León XIV Riggitano-Prévost presidió ayer 9 de Julio la primera “Misa por el Cuidado de la Creación” en el jardín contiguo a la Aldea Laudato Si’, un centro educativo establecido en la villa papal de Castelgandolfo, a la que él volvió a veranear después de doce años de abandono por su predecesor.
El formulario de la “Misa por el Cuidado de la Creación”, creado bajo influencia del mensaje wojtyliano de la Jornada Mundial de Oración por la Paz de 1990 y las pseudoencíclicas bergoglianas Laudato Si’ (publicada casualmente el 9 de Julio de 2015) y Laudáte Deum, había sido presentado el pasado jueves 3 de Julio, como una monserga sobre el cuidado de la creación.
A Riggitano-Prévost lo acompañaron el arzobispón Vittorio Francesco Viola Mello OFM (secretario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos), el cardenal judeo-checo-canadiense Michael Félix Czerny Hayek SJ (prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral) y el arzobispón irlandés John Joseph Kennedy (secretario de la Sección disciplinaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el que “excomulgó” al arzobispo Carlo María Viganò). Todos con ornamentos verdes (¿qué no en las misas votivas pro necessitátibus se usan ornamentos morados?).
En su homilía, recordó que su antecesor Francisco Bergoglio decidió cómo debía ser el jardín, al que llamó “catedral natural”; y como Bergoglio, repitió el grito alarmista de los propagandistas del “Cambio climático” (antiguo “Calentamiento global”) antropogénico:
«Tantos de los desastres na⁷turales que vemos en el mundo, en varios lugares y países, son producidos, en parte, por los excesos del ser humano, a causa de su estilo de vida. Por eso debemos preguntarnos a nosotros mismos si estamos viviendo o no esa conversión que es tan necesaria.Después de estas palabras, tengo también una homilía que había preparado para esta ocasión y que quisiera compartir con ustedes. Les pido un poco de paciencia, pues contiene algunos elementos que realmente nos ayudan a continuar esta mañana con nuestra reflexión, durante este momento familiar y sereno, si bien en un mundo que arde, tanto por el calentamiento global como por los conflictos armados, que hacen tan actual el mensaje delPapaFrancisco en las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti».
Antes, aludiendo a una laguna presente en el jardín como una fuente bautismal, dijo:
«Al principio de la Misa hemos pedido por la conversión, por nuestra conversión. Quisiera agregar que tenemos que pedir por la conversión de muchas personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia, que aún no reconocen la urgencia de cuidar nuestra casa común».
Nada de conversión a Jesucristo y su Iglesia Católica (a la que, de todos modos, ellos NO PERTENECEN NI REPRESENTAN). Ni mucho menos se habló de la fiesta de los Prodigios de Nuestra Señora, que en otro tiempo se conmemoraba ese día en la Alma Urbe. Y así y todo, los neocones, pseudotradis y defectores insisten en que el camaleónico León deshará la obra de Bergoglio, cuando en realidad es tan radical como este.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)