El arzobispón de Tolosa de Francia Guy André Marie de Kerimel de Kerveno Prouvot Comm. l’Emm. (derecha) fue visto usando una kipá/yarmulke primero en la sinagoga Palaprat y luego en la plaza de la catedral de San Esteban de Tolosa, informó Médias Presse el 1 de Diciembre.
Para la ocasión (cuya fotografía proviene de la cuenta de Facebook de la Archidiócesis de Tolosa) estuvo acompañado por el arzobispón de Albi Jean-Marie-Henri Legrez Colette OP, y por Haïm Korzia, Gran Rabino de Francia. El contexto es la serie de homenajes al arzobispo Jules-Géraud Saliège, quien publicó el 23 de Agosto de 1942 la carta pastoral “Et clamor Jerúsalem ascéndit” del arzobispo Jules-Géraud Saliège, denunciando la persecución de los judíos en Francia. La carta fue escrita por Saliège después que (conducido por los jesuitas Henri de Lubac y Pierre Chaillet, y el sacerdote converso Alexandre Glasberg) se reuniera con Charles Hallemand, miembro de la Unión de Judíos para la Resistencia y la Ayuda Mutua vinculada al sindicato “Mano de Obra Inmigrante” del Partido Comunista Francés.
Nacido en Mequinez (Marruecos) el 6 de Agosto de 1953, Guy-André-Marie es el quinto de los ocho hijos del granjero y consejero agrícola André de Kérimel de Kerveno y su esposa Annick Marie Simone Prouvot. Miembro de la carismática Comunidad Emanuel, fue “instalado” presbítero el 29 de Junio de 1986 y obispón el 17 de Junio de 2001. Luego de ser obispón auxiliar de Niza, fue trasladado a la diócesis de Grenoble-Vienne como coadjutor en 2004 y asumió la titularidad dos años después. Fue nombrado arzobispón de Tolosa el 9 de Diciembre de 2021, asumiendo la sede el 30 de Enero siguiente. Mientras estuvo en Grenoble, Kérimel de Kerveno fue presidente de la Comisión de Liturgia y Pastoral Sacramental de la Conferencia Episcopal Francesa entre 2017 y 2020, remplazando al arzobispón emérito de Tours Bernard-Nicolas Aubertin O. Cist.
Kérimel ha estado ligado a la polémica: en Grenoble, expulsó a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro de la colegiata de San Andrés en 2021 so pretexto que no asistían a la “Misa Crismal” (en respuesta, los fieles iniciaron una huelga de colectas que significó una disminución de €430.000 en los ingresos diocesanos –mas no así los gastos–). Promovido a la sede de Tolosa (cuna de la orden dominica y tumba de Santo Tomás de Aquino), Kérimel no tuvo mejor idea que lanzarle una pelota de rugby al arzobispón de Lyon Olivier-Jacques-Marie de Germay Bullier durante su servicio de instalación el 30 de Enero; y seis meses después, siguiendo un decreto de un alcalde anticlerical ¡de 1901!, prohibió el uso de la sotana a los seminaristas aduciendo en vano que «podrían ser confundidos con los sacerdotes» (cuando la gran mayoría de presbíteros novusorditas no usan ni clériman). Y desde luego, no podía faltar el tema del abuso sexual clerical: en el año 2016, Kérimel fue alertado de los abusos cometidos por el sacerdote-presbítero y “pintar” Louis Ribes Grégoire (“el Picasso de las iglesias”) en el seminario de Vienne-Estressin donde vivió desde 1968 hasta su muerte en 1994. Si bien revisó los archivos diocesanos de Grenoble y solicitó revisar los de la archidiócesis de Lyon, no hizo más avances en la investigación. Interrogado por el periodista de France 3 sobre el particular, Kérimel se enfadó diciendo: «No tienes otra cosa que hacer aparte de revisar estas cosas», revirando con «en esa época, el diario Libération hacía también promoción de la pedofilia» (como si eso fuera excusa para la conducta de Ribes).
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