Durante la conferencia de prensa que presentara la “Missa Pro custódia creatiónis”, un periodista preguntó por la reciente filtración de los resultados del sondeo de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe (que absorbió como la Sección Cuarta a la antigua “Pontificia Comisión Ecclésia Dei”) sobre la “Forma Extraordinaria” entre fines de 2020 y comienzos de 2021, y que lejos de buscar mayores restricciones, mostró que la mayoría de diócesis consultadas pedían mantener las libertades a esta en “Summórum Pontíficum”:
- En África y Asia, muchos ordinarios expresaban sorpresa por la escasa presencia del rito tradicional, pero no mostraban oposición. En Filipinas, uno de ellos resumía: «Dejad que el pueblo sea libre para escoger».
- En Europa, mientras algunos en Italia puntualmente mostraban reticencias, Francia (que con todo y tenerla en casi todas sus diócesis, su respuesta ya era conocida: la Misa Latina Tradicional representa causa de cisma porque es incompatible con el Novus Ordo) y Alemania valoraban la estabilidad alcanzada y el aumento de vocaciones en los institutos Ecclésia Dei.
- En España e Hispanoamérica, la posición dominante era de indiferencia a pesar de las solicitudes de los fieles, pero el informe constata la aparición de grupos estables y fieles agradecidos que salieron de una «vida eclesial marcada por la clandestinidad, el rechazo y los abusos de poder».
- En Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, se destaca la fuerza de los jóvenes, el crecimiento de las vocaciones tradicionales y la plena integración pastoral con las diócesis.
- Frutos: Allí donde se aplicó con generosidad “Summórum Pontíficum”, surgieron comunidades estables, pacíficas y pastorales. Jóvenes conversos o retornados a la fe se sintieron atraídos por la solemnidad, el silencio y la belleza del rito tradicional.
- Conclusión: Si bien algunos pedían su abrogación, la opinión dominante (y que incluso Allen Henry “el Chiflado” Vigneron Kott, el constructor de la espantosa y satánica catedral de Oakland y antecesor de Edward Joseph Wiesenburger Walters en Detroit) era que modificar o derogar “Summórum Pontíficum” haría más daño que bien. El arzobispón de Milán Mario Enrico Delpini Caruggi advertía que una intervención explícita «provocaría nuevas olas de disensión y resentimiento» que alimentaría una mayor resistencia. Otros hablaban directamente del riesgo de nuevo cisma y de que Roma perdiera toda credibilidad, al quedar «como quien quita con una mano lo que con la otra había dado».
Ante la pregunta, el portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede Matteo Bruni (foto, parte del trío apocalíptico de la prensa vaticana junto al periodista devenido en liturgista Andrea Tornielli y Paolo Ruffini La Loggia), respondió con un visible nerviosismo:
«Permitidme hacer uso de la palabra: Bueno, esto no es relevante en la conferencia de prensa de hoy. Estamos hablando de la “Missa pro custódia creatiónis”. Entonces son dos temas completamente diferentes. Pero a modo de información, no confirmo la autenticidad de los textos que se han publicado. Esto es parte de uno de los documentos sobre los cuales se tomó la decisión [de publicar Traditiónis custódes], y esto, por supuesto, es muy, muy, muy incompleto y una reconstrucción parcial”. Ahora bien, la consulta fue apoyada por otra documentación y otros informes reservados y consultas internas que recibió el Dicasterio de la Doctrina de la Fe. No agregaré nada a esto, porque no tiene nada que ver con la conferencia de prensa de hoy».
Nerviosismo. Nerviosismo a flor de jeta en toda la mesa, porque, a más de la autocracia (que ya era de conocimiento público), se evidenció que Bergoglio mintió. Mintió descaradamente, como tantas veces.
Incluso Katholische.de, el sitio informativo de los obispones alemanes, admitió (muy diplomáticamente) que Bergoglio MINTIÓ en Traditiónis Custódes:
«ElpapaFrancisco parece haber ignorado el consejo de los obispos consultados a nivel mundial al restringir la Misa Latina tradicional. Según documentos ya públicos, las respuestas a una encuesta realizada por la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la implementación de las normas para la liturgia preconciliar establecidas por elpapaBenedicto XVI fueron significativamente más positivas que las presentadas por el propiopapa» (Negrillas fuera del texto).
Como sea, el Vaticano bergogliano mintió. No se podía esperar menos.