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LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

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NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

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No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

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miércoles, 30 de noviembre de 2022

RENUNCIÓ EL SUCESOR DEL CARDENAL PELL

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

Francisco Bergoglio ha aceptado la renuncia del presbítero español Juan Antonio Guerrero Alves (arriba), de 63 años, como prefecto del Secretariado de la Santa Sede para la Economía «por razones personales».
  
El jesuita fue solamente nombrado para suceder al cardenal George Pell en Noviembre de 2019. Su renuncia tendrá efecto el 1 de Diciembre. Su sucesor es el laico Maximino Caballero Ledo (63 años, casado y padre de dos hijos), secretario de Guerrero, quien ha sido su amigo desde la infancia.
  
  
En una carta a su personal, Guerrero explicó que a comienzos de años se había sometido a una cirugía. De resultas, actualmente está bajo un tratamiento médico que tiene efectos colaterales y le hace particularmente difícil trabajar [lo que sonaría a un cáncer].
  
Él deja su puesto «con tristeza».

martes, 29 de noviembre de 2022

GUÍA DE UN MAESTRO DE CORO PARA CANTAR LA MISA LATINA TRADICIONAL

Por Nickhil Hogan, vía Twitter.
     
Maestro de coro, recuerdo de Italia (Albert Pierre Dawant. Arrás, Museo de Bellas Artes).

  1. Continúa el Aspérges tan pronto como el Sacerdore llegue al altar y entone el “Aspérges me”.
  2. Después del Aspérges, responde los Responsos y canta “Amén” a la oración.
  3. Comienza el Introito tan pronto como el Sacerdote haya asumido la Casulla y nuevamente va a las gradas del Altar.
  4. Comienza el Kýrie inmediatamente el Introito esté acabado.
  5. Espera hasta que el Sacerdote haya entonado el Glória in excélsis y entonces comienza Et in terra pax.
  6. Inmediatamente se finalice la Epístola, canta el Gradual.
  7. Después del Gradual empieza el Allelúja sin pausa.
  8. Haz los Responsos antes del Evangelio.
  9. Después que el Sacerdote haya entonado las palabras Credo in unum Deum, continúa desde Patrem.
  10. El Sacerdote entona el Dóminus vobíscum, el coro responde Et cum spíritu tuo. El Sacerdote dice Orémus, y el coro comienza el Ofertorio de una vez.
  11. Después del Ofertorio, se puede cantar un motete, cuyas palabras, sin embargo, deben hacer referencia o a la Fiesta del día, o a algún misterio de Nuestro Señor que se observe en ese tiempo. Además, debe proceder de la Liturgia.
  12. Responde los Responsos en el Prefacio.
  13. Cuando el Sacerdote finaliza el Prefacio suena una campana: comienza el Sanctus inmediatamente.
  14. Comienza el Benedíctus inmediatamente después de la Consagración.
  15. Al Per ómnia, etc., responde Amén, y al Pax Dómini sit semper, etc., Et cum spíritu tuo, entonces
  16. Comienza de una vez el Agnus Dei.
  17. Canta la Comunión inmediatamente el Sacerdote ha recibido la Preciosa Sangre.
  18. Responde Et cum spíritu tuo al Dóminus vobíscum.
  19. El Diácono canta el Ite missa est, y el coro responde Deo grátias de una vez.
  20. Comienza el Dómine salvum fac inmediatamente después.

CONFLICTO PALESTINO-ISRAELÍ: VATICANO ABANDONA “SOLUCIÓN DE DOS ESTADOS”.

Artículo de Sandro Magister para SETTIMO CIELO.
  
UNA PATRIA COMÚN PARA JUDÍOS Y PALESTINOS. EL VATICANO ABANDONA LA SOLUCIÓN DE LOS DOS ESTADOS
   

Una vez más, en enero de este año, hablando sobre Israel y Palestina al cuerpo diplomático, el papa Francisco dijo que quería «ver a estos dos pueblos vivir en dos Estados uno al lado del otro, en paz y seguridad».
   
Pero hoy no lo repetiría. Porque en los últimos días, por primera vez después de muchas décadas de adhesión constante a la solución de los dos Estados, la Santa Sede ha dicho que ha llegado la hora de «repensar la división». Y de aspirar más bien a «la igualdad de israelíes y palestinos en cualquier marco político en el que pueda evolucionar la situación», incluso en un único Estado.
   
Quién marcó el punto de inflexión fue “La Civiltà Cattolica”, la revista de los jesuitas en Roma publicada con la autorización previa, línea por línea, del Papa y de la Secretaría de Estado, en un artículo fechado el 19 de noviembre con el título: «¿Repensar la división de Palestina?».
    
El autor del artículo es un jesuita con un perfil muy singular, David M. Neuhaus, de familia judía alemana que emigró a Sudáfrica en los años 30, nació en Johannesburgo en 1962, fue enviado a Israel de adolescente para estudiar y allí quedó fascinado por el encuentro con monjas de Rusia, fue bautizado a los 25 años en la Iglesia católica y luego entró en la Compañía de Jesús, primero en Estados Unidos y luego en Egipto, pero siempre siguió siendo judío e israelí, de hecho, desde 2009 hasta 2017 fue vicario del Patriarcado Latino de Jerusalén para los católicos de habla hebrea en Israel, así como profesor en el Pontificio Instituto Bíblico de Jerusalén.
   
El artículo de Neuhaus comienza recordando cuándo y cómo nació la idea de los dos Estados:
«Hace 75 años, el 29 de noviembre de 1947, la Organización de Naciones Unidas aprobó la Resolución 181, que dividió Palestina en dos Estados: uno judío y otro árabe-palestino. El Estado israelí entró a formar parte de la ONU en mayo de 1949. Pero todavía no existe un Estado de Palestina como miembro de pleno derecho, aunque 65 años después de la aprobación de la Resolución 181, el 29 de noviembre de 2012, la ONU concedió a Palestina el estatus de “Estado observador no miembro”, posición que sólo comparte con la Santa Sede».
Treinta años antes, en 1917, la Santa Sede había expresado su oposición a las palabras del ministro de Asuntos Exteriores británico, Lord Arthur Balfour, a favor de «un hogar nacional para el pueblo judío» en Palestina, respetando al mismo tiempo los «derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías» del lugar. Pero en 1947 aprobó la idea de la partición, y aún más gustosamente la del control de la ONU sobre Jerusalén y sus alrededores, como un “corpus separátum” a la espera de un futuro acuerdo negociado.
    
Sin embargo, los dos Estados no llegaron a crearse, ni tampoco el estatus especial para Jerusalén. Los árabes rechazaron la partición y fue a la guerra, ganada por Israel, quien se quedó con el 78% del territorio en disputa. En ese momento, la población total era de unos 1.845.000 residentes: 608.000 judíos y 1’237.000 árabes. De estos últimos, unos 700.000 se vieron obligados a abandonar el territorio ocupado por Israel y llamaron Nakba, catástrofe, a este éxodo forzoso.
   
Pues bien, Neuhaus relaciona la Nakba con la Shoah, el exterminio de los judíos, y es precisamente sobre la ola de este razonamiento que llega a plantear dudas sobre la solución de los dos Estados:
«Muchos insisten sobre el hecho que la Shoah no puede ser comparada con otros acontecimientos, y aquí no pretendemos confrontar con ello. […] Sin embargo, el plan de partición, al proyectar una patria para los judíos sobre la estela de la Shoah con la esperanza de dar espacio también a una patria árabe palestina, puso en marcha a la Nakba. ¿Fue una consecuencia necesaria? El debate académico, político y especulativo que querría responder la pregunta no cambia la realidad derivada de esos eventos: la institución de un Estado definido como judío ha llevado a relegar a los palestinos en los márgenes de la historia. […] La decisión de repartir Palestina, ‘dos Estados para dos pueblos’, se basa precisamente en la convicción post-Shoah que el pueblo judío tiene necesidad de una patria segura y eso no debería significar que los palestinos pierdan la suya. ¿Pero la seguridad judía puede compaginarse con la justicia palestina? ¿La solución de los dos Estados es todavía actual».
Neuhaus responde no a esta última pregunta. Porque «si se observa la realidad sobre el terreno después de décadas de invasión israelí en las tierras ocupadas ulteriormente en la guerra de 1967, con la incesante construcción de asentamientos judíos, carreteras israelíes y otras infraestructuras, la solución de los dos Estados parece hoy poco realista».
   
De hecho, continúa Neuhaus, hay más y peor: «A partir de 2004, algunos han argumentado que el concepto apropiado para definir la situación actual es el de apartheid. En los últimos años, la acusación de que Israel utiliza un sistema de apartheid para dominar a los palestinos se ha extendido incluso a los territorios ocupados en el propio Estado de Israel y su control sobre los ciudadanos árabes palestinos de Israel».
   
En apoyo de esta acusación de “apartheid”, Neuhaus cita una declaración del Consejo Ecuménico de las Iglesias, reunido en Karlsruhe (Alemania), en septiembre de 2022, aunque no compartida por algunos miembros del mismo Consejo.
    
La consecuencia que Neuhaus deriva de este estado de cosas es que en el campo político y diplomático «la atención se está desplazando lentamente hacia un vocabulario que ha mutado», cuya palabra clave es “igualdad”.
    
En su opinión, también la demografía empuja en esta dirección: «hoy en día, siete millones de judíos israelíes y siete millones de árabes palestinos conviven en estos lugares», de los cuales dos millones residen en Israel, aproximadamente una cuarta parte de la población, y «exigen iguales derechos, al tiempo que expresan una creciente decepción con el proceso político que tiene lugar en el país». En consecuencia, «la lucha por la igualdad entre los judíos israelíes y los árabes palestinos es parte integrante del intento de resolver el conflicto en curso».
    
En definitiva, «dado que la eventualidad de la partición –en una realidad en la que Israel casi se ha anexionado la mayor parte de los territorios ocupados durante la guerra de 1967– parece cada día más dudosa, éste podría ser el momento adecuado para reforzar la conciencia de la necesidad de una lucha por la igualdad de israelíes y palestinos, en cualquier marco político en el que evolucione la situación».
    
Ya en 2019, señaló Neuhaus, los obispos católicos de Tierra Santa se mostraban escépticos sobre la solución de los dos Estados y, en cambio, estaban convencidos de que la igualdad de derechos era la solución correcta: «En el pasado vivimos juntos en esta tierra, ¿por qué no podríamos vivir juntos también en el futuro? Esta es nuestra visión de Jerusalén y de todo el territorio llamado Israel y Palestina, que se encuentra entre el río Jordán y el mar Mediterráneo».
     
E incluso el sentimiento mayoritario de los ciudadanos de los dos pueblos ya se ha desviado de la perspectiva de los dos Estados, escribe Neuhaus. «En una encuesta realizada en septiembre de 2022 por el Instituto de la Democracia de Israel, sólo el 32% de los judíos israelíes estaba a favor de dicha solución. Y según una encuesta realizada en octubre de 2022 por el Palestinien Center for Policy and Survey Research, sólo el 37% de los palestinos en Palestina la apoyaban».
    
¿Y los cristianos que residen en la región? Al respecto, el último informe de “Ayuda a la Iglesia que sufre” presenta un cuadro estadístico en dos caras.
   
En el conjunto de Israel y Palestina, donde los judíos constituyen el 49% y los musulmanes el 43,5%, los cristianos representan ahora el 1,5% de toda la población, en números absolutos 217.000, de los cuales algo más de la mitad son greco-católicos melquitas.
    
Pero mientras en Israel hay 182.000 cristianos, el 2,6%, un punto y medio más que el año anterior, en Palestina han descendido precipitadamente, del 18% en 1948 al 1% actual. Y este éxodo suyo parece no tener fin.

UN RETIRO AL MODERNISMO: EL CURSILLO EXPUESTO

Traducción del artículo publicado en INTROIBO AD ALTARE DEI.
   
UN RETIRO AL MODERNISMO: EL CURSILLO EXPUESTO
  
  
Ir a un retiro es una de las mejores oportunidades para crecer más cerca de Dios. El Papa Pío XI escribió en su encíclica Mens Nostra:
«...la utilidad y oportunidad de los santos retiros. La más grave enfermedad que aflige a nuestra época, siendo fuente fecunda de los males que toda persona sensata lamenta, es la ligereza e irreflexión que lleva extraviados a los hombres. De ahí la disipación continua y vehemente en las cosas exteriores; de ahí la insaciable codicia de riquezas y placeres, que poco a poco debilita y extingue en las almas el deseo de bienes más elevados, y de tal manera las enreda en las cosas exteriores y transitorias, que no las deja elevarse a la consideración de las verdades eternas, ni de las leyes divinas, ni aun del mismo Dios, único principio y fin de todo el universo creado; el cual, no obstante, por su infinita bondad y misericordia, en nuestros mismos días y a pesar de la corrupción de costumbres que todo lo invade, no deja de atraer a los hombres hacia Sí con abundantísimas gracias.
   
Pues para curar esta enfermedad que tan reciamente aflige hoy a los hombres, ¿qué remedio y qué alivio mejor podríamos proponer que invitar al piadoso retiro de los Ejercicios espirituales a estas almas débiles y descuidadas de las cosas eternas?… los Ejercicios espirituales todavía sirven para mucho más. Porque al obligar al hombre al trabajo interior de examinar más atentamente sus pensamientos, palabras y acciones, considerándolo todo con mayor diligencia y penetración, es admirable cuánto ayudan a las humanas facultades; de suerte que en esta insigne palestra del espíritu, el entendimiento se acostumbra a pensar con madurez y a ponderar justamente las cosas, la voluntad se fortalece en extremo, las pasiones se sujetan al dominio de la razón, la actividad toda del hombre, unida a la reflexión, se ajusta a una norma y regla fija, y el alma, finalmente, se eleva a su nativa nobleza y excelencia, según lo declara con una hermosa comparación el papa San Gregorio en su libro Pastoral: “El alma humana, a la manera del agua, sí va encerrada, sube hacia la alto, volviendo a la misma altura de donde baja; pero si se la deja libre, se pierde, porque se derrama inútilmente en lo más bajo”. Además, al ejercitarse en las meditaciones espirituales, “la mente, gozosa en su Señor, no sólo es avivada como por ciertos estímulos del silencio y fortalecida con inefables raptos”, como advierte sabiamente San Euquerio, obispo de Lyón» (ver parágrafo 4.º, enfatizado mío).  
Si tienes una oportunidad de ir a un retiro patrocinado por un sacerdote u obispo tradicionalista, debes hacer todo el esfuerzo por ir. Los “retiros” de la secta del Vaticano II son una broma. Ellos son mayormente charlas sentimentalizadas sobre “cómo Dios nos ama a todos, sin importar qué”, intercaladas con “celebraciones de la TÚ-caristía” donde los participantes se felicitan uno al otro por “dar pasos en sus caminos espirituales” (lo que sea que eso signifique). Sin embargo, hay un grave peligro por encima y más allá del vacuo aplauso del usual retiro deuterovaticano llamado Cursillo (español para “curso corto” y se pronuncia cur-SEE-yoh).
   
El alegado propósito de estos retiros es guiar a los laicos, mostrándoles cómo convertirse en líderes cristianos efectivos en el curso de un fin de semana de tres días. Ha sido hecho obligatorio en algunos seminarios de la secta deuterovaticana para que los seminaristas se conviertan en “sacerdotes”. El propósito de este artículo es exponer el movimiento de retiro del Cursillo y los retiros afiliados a él. Verás porqué tienes el deber de advertir a los que te digan que quieren asistir a un retiro del Cusillo que allí hay un peligro real y presente para ellos espiritual, mental y emocionalmente.
  
LA HISTORIA
  
El comienzo del movimiento del Cursillo era ortodoxo. Según varias fuentes sobre el movimiento. el Cursillo no vino a la Iglesia como una creación espontánea. Comenzó con la encíclica Ubi Arcáno en la cual el Pontífice urgía a los laicos a contrarrestar todas las influencias anticlericales y anticatólicas del mundo de la década de 1920 y 1930. Así es cómo nació la Acción Católica, a la cual el Papa Pío XI llamó «la participación de los laicos en el apostolado de la jerarquía». En España, el ala más activa de la Acción Católica era la de los hombres jóvenes. Una gran Convención tuvo lugar en Diciembre de 1932.
  
En este encuentro, se decidió probar y estimular la fe Católica en los jóvenes por medio de una gran peregrinación al Santuario de San Santiago en Compostela, un lugar de oración importante desde la Edad Media. Iba a ser una verdadera afirmación de la fe frente al ateísmo militante e incredulidad por parte de los que estaban en cargos públicos. Esta peregrinación iba a tener lugar el 25 de Julio de 1937, fiesta de San Santiago. Por razones no del todo claras, la peregrinación nunca tuvo lugar.
  
Después de reflexión y oración, en 1947, la Acción Católica revivió la idea de diez años atrás, para hacer una peregrinación a Compostela. Ellos deseaban que fuera una ocasión de crecer en el conocimiento de la fe, profundizar las demandas de la fe, y de un verdadero compromiso con Cristo. Esta iba a ser una oportunidad para compartir, orar, y tener gestos de amor fraternal. Para obtener buenos resultados, se decidió prepararlo por medio de cursos cortos (Cursillos) dados por líderes diocesanos de la peregrinación y para los líderes de grupo. Estos Cursillos eran en tres partes: la primera trataba del conocimiento de la fe, esto es, la gracia, los obstáculos a la gracia, los sacramentos y la vida en gracia; la segunda iba sobre la naturaleza, liderazgo y los aspectos de la Acción Católica; y la tercera abordó todas las cosas sobre la peregrinación y su organización. Estos Cursillos tuvieron lugar en todas partes en España por muchos años.
  
La corrupción del Cursillo en su versión actual comenzó con un hombre llamado Eduardo Bonnín Aguiló († 2008). Criado como católico devoto, fue a un Cursillo y lo disfrutó grandemente. Con seis amigos, comenzó un grupo de estudio para examinar la Fe. Desafortunadamente, él se contaminó de ideas modernistas al estudiar al teólogo modernista Yves Congar, como también a filósofos, psicólogos y sociólogos anticatólicos. Él y sus amigos diseñaron un nuevo formato para el Cursillo, y se hizo menos énfasis en la teología para darle paso a “experimentar”. Nada era abiertamente herético en esa época (1949). Después de terminar el Vaticano II y al comienzo de la secta del V2, el Cursillo rápidamente se devolvió a su estado actual hacia 1967.
  
Eduardo Bonnín Aguiló, corruptor del Cursillo
  
EL CURSILLO Y SU PROGENIE: LAVADO SECTARIO DE CEREBRO
 
Antes de siquiera discutir la sustancia del Cursillo, la metodología que emplea es tanto peligrosa como nada ética. Algunos consideran al movimiento del Cursillo una secta, otros no (para el registro, yo creo que es una secta. Uso la denominada “prueba del pato”: «si camina como pato, se ve como un pato, y grazna como pato, las posibilidades son… es un pato»—Introibo). Todavía todos los que cuestionan sus técnicas las reconocen ser altamente propblemáticas, por decir lo menos. La efectividad de las técnicas y el aferrarse a las doctrinas introducidas así llevó a los protestantes a imitar el Cursillo. Tales retiros protestantes/“interdenominacionales” incluyen el Camino a Emaús [también conocido como Cursillo Metodista, fundado en 1977 por el movimiento N. del T.], y Tres Días [fundado en 1972 por Dave McManigal, un diácono de la Iglesia Reformada en América, con carácter ecuménico, N. del T.].
   
SEIS CONDICIONES PARA EL CONTROL MENTAL
Según la Dra. Margaret Thaler Singer, investigadora de sectas y profesora de psicología, hay seis condiciones necesarias para crear una atmósfera para el control mental (esto es, “lavado de cerebro”):
  1. Mantener a la persona inconsciente que hay una agenda para controlar o cambiar a la persona.
  2. Controlar el tiempo y los ambientes físicos (contactos, información).
  3. Crear un sentido de impotencia, miedo y dependencia.
  4. Suprimir viejas conductas y actitudes.
  5. Infundir nuevas conductas y actitudes.
  6. Avanzar un sistema cerrado de lógica (Ver Cults in Our Midst: The Hidden Menace in Our Everyday Lives/Sectas en medio de nosotros: La amenaza oculta a nuestras vidas cotidianas, [1995], pg. 62)
Los encuentros del Cursillo reúnen todas estas seis condiciones en sus retiros:
  1. Si los objetivos modernistas fueran anunciados, muchos no asistirían. Los volantes del Cursillo no tienen información concreta, y solo describen el retiro en términos vagos, tales como «una refrescante renovación espiritual».
  2. El retiro es albergado en una locación muy lejana donde los líderes controlan el horario. Se les dice a los participantes que es erróneo o incluso pecaminoso dejar el retiro antes que termien porque hacen un compromiso religioso que debe mantenerse. Se les dice que entreguen sus relojes y teléfonos para que no tengan distracciones. De esta manera, pierdes la noción del tiempo. No hay relojes, y si preguntas la hora a los líderes del retiro, ellos estarán desdeñosos, diciendo que no es importante para el retiro.
  3. El retiro crea una dependencia al grupo. Se les dice a las personas que van al retiro juntas que no hablen entre sí, sino que «hagan nuevos amigos».
  4. Las creencias católicas tradicionales son menospreciadas y continuamente denigradas.
  5. Se te alienta a compartir historias íntimas de tu vida, y dan «amor incondicional» por acceder a probar y aceptar la doctrina del Cursillo para bregar con tus problemas.
  6. Se ignoran las opiniones contrarias. Hay un horario agotador para impedir cuestionar cualquier cosa que los líderes del Cursillo hagan en el retiro, y si se hace una pregunta, se le dirá al participante cuestionante: «confía en nosotros, y tendrás removidas todas las dudas al final del retiro» (Parte de la información condensada del manual de líderes del Cursillo. Ellos declaran lo que hacen, yo estoy mostrando la conexión dañosa—Introibo).
OTRAS PRÁCTICAS DAÑOSAS
  • Privación del sueño: Según la experta sobre el Cursillo Marcene Marcoux, «los candidatos [para ir a un Cursillo] deben estar en buena salud, con una ausencia de grandes problemas físicos. Aumque las pequeñas enfermedades y quebrantos no son impedimento, a los individuos con una historia pasada de varios problemas físicos se les desalienta ir. Los cuatro días de iniciación, con largas horas y un horario agotador de eventos, puede crear una tensión» (Ver Cursillo: Anatomy of a Movement/Cursillo: Anatomía de un movimiento [1981], págs. 39-40).
  • «Bombardeo de amor»: Cuando un participante comparte algo personal, los líderes (y otros participantes) tomarán su mano y le dirán algo como: «Dios te ama incondicionalmente, y también yo». El participante será también “recompensado” en forma de regalos, como una tarjeta o un objeto religioso de los líderes. Los que no cumplan no reciben nada de “amor”.
CÓMO FUNCIONA
El participante del Cursillo asiste a “rollos” (conferencias/charlas sobre doctrina) que son decididamente modernistas. Ellos son hechos física y psicológicamente susceptibles al control mental. Ellos han reprimido la anciedad y experimentan una liberación catártica acompañada de “amor incondicional” donde “confiesan” algo personal al grupo (cualquier cosa desde una dificultad espiritual hasta un pecado que hayan cometido). Así se crea una cuesta emocional que es subconscientemente atribuida al Cursillo y sus enseñanzas. El evento también está marcado por lo “milagroso”. Alguien puede decir cómo iban a faltar al retiro de fin de semana debido a algún inconveniente, pero todo se resolvió para ellos en el último minuto y pudieron ir. Esto será llamado “milagroso” por los líderes. Otros “milagros” incluyen perdonar a alguien o sentirte bien contigo mismo durante el retiro. Finalmente, después del retiro, se espera que tengas “reuniones” con la gente y los líderes, quienes se asegurarán que continúes tu “progreso espiritual”.
   
UN VALIENTE OBISPO TRADICIONALISTA ENCIENDE LAS ALARMAS
  
Mons. Antonio de Castro Mayer, “El león de Campos”.

El obispo Antonio de Castro Mayer nació en Brasil en 1904. Se sintió llamado al sacerdocio y fue ordenado en 1927. En 1948 fue consagrado obispo por orden del Papa Pío XII, y el 3 de Enero de 1949 tomó posesión canónica de la Diócesis de Campos (Brasil), un cargo que tuvo hasta que fue forzado a retiro por el Vaticano modernista en 1981. En el Vaticano II fue un tradicionalista que luchó contra los modernistas. Se negó a instituir ninguna de las denominadas “reformas del Vaticano II” en su diócesis. Todo seguía como estaba en 1962 hasta su retiro forzado en 1981. El Vaticano modernista no quería hacer un mártir de él y esperó hasta que pudieran invocar contra él el nuevo retiro de los obispos a los 75 años. Esperaban conseguir al modernista correcto e hicieron que el Ob. De Castro Mayer dejara su amada diócesis de Campos. Esa diócesis se devaluó rápidamente apenas llegó la “nueva primavera” del Vaticano II.
   
El buen Obispo fue co-consagrante con el Arz. Lefebvre de los cuatro obispos de la FSSPX el 30 de Junio de 1988. El Arzobispo Lefebvre, el Obispo de Castro Mayer, y los cuatro Obispos recién consagrados fueron prontamente “excomulgados” por Wojtyła al día siguiente. El obispo De Castro Mayer fue al juicio el 25 de Abril de 1991. Presento este contexto para mostrar cómo sostuvo la Fe Verdadera al comienzo de la Gran Apostasía. Fue él quien, el 15 de Agosto de 1972, firmó y promulgó una Carta Pastoral en su diócesis condenando el movimiento del Cursillo que estaba haciendo incursión en todo Brasil. Su sagaz Carta señala brevemente el problema de lavado de cerebro destacado arriba. Lo más importante, se concentró en los problemas doctrinales del Cursillo (las ideas para las cuales se emplea el lavado de cerebro).
  
A continuación, destacaré los problemas reconocidos y expuestos por el buen Obispo, acompañado por las mismas palabras que usó en su Carta Pastoral advirtiendo a sus sacerdotes y a los fieles.

CONDENACIÓN DE LA DOCTRINA PROMOVIDA POR EL CURSILLO.
1. Censura de las prácticas consagradas por la Iglesia. «Sin presentar los nombres, de hecho el rollo sobre la Gracia habitual hace una censura a San Simeón Estilita, que pasó buena parte de su vida sobre una columna, y a San Luis de Gonzaga, singularmente alabado por el gran recato al mirar. Y concluye el tema, diciendo que “es posible que haya habido santos que eran sujetos extraños; sin embargo, fueron santos A PESAR DE SER EXTRAÑOS”» (Énfasis en el original).

2. Extraño humanismo. «…inculca que Jesús vino al mundo solo para dar al hombre una vida más abundante, con las dos expresiones que destacamos –SOLO PARA ESTO, y PARA NADA MÁS– tienden a crear en los oyentes la persuación de que Dios encarnado, Jesucristo, está exclusivamente al servicio del hombre, de su perfección y de su plenitud».

3. Concepción teilhardista del mundo. «La expresión [de la “gracia” en los Cursillos] no es clara, y se expone a una interpretación teilhardista, según la cual el designio de Dios se volvería para el maximo desarrollo de las energías del mundo, en beneficio de la dignidad humana, de la unión fraterna y de la libertad… Teilhard de Chardin es un autor de muy buena acogida en los medios cursillistas, sea para fundamentar opiniones, sea para servir a la formación doctrinaria de los miembros del Movimiento [del Cursillo]» (N.B. Todas las obras del herético padre de Chardin fueron censuradas por la Suprema Congregación del Santo Oficio, y está prohibido seguir teniéndolas o usándolas en cualquier institución de enseñanza católica, especialmente en los seminarios—Introibo).

4. La experiencia exaltada sobre la fe intelectual. «En efecto, más de lo que sobre el papel del conocimiento intelectual de la Revelación, insisten ellos sobre la “vivencia”, o sea, la experiencia, el contacto vivo, la atracción entusiasta, como medio de convertir las almas a Jesucristo… Semejante manera de entender la conversión, por lo menos minimaliza el papel de la inteligencia, olvidando la enseñanza del Concilio Vaticano I, citado arriba»

5. Un moralmente peligroso deénfasis en el pecado. «…el rollo causa la misma impresión, esto es, de que hay temor de presentar el pecado en su hediondez. El texto desea que no se hable de “diversiones, bailes, relaciones, matrimonio, etc.”. Cabe decir: ¿qué sobra? Hallamos, por tanto, a los Cursillos muy deficientes en este punto, que es fundamental para formar en el fiel una mentalidad verdaderamente católica».

6. El “sacerdocio de todos los creyentes”. «…se aplica promiscuamente, a Sacerdotes y laicos, el otorgamiento de la misión apostólica hecha por Jesucristo y que consta en el texto de San Mateo: “Id, pues, y haced discípulos”, cuando la Tradición lo entiende a los Apóstoles y sus sucesores»

7. La promoción del comunismo. «[Las enseñanzas del Cursillo] versan sobre los elementos básicos del marxismo:
  • el fundamento de una nueva estructura; de una nueva humanidad, es de orden económico;
  • la paz exige este nuevo orden, y pasa por la revolución;
  • que podrá ser violenta, si no pudiera realizarse pacíficamente;
  • “el régimen de propiedad deberá ser transformado por una intervención enérgica de la autoridad pública, nacional e internacional”.
Con buen fundamento, por tanto, llamamos vuestra atención para el peligro comunistizante que puede difundirse a través de los Cursillos, aun cuando estos reúnan personas adversas a los principios y a las conclusiones marxistas… No queremos pensar que los Cursillos estén al servicio del marxismo. Preguntamos, entretanto, amados hijos: ¿a quién aprovecharía una organización católica que, en sus publicaciones, mezclase materia ortodoxa con otras obviamente marxistas?».

CONCLUSIÓN
  
¿Sorprende que el clero de la secta del Vaticano II esté haciéndose más radical que nunca? Mientras más diócesis promueven estos retiros, más cimentarán el modernismo en su secta y sociedad. La verdadera doctrina de la Única Iglesia Verdadera de Cristo no necesita engañar a la gente y apoyarse en manipulación psicológica para ganar conversos. El hecho que los Cursillos hagan esto significa que ni pueden ser buenos ni verdaderos; como ha sido ampliamente demostrado. Debes advertir a todos los que quieran ir a uno de estos malvados retiros.
«Porque vendrá tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina, sino que, teniendo una comezón extremada de oír doctrinas que lisonjeen sus pasiones, recurrirán a un montón de doctores propios para satisfacer sus desordenados deseos, y cerrarán sus oídos a la verdad, y los aplicarán a las fábulas. Tú entretanto vigila en todas las cosas de tu ministerio, soporta las aflicciones, desempeña el oficio de evangelista, cumple todos los cargos de tu ministerio» (2.ª Timoteo IV, 3-5/Versión de Mons. Félix Torres Amat).

INDIA: PROTESTAS POR EL “RITO UNIFICADO” EN CATEDRAL

Elementos tomados de MATTERS INDIAONMANORAMATHE HINDU TIMESGLORIA NEWS y otras fuentes.
   

Al arzobispo de Trissur Mar Andrews Thazhat, administrador arzobispal de la archieparquía mayor de Ernakulam-Angamaly de los Siromalabares, le fue impedida el domingo 27 de Noviembre la entrada a la catedral basílica de Santa María del Puerto en Cochin (India).
  

Mar Andrews planeaba celebrar a las 6:00h el Qurbana (la Misa siríaca) bajo el “rito uniformado”, una fórmula de compromiso donde el sacerdote celebra la liturgia vuelto hacia los fieles, pero la anáfora (Canon) se hace vuelto hacia el tabernáculo. Esta forma, introducida por el Sínodo Malabar en 2019 y aprobada por Francisco Bergoglio, es rechazada por la mayoría de sacerdotes y por casi medio millón de laicos locales, que defienden el celebrar toda la misa hacia los fieles, como han estado haciendo por más de 50 años.
  
Las tensiones, que se han agravado durante un año porque Thazhat en una circular ordenó que en la catedral y el Seminario Menor del Sagrado Corazón en Kakkanad la liturgia se celebraría con el rito uniformado desde el I Domingo de Adviento, llegaron al punto que el domingo, sus partidarios bloquearon desde adentro las puertas de la catedral, y los de la liturgia de cara al pueblo abrieron la puerta y forzaron el paso a la misma, donde celebraron el Qurbana según su costumbre, mientras los seguidores del “rito unificado” protestaban afuera.
  

Mientras, Thazhat (recién elegido presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de la India) llegó a la catedral escoltado por elementos policiales para encontrar que le bloquearon el paso, y tuvo que devolverse al Palacio Arzobispal sin celebrar. Sus partidarios forzaron la entrada al Palacio Arzobispal (que h, donde destruyeron un televisor, sillas y una foto del anterior vicario metropolitano Mar Antony Kariyil (que había sido destituido por apoyar al clero local), entre otras cosas en el edificio. La policía del estado de Kerala intervino retirando a los manifestantes pro-“rito unificado” y detuvo a dos de ellos (que fueron liberados pocas horas después, y confiscando algunos vehículos que impedían el paso.
  
Un alto oficial de policía dijo que la basílica ahora estaba bajo el control de la administración del distrito y que el Oficial de División de Ingresos (RDO en inglés) decidirá cuándo reabrirla debidamente.
  
Riju Kanjookaran, portavoz del Movimiento Archidiocesano para la Transparencia (AMT en inglés), dijo a Matters India el 27 de noviembre: “No permitiremos que el arzobispo Andrews Thazhath ingrese a nuestras instituciones archidiocesanas como sucedió en la Catedral Basílica”, añadiendo que consultarían a los sacerdotes y otros para decidir si deberían continuar su diálogo con un panel designado por el Sínodo de Obispos Siromalabares. Días antes, otro miembro del AMT, que pidió protección a su identidad, dijo incluso que la archidiócesis (la más grande en el rito malabar) podría declararse una iglesia independiente, como hicieron sus antepasados en el siglo XVII.
  
La archieparquía de Ernakulam-Angamaly no solo enfrenta la cuestión litúrgica (agravada por el carácter autoritario y arrogante de Thazhat, que rechazó la promesa del panel de transmitir las demandas locales al Sínodo y hallar una solución), siendo la única entre las 35 diócesis siromalabares en rechazar el “rito unificado”, sino también pérdidas económicas por la venta de terrenos de propiedad archidiocesana por el Arzobispo Mayor Siromalabar Mar George Alencherry, que por esta causa está vinculado a un proceso judicial. Analistas consideran que el Sínodo impuso la nueva liturgia como cortina de humo para desviar la atención sobre el caso.

lunes, 28 de noviembre de 2022

CERO Y VAN... BERGOGLIO VUELVE A DECIR QUE EL ESPÍRITU SANTO ES AUTOR DE DESORDEN

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

El católico no puede pensar ni siquiera y reducir todo a la polarización, afirmó el polarizador Francisco Bergoglio en otra entrevista a la revista jesuita AmericaMagazine.com el 28 de noviembre.
   
Hablando obviamente de sí mismo, añadió: «Cuando hay polarización, emerge una mentalidad divisoria que privilegia a algunos [= los poderosos] y deja a otros [= católicos] detrás».
    
Bergoglio cree que el católico siempre «armoniza las diferencias», mientras que Bergoglio hace todo lo posible para exacerbarlas.
    
En la religión de Bergoglio, el Espíritu Santo «causa primero el desorden». Él cita como ejemplo la mañana de Pentecostés y la «confusión» y «desorden» que el Espíritu supuestamente hizo allí, pero «entonces él trae armonía». Sin embargo, el Pentecostés no causó caos. El Espíritu Santo es orden. El único que causa desorden se llama “el diablo”. «El orden surge del caos» es el lema de los masones.
    
El espíritu armoniza las diferencias opuestas, cree Bergoglio. «Cuanto más armonía hay entre las diferencias y los opuestos, más católico es». Si esto es cierto, entonces Bergoglio no es muy católico.
   
Durante la larga entrevista, Bergoglio en su mayoría repitió sus famosos lemas. Criticó «algunos grupos ideológicos católicos» en Estados Unidos. Uno se pregunta a quién se refiere.
    
Dijo que un bebé no nacido es un ser vivo y planteó dos buenas preguntas: «¿Es correcto deshacerse de un ser humano para resolver un problema? La segunda pregunta: ¿Es correcto contratar a un ‘sicario’ para resolver un problema?». Por otra parte, Bergoglio es reconocido por aplaudirle a abortistas.
   
Sobre la guerra en Ucrania, Bergoglio ahora está marchando a la tonalidad de la OTAN: «Ciertamente el que invade es el Estado ruso». Después de nombrar a Putin, añadió que no estaba nombrando a Putin porque «no era necesario», que era «ya conocido».
  
Preguntado si había cosas que hubiera hecho de manera diferente o se arrepintió durante los diez años de su pontificado, él respondió con una risa: «¡Todos ellos! ¡todo! ¡todo diferente!».
   
Él culpa al “Espíritu Santo” por sus muchos errores: «Hice lo que el Espíritu Santo me dijo que hiciera; y si no lo hice, cometí un error».
    
De esto podemos concluir que Francisco Bergoglio carece de discernimiento. No es de extrañar que hable de ello tantas veces.
   

EXPECTACIÓN DEL MESÍAS ENTRE JUDÍOS Y PAGANOS


La luz natural del intelecto y la luz sobrenatural de la gracia concuerdan y se confirman mutuamente: hay un Dios trascendente y este Dios es el Dios cristiano, revelado según el Magisterio de la Iglesia Católica.
  
La prueba racional es simple y clara: si el más no viene del menos, es necesario un Ser subsistente por sí mismo que de el ser a todo lo que de suyo no lo tendría, o sea, lo creado. Este simple principio es bien explicado en el volumen DIOS accesible a todos. Prueba de su existencia que resume todas las otras – EL MÁS NO VIENE DEL MENOS del gran dominico francés (y docente neotomista célebre en todo el mundo) Reinaldo Garrigou-Lagrange. Una demostración sencilla y directa, clara como la luz del Sol.
  
Pero llegados a este punto se está solo a mitad de camino. Sí: Dios existe, estamos seguros, ¿pero a cuál revelación debemos confiarnos? ¿Cuál religión debemos tener como verdadera?
  
Será fácil a este punto entender que el Cristianismo, Maestro de Sociedad, es la única y Religión verdadera. Esto lo dice la Fe que se apoya sobre la autoridad de Dios mismo que se ha revelado en forma inequívoca en los Libros Sagrados. Hablamos de aquel imponente milagro intelectual que fue y es el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento en el Nuevo y las del Nuevo en la época siguiente. Yendo obviamente más allá del ámbito natural. El Cristianismo es un “clarísimo misterio” por el cual legiones de mártires han dado su vida y que, al son de milagros concretísimos, ha convertido al mundo, contra todo y contra todos.
   
A este propósito una demostración fácil de la verdad cristiana se tiene gracias al libro Breve Apologia del Cristianesimo. Contro gli increduli dei nostri giorni del cual se pueden ofrecer dos assaggi tomados de sus páginas: el primero sobre la realización de la Ley Antigua en la Nueva, y el segundo sobre la prodigiosa difusión de la Fe Cristiana.
  
He aquí el primero, tomado del Capítulo 20 (subcapítulos 6-8):
6. Cuadro que los profetas dan del Mesías y de su obra
Dopo Davide, Isaia e gli altri profeti compiono il quadro della vita del Messia, anticipandone la storia. Isaia[i] predice che nascerà da una vergine della casa di Davide (7, 14 e 9, 1): che sarà «l’Ammirabile, il Consigliere, Dio, il Forte, il Padre del futuro secolo, il Principe della pace» (9, 6): che lo spirito del Signore scenderà in lui con tutti i suoi doni (11, 2): che darà la vista ai ciechi, l’udito ai sordi, ai muti la favella, raddrizzerà gli storpi e farà altri miracoli (35, 5): che farà sorgere un regno spirituale ed universale, in luogo dell’antico patto, al tutto nazionale, che verrà abolito (2, 2-6). E addita persino il precursore che lo dovrà annunciare (40, 3), nonché l’accecamento e la ribellione del popolo ebreo del quale dice: «Per voi ogni visione (cioè di tutte le profezie) sarà come le parole di un libro sigillato» (Is. 29, 11).
Geremia predice il futuro Messia come discendente dalla casa di Davide, non per opera d’uomo ma di Dio, e proclama, meravigliato, il grande prodigio, che una donna diverrà madre per virtù dell’Altissimo: «Poiché il Signore crea una cosa nuova sulla terra: la donna cingerà l’uomo!» (Ger. 31,22). Presenta il figlio di questa donna come il figlio stesso di Dio, poiché lo chiama col nome di Jahve, con cui gli Ebrei indicavano Dio ed a cui la Volgata sostituisce Dominus: «Così sarà chiamata: Signore-nostra-giustizia» (Ger. 33,16). Predice la strage degli innocenti che avverrà in Betlemme a cagione della sua nascita (31, 15); ed annunzia la nuova alleanza che sarà inaugurata, additando i caratteri di questo novum foedus in contrapposizione all’antico (31, 31 e 4).
7. Tiempo y lugar en el cual deberá nacer
Con Daniele si fissa l’epoca precisa della venuta del Messia ed insieme se ne descrivono gli avvenimenti che l’accompagneranno. Predice che fra breve gli Ebrei, allora schiavi in Babilonia, saranno liberati e potranno rimpatriare: che dopo settanta settimane di anni (490 anni) da quel giorno in cui sarà concesso il decreto di rimpatriare, verrà il Cristo e sarà messo a morte: che il tempio e la città santa saranno distrutti da un esercito straniero, e che lo stesso popolo ebreo andrà disperso sulla faccia della terra (9, 22-27).
Michea (5, 2) poi predice il luogo in cui nascerà il Messia: «Tu, o Betlemme, sei piccola fra le città di Giuda, ma da te uscirà colui che deve essere il dominatore in Israele e la generazione di lui è da principio, dai giorni dell’eternità».
Infine Aggeo (2, 8) e Malachia (3, 1) aggiungono che il Messia verrà a visitare il tempio riedificato sotto Zerobabele, onde la gloria di questo tempio sarà maggiore di quella del primo.
Qui si arrestano le profezie messianiche – a 500 anni circa di distanza da Cristo – perché tutto era predetto e non si aspettava che il compimento.
8. Lo que resulta de cierto frente a todas las dificultades
Tale in sintesi la promessa messianica quale risulta dai libri dell’A. Testamento.
Si potrà discutere, come infatti si discute anche fra i cattolici, sulla data precisa delle singole profezie, sul significato particolare di questo o quel vaticinio in relazione alle circostanze che l’accompagnano. In tanta lontananza di tempi, diversità di lingue, complessità di avvenimenti, ciò è più che naturale[ii]; come, del resto, avviene di tutti i documenti antichi, anche più autentici della storia. Ma negare il fatto della promessa messianica, specialmente se le profezie messianiche si considerino in tutto il loro complesso, negare che le profezie messianiche precedano almeno di alcuni secoli il Cristianesimo; negare la verità storica di queste profezie quali si trovano nei Libri sacri dell’A. Testamento, e ricorrere alla interpolazione o alla leggenda, ciò non riuscirà mai e poi mai a nessun incredulo.
Senza richiamare qui ad esame le varie ipotesi dei razionalisti, basti ricordare un solo fatto che taglia corto a tutti i loro sofismi. «300 anni prima di Cristo si fece una versione greca di tutti i Libri dell’A. Testamento e si fece in Egitto e si disse Alessandrina. Quella versione greca si sparse in tutti i paesi dove erano Ebrei (e ve n’erano in tutto l’Oriente e non pochi anche in Occidente) e dove si conosceva la lingua greca. In quella versione, usata dagli Ebrei ellenisti e non ellenisti e dai cristiani, vi sono precisamente le profezie come nel testo ebraico. Alterare tutti quegli esemplari ebraici e greci era impossibile: dunque noi abbiamo l’assoluta certezza che le profezie delle quali qui ci occupiamo, esistevano come esistono oggi, almeno 300 anni prima di Cristo»[iii].
  
Ed ecco il secondo assaggio sulla diffusione della Fede Cristiana, dalla nota 57 nel capitolo 12:
Resta a spiegarsi come questi gonzi o questi furbi siano stati sì pazzi da lasciarsi lapidare, scorticare, crocifiggere, decapitare; come abbiano avuta tanta abilità da ingannare la più sagace e dotta nazione del mondo, anzi tutto il mondo; come abbiano potuto ammaestrare sì bene i loro primi discepoli, dei quali Ignazio era impaziente di vedersi gettato ai leoni, Policarpo andava lieto verso il rogo, Giustino, Ireneo e Cipriano suggellavano col loro sangue le loro dotte pagine, e Tertulliano scriveva tranquillamente sotto la Scure dei carnefici l’immortale suo Apologetico; come fra gli innumerevoli cristiani, che dopo il II secolo riempivano ogni angolo dell’Impero, fuorché i templi degli Dei, se ne siano trovati più milioni, che per appoggiare l’opera dei gonzi, si siano lasciati sgozzare; come finalmente tale matta impostura abbia avuto tanti sublimi difensori dal primo dei Santi Padri fino ai dì nostri. MARTINET. Solutions des grands probl.
Buona lettura!

[i] Isaia è il più grande dei profeti perché è quegli che più ampiamente e chiaramente predisse del Messia. Cfr. VIGOUROUX, Manuale biblico, Vol. 2, n. 909.
[ii] «Vi sono difficoltà proprie della lingua originale che conosciamo imperfettamente, delle forme, figure, immagini famigliari ai popoli orientali; difficoltà che sorgono dalla mancanza di cognizioni dei luoghi, delle memorie storiche e popolari a cui si fa allusione, degli usi, delle tradizioni, delle credenze, dei fatti, dopo sì lungo tempo travisati o dimenticati […]. Le Profezie furono scritte in varii tempi e luoghi e in diverse circostanze e messe insieme dopo molti anni, quasi fossero un solo libro fatto tutto di seguito. La parte storica è mista con la profetica e con la tipica; il futuro si afferma col presente e col passato, la esortazione con la minaccia e via dicendo. Inoltre, il profeta parlava direttamente al popolo, in mezzo al quale viveva; parlava il suo linguaggio, l’avrà illustrato a voce, o col gesto, o si chiariva da sé nelle condizioni speciali in cui si trovavano popolo e profeta; ma ora, a noi, dopo tanti secoli, a noi educati in altri paesi e con altri metodi, ciò che allora era facile a intendersi, riesce oscuro. Non nego dunque che il senso di molte profezie posso essere involuto, oscuro, incerto e perciò incerta la prova che se ne deduce ma ve ne sono, e molte, chiarissime; a queste le oscure non devono né togliere, né menomare la forza. Poi – e qui prego i lettori a porre ben mente alla cosa – allorché io metto innanzi l’argomento delle profezie, non le considero ad una ad una separatamente: io le piglio tutte nel loro insieme, e considerate nel loro complesso, la prova è irrepugnabile». Mons. BONOMELLI, Gesù Cristo Dio-Uomo, pag. 172-173, Milano, Cogliati, 1898.
[iii] Mons. BONOMELLI, op. cit., pag. 166. La traducción Alejandrina o de los Setenta fue verdaderamente providencial, porque después de la venida del Salvador, los judíos, por odio, habrían podido esconder sus libros, o darlos alterados, o esparcir sospechas sobre la fidelidad de los traductores. Pero antes del suceso, los Libros santos estaban a salvo contra las alteraciones judaicas: donde podemos creer y decir con San Agustín que aquella versión fue un hecho verdaderamente providencial.

Se per quanto riguarda le profezie presso gli ebrei già abbiamo toccato l’argomento con l’articolo «Perché è semplice capire che il Cristianesimo è la sola vera Religione». Volentieri offriamo ai lettori, in relazione all’aspettazione messianica presso i pagani qualche estratto dei capp. 21-22 del capolavoro Breve Apologia del Cristianesimo. Contro gli increduli dei nostri giorni.

L’eco dei vaticini messianici si diffuse pure nel mondo pagano assai prima della venuta di Cristo. Solo dobbiamo qui distinguere un doppio filo conduttore dell’idea messianica presso i Gentili: quello che la deriva dalla primitiva rivelazione tradizionalmente trasmessa alle susseguenti generazioni e quello che la deriva dalle successive rivelazioni fatte al popolo Ebreo. Nel primo caso l’idea messianica si presenta per lo più avvolta nel mito e nella favola, per le gravi alterazioni a cui soggiacque la primitiva rivelazione. In fondo però della mitologia pagana si sente sempre l’eco del pensiero religioso dei primi secoli. È classico a questo proposito il mito di Prometeo come ci viene descritto in Eschilo. Nel secondo caso invece l’idea messianica si presenta assai più chiara e determinata, quale ci vien data appunto dalle nuove rivelazioni fatte al popolo Ebreo[i].
Le conquiste di Alessandro Magno
Ora tre grandi avvenimenti hanno concorso a diffondere l’idea ebraico-messianica presso i popoli gentili: le conquiste di Alessandro Magno – la diaspora o dispersione del popolo Ebreo in tutte le parti del mondo – la traduzione in greco dei libri dell’A. Testamento.
Riguardo al primo avvenimento, scrive il P. Rinieri, che «con la conquista di Alessandro Magno l’ellenismo occupò, si può dire, il mondo intellettuale di tutto l’Oriente. Forse nessuna impresa umana, se si toglie la conquista delle Americhe, fu così feconda di risultati morali, religiosi e politici, come la campagna del grande macedone […]. L’unificazione dell’Oriente con l’Occidente fu l’effetto meraviglioso della sua conquista. Il grande movimento delle idee spinse l’ondata dell’Ellenismo in tutto l’Oriente: filosofia, lettere, arti avanzarono il progresso della civilizzazione e formarono la prima vasta piattaforma sulla quale si sparse il messianesimo, mediante la diaspora prima e poi la versione dei Settanta»[ii].
La diaspora
Fin dalla schiavitù assira e babilonese e specialmente dopo e lotte dei Diadochi, che scoppiarono dopo la morte di Alessandro Magno i Giudei si sparsero quasi su tutta la terra (Atti 2, 9-11), cosicché al tempo di Gesù Cristo era ben difficile trovare una città importante, specialmente se vi fioriva il commercio, dove essi non si trovassero. Molto numerosi erano in Egitto dove Tolomeo Lago ne aveva condotti duecentomila; al tempo di Filone i Giudei in Alessandria formavano i 2/5 della popolazione. Anche Roma possedette una numerosa comunità ebraica dal 63 a. C. Tutti questi Giudei riconoscevano nel Sinedrio di Gerusalemme la loro principale autorità religiosa e si mantenevano in relazione con i correligionari di Palestina per mezzo di pellegrinaggi e con la soddisfazione del tributo per il Tempio[iii]. Ora i Giudei, sparsi così in tutto il mondo, trovarono modo, e per il commercio e per altre relazioni vitali, di far conoscere ai popoli presso cui si trovavano la loro legge e la loro religione[iv]. Essi propriamente non passavano mai alla religione degli Stati nei quali vivevano; anzi attiravano alla loro fede quanti più potevano. Quindi guadagnavano dappertutto degli studiosi e degli ammiratori. Questi costituirono lo stato curioso del proselitismo, che si divideva in due categorie: A) i proseliti della giustizia, che adottavano la religione mosaica e le sue pratiche non esclusa la circoncisione; B) i proseliti della porta, che si fermavano alla professione del monoteismo senza adottare i riti e le pratiche del mosaismo[v].
[…]
Presso i gentili
Ma [come detto] anche presso gli altri popoli esisteva questa aspettazione:
a) in modo vago e confuso, dove appena si conservava l’eco della primitiva rivelazione[ix].
b) più chiaramente, invece, dove all’eco della primitiva rivelazione s’aggiunse quello dei vaticini messianici fatti agli Ebrei. Poiché Dio stesso dispose, come abbiamo già visto, che «gli Egiziani, gli Assiri, i Persiani, i Greci, i Romani s’impadronissero successivamente della Giudea, affinché intendessero tutti le grandi voci del passato e dell’avvenire, la verità delle origini e delle promesse» (Dechamps, Appello e Sfida). Onde lo stesso Svetonio (In Vespas. IV, 3) e lo stesso Tacito (Histor. lib. V, 13) ci parlano di una comune e antica e costante persuasione, secondo la quale l’Oriente risorgerebbe e dalla Giudea verrebbe fuori un conquistatore del mondo. E mettendo in versi latini stupendi il canto greco della Sibilla cumana, Virgilio alla sua volta poetava di un fanciullo misterioso, la cui nascita avrebbe portato sulla terra il regno della giustizia e dato al corso dei secoli un nuovo indirizzo.
Questioni sull’Egloga IV di Virgilio
«L’imperatore Costantino, assistendo al Concilio di Nicea, lesse tradotta in greco la quarta egloga di Virgilio, nella quale questo poeta, inneggiando alla prossima sperata nascita di un fanciullo, pronosticava che con esso sarebbe nato altresì un nuovo ordine di cose; sarebbe cioè ritornata l’età del vergine costume; che da quel fanciullo deriverebbe una nuova progenie donata dal cielo alla terra, onde por termine alla età del ferro, e introdurre nel mondo una nuova età di pace e di oro. Orbene, diceva Costantino, come mai si può spiegar questo pronostico di Virgilio, poeta pagano, se non col dire che egli approfittò delle tradizioni ebraiche, degli scritti delle Sibille e dei letterati alessandrini intorno alla nascita del Redentore del mondo? Contro l’asserto di Costantino insorsero molti dotti, ma i Padri antichi condividevano il giudizio di lui. Ai Padri antichi si unì poi Dante (nel Paradiso), Michelangelo che ne formò uno dei suoi capolavori nella Cappella Sistina; e il Cantù, che dapprima divideva il parere contrario, finì col dichiarare che l’interpretazione data da Costantino e ammessa dai Padri, è l’unica possibile per chi ama la verità»,  così Monsignor Carlo Bertani nel suo libro: Vita di Maria santissima (Monza, Paolini 1902, pag. 75). Sappiamo in qual conto sono tenute queste idee dai critici moderni. In realtà nell’egloga IV di Virgilio non si tratta che del figlio di Pollione. Ma donde trasse il poeta quelle idee che gli applica per celebrarne la nascita? Ecco la questione. E poiché Svetonio (In Vespas. IV, 3) Tacito (Histor. lib. V, 13) ed altri ci parlano di una comune antica e costante persuasione, secondo la quale l’Oriente risorgerebbe e dalla Giudea verrebbe fuori un grande conquistatore del mondo, ben possiamo supporre che a tale credenza attingesse il poeta le sue idee.

[i] Único ejemplo de revelación mesiánica hecha directamente a los gentiles, aunque se debe recordar también a Job, es aquella que se lee en el capítulo XXIV de los Números, esto es, el célebre vaticinio de Balaam. Enviado por Balac, rey de Moab, para maldecir al pueblo hebreo, por tres veces en cambio lo bendijo, a pesar de él mismo y del rey. Y la cuarta vez sumpta parábola profetizó diciendo del Mesías: «Lo veggo, e non ancora, lo contemplo e non da vicino. Una stella si è levata da Giacobbe; e da Israele rampollerà una verga, e trasverbererà ambo i lati di Moab e tutti i figli della rumoreggiante Nazione». Valga decir: surgirá de este pueblo un rey potente, cuya visión me está ante la vista, resplandecerá sobre el universo como un astro y destruirá todos los adversarios de su reino.
[ii] Cfr. Azione Sociale de Bérgamo, agosto de 1912, págs. 175-176.
[iii] Cfr. Manuale di storia ecclesiastica del dr. Marx, traducid por el dr. G. B. Pagnini, Ed. Fior., 1913, vol. 1, pág. 19.
[iv] Y era ciertamente este el fin que tuvo Dios al permitir que Su pueblo fuese continuamente entregado en esclavitud entre los otros pueblos. Tobías lo afirma en su cántico, cuando volviéndose a sus compatriotas les dice: «Per questo Iddio v’ha dispersi fra le genti che non conoscono Iddio, affinché voi raccontiate le Sue meraviglie e facciate loro conoscere come altro Dio onnipotente non havvi fuori di Lui» (Tob. 13, 4).
[v] Cfr. Rinieri, loc. cit.
[vi] No es este el lugar para hablar sobre por qué se le llama traducción de los Setenta y en qué modo se hizo esta versión.
[vii] Mons. BONOMELLI, op. cit., pag. 153-155.
[viii] Heb. 11, 13. Jesús nos asegura que Abrahán deseó ver al Mesías (Cfr. Giov. 8, 56). Jacob morivundo exclama: «Io spero nella tua salvezza, Signore!» (Gén. 49, 18). Y el profeta Isaías nos refiere el deseo y la oración de los justos: «Mandate l’agnello al signore del paese (XVI, 1): Stillate, cieli, dall’alto e le nubi facciano piovere la giustizia; si apra la terra e produca la salvezza e germogli insieme la giustizia. Io, il Signore, ho creato tutto questo». (XLV, 8).
[ix] Ver MONSABRÉ, Introd. al dogma cattolico, vol. I, página 158 y ss.: y Esposizione del dogma cattolico, vol. VI, pág. 212 y ss.

ENCÍCLICA “Inscrutábile divínae”

Presentamos por primera vez en español la encíclica “Inscrutábile divínæ”, la encíclica programática de Pío VI, en la cual, después de recordar cómo las insidias inspiradas por el ansia de novedades minan la verdadera religión, invita a la oración, dar el ejemplo de sanas costumbres, instituir seminarios en cada diócesis y cuidar del decoros de las iglesias; y condena como «llena de engaños» la filosofía ilustrada que era una novedad, pero que influiría en los eventos posteriores, como la Revolución Francesa, las independencias en Hispanoamérica, las Revoluciones liberales de Europa, el comunismo y el Vaticano II. 
  
ENCÍCLICA Inscrutábile divínæ DEL SOMMO PONTÍFICE PÍO VI
   
A los Venerables Hermanos Patriarcas, Primados, Arzobispos y Obispos.
El Papa Pío VI. Venerables Hermanos, salud y bendición Apostólica.
  
El inescrutable designio de la sabiduría divina, cuyas obras son siempre admirables, como entre miles de personas eligió a David de modestísimo origen, y de la grey de ovejas lo alzó al trono de la gloria a gobernar su pueblo y a hacerlo acepto a Dios con la vara de mando; al mismo modo no despreció Nuestra bajeza, tanto que, si bien los últimos entre todos, fuimos admitidos entre los padres purpurados y tuvimos el último puesto, con todo quiso que Nos entre todos los otros, que aparecían más dignos de la diadema papal, tuviésemos que asumir las funciones de Pontífice y, elevados a tan grande honor, tuviésemos que gobernar toda su Iglesia. Cuando, silentes y agradecidos, consideramos atentamente esta maravillosa dignación, y la inmenza bondad respecto a Nos, no podemos detenernos en el llanto, reflexionando en esta misericordia tan benéfica y al mismo tiempo en esta onnipotencia, por la cual derramó tan generosamente sus dones sobre aquel en quien no encontraba ningún mérito: poniendo a Nos, débiles e inméritos, a cabeza de las gentes para que, sustituyendo en la tierra al Eterno Pastor, apacentemos su descendencia de fieles y la guiemos al sagrado monte de Sión en la Jerusalén celestial. Y upesto que ha convenido absolutamente que Nuestro obsequio y la oferta del Pontífice consagrado comiencen elevando alabanzas al Señor, no podemos no irrumpir en voces de exultación; confiando en el Señor, cante Nuestra boca con el profeta (Salmo 144, 21) las alabanzas del Señor, y Nuestra alma, el espíritu, la carne y la lengua bendigan su santo nombre: «Si es señal de devoción alegrarse de un don, es también necesario estar dudando del propio mérito. ¿Qué cosa de hecho es más temible que la fatiga impuesta a quien es demasiado débil, que la elevación a quien está demasiado bajo, que la dignidad conferida a quien no la merece?» (San León Magno, Sermón I, cap. 2).
     
¿Quién no estaría aterrorizado por la actual condición del pueblo cristiano, en el cual la divina caridad, por la cuan estamos en Dios, y Dios en nosotros, se enfría sensiblemente, y los delitos y las iniquidades crecen de día en día? ¿Quién no estaría angustiado en la tristísima consideración que hemos asumido la custodia y la protección de la Iglesia, esposa de Cristo, en una época en que tantas amenazas minan la verdadera Religión, la sana regla de los sagrados cánones es tan descaradamente despreciada, hombres agitados y furiosos, como por una irrefrenable ansia de novedades, no dudan en atacar las mismas bases de la naturaleza racional e intentan incluso –si lo pudiesen– subvertirla? Ciertamente, en medio de tantos motivos de miedo, no quedaría en Nos ninguna esperanza de servir útilmente, si no velase y no vigilase aquel que protege a Israel y dice a sus discípulos: «He aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos; si no se dignase no solo ser custodio de las ovejas, sino también pastor de los mismos pastores» (San León Magno, Sermón V, cap. 2).
     
Puesto que los dones divinos descienden abundantísimos en Nos, sobre todo cuando Nuestra oración va a Dios, Nos volvemos a vosotros, Venerables Hermanos, colaboradores y consejeros Nuestros, pidiéndoos como primera cosa –en nombre de aquella caridad por la cual somos una sola cosa en el Señor, y de aquella fe por la cual estamos unidos en un solo cuerpo– de no dejar de orar cotidianamente a Dios, a fin que Nos conforte con el poder de su virtud, efunda sobre Nos el espíritu de la sabiduría y de la fortaleza, a fin que –en medio de tantas dificultades de las cosas y de los tiempos– podamos ver lo que debemos hacer y lleguemos a cumplirlo después que lo hubiésemos visto. Orad pues en espíritu; y sea vuestra oración una invocación de amor por Nos y prueba irrefutable de fraterna unión. Y para que obtengamos más prontamente lo que Nos es necesario, haced interceder a María, la Santísima Madre de Dios, en cuya protección tenemos grandísima confianza, y toda la Curia Celestial; y especialmente implorad para Nos la protección y la ayuda del Beatísimo Apóstol San Pedro, «cuya sede gozamos no tano por ocupar sino de servir, esperando que por sus oraciones, el Dios de la misericordia contemplará benigno los tiempos en que debemos ejercer Nuestro Ministerio, y siempre se dignará proteger y restaurar el pastor de sus ovejas» (San León Magno, Sermón V, cap. 5).
   
En verdad, en el mismo inicio de Nuestro apostólico servicio, de Nos asumido con todo el empeño de paterna caridad que somos capaces, Os solicitamos, Venerables Hermanos, y Os exhortamos a ser fieles administradores de los misterios de Dios. Vosotros, que participáis del Señor, no ignoráis qué debéis hacer, y cuáles fatigas debéis sostener por la Iglesia de Dios para cumplir constantemente vuestro deber. Por tanto Os exhortamos y pedimos de tener despierta la gracia que Os fue dada con la imposición de la manos, y no omitáis nada de lo que concierne al incremento de la administración de aquel cuerpo «que fue formado por Cristo y conexo en todas sus uniones» (Efesios 4, 16) en fe y en caridad. Por tanto, puesto que estamos bastante persuadidos que la principal ventaja de la Iglesia deriva del hecho que solo aquellos que son probados en todo y por todo som admitidos a hacer parte de la milicia clerical, no es necesario que Os recomendemos la más diligente observancia de lo que a este propósito fue establecido por las leyes canónicas. Encendidos de solícito celo, proceded en modo que aquelos que no demuestran santidad de costumbres, no están instruidos en la ley del Señor y nada prometen de sí y de la propia actividad, no tengan ningún acceso a la milicia eclesiástica, a fin que aquellos que deben imponer sus manos a fin de ayudaros en apacentar a guiar la grey no agrueguen fatiga a Vuestra fatiga, molestia a las molestias, y no Os sean de impedimento de hacer tanto que el Señor recoja de sus cultivadores aquellos frutos que en la rendición de cuentas del futuro juicio Jesucristo, severísimo y justísimo juez, pretenderá de Vos. Es necesario que el futuro sacerdote se señale por santidad y doctrina. De hecho, Dios rechaza de sí, ni quiere que sean sus sacerdotes, aquellos que han rechazado la ciencia, ni puede ser obrero idóneo para la recolección quien a la piedad de las  costumbres no ha unido el amor por la ciencia. Puesto que el sacerdote tiene necesidad de una instrucción adecuada, fue oportunamente decretado que en toda Diócesis, según las posibilidades, se instituyese, donde hiciese falta, un colegio de clérigos, y una vez instituido, se lo mantenga con todo cuidado Si de hecho, incluso desde los más tiernos años no se forma en la piedad y la religión, y no se hace ejercitar en la literatura la juventud, por su naturaleza proclive a tomar un mal camino, ¿en qué modo podrá suceder que persevere santamente en la disciplina eclesiástica, o que cumpla en los estudios humanísticos y sacros aquellos progresos que el ministerio de la Iglesia exige cual ejemplo para el pueblo de los fieles? Estamos ciertos que tales colegios fueron regularmente instituidos, santa y diligentemente conservados con vuestros cuidados, munidos de leyes idóneas y ampliados en las Diócesis individuales, especialmente después que Nuestro Predecesor Benedicto XIV, de imperecedera memoria, recomendó vivamente a cada uno de vosotros tal obra (Encíclica Ubi primum, 3 de Diciembre de 1740), absolutamente necesaria por la dignidad que sostenéis. Por tanto, como no podemos privar de la pública alabanza Apostólica las relevantes fatigas y la diligencia profusa en atenderlas y en aumentarlas, tanto, si por caso en que alguna Diócesis o no fuesen aún instituidas, o fuesen omitidas, no podemos no solicitar vibradamente a aquellos que concierne, y también mandarles a fin que se esfuerzen con todos los medios para una cosa tan útil.
   
Por la misma razón no se puede temer que Vosotros no atendáis siempre, con la más grande solicitud a los que, ordinariamente, conmueve mayormente a los fieles y excita su respeto por las cosas sagradas, o sea por el decoro de la casa de Dios y el esplendor de lo que se refiere al culto divino. ¡Qué contraste sería encontrar más ornato y elegancia en el palacio episcopal que no en la casa del Sacrificio, en el asilo de la santidad, en el palacio del Dios viviente! ¡Cuál contrasentido sería ver los ornamentos sagrados, los ornamentos de los altares y todo el mobiliario, polvorosos por vejez, caer a pedazos, o hacer muestra de una vergonzosa suciedad, mientras la mesa episcopal estuviese suntuosamente adornada, y elegantes los vestidos del sacerdote!
  
«¡Qué vergüenza y qué infamia –como ha dicho tan bien San Pedro Damián– es pensar que algunos presentan el Cuerpo del Señor envuelto en un paño sucio, y no temen emplear para deponer el Cuerpo del Salvador un recipiente que un potentado de la tierra, qe no es sino un gusanillo, no se dignaría acercar a los propios labios!» (Libro IV, epístola 14, tomo I, Roma 1606).
   
En cuanto a Vosotros, Venerables Hermanos, Nosotros Os juzgamos bien lejanos de esta negligencia, de la que se hacen sobre todo culpables, según cuanto dice el mismo santo Cardenal, aquellos que, con las rentas de la Iglesia, «no compran los libros, ni procuran ornamentos o mobiliario para su Iglesia», mas no se avergüenzan de gastar todo para su uso, como si se tratase de «gastos necesarios».
  
Hemos pues reputado no inútil, Venerables Hermanos, hablaros afectuosamente de estas cosas, en confirmación de vuestra excelente voluntad. Pero algo de mucha más gravedad exige un discurso Nuestro, y precisamente pide en abundancia Nuestras lágrimas: trátase de aquel morbo pestiennte que la maldad de nuestros tiempos ha generado. Unánimes, reuniendo todas nuestras fuerzas, aprestamos la medicina necesaria a fin que, por Nuestra negligencia, tal peste no crezca en la Iglesia, hasta hacerse incurable. Parece de hecho que en estos días ahogan aquellos «tiempos peligrosos» que profetizó el Apóstol San Pablo, en los cuales «los hombres se amarán a sí mismos, serán hinchados de soberbia, blasfemadores, traidores, amantes de los placeres más que de Dios, siempre en acto de parecer y nunca en grado de poseer el conocimiento de la verdad, no privados de una especie de religión, pero rechazando reconocer su valor, corruptos de ánimo y absolutamente reprobables por lo que concierne a la fe» (2.ª Timoteo 3, 3-5).
  
Estos se erigen en maestros «absolutamente mentirosos», como los llama el príncipe de los Apóstoles, San Pedro, e introducen principios de perdición; niegan a aquel Dios que los rescató, procurando a sí mismos una célere ruina, Dicen ser sabios, y en cambio devinieron necios; oscurecido e insipiente es su corazón.
   
Vosotros mismos, que fuisteis puestos como escrutadores en la casa de Israele, ved claramente cuántos triunfos consigue en todas partes aquella filosofía llena de engaños, que bajo un nombre honesto esconde su propia impiedad, y con cuánta facilidad atrae a sí y engatusa a tantos pueblos. ¿Quién podrá decir de la iniquidad de los dogmas y de las infames divagaciones que intenta insinuar? Estos hombres, mientras quieren hacer creer que buscan la sabiduría, «puesto que no la buscan en el modo justo, caerán»; además «incurren en errores tan grandes, que no llegan ni a disponer de la sabiduría común» (Lactancio, Instituciones Divinas, libro III, cap. 28, París 1748). Llegan precisamente al punto de declarar impíamente o que Dios no existe, o que está ocioso e en huelga, que no se interesa por nada de nosotros, y que no revela nada a los hombres. Porqué no se debe maravillar si algo es santo o divino, parlotean que esto fue inventado y pensado por la mente de hombres inexpertos, preocupados del inútil temor del futuro, atraídos de la vana esperanza de la inmortalidad.
   
Pero estos sapientes engañadores endulzan y ocultan la inmensa perversidad de sus dogmas con palabras y expresiones tan atrayentes, que los más débiles –que son la mayoría– como presos del cebo, embriagados en modo penoso, o abjuran completamente la fe, o la dejan vacilar en gran parte, mientras siguen alguna conclamada doctrina y abren los ojos hacia una falza luz que es más dañosa que las mismas tinieblas. Sin duda nuestro enemigo, deseoso y capaz de dañar, cómo asume las semblanzas de la serpiente para engañar a los primeros hombres, así armó las lenguas de estos, lenguas ciertamente mentirosas, de las cuales el Profeta (Salmo 119) pide que sea liberada su alma: del veneno de aquella falsedad que constituye el arma para seducir a los fieles. Así, estos con sus palabras «se insinúan humildemente, capturan dulcemente, discuten delicadamente y matan secretamente» (San León Magno, Sermón XVI, cap. 3). Consecuentemente, ¡cuánta corrupción de costumbres, cuánta licenciosidad en el pensar y en el hablar, cuánta arrogancia y temeridad en toda acción!
    
En verdad, esos filósofos perversos, esparcidas estas tinieblas y desarraigada de los corazones la religión, buscan sobre todo hacer tanto que los hombres rompan todos aquellos vínculos por los cuales están unidos entre sí y a sus soberanos con el vínculo de su deber, porque ellos proclaman hasta la náusea que el hombre nace libre y que no está sujeto a ninguno. Por tanto la sociedad es una multitud de hombres ineptos, cuya estupidez se prosterna ante los sacerdotes (de los cuales son engañados) y ante el rey (del cual son oprimidos), tanto es verdad que el acuerdo que el acuerdo entre el sacerdocio y el imperio no es otra cosa una inmensa conjura contra la natural libertad del hombre. ¿Quién no ve que tales locuras, y otras similares cubierta por muchas mentiras, causan tanto mayor daño a la tranquilidad y a la paz pública cuanto más tarde es reprimida la impiedad de tales autores? ¿Y qué tanto más dañan a las almas, redimidas por la sangre de Cristo, cuanto más se difunde, similar al cáncer, su predicación, y se introduce en las públicas academias, en las casas de los potentados, en los palacios del rey y se insinúa –horrible decirlo– hasta en los ambientes sagrados?
   
Por esto vosotros, Venerables Hermanos, que sois la sal de la tierra, los custodios y los pastores de la grey del Señor y que debeis combatir las batallas del Señor, levantaos, armaos de vuestra espada, que es la palabra de Dios. Cazad de vuestras tierras el inicuo contagio. ¿Hasta cuándo tendremos oculta la injuria dirigida a la fe commún y a la Iglesia. Considerémonos estimulados, como del gemido de la dolorosa esposa de Cristo, por las palabras de San Bernardo: «Una vez fue predicho, y ahora ha llegado el tiempo de realizarlo. He aquí, en la paz, mi armarguísima amargura; amarga primero por la muerte de los máartires, más amarga después por las luchas de los herejes, y amarguísima ahora por las costumbres privadas... Interna es la llaga de la Iglesia; por eso en la paz mi amargura es amarguísima. ¿Pero cuál paz? Hay la paz y la no paz. Paz para aquello que respecta a los paganos y los herejes, pero no ciertamente para lo que respecta a los hijos. En este tiempo hay la voz de alguien que llora: Alimentad a los hijos, y levantadlos; mas ellos me despreciaron. Me despreciaron y me ensuciaron con su torpe vida, con sus torpes ganancias y comercios, y finalmente con su peregrinante obrar en las tinieblas» (Sermón XXXIII, n.º 16, tomo IV, París 1691).
   
¿Quién no se conmovería frente a estos lacrimosos lamentos de la piísima madre y no se sentiría irresistiblemente impulsado a prestar toda su propia actividad y su obra, como con desición prometida a la Iglesia? Purgad pues los viejos fermentos, eliminad el mal que está en medio de vosotros; esto es, con gran energía y denuedo alejad los libros envenenados de los ojos de la grey; aislad prontamente y con decisión los ánimos infectos a fin que no sean de daño a los otros. «De hecho –decía el santísimo Pontífice León– no podemos guiar a las personas que nos fueron confiadas si no persiguiéramos con el celo de la fe en el Señor a aquellos que arruinan y están perdidos, y si no aislamos con toda la severidad posible a aquellos que son sanos de mente, a fin que la peste no se difunda mayormente (Epístolas VII y VIII a los obispos italianos, cap. 2).
   
Os exhortamos, os suplicamos, y os ordenamos cumplir esto, porque como en la Iglesia hay una sola fe, un solo Bautismo y un solo espíritu, así el alma de todos vosotros sea una sola, y la concordia entre vosotros sea una sola, y único el esfuerso. Si estuviéreis unidos en las instituciones, lo estaréis también en la virtud y en la voluntad. Se trata de algo de la máxima importancia, puesto que se trata de la fe católica, de la pureza de la Iglesia, de la doctrina de los Santos, de la tranquilidad del gobierno, de la salvación de los pueblos. Se trata de lo que espera a todo el cuerpo de la Iglesia, de lo que sobre todo toca a voxsotros, que sois los pastores llamados a participar en Nuestras preocupaciones y en particular modo a la vigilancia sobre la pureza de la fe. «Por tanto, ahora, hermanos, puesto que sois los Obispos en el pueblo de Dios y de vosotros depende el alma de los fieles, elevad sus corazones a vuestras palabras» (cf. Judit 8, 21), a fin que permanezcan firmes en la fe y puedan conseguir aquella paz que notoriamente fue preparada solo para los creyentes.
   
Orad, persuadid, griras, haced ruido, no temáis; un silencio indiferente deja en el error a aquellos que podían ser instruidos: en un error dañosísimo para ellos y para vosotros, a quien competía el dener de eliminarlo. La Santa Iglesia tanto más se refuerza en la verdad cuanto más ardientemente se trabaja por la verdad; no temáis, en esta divina fatiga, el poder o la autoridad de los adversarios. Sea alejado el temor del Obispo, que la unción del Espíritu Santo lo fortaezca; sea alejado el temor del pastor, al cual el Príncipe de los pastores enseñó con su ejemplo a despreciar la vida por la salud de la grey; sea lejano del pecho del Obispo la abyecta demencia del mercenario.
   
Según su costumbre, Nuestro Predecesor Gregorio Magno enseñando a los jefes de las Iglesias decía egregiamente: «Frecuentemente las cabezas frívolas, temiendo perder el consenso de las persona, tienen miedo de decir libremente las cosas justas y de hablar según la voz de la verdad, y se dedican a la custodia de la grey no ya con el empeño de los pastores, sino según el comportamiento de los mercenarios; si viene el lobo huyen y se esconden silenciosamente... De hecho para el pastor, decir que ha temido el bien o que ha huído callando, ¿qué diferencia tiene?» (Liber régulæ pastoralis, 11, cap. 4, tomo II). Si el infame enemigo del género humano, para contrastar lo más posible vuestras tentativas, a veces actuará para que la peste del mal avanzante se esconda entre las jerarquías religiosas del siglo, os pido que no perdáis el ánimo, sino de caminar en la casa de Dios con el arreglo, la oración y la verdad que son las armas de Nuestra milicia.
   
Acordaos que al contaminado pueblo de Judá nada pareció más adecuado a su propia purificación que la promulgación –delante de todos, del más pequeño al más grande– del Libro de la Ley que el sumo sacerdote Elías había encontrado poco antes en el templo del Señor; y en seguida, con el consenso de todo el pueblo, eliminó cuanto era abominable, «en la presencia del Señor se concluyó un pacto en fuerza del cual el pueblo habría seguido al Señor, habría guardado sus preceptos, sus leyes y ritos relativos con todo el corazón y con toda el alma». En el mismo espíritu Josafat mandó a los sacerdotes y los levitas con el Libro dela Ley alrededor de las ciudades de Judá, para que instruyesen al pueblo (2.ª Crónicas 17, 7ss).
   
A vuestra fe, Venerables Hermanos, por autoridad no humana sino divina, es confiada la difusión de la palbara divina; reunid pues al pueblo y anunciadles el Evangelio de Jesucristo; de aquella divina comida, de aquella celestial doctrina haced derivar la fuente de la verdadera filosofía para vuestra grey. Persuadid a los súbditos que conviene conservar la fe y tributar obsequio a aquellos que en fuerza de la ordenación divina presiden y gobiernan.
    
A aquellos que son adeptos al ministerio de la Iglesia, dad ejemplo de fe, a fin que puedan agradar a aquel que los examina y prefieran solamente lo que es serio, moderado y lleno de religióne. Sobre todo, pues, encended en las almas de todos el fuego de la caridad mutua, que tan frecuente y tan particularmente Cristo el Señor recomendó y que es la sola señal de los cristianos, y vínculo de perfección.
   
Son estas, Venerables Hermanos, las cosas de las cuales deseábamos en particular hablaros en nombre del Señor, y que os pedimos cumplir con grande empeño y sumo cuidado, a fin que podamos experimentar cuán gozoso es estar unodos, todos Nosotros, en conservar fielmente el depósito confiado a Nuestra custodia. Pero a causa de nuestros pecados no podremos conseguir tales cosas si no nos viniera anticipada la misericordia del Señor, que nos prevenga con su bendición, Por tanto, a fin que Nuestra común oración llegue más ráidamente a Él, y Él sea reconciliado con Nos y ayude Nuestra debilidad, moentras mandamos esta Letra a vosotros, publicamos otra con la cual concedemos el Jubileo a todos los Cristianos, esperando en Aquel que es compasivo y misericordioso, tanto que Nos dio la potestad en la tierra de atar y desatar, para la edificación de su cuerpo.
   
Así Él conceda salud a vosotros y a vuestra grey, a fin que, siempre inmunes de cualquier error, podáis progresar de virtud en virtud. Esto es cuanto pedimos con toda el alma, mientras impartimos con mucho afecto la Apostólica Bendición a Vosotros y a los pueblos confiados a vuestros cuidados.
   
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 25 de Diciembre de 1775, año primero de Nuestro pontificado. PÍO PAPA VI.