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NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

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jueves, 4 de agosto de 2022

NOVENA EN HONOR A SAN HIPÓLITO MÁRTIR

Novena compuesta por el padre José Mariano de Gronda SJ, publicada en México por la imprenta de doña María Fernández Jauregui en 1809, y reimpresa en la misma ciudad por don Luis Abadiano y Valdés en 1844. Mons. Fray José María de Jesús de Belaunzarán y Ureña OFM Ref., Obispo de Linares/Nuevo León (actual Monterrey) concedió por cada palabra de esta Novena 240 días de Indulgencia.
   
INTRODUCCIÓN (Por el autor)
Suele la multiplicidad hacer embarazosas las devociones: a esta causa procuramos ahorrar todo lo posible de rezos. Por lo que mira a aquellas comuniones frecuentes, disciplinas, cilicios y tales ejerccios piadosos que suelen prescribir otros devocionarios, juzgamos mucho más conveniente dejarlo todo a discreción del padre espiritual. El tiempo, aunque cualquiera parezca a propósito, pero según que en otras Novenas se estila; corre desde el cuatro hasta el doce de Agosto, víspera del día en que la Iglesia nuestra Madre hace memoria del ínclito Patrón de esta ciudad el Santo Martir HIPÓLITO, cuyo singular patrocinio contra la diversidad de pestes, como lo experimentará quien a él se acogiere, como se acogió en semejante aprieto la Francia. Lea el que gustare la relación, sacada de muchos y auténticos testimonios, que han dado a la luz pública los insignes Jesuitas de Amberes, en el tomo III, a 13 de Agosto.
   
NOVENA EN HONOR AL SANTO MÁRTIR HIPÓLITO, PATRONO ESPECIALÍSIMO DE MÉXICO Y ABOGADO CONTRA LA PESTE
     
   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
ACTO DE CONTRICIÓN
Amabilísimo Dios, Trino y Uno, veis aquí este pecador abominable, que de lo íntimo del corazón detesta su temeraria ingratitud y correspondencia inicua a vuestros beneficios; proponiendo desde este punto no volver a agraviaros jamás, por ser Vos infinita bondad dignísima de todo amor posible. Concededme, Eterno Padre mío, vuestro Espíritu Santo y sus auxilios especiales, con que pueda y quiera cumpliros esta palabra, por la Sangre de vuestro Unigénito y méritos de infinito valor, que me inspiran esta confianza en vuestra misericordia. Amén.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Gracias os doy cuantas puedo, y quisiera dároslas infinitas, Eterno Dios, Padre y Señor de todas las criaturas; porque con un rayo de celestial lumbre abristeis los ojos de vuestro muy favorecido Siervo HIPÓLITO; para que conocida la vanidad del gentilismo, corriera con ligereza propia de ciervo a aquellas aguas en que participamos todos vuestro Espíritu Santo, y abrasado en ellas de vuestro amor Divino, se ofreciera intrépido a la muerte por mantener la verdadera Fe de Jesucristo: suplícoos, Trinidad Beatísima, ilustreis mi entendimiento e inflameis mi voluntad, para que despreciadas las vanidades todas de esta vida, me adelante cada día en el camino de la perfección, sin nunca desdecir de las altas obligaciones que profesé en el Bautismo, hasta morir si fuere necesario por defender vuestra ley santa. Amén.
   
Un Credo a la Santísima Trinidad, y un Padre nuestro y Ave María en honra del Santo.
   
DÍA PRIMERO – 4 DE AGOSTO
Poderosísimo protector mío Señor San HIPÓLITO, entre los hombres uno de los más afortunados, que lograsteis la sabia instruccion del Santo Diácono y glorioso Mártir de Jesucristo San Lorenzo: quien por los tesoros de la Iglesia, que vos lo pedías os mostrase, os manifestó el tesoro, sobre todos apreciable, que la Iglesia tiene; y consiste en el conocimiento dei verdadero Dios, y profesión de su soberana ley: alcanzadme de la augustísima Trinidad el que sabiéndome aprovechar de los sermones y pláticas santas que usa el cristianismo, solo busque aquellas riquezas que puedan conducirme a la perfecta observancia de mis obligaciones, y conocimiento práctico de aquel Señor a quien por la fe reconozco, y a cuya mayor gloria pretendo ceda mi deseo particular. Amén. Aquí se hace la petición.
  
DEPRECACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
Soberana Emperatriz del cielo, Madre del Verbo Eterno, Madre de misericordia, Madre de los desamparados, y por eso Madre mía; rendido, humilde, y confiado vengo buscando en tu protección el amparo, en tu misericordia el remedio, y en tu piedad el consuelo. Yo te ofrezco el corazón, la vida, el aliento, el alma, las potencias y sentidos, y te suplico me ilustres la Fe, animes mi Esperanza, y me enciendas en la Caridad, arraigando en mí la resignación, la humildad, la paciencia, y los pobres ejercicios de esta Novena, para que siendo del agrado de Dios nuestro Señor, y en honra del glorioso Mártir Señor San HIPÓLITO, consigámos favorable despacho a nuestras peticiones, para mayor honra y gloria de Dios nuestro Señor. Amén.
   
ORACIÓN QUE SE HA DE REPETIR CADA DÍA
Dios y Señor de infinito Poder, que de las piedras formais hijos de Abrahán, como se vio en este soldado valeroso Mártir vuestro San HIPÓLITO, al cual aun sin pedirtelo, de gentil idólatra hicisteis fervoroso creyerte y perfecto cristiano, fortaleciendolo, para que muriese en defensa de la verdadera Fe, con los socorros extraordinarios de vuestra gracia: atended, misericordiosísimo Padre, la representación que ahora os hace de mi necesidad, y dignaos condescender a sus ruegos. Volved asimismo vuestros compasivos ojos hacia esta ciudad, para librarla del contagio, especialmente el de las culpas. Concededme también, por los méritos de este vuestro escogido siervo, que yo aprecie de manera la religión cristiana, que por la obra muestre estar dispuesto aá morir antes que contravenir a sus santísimos dogmas, para que mi vida perfecta glorifique a vuestra amabilísima Trinidad, a quien sea la honra, virtud y fortaleza por infinidad de siglos. Amén.
    
GOZOS
   
Hipólito, pues patrón
Eres tú de esta ciudad:
Yo ocurro a tu caridad:
Yo imploro tu protección.
    
Al gran Jesús conociste
Con dicha maravillosa,
Por tanta obra prodigiosa
Que hacer a Lorenzo viste:
El Bautismo recibiste
De mano de este campeón: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
El impío Valeriano, 
Luego que lo sabe, injusto
Te manda prender, adusto
Te hace atormentar, insano:
Golpeó con piedra cruel en mano
Tu boca, sin compasión: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
Tu cuerpo santo azotaron
Con varas manos ferinas;
Y con cardos, con espinas
Tus carnes tiernas rasgaron:
Pero a vencer no llegaron
Tu invencible corazón: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
A Concordia tu nodriza,
Azotan en tu presencia
Con tal rigor e inclemencia,
Que en el tormento agoniza:
Mas esto no atemoriza
A tu fe, a tu religión: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
   
Tu familia numerosa,
De ti tiernamente amada,
A tu vista es degollada
Por sentencia rigurosa:
En tu constancia asombrosa
Tampoco esto hizo impresión: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
     
A cuatro potros atado 
Te arrastran con furia ardiente 
Por un campo; y finalmente 
Mueres todo destrozado: 
¡Alma feliz! ya has volado 
A morar en la alta Sion: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
Tus méritos relevantes 
Gozan ya en trono lucido 
Del premio que has merecido 
Con tantos triunfos brillantes: 
No olvides tú a tus amantes, 
que buscan tu mediación: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
   
Hipólito, pues Patrón
Eres tú de esta ciudad: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección.
   
ORACIÓN
Oh Dios, que nos regocijas con los méritos e intercesión de tu bienaventurado mártir San Hipólito, concédenos propicio que, cuantos por él buscamos tus mercedes, consigamos el don de tu gracia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
 
DÍA SEGUNDO – 5 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
  
Fidelisino Varón, y esclarecido Mártir de Jesucristo, Señor San HIPÓLITO, que apenas oídas las primeras lecciones de él, que la amorosa providencia de nuestro Dios os destinó para Maestro, os mostrasteis discípulo muy aprovechado en la escuela sabia del amor Divino, posponiendo a un mundo de intereses la gloria de ser cristiano: alcanzadme de la Santísima Trinidad, que imite yo perfectamente la docilidad de vuestro espíritu a las Divinas inspiraciones; y que glorificandome solo de ser humilde siervo de Jesucristo, me aproveche de los consejos de aquellos que Él me ha señalado vicarios suyos sobre la tierra: con lo cual mejor me disponga a recibir la merced particular que solicito por vuestro medio. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
    
DÍA TERCERO – 6 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
    
Varón fervorosísimo, y heroico menospreciador de los respetos humanos, Señor San HIPÓLITO, que en cumplimiento de vuestras ardientes ansias pedisteis y recibisteis en efecto el sagrado Bautismo, sin recelar que el mudar de milicia os había de conducir hasta la última miseria delante de los hombres: interceded por mí con la Beatísima Trinidad, para que a vuestra imitación, tampoco yo haga aprecio de los dichos y hechos de los que censuren mi mudanza de vida, aunque el practicarlo me sea ocasión de perderla. Esforzad asimismo vuestros ruegos para el socorro de mi presente necesidad. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA CUARTO – 7 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
    
Felicísimo Varón y protector mío, Señor San HIPÓLITO, que ennoblecido con la divisa de caballero de Jesucristo, merecisteis ser admitido a la participación del sacrificio incruento del Altar, y asentaros a aquella mesa en que el mismo Dios Hombre se digna darse a sus siervos por mantenimiento cumplido con que caminen hasta la vida eterna: rogad por mí a la Beatísima Trinidad, para que adornado como vos de todas las virtudes, perciba el fruto de los sacramentos, especialmente del de la Divina Eucaristía, a que me confiere derecho el santo bautismo. Alcanzadme también el favor particular que os vengo pidiendo en esta novena. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA QUINTO - 8 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
    
Celantísimo siervo del honor divino, Señor San HIPÓLITO, que encendido con el fuego de aquella ardiente caridad que inspira a los que dignamente lo reciben, Jesucristo Sacramentado, salisteis a abrazar a vuestros familiares, mostrándoos por el hecho verdadero Padre de sus almas: impetradme del Todopoderoso Dios, Trino y Uno, que solo busque en mis acciones su mayor gloria y la dilatacion de su santisimo nombre; que solo piense en aprovechar a mis prójimos, singularmente a aquellos que en alguna manera me están subordinados, y el favor especial que por vuestra intercesión espero conseguir. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
    
DÍA SEXTO – 9 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
    
Ilustre imitador del sabio Maestro de las gentes, Señor San HIPÓLITO, que transformado por medio de la Eucaristía en la persona del humanado Dios, hecho de perseguidor del nombre cristiano predicador fervoroso del Evangelio, lo annuciasteis a los gentiles vuestros domésticos: ejercitad conmigo vuestro celestial magisterio, para que a vuestra imitación, yo aproveche también con buenas palabras a mis prójimos, y encienda en ellos aquel fuego que vino a prender en el mundo el Salvador del linaje humano. Conseguidme también de la Santisima Trinidad el favor especial que pretendo por vuestra intercesión poderosa. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
    
DÍA SÉPTIMO – 10 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
    
Predicador venturosísimo del nombre de Cristo, Señor San HIPÓLITO, cuyas fervientes exhortaciones apenas desprendidas de vuestros labios, surtieron el buen efecto que desábais en vuestros familiares, quienes a vuestro ejemplo, abrazaron con gusto la verdadera Fe y abjuraron los errores y supersticiones del loco paganismo: rogad por mí a la Beatísima Trididad, para que juntando yo a la palabra los buenos ejemplos, me haga poderoso delante de Dios y de los hombres, y de esta suerte contribuya a su mayor gloria. Pedidle también, amado protector mío, ine conceda el favor particular que poniéndoos a vos por medianero le he suplicado. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA OCTAVO – 11 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
    
Varón constantísimo y valeroso soldado de Jesucristo, Señor San HIPÓLITO, que acusado al impío Decio Emperador de haber honrado las cenizas del Mártir San Lorenzo, y reconvenido ridículamente sobre si os habíais hecho Mago, con libertad santa protestasteis que no; sino que militábais bajo el estandarte del que había sido crucificado por redimirnos de la esclavitud del demonio; por lo cual os fue despedazada con duras piedras la boca, y desnudo vuestro cuerpo del nuevo traje que usábais como cristiano, desgarrado con azotes crueles: suplicad por mí a la Beatisima Trinidad que imitando yo vuestra fortaleza, me ofrezca a cualquier trabajo, antes que avergonzarme de ser y parecer siervo de aquel Dios Hombre, que por nuestro amor sufrió el tormento e ignominia de cruz. Impetradme también la gracia especial que espero de tu poderoso valimiento con la Divina Majestad. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
    
DÍA NOVENO – 12 DE AGOSTO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
    
Amador perfecto de nuestro Dios y del prójimo, Señor San HIPÓLITO, que por no abandonar la Fe verdadera, en nada tuvisteis ser deshonrado, desposeido de vuestra rica hacienda y acabar finalmente la vida arrastrado de cuatro caballos por cordeles: ¡cuánto te alegrarás en el Cielo de ver, que a causa de tu buen ejemplo y fervorosas pláticas, os precedieron en el martirio hasta diez y nueve familiares de uno y otro sexo! Suplícoos rendidamente que representéis vuestro grande mérito ante el trono de la Augustísima Trinidad, para que me conceda abundantes gracias, con que amándola como debo sobre iodas las cosas, llegue con muchos otros, que por mi medio se conviertan, a gozar de su agradabilísima compañía, de la vuestra y demás Bienaventurados. Ni os olvidéis, protector mío poderosísimo, de impetrarme el favor especial que espero por vuestra interposición. Amén.
   
Hacer la petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.

sábado, 13 de marzo de 2021

DÍA TRECE DEL MES, EN HONOR A SAN HIPÓLITO MÁRTIR

Tomado de la Novena a San Hipólito Mártir, del padre José Mariano de Gronda SJ, publicada en México por Don Luis de Abadiano y Valdés en 1844.
  
DEVOCIÓN DEL DÍA TRECE DEL MES, EN HONOR AL GLORIOSO MÁRTIR SAN HIPÓLITO
    
   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
     
ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús amabilísimo, Hijo unigénito del Padre, resplandor de su gloria, imagen viva de su substancia, rey de todos los mártires, tú mas que todos ellos padeciste en tu adorable humanidad. Para obrar nuestra redención hubiera sido suficiente derramar una lágrima, lanzar un suspiro, hacer una breve oración, como que cualquiera obra tuya era de infinito valor; mas si esto solo era bastante para nuestro rescate, tu inmensa bondad no lo reputó suficiente a satisfacer al amor con que te dignaste de amarnos. Te sujetaste, pues, para hacer de él pomposo alarde, a una vida la más penosa, a una pasión la más sangrienta, y a una muerte la más amarga. ¡Oh amor incomprensible! ¿Y como a vista de él podré yo desconfiar de alcanzar perdón de mis culpas de un Redentor tan amoroso? Lo espero firmemente; y animado de esta confianza, me postro al pie de tu santa cruz: detesto las ofensas con que he agraviado a tu bondad, y con que, cuanto es de mi porte, he renovado tu pasión: propongo seriamente no volver a ofenderte: y por los méritos de esa pasión misma te pido me perdones. Perdón, Señor, perdón.
    
ORACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR
Señor bondadosísimo, Señor poderosísimo, cuya bondad, cuyo poder brilla tanto en vuestros amados electos: ¡cuánto hicisteis resplandecer estos divinos atributos en vuestro siervo el glorioso HIPÓLITO, de quien en este día haga una devota memoria! Vuestra bondad lo sacó de las tinieblas del gentilismo, ilustrando su mente con los prodigios admirables que vio obrar al grande Lorenzo: le agregó al número de vuestros fieles por medio del bautismo, que este Levita le confirió: quiso en fin honrarle, alistándole en las banderas del purpureo escuadrón de vuestros campeones ilustres, y adornando sus sienes con la brillante aureola de vuestros mártires esforzados. Vuestro poder se agradó en revestirle de una fortaleza tan invencible y tan heroica que no fueron bastantes para apartarle de la fe que acababa de recibir los tormentos mas crueles que en su cuerpo sufrió, ni el espectáculo doloroso de las sangrientas muertes que vio sufrir a su familia. Yo ensalzo, Señor, vuestra bondad: yo magnifico vuestro poder: yo os rindo gracias afectuosas, porque maravillosamente los hicisteis resplandecer en vuestro siervo el glorioso HIPÓLITO: y por sus méritos os suplico hagáis en mí de ellos una gloriosa ostentación de vuestra bondad, librándome de todo mal; de vuestro poder, fortaleciendo mi alma contra todas las tentaciones; y de uno y otra, haciendo que en la tierra viva una vida santa, y después en el Cielo goce dichosamente de una gloriosa eternidad.
   
Rezaremos un Padre nuestro en acción de gracias a Dios por estos favores, que hizo su poder y bondad al gloriosísimo San Hipólito.
   
ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
Reina de los ángeles, Madre y Señora de los hombres, Emperatriz de todo el mundo, Hija del Padre, Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo: tú eres el tesoro de Dios, tú la tesorera de sus gracias, tú la mano por donde nos vienen todos los bienes que Él nos hace. Luego has tenido parte en las felicidades de que ha gozado el grande HIPÓLITO. Por tanto, eres digna de que haga yo de ti una dulce memoria al tiempo mismo que a él le obsequio. Glorifícote pues, en él: e interponiendo su mediación, imploro tu clemencia, tu patrocinio, tu favor para todas mis necesidades, para el tiempo todo de mi vida, y para el momento terribilísimo de mi muerte.
   
Rezaremos un Ave María que ofreceremos a la Señora por las manos de este gran Siervo.
   
ORACIÓN A SAN HIPÓLITO
Gloriosísimo HIPÓLITO, valeroso soldado del Rey inmortal de los siglos, ¡con qué heroicidad de ánimo peleaste por tu Rey! No temiste la cara cruel de Valeriano, a cuya presencia con santa intrepidez confesaste al dulce Jesús. No te acobardaron los semblantes sañudos de los verdugos que te afligieron. No hicieron mella en la roca de tu gran fe la piedra con que quebrantaron tu boca, las crueles varas con que te molieron el cuerpo, los cardos y espinas con que te rasgaron las carnes. No te hizo bambolear el sangriento espectáculo de tu nutriz Concordia muerta a tu vista al rigor de duras plomadas, ni el de tu querida familia toda degollada en tu presencia. A pesar de tantos tormentos con que el impío tirano pretendió hacerte desertar del estandarte de tu Señor, te mantuviste fiel en tu milicia y religión hasta firmarla con tu sangre, arrastrado de cuatro potros, y despedazado cruelmente en un campo, que para ti y para tu amada familia lo fue ciertamente de honor. ¡Oh constancia invicta! ¡Oh valor admirable! ¡Oh vivísima fe! Glorioso HIPÓLITO, alabo estas prendas de que la gracia te adornó; y te suplico me alcances del gran Rey, por cuyo honor peleaste y para cuya gloria venciste, una firmísima constancia en la adorable fe que en el bautismo recibí. Extiendo a más mis súplicas. Ruega al Señor, bendito HIPÓLITO, que la fe se propague, que la religión triunfe, que la Iglesia sea consolada, y que la noble México, que te venera como a patrón, goce por tu favor todas aquellas prosperidades que sean para gloria de Dios. Amén.
   
Rezaremos un Credo, confesando la fe que San Hipólito defendió.
   
GOZOS
   
Hipólito, pues patrón
Eres tú de esta ciudad:
Yo ocurro a tu caridad:
Yo imploro tu protección.
    
Al gran Jesús conociste
Con dicha maravillosa,
Por tanta obra prodigiosa
Que hacer a Lorenzo viste:
El Bautismo recibiste
De mano de este campeón: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
El impío Valeriano, 
Luego que lo sabe, injusto
Te manda prender, adusto
Te hace atormentar, insano:
Golpeó con piedra cruel en mano
Tu boca, sin compasión: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
Tu cuerpo santo azotaron
Con varas manos ferinas;
Y con cardos, con espinas
Tus carnes tiernas rasgaron:
Pero a vencer no llegaron
Tu invencible corazón: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
A Concordia tu nodriza,
Azotan en tu presencia
Con tal rigor e inclemencia,
Que en el tormento agoniza:
Mas esto no atemoriza
A tu fe, a tu religión: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
   
Tu familia numerosa,
De ti tiernamente amada,
A tu vista es degollada
Por sentencia rigurosa:
En tu constancia asombrosa
Tampoco esto hizo impresión: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
     
A cuatro potros atado 
Te arrastran con furia ardiente 
Por un campo; y finalmente 
Mueres todo destrozado: 
¡Alma feliz! ya has volado 
A morar en la alta Sion: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
    
Tus méritos relevantes 
Gozan ya en trono lucido 
Del premio que has merecido 
Con tantos triunfos brillantes: 
No olvides tú a tus amantes, 
que buscan tu mediación: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección. 
   
Hipólito, pues Patrón
Eres tú de esta ciudad: 
Yo ocurro a tu caridad, 
Yo imploro tu protección.
   
ORACIÓN
Oh Dios, que nos regocijas con los méritos e intercesión de tu bienaventurado mártir San Hipólito, concédenos propicio que, cuantos por él buscamos tus mercedes, consigamos el don de tu gracia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
      
Un sudario por las benditas Animas del Purgatorio:
Señor Dios, que dejaste las señales de tu Pasión Santísima en la Sábana Santa, en la cual fue envuelto tu Cuerpo Santísimo, cuando por José fuiste bajado de la Cruz concédenos, ¡oh piadosísimo Señor!, que por tu muerte y sepultura santa, y por los dolores y angustias de tu Santa Madre María, Señora Nuestra, sean llevadas las almas del Purgatorio a la gloria de la Resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.
   
Sea mil veces sobre centenares de millones de veces alabado, glorificado, y ensalzado el Santísimo Sacramento del Altar en los Cielos y en la tierra, y la Reina de los Ángeles y hombres María Santísima concebida sin pecado original desde el primer instante de su animación Santísima. Amen.
   
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.