una semilla que cultivó con tanto esfuerzo será recogido. Descansad y regocijaos también vosotros, queridas cenizas de los célebres doctores de la Universidad de Cervera, los doctores José Pons y Pedro Juan Perpiñán SJ, cuyo recuerdo permanecerá inmortal en las glorias de esa Academia, por su excepcional devoción a cada una de las prerrogativas de la Sede Apostólica de Roma. Y tú, alma madre de todas nuestras universidades, Universidad Católica y Apostólica de París, regocíjate y renueva no los tiempos nefastos de los últimos tiempos, sino los días gozosos de tu juventud. […] Por lo tanto, los Romanos Pontífices no deben ser considerados profetas que se hacen heraldos de una nueva revelación recibida de Dios para el pueblo cristiano; ni es necesario que sean aprobados como santos e impecables, como alguien ha dicho, no sé por qué razón, pero deben ser verdaderos jueces y maestros de la Verdad del Evangelio, infalibles por la asistencia del Espíritu Santo. […]» (Discurso del 24 de mayo de 1870).
      
  • Monseñor Tommaso Michele Angelo Salzano  Guadagni OP, obispo titular de Tanis y auxiliar de Nápoles: «[…] Veamos cuál es el juicio de San Antonino al respecto. En la tercera parte de su Suma Teológica, título 22, sobre la naturaleza de los sumos pontífices, donde habla del papado, comienza a mostrar la altísima dignidad del sucesor de Pedro, al adaptar a él lo que se dijo proféticamente sobre Cristo en el Salmo VIII: «Lo pusiste un poco por debajo de los ángeles, lo coronaste de gloria y honor y lo pusiste sobre las obras de tus manos». San Antonino afirma que el Sumo Pontífice, a quien Cristo nos dejó como vicario en la tierra, es por naturaleza inferior a los ángeles, pero superior en autoridad y poder. De hecho, un ángel no puede desatar ni atar; el Papa, en cambio, tiene el poder pleno y universal de desatar y atar. El Papa es coronado de gloria y honor porque está situado en la cima de todas las dignidades, de ahí que se le llame merecidamente bienaventurado y santísimo. Él está coronado con la grandeza de la autoridad, porque juzga a todos y no es juzgado por nadie.
       
    Fue colocado por encima de todas las obras de Dios porque dispone de todos como inferiores, abre las puertas del cielo, establece el orden en todo el clero y consolida los imperios. De aquí, según San Antonino, surgen todos los privilegios que pertenecen al Pontífice, entre ellos la inerrancia en cuestiones de fe y costumbres. […]
       
    Por eso, con mayor claridad aún, en el mismo lugar, San Antonino defiende esta misma opinión, donde demuestra que el Sumo Pontífice es la cabeza suprema y monarca en la Iglesia de Dios y de aquí proviene naturalmente el privilegio de su misma inerrancia. […]
       
    Sin embargo, para algunos, esta definición de infalibilidad no es urgente, como si no tuviéramos a Aníbal a las puertas.
       
    Sabemos, en cualquier caso, que Aníbal fue derrotado no por la prudencia de Fabio, sino por el ardor de Escipión. En cualquier caso, no tenemos a Aníbal a las puertas, sino que lo hemos tenido dentro de nuestras murallas durante mucho tiempo. Desde cualquier punto de vista, es muy evidente con qué violencia, con qué ímpetu, con qué furia satánica se combate el principio de autoridad, tanto en la sociedad eclesiástica como en la civil. Contra este principio, los innovadores no cesan de celebrar sus furiosas bacanales.
       
    Podemos afirmar con certeza que la herejía dominante de nuestra época es la negación de la autoridad, una herejía que ha permeado la sociedad civil y la propia familia. Hombres infames han podido, con total seguridad, no solo susurrar al pueblo sus discursos, que se propagan como un cáncer, sino también difundir públicamente su veneno y vomitar su enfermedad pestilente con todos sus errores. […] Nosotros, investigadores en el templo de Dios, debemos traer una medicina a la sociedad moderna; no debemos acostumbrarnos a las enfermedades de esta misma sociedad.
       
    Aníbal no está a las puertas, sino dentro de los muros. ¿Quién ignora cuántos aduladores y charlatanes se esfuerzan hoy por derrocar la filosofía correcta, los principios de la vida social, los principios y la doctrina de la Iglesia? Los sumos pontífices, como siempre, estaban dispuestos a marcar con un estigma apostólico y a condenar estas operaciones, tal como lo hacen hoy quienes ostentan la cátedra de Pedro, nuestro amado pontífice.
       
    Sin embargo, el intento de los revolucionarios que afirman sin pudor y con gran difusión entre el pueblo que el Papa no es infalible [...], que sus condenas tienen valor por el consentimiento del concilio o de los obispos dispersos, es ahora evidente. De esta manera, condenar una proposición o doctrina no tendrá ningún valor, y mientras tanto el error se extenderá cada vez más, con la mayor ruina de almas y pueblos. Si, por lo tanto, en tiempos pasados, cuando no existía tanto afán por enseñar y escribir, no era necesario definir esta verdad católica, ahora es necesario, para que el error sea aplastado y dominado, y la verdad brille cada vez más en esta niebla de oscuridad.
       
    Aníbal no está a las puertas, sino dentro de los muros. De hecho, en aquella época, cuando los gobernantes de los estados eran grandes de nombre, de hecho y en autoridad debido a su sumisión a la Iglesia, estaban dispuestos a confirmar con su autoridad las leyes y sanciones canónicas de la Iglesia y a aplicarlas eficazmente en la práctica. De esto resultaron infinitos beneficios tanto para la Iglesia como para la sociedad civil. Hoy res ad triarios pervenit. Habiendo establecido el desafortunado principio de la separación entre Iglesia y Estado, es necesario que los vínculos de la jerarquía eclesiástica se fortalezcan, se consoliden con mayor validez y se exalten con mayor magnificencia, para que, tras perder los apoyos humanos y confiando en la ayuda de Dios y plenamente imbuida de la fe en la inerrancia de su Cabeza, la Iglesia pueda unirse con mayores lazos de seguridad y obediencia, alzarse como una falange compacta contra sus enemigos y luchar con resultados felices con mayor validez, más entusiasmo y más rapidez. […]
      
    No temo a las rebeliones, ni a las multitudes tumultuosas, ni a los pueblos, ni a los reyes; no temo a Garibaldi , no temo a Lucifer. Temo las divisiones entre los obispos: proclamemos juntos la misma verdad y que no haya divisiones entre nosotros. […]
        
    Abrazados en amor fraternal, no dudemos en repetir con el más amplio significado estas palabras de oro que San Jerónimo escribió al Papa Dámaso, palabras de oro para nuestros tiempos: “Yo, sin seguir a nadie más que a Cristo, me asocio a tu beatitud, es decir, a la Cátedra de San Pedro. Sé que la Iglesia está construida sobre esa piedra. Quien come el cordero fuera de ella es profano. Si alguien no está en el arca de Noé, perecerá en el diluvio. No conozco a Vital, rechazo a Melecio, ignoro a Paulino. Quien no recoge contigo, dispersa. Quien no es de Cristo, es del Anticristo”. […]» (Discurso del 2 de junio de 1870).
      
  • Monseñor Lorenzo Gastaldi Volpato, obispo de Saluzzo (Italia): «El Concilio de Florencia estableció que el Papa es el doctor de toda la Iglesia y de todos los cristianos. ¿Doctor del error o de la verdad? ¿Quien enseña errores es acaso un doctor? No es un doctor, sino un corruptor de mentes. El Sumo Pontífice, en el Bienaventurado Pedro, ha recibido pleno poder para pastorear. […]
       
    Apacentar significa dar alimento a todos los cristianos. ¿Acaso el error es alimento para la mente? Siempre he tenido muy claro que el error no es alimento, sino veneno para la mente. Solo la verdad nutre y vivifica nuestro espíritu; el error lo mortifica, lo mata, lo aniquila. […]
       
    ¿Podríamos creer jamás en una Iglesia que, como maestra, estamos seguros de que no puede errar, no puede alejarse de la verdad, no puede ser abandonada por Nuestro Señor Jesucristo?[…]
       
    Siempre afirmaré que la Santa Sede, en todo lo que hace pública y solemnemente, jamás podrá ser acusada de nada: todas sus decisiones y decretos pueden defenderse. Inglaterra abandonó la unidad católica por tres razones: el cesarismo, el calvinismo y la tibieza de los católicos hacia la Santa Sede.
       
    El cesarismo ya era evidente en el siglo XII, como se desprende de la historia de San Anselmo y Santo Tomás de Canterbury. Así pues, en lo que respecta a Santo Tomás de Canterbury, cabe destacar que casi todos los obispos de Inglaterra se oponían a él, quienes le decían: «Eres la causa de los males; mira las amenazas que lanza Enrique; si toda Inglaterra se arruina, será culpa tuya».
      
    Santo Tomás resistió indomable y su nombre está ahora entre los santos y los nombres de aquellos obispos yacen aplastados por el silencio.
       
    Cuando Enrique VIII quiso levantarse contra el Sumo Pontífice, todos los obispos de Inglaterra inclinaron la cabeza excepto el fortísimo Juan Bautista Fisher, que cayó mártir.
       
    Los demás dijeron: «Es necesario ceder ante la opinión pública, evitaremos males, salvaremos lo que podamos». El calvinismo se extendió por Inglaterra en tiempos de Enrique VIII, quien a la vez envió al verdugo a todos aquellos que no lo veneraban como papa. […]
       
    Mientras tanto, el calvinismo se extendía mientras Tomás Crammer, arzobispo de Canterbury, profería blasfemias e insultos durante diez largos años, jurando que celebraba la verdadera misa con la transubstanciación. Tras la muerte de Enrique VIII, el calvinismo causó furor en Inglaterra.
       
    Después de la muerte de Eduardo VI, bajo el reinado de María la Católica, quien utilizó el fuego y la espada contra los calvinistas, el calvinismo no pudo ser erradicado.
       
    De hecho, fue favorecido por Isabel en el palacio real y a su alrededor se reunieron quienes más tarde tomarían el poder. Y cuando al cardenal Reinaldo Pole, último arzobispo católico de Canterbury, le anunciaron la muerte de María, exclamó: «¡Ay! Mi Inglaterra, por la Santa Iglesia Católica, ha terminado en este reino».

    Quince días después de su ascenso al trono, Isabel prohibió la elevación de la Hostia, negando la transubstanciación. El sacerdote no obedeció y ella lo expulsó, proponiendo así la ley para restaurar el calvinismo en Inglaterra.

    Se temía que no contara con los votos necesarios. ¿Qué se hizo? Tres católicos fueron encarcelados por alta traición, lo que les permitió obtener la mayoría para entronizar el calvinismo. Es una verdad trágica que los católicos de aquella época, como se desprende de las cartas de Tomás Moro, también mártir y testigo del Supremo Poder Romano, no estaban muy apegados a la autoridad apostólica.
       
    Creían que podían ser católicos yendo a misa, confesándose y siendo sumisos a sus obispos, pero sin importarles la Santa Sede. Y durante trescientos años y más, se les ha impuesto un plácet real a todo ese clero bajo pena de alta traición. Por eso Inglaterra ha apostatado.
       
    La Santa Sede no habría podido jamás aprobar aquel juramento que se condenaba a sí misma, que condenaba al inmenso Gregorio VII, que condenaba al primer Concilio de Lyon, al cuarto Concilio de Letrán. […]
       
    Esta definición [de la Infalibilidad Papal] en el mismo momento en que sea proclamada producirá mucha alegría en el cielo, ya que la Iglesia triunfante gozará de la paz y de la concordia de la Iglesia militante, su hermana.
       
    Producirá tanta alegría en la Iglesia militante que podrá librar batallas externas sin tener que librar batallas internas. Ese día habrá tristeza y terror por el poder infernal, que será aplastado cada vez más bajo los pies de la Santísima Virgen» (Discurso del 30 de mayo de 1870).
        
    «[…] Por lo tanto, reverendísimos padres, me conmueve, y sobre todo me conmueve, que desde la inauguración de este Concilio, en todas las gacetas y periódicos, los nombres de los obispos que en esta sala han pronunciado algún lema contra la infalibilidad del Romano Pontífice hayan sido y son colmados de elogios. Los nombres de quienes defienden la infalibilidad papal son objeto de injurias e insultos.

    Por favor, en la misma página donde hay tantas blasfemias contra Jesucristo, contra su Iglesia, contra la presencia real de Nuestro Señor en la Eucaristía, leed las alabanzas, los aplausos, los elogios de quienes impugnan la infalibilidad papal. ¿Quién hablaría así, sino el diablo? ¿Quién, sino Satanás, puede al mismo tiempo blasfemar contra la Iglesia de Cristo y alabar al obispo que combate la infalibilidad de la Cabeza de la Iglesia?
      
    Si alguna vez leyera mi nombre en una de esas páginas y columnas, pensaría, como me dijeron algunos obispos, que ha llegado el momento de empezar a temblar. […]

    Temería que mi nombre, por estar escrito en esa página, hubiera sido borrado del libro de los vivos. En cambio, cuando veo mi nombre despreciado por aquellos asaltantes, enemigos y adversarios de la Iglesia, me llena de gran alegría. Tengo la esperanza de que mi nombre sea escrito entre los elegidos. Reverendísimos padres […], todos llevamos la fe católica en el corazón, todos somos pastores de Jesucristo, o mejor dicho, puestos por Él para gobernar la Iglesia, para apacentar las ovejas.

    No tenemos nada en común con el error, nada en común con Satanás. Satanás alaba a sus amigos y no a quienes lo combaten, a quienes se le oponen. […]» (Discurso del 2 de julio de 1870).
      
EXTRA: Discurso de monseñor Lucjan Bernacki Pankowski, obispo titular de Mela y auxiliar de Gniezno (Polonia) en el Concilio Vaticano II (1 de diciembre de 1962):
«El papado es una verdad revelada, a la que se oponen todos los hermanos separados. Es la piedra angular evangélica del edificio de la Iglesia de Cristo, que ellos han rechazado y rechazan. Por esta razón, me parece un deber muy serio del Concilio Ecuménico enfatizar esta doctrina de manera adecuada, y también en razón de su propósito pastoral y unitivo, asegurar que esta verdad revelada, fundamental para nuestra fe, se exponga claramente…
   
El papado no es una institución humana. Reconocerlo o rechazarlo no implica rechazar o reconocer una prerrogativa humana, ni un derecho de preeminencia fundado en ambiciones humanas. El papado es, ante todo, una verdad revelada por Cristo el Señor en persona, como el fundamento sobre el cual Cristo el Señor quiso construir, y construyó, su única Iglesia. Y reflexionemos que Cristo, al fundar su Iglesia, no distinguió entre la Iglesia de Oriente y la de Occidente, hablando simplemente de su única Iglesia.
   
Tales distinciones… no son esenciales… El problema esencial que debe plantearse toda comunidad cristiana, al investigar si es o no la verdadera Iglesia de Cristo, consiste en esto: si su constitución interna corresponde a la constitución que Cristo el Señor dio a su Iglesia; constitución que Jesucristo determinó implícitamente cuando dijo al apóstol: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”…
   
Se sabe quelas propiedades o características de la Iglesia [unidad, santidad, catolicidad, apostolicidad] fueron elaboradas por los Concilios de Nicea y Constantinopla, para que en virtud de ellos apareciera más claramente la verdad de la Iglesia con respecto a aquellas comunidades religiosas que ya en la era apostólica se declararon verdaderas iglesias de Cristo, aunque carecieran de las características de la verdadera Iglesia de Cristo.
   
En nuestra época, otra característica o propiedad parece merecedora de ser considerada esencial… la nota de PETRINIDAD, que expresa que la verdadera Iglesia de Cristo no puede ser otra que la fundada en San Pedro y su legítimo sucesor…
  
Las antiguas notas de la Iglesia, enumeradas en el Credo, han perdido en cierto modo su fuerza distintiva en los últimos siglos, ya que las llamadas denominaciones separadas se apropian abusivamente de ellas, interpretándolas subjetivamente. Por lo tanto, considero sumamente apropiado que la nota de PETRINIDAD no solo se exponga profundamente en nuestro esquema, sino que, siguiendo el ejemplo de los Concilios anteriores, se inserte en el Credo, de modo que el texto del Credo sea el siguiente: “Creo en la Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y PETRINA”».

LEÓN XIV Y EL “ECUMENISMO DE LA SANGRE”

Noticia tomada de ACTUALITÉS FSSPX.
  

En su discurso durante el rezo del Ángelus, en el día de la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, León XIV ha hablado de su papel al servicio de la unidad de la Iglesia y del “ecumenismo de la sangre” que une a todos los cristianos a través del testimonio de los mártires que dan la vida por Cristo, independientemente de la Iglesia o comunidad eclesial a que pertenezcan.

Primeramente, el Papa recordó que la Iglesia de Roma es nacida «del testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo y fecundada por su sangre y por la de muchos mártires». Mártires que contamos entre nosotros aún hoy:
«Todavía hoy hay cristianos en todo el mundo a los que el Evangelio vuelve generosos y audaces incluso a costa de la vida. Existe de ese modo un ecumenismo de la sangre, una invisible y profunda unidad entre las Iglesias cristianas, que a pesar de ello no viven todavía la comunión plena y visible».
Luego el Papa expresó su deseo de buscar la unidad de los cristianos. También explicó la relación entre Cristo y Pedro. Recordó que la obra de Jesús entre los hombres se repite en aquellos que Le siguen. Finalmente agregó que el perdón es la clave de la unidad de las iglesias.

Pero, conviene señalar que la noción del ecumenismo de la sangre es errada.

ANTECEDENTES
No es la primera vez que un Papa celebra a los “mártires” que no pertenecen a la Iglesia Católica. Juan Pablo II había intentado celebrar una “conmemoración ecuménica de los testigos de la fe del siglo XX”.

El 7 de mayo del 2000, tercer domingo de Pascua, tuvo una homilía ante los representantes de las Iglesias ortodoxas y de las Antiguas Iglesias orientales [= no calcedonianas]. También estaban presentes representantes de las comunidades protestantes y de organizaciones ecuménicas. El encuentro se hizo en el Coliseo Romano.

Juan Pablo II afirmó, en particular, que «En nuestro tiempo, “el testimonio ofrecido a Cristo hasta el derramamiento de la sangre se ha hecho patrimonio común de católicos, ortodoxos, anglicanos y protestantes” (Tértio millénnio adveniénte, n. 37)».

Algunos años después, en el 2005, fue publicado un Martirologio Universal, redactado por la Comunidad de Bose, compuesta por distintas confesiones, fundada después del Concilio por Enzo Bianchi. Este martirologio reúne a cristianos y miembros de otras creencias.

El 15 de febrero de 2021 se realizó un seminario web ecuménico con la participación del Papa Francisco, del Patriarca copto ortodoxo Teodoro II y del entonces Primado anglicano Justin Welby, para conmemorar a los 21 mártires coptos brutalmente asesinados por el Estado Islámico de Iraq y Siria en Libia el 15 de febrero de 2015.

Una semana después de la ejecución, Teodoro II inscribió a las 21 víctimas en el Libro de los Mártires de la Iglesia Copta ortodoxa. Durante la conferencia, Francisco afirmó: «Son nuestros santos, los santos de todos los cristianos, los santos de todas las denominaciones y tradiciones cristianas», los santos «del pueblo de Dios, el pueblo fiel de Dios» que «han blanqueado sus vidas en la sangre del Cordero».
  
Él concluyó su discurso con estas palabras: «Recemos juntos hoy en esta memoria de estos veintiún mártires coptos: que intercedan por todos nosotros ante el Padre. Amén».

UNA DECLARACIÓN IMPOSIBLE
Obviamente no se trata de negar los terribiles sufrimientos padecidos por estas víctimas del odio anticristiano. No es de ignorar el hecho de que habían preferido la muerte a la negación de su propia fe. Pero es simplemente imposible para la Iglesia Católica declararlos “mártires”. Esta declaración, de hecho, carece de una definición crucial.

Un mártir es, en realidad, alguien que ha sufrido voluntariamente la muerte infligida en odio a la fe católica [aunque la muerte no se siga necesariamente, como en María Santísima y en San Juan Evangelista, N. del T]. Por tanto, para poder aplicar a este título, es esencial que la persona pertenezca visiblemente a la Iglesia Católica por su profesión de fe. De hecho, la Iglesia no puede juzgar lo que es interior al alma, sino que juzga por los signos exteriores que observa.

Por este motivo, el Papa Benedicto XIV (1675-1758), en su tratado sobre la canonización de los santos, explica que no es posible afirmar el martirio de una persona que no pertenezca a la Iglesia.

¿Esto significa que no puedan haber mártires fuera de los confines visibles de la Iglesia? Es posible, continúa Benedicto XIV, pero en tal caso son «mártires ante Dios, y no ante la Iglesia», que no pueden juzgarlos. Recibirán en el Cielo la recompensa destinada a los mártires, mas permanecen desconocidos a nosotros aquí abajo.

Por ende, esta doctrina profesada por Juan Pablo II, Francisco y ahora León XIV, además de carecer de fundamento teológico, según Benedicto XIV, tiene el efecto de suprimir las diferencias entre la Iglesia Católica y las otras religiones. Disuelve el límite entre la única verdadera Iglesia y todos los que están separados de ella.

Crea también la sensación que se puede ser salvo indiferentemente en cualquier religión y contribuye a aquel relativismo destructivo de la verdadera fe, que halla su punto de partida en la declaración Dignitátis Humánæ del Concilio Vaticano II.

No existen santos comunes a todas las confesiones y tradiciones cristianas. La Iglesia no tiene el poder de declararlo. Podemos ciertamente orar por los cristianos no católicos, mas no podemos orarles.

sábado, 5 de julio de 2025

EL SERMÓN LLAMANDO A RENDICIÓN


En el sitio web de la Archidiócesis de Singapur, el servil cardenal William Goh Seng Chye (威廉 吳成才) publicó ayer 5 de Julio una homilía que en pocas palabras llama a la rendición y sumisión al cambio por el cambio (Traducción propia; negrillas del original):
ADAPTÁNDOSE AL CAMBIO
Lecciones de las Escrituras: [Gn. 27:1-5.15-29 ; Mt. 9:14-17]
   
Todos deseamos progresar, pero esto no es posible sin cambio. Como seres de hábitos, no nos adaptamos fácilmente a los cambios. Preferimos hacer lo mismo de siempre porque exige menos esfuerzo y energía. Además, está bajo nuestro control y conocemos los resultados esperados. Cambiar requiere que “muramos a nosotros mismos” y a nuestras formas habituales de hacer las cosas. Implica aprender cosas nuevas, adaptarnos a nuevas situaciones y, sobre todo, afrontar lo desconocido. El cambio nos da miedo, pero esta disposición al cambio es precisamente el desafío del Evangelio hoy.
   
Cuando le preguntaron a Jesús por qué sus discípulos no ayunaban, a diferencia de los discípulos de Juan y los fariseos, respondió: «¿Acaso los acompañantes del novio no pensarían en llorar mientras el novio esté con ellos? Pero llegará el momento en que el novio les será arrebatado, y entonces ayunarán». En otras palabras, dejó claro que la situación había cambiado. Antes de su venida, el ayuno era necesario para prepararse para la venida del Mesías. El propósito del ayuno era un medio para un fin. Pero como el fin ya había llegado con su venida, el ayuno ya no era necesario hasta que Él fuera arrebatado. El mensaje de Jesús es claro: debemos adaptarnos a las situaciones cambiantes. No podemos quedarnos donde estamos cuando los tiempos han cambiado. No basta con repetir lo que hacemos; debemos estar siempre atentos a los tiempos cambiantes y asegurarnos de que estamos respondiendo de forma correcta y apropiada.
   
El peligro de los tradicionalistas es que, en su afán por mantenerse fieles al pasado, olvidan que la fidelidad al pasado requiere cambio. La ironía es que no cambiar es ser infiel a nuestro pasado. Simplemente aferrarse a las prácticas pasadas, simplemente repitiéndolas, sería una señal de infidelidad. En cambio, la fidelidad al pasado significa fidelidad a los principios originales que dieron lugar a ciertas prácticas y normas. Si bien la expresión debe cambiar según los tiempos, la verdad fundamental permanece. La esencia y la verdad en sí mismas no pueden cambiar, pero la forma en que expresamos esta verdad debe adaptarse a nuestros tiempos. Por eso, aunque las doctrinas de la Iglesia no pueden cambiar, ya que se basan en la verdad, la teología está en constante evolución. Buscamos constantemente reexpresar las verdades eternas de maneras que sean comunicables y comprensibles para nuestro público. De lo contrario, el mensaje cristiano corre el riesgo de volverse redundante, si no irrelevante, para nuestra gente de hoy.
    
La fidelidad a la verdad exige una continuidad creativa y dinámica con el pasado. Por ello, la celebración de la Eucaristía ha evolucionado a lo largo de los últimos 2000 años. Los principios esenciales de la Eucaristía son inmutables: que la Misa es un sacrificio, una comida, la presencia real del Señor y una acción de gracias. Sin embargo, la forma de celebrar la Misa ha ido cambiando desde la primera Misa celebrada por los primeros cristianos. Un estudio de la evolución histórica de la Misa nos ayudará a apreciar los cambios que se han realizado y se siguen realizando para que la celebración de la Misa se mantenga fiel a su significado original, pero relevante para nuestros tiempos.
    
Esto también aplica al ayuno y la abstinencia. La Iglesia Universal exige a los católicos ayunar y abstenerse de comer carne el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo como muestra de solidaridad en la observancia de la penitencia. Sin embargo, el resto de los viernes del año, excepto en las solemnidades, se debe observar la penitencia.
    
En muchos casos, no comer carne no es una verdadera penitencia para algunos, quienes prefieren el pescado y el marisco. Por otro lado, debido a la opción de penitencia que se les da a los católicos hoy en día —permitiéndoles sustituir la abstinencia de carne por otras—, muchos católicos han olvidado, sin querer, que el viernes es un día de penitencia. Como resultado, no se practica la penitencia en absoluto.
   
Así, nos quedamos en un dilema en cuanto a cuál es la mejor práctica: insistir en que todos hagamos una penitencia común el viernes no comiendo carne, para que podamos ayudarnos unos a otros a recordar hacer la penitencia y terminar haciéndola servilmente por miedo a la condena de los demás; o permitir que nuestros católicos elijan su forma significativa de penitencia con la posibilidad de que se olviden de hacerla.
    
En definitiva, la esencia de la pregunta es: ¿Cómo podemos mantenernos espiritualmente en sintonía con Dios y con el prójimo mediante la observancia de la penitencia? Cuál es la mejor manera de ayudar a nuestros católicos a observar el espíritu de penitencia es debatible, y esto radica en la diferencia de opiniones respecto a la aplicación práctica de la necesidad de la penitencia.
    
La pregunta que se nos plantea, entonces, es si estamos dispuestos y abiertos al cambio. El cambio es fundamental para el progreso. Claro que no decimos que todas las innovaciones traigan progreso; algunas pueden resultar en decadencia. Sin embargo, el progreso auténtico requiere cambio. Esta es la advertencia de las parábolas. Cuando Jesús dijo a sus discípulos que el vino nuevo necesita odres nuevos, intentaba ayudar a sus semejantes a superar su estrechez de miras y a tener una visión más amplia. Mientras permanecieran reacios al Mensaje del Reino que Jesús trajo —el mensaje del amor del Padre— y se obsesionaran con la comprensión del Antiguo Testamento de un Dios vengativo y legalista, no podrían experimentar verdaderamente el amor de Dios. Para mantenernos relevantes, necesitamos ser consecuentes y estar en sintonía con los tiempos. Como dijo Jesús: «Nadie pone un remiendo de paño nuevo en un vestido viejo, porque el remiendo tira del vestido y la rotura se hace peor».
    
¿Cómo, entonces, podemos superar el miedo a lo impredecible? Hoy, en la primera lectura, se nos llama a reconocer que la vida es un misterio. La intriga de cómo Jacob burló a su hermano Esaú y engañó a su padre ciego, Isaac, para que le diera las bendiciones destinadas a Esaú, quien era el primogénito, es ciertamente reprensible a nuestros ojos. Uno se pregunta dónde está la justicia de Dios y cómo se pudieron permitir tales cosas. Parece que los pecadores e inescrupulosos salieron victoriosos. ¿Acaso la Biblia avala lo que hicieron como correcto? Incluso si Jacob fue elegido por Dios para estar en la línea de patriarcas del pueblo elegido de Dios, parece sugerir que Dios condonó tal acto. En realidad, la Biblia no condonaba el engaño de Jacob, pues tuvo que pagar las consecuencias de su pecado al ser enviado al exilio de su hogar durante veinte años.
    
Sin embargo, la verdad es que, según la elección divina, Jacob fue elegido por Dios para recibir las bendiciones para Israel. Dios, en efecto, había elegido a Jacob. Esto es lo que llamamos predilección divina: la salvación es obra de Dios y Él toma la iniciativa. La elección divina sigue siendo prerrogativa de Dios.
    
Pero no se puede decir que Dios planeó que Jacob despojara a su hermano Esaú de su primogenitura. En realidad, el plan de Dios se desarrolló a través del drama humano de los celos y la ambición. Esta historia demuestra que el plan de Dios no puede ser obstaculizado por el hombre. Él escribe derecho en renglones torcidos. Dios usará los pecados y el egoísmo del hombre para impulsar su plan divino. Dios obra incluso a través de las motivaciones indignas del hombre. Para quienes lo aman, Dios coopera, redirigiendo todo para su bien, conforme a su propósito (Romanos 8:28). La pecaminosidad y la maldad del hombre no pueden frustrar el plan de Dios.
   
Los caminos de Dios están verdaderamente más allá de nuestro entendimiento. Como en el caso de Jesús, fue asesinado como un criminal por error, pero su muerte trajo consigo la resurrección. Escogió a pecadores como Saúl para ser sus apóstoles. Escogió a las personas más insospechadas para ser sus apóstoles: pescadores, recaudadores de impuestos y revolucionarios. Jacob, en nuestra opinión, no merece ser el padre del pueblo de Dios. Si bien nuestra compasión está con Esaú, sin embargo, en el plan de Dios, la promesa de Dios a Abraham se cumpliría a través de Jacob. Con el salmista en la fe, oramos: «Alabad al Señor porque el Señor es bueno. Cantad un salmo a su nombre porque es amoroso. Porque el Señor ha elegido a Jacob para sí y a Israel para posesión suya. Porque yo sé que el Señor es grande, que nuestro Señor es excelso sobre todos los dioses. El Señor hace todo lo que quiere, en el cielo, en la tierra y en los mares».
   
Por esta razón, estamos llamados a confiar en Dios y a entregarle nuestras vidas. Si los cambios nos resultan difíciles de aceptar, debemos arriesgarnos a creer en su plan divino para nosotros. Al someternos humildemente a la divina providencia y permitir que su gracia obre en y a través del drama de la existencia humana, encontraremos la verdadera felicidad. Para acoger la vida divina de Dios en nuestras vidas, necesitamos ser dóciles y confiados.
   
Si amamos a Dios, Él tiene planes más grandes para nosotros. Solo nos haremos daño si insistimos en aferrarnos a nuestra visión limitada de la vida y quedarnos en la comodidad de nuestro entorno habitual. El vino nuevo necesita odres nuevos. Jesús es el Vino Nuevo que nos da el Espíritu Santo. A menos que seamos dóciles y receptivos, Él no puede darnos una nueva forma de vivir. Recibir a Jesús es mirar la vida desde la perspectiva de Cristo, que es totalmente diferente a la del mundo. ¿Somos lo suficientemente valientes para seguirlo con fe, creyendo en lo imposible y en que sus planes divinos se cumplirán en nuestras vidas, y que nada, ni siquiera el pecado, puede obstaculizar su plan divino para la creación?
En sus cuentas de Facebook y Twitter, Goh (que posaba de conservador y hasta se disfrazó de obispo católico para tomar posesión de su iglesia titular, la palotina Santa María Reina de la Paz en Ostia-Lido, como muestra la foto encabezando este artículo) destacó el tercer párrafo, a saber:
«El peligro de los tradicionalistas es que, en su afán por mantenerse fieles al pasado, olvidan que la fidelidad al pasado requiere cambio. La ironía es que no cambiar es ser infiel a nuestro pasado. Simplemente aferrarse a las prácticas pasadas, simplemente repitiéndolas, sería una señal de infidelidad. En cambio, la fidelidad al pasado significa fidelidad a los principios originales que dieron lugar a ciertas prácticas y normas. Si bien la expresión debe cambiar según los tiempos, la verdad fundamental permanece. La esencia y la verdad en sí mismas no pueden cambiar, pero la forma en que expresamos esta verdad debe adaptarse a nuestros tiempos».
  

Ahora, Goh aplica lo que predica: En el año 2018, cuando era el arzobispón Goh, había publicado una carta pastoral oponiéndose a la despenalización de la sodomía en su país, advirtiendo que derogar el artículo 377A del Código Penal de 1871 (cuando Singapur era parte de las británicas Colonias del Estrecho) traería «terribles e irreversibles consecuencias a largo plazo».
  
Goh fue creado cardenal por Francisco Bergoglio en el consistorio del 27 de Agosto de 2022 Al año siguiente, el cardenal Goh, comentando en el diario local Straits Times sobre “Fidúcia Súpplicans”, dijo que si bien apoya la postura de la Iglesia sobre el matrimonio tradicional, las bendiciones no son aprobaciones del pecado, sino más bien «expresiones del amor de Dios por todas las personas, incluidas las que se encuentran en “situaciones irregulares”».