El ministerio público de Paderborn (Alemania) se negó a investigar al arzobispón local Udo Markus Bentz por una puesta en escena blasfema con pollos congelados en pañal, torsos desnudos y guadañas en la catedral de Santa María, San Liborio y San Quiliano de Paderborn, informó el Reinischer Post ayer 4 de Julio.
En mayo, un abogado de Iserlohn presentó una denuncia penal contra personas indeterminadas por perturbación de la práctica religiosa y acusó a Bentz y a los funcionarios de la Asociación Regional de Westfalia-Lippe que estuvieron presentes en el acto parte de la exposición especial „775 – Westfalen“ (755 – Westfalia), donde también asistieron el presidente federal de Alemania Frank-Walter Steinmeier Broy (Partido Socialdemócrata de Alemania) y el ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia Hendrik Josef Wüst (Unión Democristiana).
Sin embargo, el fiscal alegó que la presentación se basó en un cambio arbitrario de última hora del programa por parte del grupo de artistas y no contó con la aprobación ni del arzobispón ni de la asociación regional. Ítem, agregó que se trataba de un acto laico, por lo que «no se había perturbado ninguna celebración religiosa». Tampoco se insultó a ninguna confesión religiosa.
Una campaña se inició en Citizen.go pidiendo la rededicación de la catedral, recogiendo más de 27.000 firmas. El cabildo catedralicio y la asociación regional se distanciaron del evento poco después. En un comunicado conjunto, declararon no tener conocimiento previo de la celebración y lamentaron la ofensa a los sentimientos religiosos.
Bueno, el fiscal tiene razón: era un acto laico. Igual que el Novus Ordo, que es un rito presidido por laicos que no tienen potestad clerical, porque no tienen órdenes válidas. Así, con ellos, tampoco tendría efecto una eventual “rededicación” de la catedral.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)