Vexílla Regis

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MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

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NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

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No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

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martes, 30 de abril de 2019

RESPONSABILIDAD JUDÍA EN LA MUERTE DE JESÚS, POR Mons. FRANCESCO SPADAFORA

Compilación hecha por Giuliano Zoroddu para RADIO SPADA. Traducción propia.

Mons. Francesco Spadafora (1913-1997), clarísimo experto de Sagrada Escritura en varios Seminarios italianos, enseñó en Roma desde 1950, en el Marianum y en la Lateranense. Hombre de gran doctrina, colaboró en la redacción de la Enciclopedia Cattolica y publicó en prestigiosísimas revistas científicas católicas. Ya hombre de confianza del Cardenal Ottaviani para las cuestiones de exégesis bíblica, fue perito en el Concilio en la Comisión preparatoria para los Estudios y los Seminarios. Combatió enérgicamente, con escritos de altura, la exégesis modernista en la sede conciliar y durante la borrasca del post-conciliar que llega precisamente a negar la historicidad de los Evangelios y la historicidad de la resurrección corpórea de Jesucristo. Desde los años Setenta escribió también para la conocida revista Si si No no fundada por el padre Francesco Putti. El fragmento siguiente es tomado de “Cristianesimo e Giudaismo” del 1987, reimpreso por Amicizia Cristiana en 2012.
  
Pilato se lavó las manos: «Yo soy inocente de esta sangre, vosotros veréis. No soy responsable de la muerte de Jesús». La respuesta: «Que su sangre recaiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos» quita a a Pilato toda responsabilidad: la responsabilidad sea toda nuestra y de nuestros hijos.
  
Toda tentativa hecha, no digo de negar, sino de limitar la plena responsabilidad colectiva de los judíos, jefes y pueblo, en la condena a muerte y por tanto en la ejecución de Jesús Nuestro Señor, y antes en el rechazo de aceptar la predicación, de reconocer en Él al enviado del Padre, no obstante todos los milagros realizados, contrasta con toda la documentación de nuestros cuatro Evangelios.
  
Y esto vale incluso más evidentemente para todo el pueblo judaico, que –como ha revelado pertinentemente el P. Marie-Benoît (Pierre Péteul) OFM. Cap. en su crítica al libro de Jules Isaac (Revue Biblique, 1949, pág. 610 s.)– ratificó completamente la sentencia de sus Jefes, oponiendo claramente, y en la masa de sus miembros, en Palestina y en la Diáspora esta resistencia feroz a la Iglesia naciente y continuando en los discípulos de Jesús la obra de persecución y muerte.
  
En las palabras de Jesús, en el relato de los cuatro Evangelistas, resulta inconfutable la responsabilidad colectiva, por aquel principio de solidaridad, heredado de todo el Antiguo Testamento, y fundamental por el concepto de berit o alianza, que lo prevé.
En las palabras de Jesús en la cruz, informadas solamente por San Lucas 23, 34: «Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen», no van más allá de los textos reportados hasta ahora.

Lo confirman los comentarios al Evangelio de San Lucas.
En la columna Verbum Salutis, Albert Valensin – Joseph Huby SJ (trad. it. Ed. Studium, Roma, 1956, pág. 456 s.), así comentaban el Evangelio según San Lucas:

El evangelista, en su Evangelio de la Misericordia, refiere estas palabras «para hacer conocer la infinita misericordia del Salvador del mundo. Jesús nos da el ejemplo de aquel amor a los enemigos y de aquel perdón de las ofensas, lo que había hecho un deber para los hijos del reino (Mt. 5, 44). Se refiere primero al pueblo judío, luego a todos aquellos que, también en manera indirecta, son causa de su muerte. (Josef Knabenbauer en h. 1.).

Pide perdón para ellos en consideración de su ignorancia. Porque verdaderamente en todo pecado hay un fondo de tinieblas. El hombre que peca no sabe completamente todo lo que hace …. Los judíos no comprendían toda la enormidad de su delito. Esta ignorancia, en cuanto fruto de la resistencia a a gracia y al enceguecimiento voluntario, no les absolvía de su culpa; Jesús todavía la presenta al Padre como circunstancia atenuante, Jesús todavía la presenta al Padre como circunstancia atenuante, y así más tarde San Pedro (Act. 3, 17)».

Se pregunta Lagrange (s. Lc., p. 588) por la omisión de las palabras de Jesús en varios códices: «¿se ha pensado que la indulgencia de Jesús Salvador fuese excesiva, porque los judíos sabíab bien lo que hacían?». En realidad, se podía pensar en una contradicción con los textos evangélicos que, como habíamos visto, atestiguan la consciente mala fe de los Jefes y la responsabilidad del pueblo.
  
Los Jefes, continúa Lagrange, eran verdaderamente culpables y tenían grande necesidad de perdón; las pruebas del enceguecimiento voluntario, del odio y de la doblez no faltan en Lucas; todavía ellos no comprendían la enormidad de su crimen. Se cumplía en Jesús la predicción de Isaías 53, 12: «intercede por los malhechores».

Juan Leal s.j., Ev. s. Lucas, (La Sagrada Escritura), BAC 207, Madrid, 1961, pág. 764:
«Jesús tiene presentes a los Jefes del judaísmo, responsables de su muerte. Ellos sabían como ningún otro lo que hacían. Y porque lo sabían, pecaron y tenían necesidad de perdón. En todo pecado humano hay siempre alguna ignorancia y Jesús se reclama a esta excusa. La oración de Jesús por los judíos podía resultar contradictoria con Mt. 27, 25 «su sangre (de Jesús) sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos» y con los textos en los que se predice su repudio definitivo.
Una oración en estas circunstancias, que pide perdón por los enemigos es auténticamente cristiana: está en armonía con la doctrina del Señor en el discurso del Monte (Mt. 5, 44), con su ejemplo (Lc. 22, 48.51 ¡con el traidor Judas!)».
«San Esteban ha orado en el mismo espíritu de caridad, pero no con los mismos términos (Act. 7, 60). San Santiago de Jerusalén, antes del martirio, «de rodillas oraba así: – Te suplico, oh Señor, Dios y Padre, perdona a ellos (Escribas y Fariseos), porque no saben lo que hacen» (Eusebio, Historia Eclesiástica, libro II, cap. 23, s. 15).
  
San Pedro se hace eco, en el segundo discurso al pueblo, después de la curación del paralítico, en la puerta del Templo llamada la Bella: «Y ahora, hermanos, sé que habeis actuado por ignorancia como vuestros Jefes». Adriano Boudou comenta: «Pedro no quiere llevarlos (a los «hombres de Israel» reunidos en gran número en torno a Pedro y Juan, al ingreso del Templo, por la curación instantánea del paralítico) a la desesperación y encuentra para ellos excusas … se diría el eco de las palabras … caídas de lo alto de la Cruz, recogidas por todos los verdaderos discípulos de Jesús, repetidas frecuentemente … en las mismas trágicas circunstancias, en testimonio de la misma heroica caridad». San Pedro, de hecho, al inicio del discurso había revelado el enorme pecado de Israel en el repudio y en el asesinato del Salvador, su plena culpabilidad y responsabilidad colectiva.
  
«El Dios de nuestros Padres, oh Hombres de Israel, ha glorificado a su siervo, Jesús, que vosotros habéis consignado y renegado ante Pilato, mientras él había decidido liberarlo. Pero vosotros habéis renegado del Santo y el Justo, y habéis pedido que fuese gracia sobre un asesino, y habéis hecho morir al autor de la vida. Dios lo ha resucitado de los muertos y nosotros somos testigos …. La fe que viene por Él, la fe en el nombre de Él, ha dado a este enfermo la plena salud en presencia de vosotros todos. Y ahora, oh hermanos, sé que habéis actuado por ignorancia … Arrepentíos, etc.».
   
En el primer discurso que Pedro, en el día de Pentecostés, a los numerosos judíos reunidos en el atrio del Templo, golpeados por el milagro de la glosolalia de los Apóstoles (cerca de tres mil adhirieron al Evangelio), es afirmada sin más la consciencia y la responsabilidad colectiva de los judíos (Act. 2, 23.36): «Jesús de Nazaret, por Dios aprobado con obras potentes y prodigios y milagros … este hombre … vosotros lo habéis crucificado y por mano de los impíos le habéis hecho morir … Lo sepa pues con seguridad toda la casa de Israel: Dios ha hecho Señor y Cristo aquel Jesús que habéis crucificado». [1]

Para Act. 13,27 considero exacta la traducción de Boudou [2]: «Los habitantes de Jerusalén y sus jefes han desconocido a Jesús y condenándolo cumplieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado». Es San Pablo que así habla en la Sinagoga de Antioquía. No se trata de «ignorancia» (Jesús les había dicho claramente quién era: Jn. 5, 18; Mt. 26, 65; 27, 44 y Jn. 19, 7: «se ha dicho Hijo de Dios» por eso debe morir, dicen los Sanedritas a Pilato): sino de rehusar la fe en su persona. El verbo griego aghnoé (ἀγνοέω) tiene también tal significado. Así en la carta a los Romanos 10, 3 los exégetas traducen el mismo verbo: «Desconociendo de hecho la justicia de Dios y buscando establecer la propia, no se han sometido a la justicia de Dios». Aunque conociendo, aunque habiendo aprendido el contenido del Evangelio: 10, 16-21.

«¿Se podrá decir que Israel no ha entendido de qué se trataba en la predicación del Evangeilo? No, responde San Pablo, ha entendido bien que el Evangelio se presentaba como el cumplimiento de las promesas mesiánicas, pero por mala voluntad ha rechazado acogerlo, lo ha conocido para desconocerlo. Mientras los Gentiles, que no se preocupaban mucho de encontrar a Dios, lo han reconocido cuando se le ha manifestado a ellos; Israel, preparado por una Providencia especial para el adviento del Mesías, se ha rehusado a creer» [3].

NOTAS
[1] Adriano Boudou SJ, en la collana Verbum Salutis: Atti degli Apostoli, tr. it. Ed. Studium, Roma, 1957, pp. 38 ss. 67-70.
[2] Ibid., págs. 287-293 ss.
[3] Es el comentario y la traducción del P. J. Huby, Epístola a los Romanos, (colección Verbum Salutis, Ed. Studium, Roma, 1961, págs. 310-312, 325, 327).

lunes, 29 de abril de 2019

“ORTODOXOS” UCRANIANOS CONCELEBRAN CON “CATÓLICOS” EN ESLOVENIA

Traducción del artículo publicado por Pietro C. en TRADITIO LITURGICA. El autor original es ortodoxo, pero la noticia es de pertinencia porque la otra parte es precisamente la iglesia conciliar.
 
El arcipreste de la “Iglesia Ortodoxa Ucraniana” Vasily Kuchyrka (derecha) concelebrando la Divina Liturgia de San Basilio junto con el presbítero conciliar Aleš Tomaševič en la iglesia de San Ulrico en Dobrunje, Liubliana (Eslovenia) - Foto: Embajada de Ucrania en Eslovenia
  
Hace un cierto tiempo que me entretengo al observar la situación religiosa ucraniana complicada por la creación de una nueva “Iglesia” autocéfala por parte del patriarca Bartolomé, generosamente recompensado según no pocas fuentes y agencias de prensa. La creación de esta nueva “Iglesia” autocéfala fue hecha contra todas las reglas previstas en el mundo Ortodoxo, reglas que habrían pedido mayor prudencia, un tiempo de penitencia y una nueva imposición de las manos sobre todo el clero de la precedente “Iglesia” disidente, como NO ha sucedido. Al contrario, tal nueva “Iglesia” fue creada sin algún procedimiento regular, violando los cánones y las prescripciones antiguas, y con el ímpetu personalístico y despótico de Bartolomé, que no ha querido escuchar consejos o críticas; Bartolomé ha hecho correr la voz de que los eslavos están contra los griegos por su proceder, una crítica que es en realidad un paravento para otro diferente. Así, últimamente se ha trascendido que una persona que no es antihelénica y prejuiciosa a él, como el arzobispo Anastasio de Tirana, había avanzado fuertes perplejidades sobre su proceder por la falta de reordenación de los clérigos los cuales, rebus sic stantibus, permanecen probablemente como simples laicos vestidos de sacerdote (ver aquí). Mas Bartolomé no quiere escuchar objeciones y ¡¡¡parece que el hecho de concelebrar con los posibles laicos no lo descomponga precisamente en el momento que él, y ningún otro, ha decidido que no lo son!!!
 
Nacida sin observar las tradiciones que la contradicen, esta nueva “Iglesia” ucraniana, continúa obrando sin atenerse a normas precisas, incluso, parecería que prescinde de ellas con el tácito consentimiento o la tolerancia de Bartolomé, del cual depende, de hecho, (¡su autocefalia es más aparente que real!). Lo que hace de esta el signo de una nueva eclesiología cismática, al lado de la antigua ortodoxia y, sobre todo, la torna una base privilegiada para experimentos y novedades que deberán conducir al mundo Ortodoxo o lo que de él quede, al menos en las intenciones de quien lo espera, a la unión con el mundo católico (modernista). No por casualidad se habla siempre más insistentemente que la “Unión” entre las dos Iglesias esté prevista para el 2025, fecha símbolo en cuanto aniversario del I Concilio de Nicea (325). En el entretiempo, las dos Iglesias concelebran ya: han acontecido diversas concelebraciones entre ucranianos “ortodoxos” y grecocatólicos. Últimamente, como en una cierta medida ha sucedido en Eslovenia ver aquí, estos “ortodoxos” ucranianos han concelebrado también con sacerdotes latinos. Es necesario precisar que estos experimentos y “uniones” no son el fruto de un amor por la fe y la verdad, sino de su increíble relativización y, por eso, además de crear posteriores confusiones, expandirán ambientes ficticios solo nominalmente cristianos pero de hecho cortantemente fuera de la Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia. Un verdadero y apropiado espíritu de apostasía y de práctico indiferentismo se difunde como mancha de aceite en las estructuras eclesiásticas de la antigua Europa...

domingo, 28 de abril de 2019

BULA “In Eminénti Apostolátus Spécula”, LA PRIMERA DECLARACIÓN PAPAL EN CONDENAR LA FRANCMASONERÍA

La Francmasonería como la conocemos actualmente fue fundada el 24 de Junio de 1717 luego de fusionarse las cuatro logias existentes en Londres y Westminster, adoptando sus primeras constituciones y simbología en el año 1723 por el pastor presbiteriano James Anderson. Hasta esa fecha, la masonería era operativa (vinculada a los gremios de la construcción), pero a partir de entonces la masonería pasó a ser en términos generales especulativa (abierta a todas las profesiones).
  
Ahora bien, la francmasonería surgió en un contexto protestante liberal (por ende, anticatólico), y ya estaba expandiéndose por toda Europa y los territorios de ultramar (en España, por ejemplo, la primera logia fue fundada el 15 de Febrero de 1727 con el nombre de “La Matritense” por Felipe, duque de Wharton, y registrada como la número 50 por la Gran Logia de Inglaterra), lo cual implicaba un peligro a la la supervivencia de la Iglesia y a la seguridad del Estado-Nación (en ese entonces, en los Estados italianos habían dos logias contrapuestas: una en Roma -que apoyaba a la Dinastía Estuardo, recientemente derrocada y vencida en Inglaterra- y otra en Florencia -a favor de la Casa de Hannover y de tendencia liberal-. Unas y otras eran multiconfesionales).
  
Frente a este peligro, el Papa Clemente XII, mediante la Bula “In Eminénti Apostolátus Spécula”, fechada a 28 de Abril de 1738, fulmina por primera vez la excomunión contra todo católico que dé su nombre a la francmasonería y/o la favorezca de cualquier manera, y autoriza a la Inquisición y a los órganos de justicia a investigar y cerrar toda organización sospechosa. Este es un documento investido de infalibilidad ex cáthedra en materia de costumbres, por lo que todo el Magisterio posterior ha confirmado y reiterado sus disposiciones, y su esencia se mantiene en el Código Pío-Benedictino de Derecho Canónico en el canon 2335.
  
LATÍN
BULAM “In Eminénti Apostolátus Spécula”, DE CONDEMNÁTIO SOCIETÁTIS, SEU CONVENTICULÁRUM “De Líberi Muratóri” AUT “De Francs Massons”, SUB PŒNA EXCOMMUNICATIÓNIS IPSO FACTO INCURRÉNDÆ, EJUS ABSOLUTIÓNE EXCÉPTO MORTIS ARTÍCULO SUMMI PONTÍFICI RESERVÁTA
 
Clemens Epíscopis, Servus Servórum Dei.
 
Univérsis Christifidélibus, Salútem et Apostólica Benedíctio.
 
In eminénti Apostolátus spécula, méritis licet impáribus, divína disponénte cleméntia, constitúti juxta créditum nobis pastorális providéntiæ débitum jugi, quantum ex alto concéditur, solicitúdinis stúdio iis intendímus, per quæ erróribus, vitíisque áditu interclúso, Orthodóxæ Religiónis potíssimum servétur intégritas, atque ab univérso Cathólico Orbe difficíllimis hisce tempóribus perturbatiónum perícula propellántur.
  
§ 1. Sane vel ipso rumóre público nunciánte, Nobis innótuit longe, láteque progrédi, atque in dies invalescére nonnúllas Societátes, Cœtus, Convéntus, Collectiónes, Aggregatiónes, seu Conventícula, vulgo de líberi Muratóri seu Francs Massons, aut ália quavis nomenclatúra pro idiomátum varietáte nuncupáta, in quibus cujuscúmque Religiónis, et Sectæ hómines affectáta quadam conténti honestátis naturális spécie, arcto ǽque, ac impérvio fœdére secúndum leges, et statúta sibi cóndita invícem consociántur; quǽque simul clam operántur, tum distrícto jurejurándo ad Sacra Bíblia interpósito, tum grávium pœnárum exaggeratióne inviolábili siléntio obtegére adstringúntur.
  
Verum cum ea sit sceléris natúra, ut se ipsum prodat, et clamórem edat sui Índicem, hinc Societátes, seu Conventícula prædícta veheméntem ádeo Fidélium méntibus suspiciónem ingessérunt, ut iísdem Aggregatiónibus nomen dare apud prudéntes, et probos idem omníno sit, ac pravitátis, et perversiónis notam incúrrere; nisi enim male ágerent, tanto nequáquam ódio lucem habérent. Qui quídem rumor eo úsque percrébuit, ut in plúrimis Regiónibus memorátæ Societátes per sǽculi Potestátes tánquam Regnórum securitáti adversántes proscríptæ, ac próvide eliminátæ jamprídem extíterint.

§ 2. Nos ítaque ánimo evolvéntes gravíssima damna, quæ ut plúrimum ex hujúsmodi Societátibus, seu Conventículis nedum temporális Reipúblicæ tranquillitáti, verum étiam spirituáli animárum salúti inferúntur, atque idcírco tum Civílibus, tum Canónicis mínime cohǽrere Sanctiónibus, cum divíno elóquio doceámur, die nóctuque more servi fidélis, et prudéntis Domínicæ Famíliæ præpósiti vigilándum esse, ne hujúsmodi hóminum genus velúti fures Domum perfódiant, atque instar Vúlpium víneam demolíri nitántur, ne vidélicet simplícium corda pervértant, atque innóxios sagíttent in occúltis, ad latíssimam, quæ iniquitátibus impúne patrándis inde aperíri posset, viam obstruéndam, áliisque de justis, ac rationabílibus cáusis nobis notis, eásdem Societátes, Cœtus, Convéntus, Collectiónes, Aggregatiónes seu Conventícula de líberi Muratóri, seu Francs Massons, aut álio quocúmque nómine appelláta, de nonnullórum Venerabílium Fratrum Nostrórum Sanctæ Románæ Ecclésiæ Cardinálium Consílio, ac étiam motu próprio, et ex certa sciéntia, ac matúra deliberatióne nostris, déque Apostólicæ potestátis plenitúdine damnánda, et prohibénda esse statuímus, et decrévimus, prout præsénti nostra perpétuo valitúra Constitutióne damnámus, et prohibémus.
    
§ 3. Quocírca ómnibus, et síngulis Christifidélibus cujuscúmque status, gradus, conditiónis, órdinis, dignitátis, et præeminéntiæ, sive láicis, vel Cléricis tam Sæculáribus quam Reguláribus, étiam specífica, et indivídua mentióne, et expressióne dignis distrícte, et in virtúte sanctæ obediéntiæ præcípimus, ne quis sub quóvis prætéxtu, aut quǽsito colóre áudeat, vel præsúmat prædíctas Societátes, de líberi Muratóri, seu Francs Massons, aut álias nuncupátas iníre, vel propágare, confóvere, ac in suis ǽdibus, seu Dómibus, vel álibi receptáre, atque occultáre, iis adscríbi, aggregári, aut interésse, vel potestátem, seu commoditátem facére, ut alícubi convocéntur, iísdem áliquid ministráre, sive álias consílium, auxílium, vel favórem palam, aut in occúlto, dirécte, vel indirécte per se, vel álios quóquo modo præstáre, nec non álios hortári, indúcere, provocáre, aut suádere, ut hujúsmodi Societátibus adscribántur, annumeréntur, seu intérsint, vel ipsas quomódolibet juvent, ac fóveant, sed omníno ab iísdem Societátibus, Cœ́tibus, Convéntibus, Collectiónibus, Aggregatiónibus, seu Conventículis prorsus abstínere se débeant, sub pœna excommunicatiónis per omnes, ut supra contrafaciéntes ipso facto ábsque ulla declaratióne incurrénda, a qua nemo per quémquam nisi per nos, seu Románum Pontíficem pro témpore existéntem, prǽterquam in artículo mortis constitútus, absolutiónis benefícium váleat obtínere.
  
§ 4. Vólumus ínsuper, et mandámus, ut tam Epíscopi, et Præláti Superióres, áliique locórum Ordinárii, quam hæréticæ pravitátis úbique locórum deputáti Inquisitóres advérsus transgressóres cujuscúmque sint status, gradus, conditiónis, órdinis, dignitátis, vel præeminéntiæ, procédant, et ínquirant, eósque tánquam de hærési veheménter suspéctos condígnis pœnis púniant, atque cœ́rceant; iis enim, et eórum cuilíbet contra eósdem transgressóres procedéndi, et inquiréndi, ac condígnis pœnis cœrcéndi, et puniéndi, invocáto étiam ad hoc, si opus fúerit, bráchii sæculáris auxílio líberam facultátem tribuímus et impartímur.
 
§ 5. Vólumus autem ut eárumdem præséntium transúmptis, étiam impréssis manu alicújus notárii públici subscríptis et sigíllo persónæ in dignitáte ecclesiástica constitútæ munítis, eádem fides prorsus adhibeátur, quæ ipsis originálibus lítteris adhiberétur si forent exhibítæ vel osténsæ.
  
§ 6. Nulli ergo omníno hóminum líceat hanc páginam nostræ declaratiónis, damnatiónis, mandáti, prohibitiónis et interdictiónis infríngere, vel ei ausu temerário contrárie; si quis autem hoc attentáre præsúmpserit, indignatiónem omnipoténtis Dei ac beatórum Petri et Páuli apostolórum ejus se novérit incursúrum.

Datum Romæ, apud Sanctam Maríam Majórem, anno Incarnatiónis Domínicæ MDCCXXXVIII, IV Kaléndas maji (die 28 Aprílis), pontificátus nostri anno VIII. CLEMENS PP. XII.

TRADUCCIÓN
  
BULA “In Eminénti Apostolátus Spécula”, DE CONDENACIÓN DE LAS SOCIEDADES, O CONVENTÍCULOS “De Libres Constructores” O “De Francmasones”, BAJO PENA DE INCURRIR EN EXCOMUNIÓN IPSO FACTO, CUYA ABSOLUCIÓN ES RESERVADA AL SUMO PONTÍFICE EXCEPTO EN EL ARTÍCULO DE LA MUERTE

Clemente, siervo de los siervos de Dios, a todos los fieles de Jesucristo, salud y bendición apostólica.
    
Elevado por la providencia Divina al grado más superior del Apostolado, aunque muy indigno de él, según el deber de la vigilancia pastoral que se nos ha confiado, hemos, constantemente secundado por la gracia divina, llevado nuestra atención con todo el celo de nuestra solicitud, sobre lo que se puede, cerrando la entrada a los errores y a los vicios, servir a conservar, sobre todo, la integridad de la religión ortodoxa, y a desterrar del mundo católico, en estos tiempos tan difíciles, los peligros de las perturbaciones.
   
§ 1. También hemos llegado a saber aun por la fama pública, que se esparcen a lo lejos, haciendo nuevos progresos cada día, ciertas sociedades, asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos, llamados vulgarmente de francmasones o bajo otra denominación, según la variedad de las lenguas, en las que hombres de toda religión y secta, afectando una apariencia de honradez natural, se ligan el uno con el otro con un pacto tan estrecho como impenetrable según las leyes y los estatutos que ellos mismos han formado y se obligan por medio de juramento prestado sobre la Biblia y bajo graves penas a ocultar con un silencio inviolable, todo lo que hacen en la oscuridad del secreto.
   
Pero como tal es la naturaleza del crimen, que se descubre a sí mismo, da gritos que lo manifiestan y lo denuncian; de ahí, las sociedades o conventículos susodichos han dado origen a tan fundadas sospechas en el espíritu de los fieles, que el alistarse en estas sociedades es para las personas honradas y prudentes contaminarse con el sello de la perversión y de la maldad; y esta sospecha ha tomado tanto cuerpo, que en muchos estados estas mencionadas sociedades han sido ya hace mucho tiempo proscritas y desterradas como contrarias a la seguridad de los reinos.
    
§ 2. Por esto, reflexionando nosotros sobre los grandes males que ordinariamente resultan de esta clase de asociaciones o conventículos, no solamente para la tranquilidad de los estados temporales, sino también para la salud de las almas, y que por este motivo de ningún modo pueden estar en armonía con las leyes civiles y canónicas; y como los oráculos divinos nos imponen el deber de velar cuidadosamente día y noche como fiel y prudente servidor de la familia del Señor, para que esta clase de hombres, lo mismo que los ladrones, no asalten la casa y como los zorros no trabajen en demoler la viña, no perviertan el corazón de los sencillos, y no los traspasen en el secreto de sus dardos envenenados; para cerrar el camino muy ancho que de ahí podría abrirse a las iniquidades, y que se cometerían impunemente, y por otras causas justas y razonables conocidas de Nos, siguiendo el parecer de muchos de nuestros venerables hermanos cardenales de la Santa Iglesia romana y de nuestro propio movimiento de ciencia cierta, después de madura deliberación, y de nuestro pleno poder apostólico, hemos concluido y decretado condenar y prohibir estas dichas sociedades, asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos llamados de francmasones, o conocidos bajo cualquiera otra denominación, como Nos los condenamos, los prohibimos por Nuestra presente Constitución valedera para siempre.
   
§ 3. Por eso prohibimos seriamente, y en virtud de la santa obediencia, a todos y a cada uno de los fieles de Jesucristo de cualquier estado, gracia, condición, rango, dignidad y preeminencia que sean, laicos o clérigos, seculares o regulares, aun los que merezcan una mención particular, osar o presumir bajo cualquier pretexto, bajo cualesquiera color que éste sea, entrar en las dichas sociedades de francmasones, o llamadas de otra manera, o propagarlas, sostenerlas o recibirlas en su casa o darles asilo en otra parte, y ocultarlas, inscribirse, agregarse y asistir o darles el poder o los medios de reunirse, suministrarles cualesquiera cosa, darles consejo, socorro o favor abierta o secretamente, directa o indirectamente por sí o por medio de otros de cualquiera manera que esto sea, como también exhortar a los demás, provocarlos, obligarlos o hacerse inscribir en esta clase de sociedades, a hacerse miembros y asistir a ellas, ayudarlos y mantenerlos de cualquiera manera que esto sea o aconsejárselas, pero nosotros les ordenamos en absoluto que se abstengan enteramente de estas clases de sociedades, asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos, esto bajo pena de excomunión en que incurren todos contraviniendo como arriba queda dicho, por el hecho y sin otra declaración de la que nadie puede recibir el beneficio de la absolución por otro sino por Nos o por el Pontífice romano que entonces exista, a no ser en el artículo de la muerte.
   
§ 4. Queremos además y mandamos que tanto los Obispos y prelados superiores y otros ordinarios de los lugares, que todos los inquisidores de la herejía se informen y procedan contra los transgresores de cualquiera estado, grado, condición, rango, dignidad o preeminencia que sean, los repriman y los castiguen con las penas merecidas como fuertemente sospechosos de herejía; porque nosotros les damos, y a cada uno de ellos, la libre facultad de informar y de proceder contra los dichos transgresores, de reprimirlos y castigarlos con las penas merecidas, aun invocando para este efecto, si necesario fuere, el auxilio del brazo secular.
   
§ 5. Asimismo la mano de un Notario público y selladas con el sello de una persona constituida en dignidad eclesiástica, se dé el mismo crédito que se daría a las presentes, si fuesen representadas en el original. 
    
§ 6. Que no sea permitido a hombre alguno infringir o contrariar por una empresa temeraria esta Bula de nuestra declaración, condenación, mandamiento, prohibición e interdicción, si alguno presume atentar contra ella sepa que incurrirá en la indignación de dios Todopoderoso y de los Bienaventurados Apóstoles San Pedro y San Pablo.

Dado en Roma, en Santa María la Mayor, el año de la Encarnación de Nuestro Señor 1738, el IV de las Calendas de mayo (28 de Abril), VIII año de Nuestro Pontificado. CLEMENTE PP. XII.

HACE EXACTAMENTE 50 AÑOS, PABLO VI INTENTÓ DESTRUIR EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA

Por RORATE CÆLI. Traducción de Natalia Martín para ADELANTE LA FE.
 
7. Cena dominica sive Missa est sacra synaxis seu congregatio populi Dei in unum convenientis, sacerdote præside, ad memoriale Domini celebrandum. Quare de sanctæ Ecclesiæ locali congregatione eminenter valet promissio Christi: “Ubi sunt duo vel tres congregati in nomine meo, ibi sum in medio eorum” (Mt. 18, 20).

7. La cena del Señor, o Misa, es el encuentro sagrado o congregación de la asamblea del pueblo de Dios, con presidencia del sacerdote, para celebrar el memorial del Señor. Por esta razón, se aplica eminentemente a tal reunión local de la santa Iglesia la promesa de Cristo: “Donde se reúnen dos o tres en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18, 20).
 
Esta es la definición original completa de la misa según el Novus Ordo Missæ de 1969, el Nuevo Orden de la Misa promulgado por la Constitución Apostólica Missale Romanum, para horror de muchos creyentes católicos, hace hoy exactamente 50 años. Eran, de forma discutida, las palabras litúrgicas más influyentes escritas en el siglo XX y señalaron una línea divisoria: en cierto sentido cerraban el libro escrito desde la antigüedad remota y el capítulo que comenzó en las sesiones XIII y XXII del Concilio de Trento.
   
El número 7 de la primera edición de la Institutio Generalis Missalis Romani (Instrucción General del Misal Romano) es el momento final del movimiento litúrgico original. Los que lo redactaron también pensaron que tendrían la última palabra en la historia de la Misa Tradicional: en unos pocos meses la tormenta desatada con estas palabras en el límite de su aceptabilidad, hizo estallar el Breve estudio crítico del Nuevo Ordo Missæ, presentado al Papa y al mundo católico bajo los auspicios del cardenal Ottaviani, primer prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y de Bacci.
  
Las olas levantadas por ese texto no se han calmado. Ese famoso número 7 y otras palabras sumamente problemáticas de la Instrucción General del Misal Romano original (en el que no se menciona Trento ni una sola vez) y del Ordo Missæ serían modificadas en 1970, 1975 y 2002. Aunque mucho se reivindicó por las correcciones rápidas y significativas de 1970 (y esencialmente por la proclamación del papa Benedicto XVI de que el Misal Romano tradicional nunca fue abrogado), ¿puede negarse que el espíritu de la Instrucción General del Misal Romano de 1969 habita en la Nueva Misa o “forma ordinaria”?
   
Mientras los textos de 1970, 1975 y 2002 están ampliamente disponibles, hasta ahora había sido imposible encontrar la fuente original de la controversia en Internet. En Rorate primero presentamos a nuestros lectores en 2011 la Instrucción General del Misal Romano de 1969 y aprovechamos la oportunidad de este trágico aniversario para hacer saber de nuevo todo el horror que Pablo VI forjó.
   
(Nota: ésta es la Instrucción General del Misal Romano íntegra, pero sólo las primeras páginas de la publicación original completa del Ordo Missæ de 1969 promulgada el 3 de abril de 1969 por la Constitución Apostólica Missale Romanum, del papa Pablo VI).
   
https://drive.google.com/file/d/0B5FHI25-yjGbMDkzZDI2MGYtZjYyNS00OWY0LTk4NzMtZTk0ODY0ODg4Nzk0/view

sábado, 27 de abril de 2019

LA MISA DE LA VIGILIA PASCUAL TRADICIONAL COMIENZA AL MEDIODÍA DEL SÁBADO SANTO

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
   
Tradicionalmente, la Misa de la Vigilia Pascual comienza al mediodía del Sábado Santo. Originalmente, la Vigilia duraba 24 horas, desde la medianoche del Viernes Santo, pero los Católicos se hicieron perezosos.
En 1956, un rito protestantizado fue introducido por los Revolucionarios, que no fue oficialmente aprobado por el Papa Pío XII.
Espantosamente, algunos sitios que se llaman a sí mismos “tradicionales” usan la forma seminovusordiana de 1956 para la mayoría de los Ritos Sagrados de la Semana Santa.
 
«Queridos Padres de TRADITIO: Fui privilegiado al haber sido capaz de asistir a los ritos completamente tradicionales del Sábado Santo y, siguiendo al mediodía, su Vigilia Pascual que lo acompaña. Estos no fueron los ritos recortados y protestantizados que fueron introducidos en 1956 por el arquitecto principal del Novus Ordo, Aníbal Bugnini, sino los tradicionales que fueron celebrados universalmente antes del primer paso en 1956 del ascenso del (inválido) servicio Novus Ordo, que alcanzós su culminación en 1969.
  
Nadie ha sido capaz de explicarme claramente por qué la Misa de la Vigilia Pascual comienza al mediodía del Sábado Santo. Sé que esto no tiene nada que ver con el fraude de las “misas de vigilia” del Novus Ordo, conocidas también como “Misas de golf”
*, fabricadas después del Anti-concilio Vaticano II para tomar lugar en el Sabbat judío para permitirle a los fieles conciliares jugar golf en el Día del Señor, el Domingo». (Rob)
  
Respuesta de los Padres de TRADITIO: Hace dos milenios, los Católicos pasaban desde la medianoche del Viernes Santo hasta la medianoche del Sábado Santo en vigilia: 24 horas. Evidencia de esta práctica está documentada por fuentes tempranas. Conforme pasaron los años, los Católicos se hicieron perezosos (tenemos la declaración de los Papas para confirmar este hecho y la confirmación de nuestros propios tiempos también), y, con el transcurrir de los siglos, la vigilia de 24 horas se hizo más y más corta: pocos salmos, pocas oraciones, pocos sermones. Finalmente, el rito que tomaba 24 horas se hizo en 12 horas, que es el rito que tenemos hoy, que termina con la Misa de la Vigilia Pascual que comienza al mediodía del Sábado Santo. Esta Misa tiene varias diferencias con una Misa regular, lo que indica su antigüedad. No hay Introito, no hay Credo, no hay verso de Ofertorio. La Misa esencialmente acaba después de la Comunión y le siguen unas Vísperas abreviadas. Este es el rito tradicional que ha sido usado por un milenio.
  
En 1956, Aníbal Bugnini, el arquitecto principal del (inválido) servicio del Nuevo Orden (o en este caso, el ascenso al Nuevo Orden), movió una versión eviscerada del Sábado Santo hasta la medianoche, pero esto fue un fraude, tanto porque no le añadió de vuelta las 24 horas originales de salmos, oraciones, sermones, etc., y porque su nuevo rito fue eviscerado en una forma protestante. EL PAPA PÍO XII NUNCA APROBÓ OFICIALMENTE LOS RITOS PROTESTANTIZADOS BUGNINIANOS DE 1956. ELLOS FUERON PRESENTADOS DIRECTAMENTE POR EL COMITÉ DE “REFORMA” BUGNINIANA SIN APROBACIÓN PAPAL. Pero, como la mayoría de las “reformas” protestantizantes del Anti-concilio Vaticano II, los Revolucionarios tenían suficiente poder para ver que fueran implementadas a pesar de todo. Sin embargo, varios países, como la Gran Bretaña, rechazaron implementar los cambios, tal como los sacerdotes Católicos completamente tradicionales arlededor del mundo rechazan hacerlo hasta el presente.
  
Históricamente, la Iglesia ha visto un significado espiritual al iniciar la Misa de la Vigilia Pascual al mediodía del Sábado Santo. Durante la Cuaresma, Tiempo de Pasión y Semana Santa, tanto en los Ritos Occidentales y Orientales tradicionales, hay una inversión simbólica del tiempo como consecuencia de la Caída de Adán, con la restauración de la normalidad viniendo solamente con la victoria del Señor en la mañana de Pascua. Esta inversión también ocurre en las Horas del Divino Oficio para la Cuaresma. El Miércoles de Ceniza y por el resto de la Cuaresma, exceptuados los Domingos, las Vísperas no son cantadas en el horario habitual del atardecer (18:00h), sino que son cantadas antes de almorzar, incluso en días festivos. Esta práctica fue asociada con el ayuno, que Bugnini y los Revolucionarios odiaban, por supuesto, porque era tradicional y bíblicamente requerido. La práctica cuaresmal también representa una inversión simbólica del tiempo, con la restauración de la “normalidad” que venía con la victoria del Señor en la Pascua.
 
* En el original se habla de “Misas de golf”, en razón que el golf es un entretenimiento popular en los Estados Unidos. En Hispanoamérica podemos hablar de “Misa de fútbol” o “Misa de playa” (y hasta de “Misa ¡de resaca!”), con la misma finalidad [N. del T.].

jueves, 25 de abril de 2019

¿POR QUÉ LOS ORTODOXOS CELEBRAN SEMANA SANTA UNA SEMANA DESPUÉS QUE LOS CATÓLICOS ROMANOS?

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
  
Decreto Inter Gravíssimas del Papa Gregorio XIII publicado en 1582, por el cual el mundo Católico cesó de usar el calendario juliano y adoptó el que ahora es llamado Calendario gregoriano, que corrigió el ligero error que quedó en el calendario reformado por Julio César.
Aún hoy algunas iglesias ortodoxas orientales retienen el calendario juliano para propósitos religiosos. De ahí la diferencia en la fecha de la Pascua celebrada por ellos.
 
¿Por qué los Cristianos Ortodoxos orientales celebran la Pascua una semana después que los Católicos Romanos? Por ejemplo, en el año 2019, los Católicos celebran la Pascua el 21 de Abril, mientras que algunos Ortodoxos orientales celebran la Pascua el 28 de Abril. (Mark).
  
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO.
Es cuestión del calendario usado. Hasta el siglo XVI, todos los Cristianos usaban en calendario juliano, promulgado por Julio César en el año 46 a.C. para corregir el horriblemente deficiente Calendario romano antiguo. Para el tiempo del Papa Gregorio XIII (1572-1585), sin embargo, el ligero error que quedó en el calendario julano había acumulado casi diez días para 1582, cuando el Papa Gregorio introdujo en la Iglesia el que es llamado actualmente el Calendario gregoriano. Este cambio también alteró el cálculo del ciclo lunar usado para calcular la fecha de la Pascua, retornando al método usado por la primera Iglesia.
  
Aunque los países Católicos adoptaron inmediatamente el calendario gregoriano, tomó los tres siglos siguientes para que el resto del mundo lo hiciera también. Sin embargo, algunas de las iglesias ortodoxas orientales (los Patriarcados de Jerusalén, Rusia, Serbia y Georgia; la metrópolis autocéfala de Polonia, los monasterios de Monte Athos y Monte Sinaí, y los grupos veterocalendaristas de Grecia, Rumanía y Bulgaria) aún retienen el calendario juliano para propósitos religiosos. Por eso la diferencia en la fecha de la Pascua celebrada por ellos.
  
Desconocido para virtualmente todos los Católicos, este nuevo cálculo es actualmente descrito en detalle en el Missale Romanum publicado después del Concilio de Trento a fines del siglo XVI, en la sección “De Anno et Ejus Pártibus” (Del Año y sus partes). El próximo Domingo pídele a tu sacerdote tradicional que te muestre esta sección histórica en el misal del altar.
  
También desconocido para virtualmente todos los Católicos es un apéndice poco conocido a la Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosánctum concílium del Anti-concilio Vaticano II, titulado “Declaración del sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II sobre la revisión del calendario”, en la cual el Anti-concilio dice que está dispuesto a tener un “Nuevo Calendario”, con un Domingo fijo para la Pascua en vez del Domingo calculado desde tiempos antiguos en la Iglesia Católica.

miércoles, 24 de abril de 2019

MISAL SAN PÍO X VS. MISAL RONCALLIANO: COMPARACIÓN

Tomado de TRADITIONAL MASS. El Misal de San Pío X está en rojo, a fin de distinguirlo de aquél de Juan XXIII bis (o “roncalliano”) de 1962.
  
  1. El Misal de San Pío X fue promulgado por un santo Papa canonizado que condenó el Modernismo y comuesto con la colaboración de sacerdotes absolutamente ortodoxos, cultos y piadosos por igual. El misal roncalliano fue promulgado por un papa ya sospechoso de modernismo en su juventud, el mismo papa que dirigió el “Vaticano II” para “consagrar el ecumenismo” y abrió las ventanas de la Iglesia a una engañosa “renovación”. Fue compuesto bajo la dirección de Ferdinando Antonelli que después suscribió la “nueva misa” y de Annibale Bugnini, “el gran Arquitecto” de la “nueva misa”, notorio modernista y sospechoso francmasón.
       
  2. El Misal de San Pío X está basado sobre los principios del Catolicismo en materia litúrgica, seguidos siempre y en toda circunstancia por los Papas. Este misal fue utilizado, sin manumisiones, hasta el ascenso del autodenominado “Movimiento Litúrgico” en los años Cincuenta. El misal roncalliano fue basado en cambio sobre los principios del “movimiento litúrgico”, muchas veces condenados por los Papas: fue un mero trabajo de transición y de compromiso para preparar el adviento de la Nueva Liturgia. Fue utilizado solo cuatro años.
      
  3. El Misal de San Pío X no innova nada, sino que permanece estrechamente vinculado a la Tradición (para usar las palabras de Benedicto XIV Lambertini). El misal roncalliano es un “puente que abre el camino a un futuro prometedor” (para usar las palabras de Bugnini).
      
  4. En el Misal de San Pío X siempre se dicen las oraciones al pie del altar. En el misal roncalliano son omitidas en la fiesta de la Purificación después de la Procesión, el Miércoles de ceniza después de la distribución de las cenizas mismas, el Sábado Santo, en el Domingo de Ramos después de la Procesión, en los cuatro días de las Rogativas después de la Procesión, y en otras Misas según las “nuevas rúbricas” del “pontifical romano”.
      
  5. En el Misal de San Pío X, en los días de menor rango litúrgico, además de la colecta del día, se dicen las colectas de Nuestra Señora, Nuestra Señora y Todos los Sanctos, contra los perseguidores de la Iglesia, por el Papa o por los fieles difuntos, etc., etc.… En el “misal roncalliano” son abolidas todas las colectas.
      
  6. Las conmemoraciones de una fiesta de rango menor de un santo o de una domínica se hacen de acuerdo con las rúbricas en el Misal de San Pío X. En cambio, en el misal roncalliano las conmemoraciones de una fiesta de rango menor (Santo o Domínica) son abolidas o minimizadas, en tal modo que en una domínica la mayor parte de las fiestas de los santos desaparecen.
     
  7. En el Misal de San Pío X las lecciones sobre las Cuatro Témporas siempre se dicen. En el misal roncalliano, todo el bloque de estas lecturas devino facultativo.
       
  8. En el Misal de San Pío X, la Epístola siempre es leída por el Celebrante en una Misa Solemne, como fue establecido por San Pío V. En el “misal roncalliano” el celebrante se sienta en un lado y escucha la Epístola, como sucede también en la “misa montiniana”.
     
  9. En el Misal de San Pío X la secuencia del “Dies írae” debe cantarse siempre en una Misa de difunto. En cambio, en el “misal roncalliano” devino totalmente opcional.
        
  10. El Evangelio siempre es leído por el Celebrante en una Misa Solemne, como fue establecido específicamente por San Pío V. En el misal roncalliano en cambio, el celebrante puede escuchar el Evangelio, mientras otro lo lee.
      
  11. El Credo, en el Misal de San Pío X, es dicho en muchísimas fiestas, según las rúbricas. El Credo, en el misal roncalliano, es abolido en muchísimas fiestas (Doctores de la Iglesia, Santa María Magdalena, los Ángeles…).
      
  12. El Canon, en el Misal de San Pío X, permanece invariable como en los tiempos de San Gregorio Magno. En el misal roncalliano el nombre de San José fue insertado en el Canon, en tal manera que el canon finalmente deviene en plasmable y mutable.
      
  13. En el Misal de San Pío X, siempre se deben decir el Confíteor, Misereátur e Indulgéntiam antes de dar la Santa Comunión a los fieles. En cambio, en el misal roncalliano están ABOLIDOS [1].
      
  14. En el Misal de San Pío X el “Benedicámus Dómino” se dice en lugar del “Ite, Missa est” en las domínicas y en las semanas de Cuaresma y Adviento, en las Vigilias y en las Misas votivas. En el misar roncalliano está ABOLIDO, excepto para cuando hay una procesión después de la misa.
      
  15. El Último Evangelio en el Misal de San Pío X debe decirse siempre al final de la Misa: puede ser el inicio del Evangelio según San Juan o el propio de la fiesta. En el misal roncalliano está ABOLIDO el último Evangelio propio de la Fiesta, con una sola excepción. Y el último Evangelio NO se lee en: la Tercera misa de Navidad, el Domingo de Ramos, en el Jueves Santo, en el Sábado Santo, en cada Misa seguida por una Procesión, en toda Misa de Réquiem seguida por una Absolución y en otros casos según las “rúbricas” del nuevo “pontifical romano” [2].
       
  16. En el misal roncalliano están ABOLIDAS las siguientes fiestas [3]:
    • Cátedra de San Pedro en Roma (18 de Enero).
    • Invención de la Santa Cruz (3 de Mayo).
    • San Juan en la Puerta Latina (6 de Mayo).
    • Aparición de San Miguel Arcángel (8 de Mayo).
    • San León II Papa (3 de Julio).
    • San Anacleto I Papa (13 de Julio).
    • San Pedro ad Víncula (1 de Agosto).
    • Invención de San Esteban (3 de Agosto).
    • Conmemoración de San Vital (28 de Abril).
    • Santa Filomena (11 de Agosto).
      
    En el misal roncalliano las siguientes fiestas fueron transformadas:
    • San José Patrono de la Iglesia Universal (Miércoles posterior al 2º domingo después de Pascua) → San José obrero (1 de Mayo).
    • Circuncisión de Nuestro Señor (1 de Enero) → Octava de Navidad.
    • Cátedra de San Pedro en Antioquía (22 de Febrero) → Cátedra de San Pedro.
    • Santo Rosario de la Bienaventurada Virgen María (7 de Octubre) → Nuestra Señora del Rosario.
      
    Fueron degradadas las siguientes fiestas:
    • San Jorge (23 de Abril; de Semidoble a Conmemoración).
    • Nuestra Señora del Carmen (16 de Julio, de Doble mayor a Conmemoración).
    • San Alejo (17 de Julio, de Semidoble a Conmemoración).
    • Santos Ciriaco, Largo y Esmaragdo (8 de Agosto, de Semidoble a Conmemoración).
    • Impresión de los Estigmas de San Francisco (17 de Septiembre, de Doble a Conmemoración).
    • San Eustaquio y compañeros (20 de Septiembre, de Doble a Conmemoración).
    • Nuestra Señora de la Merced (24 de Septiembre, de Doble mayor a Conmemoración).
    • Santo Tomás Becket (29 de Diciembre, de Doble a Conmemoración).
    • San Silvestre (31 de Diciembre, de Doble a Conmemoración).
    • Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María (Viernes de Pasión, de Doble mayor a Conmemoración).
        
  17. Fueron ABOLIDAS en el misal roncalliano las siguientes Octavas:
    • Epifanía (siglo VII).
    • Corpus Christi (1294).
    • Ascensión (siglo VIII).
    • Sagrado Corazón de Jesús (1928).
    • Inmaculada Concepción (1693).
    • Asunción (siglo IX).
    • San Juan Bautista (siglo VIII).
    • San Pedro y San Pablo (siglo VII).
    • Todos los Santos (ca. 1480).
    • Natividad de la Virgen María (1245).
    • San Esteban (siglo VIII).
    • San Juan Evangelista (siglo VIII).
    • Santos Inocentes (siglo VIII).
    • Dedicación de una Iglesia (siglo VIII).
       
  18. En el misal roncalliano fueron ABOLIDAS las siguientes Vigilias:
    • Epifanía.
    • San Matías Apóstol.
    • San Santiago Apóstol, patrono de España.
    • San Bartolomé Apóstol.
    • San Mateo Apóstol.
    • Todos los Santos.
    • San Andrés Apóstol.
    • Inmaculada Concepción.
    • Santo Tomás Apóstol.
       
  19. En el Misal de San Pío X, los tres tonos de voz del celebrante son: audible, secreto, y audible solo a los que están en el altar. En el misal roncalliano este tercer tono está ABOLIDO.
      
  20. En el Misal de San Pío X el celebrante, sea que esté del lado de la Epístola o en el del Evangelio, hace siempre la reverencia a la Cruz, cuando menciona el Santo Nombre de Jesús. En el misal roncalliano esta prescripción está ABOLIDA.
      
  21. Los ritos de la Semana Santa aparecen fielmente en el Misal de San Pío X, según las prescripciones de San Pío V. En el misal roncalliano la semana santa prácticamente no es la Semana Santa del rito Romano Tradicional. De hecho se hicieron necesarias pocas modificaciones para trasvasarla en el misal montiniano.

NOTAS
[1] Algunos sacerdotes, que declaran adherir a los cambios de Juan XXIII por motivos de“autoridad papal”, con todo, se rehúsan a suprimir el Confíteor, Misereátur e Indulgéntiam antes de la comunión de los fieles, como está prescrito por Juan XXIII.
[2] El padre Bugnini ha expresado el deseo “de muchos” que la práctica de recitar el último Evangelio debía ser gravemente reducida o suprimida del todo. Debía solamente esperar algunos años.
[3] Advertir el prejuicio modernista contra el culto de los santos y contra las fiestas que se refieren a las prerrogativas papales o apariciones aprobadas por la Iglesia. Durante la Cuaresma, el Misal de Juan XXIII suprime la mayor parte de las misas de los Santos.
  

NOVENA A LA SANTA CRUZ

Novena impresa en Lima por Justo Montoya en el año 1856, con las debidas licencias. Puede rezarse en cualquier momento del año, y particularmente en preparación a las fiestas de la Santa Cruz:
  • 3 de Mayo (Invención por Santa Elena).
  • 17 de Julio (Victoria de la Santa Cruz en las Navas de Tolosa).
  • 14 de Septiembre (Exaltación de la Santa Cruz)
NOVENA EN HONOR DE LA SANTA CRUZ

   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Único Dios y Señor mío, creo firmemente estar delante de tu infinita Majestad, en cuya adorable presencia tiemblan y se postran humildes todos los Ángeles y Potestades del Cielo, y por tanto también yo vuestra miserable criatura, anonadado aquí delante de Ti, te adoro y reconozco por único Dios y Señor mío; por único Criador, Conservador y Redentor mío. Así te rindo todas las gracias que puedo con todo mi corazón, con toda mi alma, por los innumerables beneficios que me has hecho hasta ahora con tanta liberalidad y amor. Sumamente me pesa, ¡oh Padre de misericordias!, de haberos correspondido tan mal con tan graves y tan repetidas culpas, teniendo sólo presente para confusión mía, que han sido ofensas contra Ti, que eres bondad infinita: propongo firmemente desde este instante nunca ofenderte en lo futuro, mediante el auxilio de tu divina Gracia, y primero morir que quebrantar tu santa Ley. Ruégote me concedas tu Santo Espíritu para poder meditar aquí en tu presencia, con fruto de mi alma y gloria tuya, en los misteriosos bienes que contiene y encierra la Cruz preciosa en que murió tu Unigénito Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
  
ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, dame tu gracia y concédenos cuanto tienes prometido a los que hacen memoria de tu Pasión y Muerte de Cruz, os lo pedimos por tu Santísima Madre, por cuya poderosa medianera espero conseguir todo lo que deseo y pido para alivio y bien de mi pobre alma. Amén.
  
SALUTACIÓN A LA CRUZ
Oh Cruz santa y preciosa, altar de propiciación, fuente de todas las gracias, árbol de la vida y monumento eterno de las misericordias divinas: tú eres la que has llevado este sagrado depósito, la que has recibido en tus brazos al Santo de los Santos, y la que has sido rociada con esta Sangre adorable: ¡Ah! ¿Por cuántos títulos no mereces el homenaje de mi respeto y de mi veneración? Ojalá que fueses siempre grabada en mi corazón, y que obrases en él los prodigios de aquella gracia que está depositada en ti.
 
℣. Esta señal de Cruz habrá en el cielo.
℟. Cuando venga el Señor a juzgarnos.
   
Adórote Cruz bendita, deseada y amada de mi Señor Jesucristo, buscada y hallada en sus brazos, en sus espaldas cargada, con su preciosísima sangre bañada, de mi Señora la Virgen María acompañada, de las criaturas venerada, de la gloriosa Santa Elena buscada y hallada: por ti, ¡oh Cruz Santísima!, el mundo fue redimido, el infernal enemigo vencido, la misma muerte dominada, y contigo el Cielo fue comprado: suplico al Señor que en ti murió y fue crucificado, por la hiel y vinagre que en ti gustó, por las siete palabras que en ti habló, por las cinco llagas que en ti recibió, por las agonias, afrentas y tormentos que en ti sufrió, por la muerte cruelísima que en ti padeció, por los dolores y angustias que mi Señora la Virgen María a tus pies sintió, te suplico me alcances una humildad profunda y un espíritu obediente, para que muriendo con Jesucristo, logre también resucitar con Él por toda la eternidad. Amén.
  
Un Padre nuestro y Ave María gloriado a Santa Elena, dándole las gracias por habernos descubierto este madero santo, seguido por la siguiente oración:
Oh Señor mío Jesucristo, que te dignaste revelar a Santa Elena el lugar donde se ocultaba tu Cruz, para enriquecer por ella a tu Iglesia con este precioso tesoro, concédenos por su intercesión, que por el precio de este vital leño, consigamos los premios de la vida eterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO – 24 DE ABRIL
CONSIDERACIÓN: CÓMO JESÚS RECIBIÓ LA CRUZ EN QUE HABÍA DE MORIR
Considera cómo pronunciado ya el decreto de muerte contra el Santo de los Santos, ya estaba preparada la Cruz, que había de ser el instrumento de su Pasión: mira a Jesús como lo apercibe, se postra delante de ella, la recibe y se dispone para llevarla. ¡Oh Cruz santa! ¡Oh Cruz preciosa! La había esperado y deseado el Redentor, y aun suspirado por ella ardientemente desde el primer momento de su vida. Se la carga sobre sus espaldas, y toma el camino del Calvario para consumar allí su sacrificio. ¡Oh dolor! ¡Oh espectáculo que aflige al Cielo, y al que sin embargo la tierra se manifiesta insensible!
 
Oh almas cristianas redimidas por la Sangre de un Dios, venid, unámonos de concierto, consideremos a nuestro Rey, con aquella diadema sangrienta con que le han coronado nuestras culpas; veámosle desfallecer bajo el formidable peso de la Cruz que está cargando. ¿Mas seremos insensibles al dolor que le causamos? ¿No procuraremos aliviarle sus tormentos? Ya veo a este inocente Isaac cargado con la leña de su sacrificio, conducido o arrastrado más bien hasta el lugar de su tormento. ¡Qué triste y dolorosa carrera para el Salvador! Debilitado, falto de Sangre y de fuerzas apenas puede sostenerse: cada paso que da es señalado por una caída: no hay lugar que no quede teñido con alguna gota de la corta porción de Sangre que ha quedado de sus venas: el sumo abatimiento a que se le ha reducido no sirve sino de exasperar el furor de sus enemigos. Permitidme que os acompañe, ¡oh adorable Salvador mío!, y que durante vuestro viaje al Calvario os manifieste los sentimientos de mi corazón. Amén.
   
Aquí se alienta la confianza y se pide la gracia o favor que se desee recibir, y se hace este acto de caridad:
Dios mío, Salvador mío, Redentor mío, esperanza mía, vida mía, y todas mis cosas. ¿Cómo podría yo no amaros? Sí, yo os amo, o a lo menos deseo amaros de todo mi corazón; haced que os ame únicamente por Vos mismo, y que os ame más que a todas las cosas, que no quiera a otra cosa que a Vos, que os ame con el mismo amor con que Vos me habeis amado, que os ame sobre la Cruz, como os aman los Santos del Cielo, y que os ame toda mi vida en la tierra, para amaros después más perfectamente en la eternidad.
  
GOZOS EN HONOR A LA SANTA CRUZ
   
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
  
Única esperanza
De nuestro consuelo,
Que a todos el cielo
Con firmeza afianza,
Por ti solo alcanza
El cristiano luz.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Tú eres el honor,
La gloria del mundo,
Y árbol, que fecundo
Te hizo el Salvador:
A ti todo loor,
Toda gratitud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Oh árbol Sacrosanto,
El más excelente,
Donde está pendiente
El que es Santo, Santo,
Tu fruto por tanto
Es nuestra salud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
A ti, Cruz bendita,
El género humano
Adora, cristiano,
Contempla y medita:
Gracia solicita
De tu plenitud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Salve, vital leño,
Que a todos das vida,
Por quien fue vencida
La muerte y su sueño,
Vos sois el diseño
De toda virtud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Oh Cruz, cuyos brazos
Amor nos pregonan,
Y el alma aprisionan
Con sus dulces lazos,
Liberta mis pasos
De la esclavitud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Oh Cruz adorable,
Cruz llena de gloria,
De misericordia
Fuente inagotable,
Hazme inseparable
De la rectitud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Cordero inocente,
Tú que padeciste
Y morir quisiste
Por ser obediente,
Haz que penitente
Me goce en la Cruz.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Oh Cruz, todo honor,
Cruz, todo consuelo,
Cruz, que por modelo
Nos das al Redentor,
Haz que sea tu amor
Mi solicitud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
Señal que se ostenta
Y ha de aparecer
En el día que ha de ser
Amargo y de cuenta,
Haz mi alma sedienta
De la beatitud.
Bendigamos, almas,
A nuestro Jesús,
Y adoremos todos
A la Santa Cruz.
  
ORACIÓN
Oh buen Jesús, único amor y bien de mi alma: por aquellos dolores que padeciste en la Santísima Cruz, y señaladamente por aquella acerbísima amargura que sentiste cuando se arrancó vuestra preciosisima alma de vuestro cuerpo santísimo; os ruego Señor, tengais misericordia de mi alma, y cuando salga de mi cuerpo, os suplico la lleveis a la gloria a gozar de vuestra presencia por toda la eternidad. Amén.
  
SÚPLICA FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Santísima Cruz! ¡Oh inocente y piadoso Cordero! ¡Oh pena grave y cruel! ¡Oh pobreza de Cristo mi Redentor! ¡Oh llagas muy lastimadas! ¡Oh Corazón traspasado! ¡Oh Sangre de Cristo derramada! ¡Oh muerte de Cristo amarga! ¡Oh majestad de Dios digna de ser reverenciada! Ayúdame, Señor, a alcanzar la vida eterna a la hora de mi muerte. Amén.
  
ALABANZAS DE SAN JUAN CRISÓSTOMO A LA SANTA CRUZ
Oh Cruz, Esperanza de los cristianos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Resurrección de los muertos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Guía de los ciegos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Camino de los desesperados. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Báculo de los cojos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Consuelo de los pobres. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Freno de los ricos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Destrucción de los soberbios. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Pena de los que viven mal. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Triunfo contra los demonios. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Vencedora del diablo. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Pedagoga de los jóvenes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Sustento de los necesitados. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Esperanza de los aburridos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Gobernadora de los navegantes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Puerto de los que peligran. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Muro de los obsesos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Madre de los huérfanos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Defensora de las viudas. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Consejera de los justos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Consuelo de los atribulados. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Guarda de los niños. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Cabeza de los varones. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Fin de los ancianos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Luz de los que se sientan en las tinieblas. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Grandeza de los reyes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Escudo perpetuo. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Sabiduría de los necios. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Libertad de los esclavos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Filosofía de los emperadores. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Ley de los impíos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Pregón de los Profetas. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Anuncio de los Apóstoles. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Gloria de los Mártires. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Abstinencia de los Monjes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Castidad de las Vírgenes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Gozo de los Sacerdotes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Fundamento de la Iglesia. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Cautela de la redondez de la tierra. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Repulsa de ídolos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Destrucción de sus templos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Escándalo de los judíos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Perdición de los impíos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Virtud de los inválidos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Medida de los enfermos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Limpieza de los leprosos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Descanso de los paralíticos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Pan de los hambrientos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Fuente de los sedientos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
Oh Cruz, Protección de los desnudos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
 
DÍA SEGUNDO – 25 DE ABRIL
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA CRUZ, ALTAR DEL SACRIFICIO PERFECTO
Considera, alma, cómo llegando el Salvador al lugar donde había de cumplirse la más cruel sentencia, la Cruz es para Jesucristo, como dice el Padre San Agustín, «un altar en donde se sacrifica por nosotros, y como el Sacrificio no se consuma sino por la muerte de la víctima, era necesario que Jesucristo consumase el suyo por su muerte».
 
¿Y qué holocausto más completo, ni más perfeco que el de Jesucristo sobre la Cruz? Saccrifica todo lo que tiene y todo lo que es: sacrifica su libertad reduciéndose a la condición de un siervo, su honor por los oprobios de que está cubierto, sus bienes por la desnudez que padece, su cuerpo por los vivos dolores que sufre, su corazón por las amarguras interiores de que está inundado, y finalmente su vida, por la muerte más cruel. Sacrificador y víctima se ofrece a Sí mismo a su Eterno Padre. ¡Oh prueba admirable de su amor! Sacerdote según el orden de Melquisedec, cuyo sacerdocio es eterno; sacerdote del Altisimo, que ofrece no víctimas extrañas, sino su propio Cuerpo, no la sangre de los animales, sino la Sangre del Cordero inmaculado; sacerdote Santo que descendió de los Cielos, y ha consumado la grande obra de nuestra santificación por la única oblacion de Sí mismo. La Cruz pues vino a ser como el altar de todo el mundo: por la sangre de esta Víctima por excelencia fue expiada la culpa, domada la muerte, desarmado el Infierno y abierto aquel santuario divino en el que podemos entrar fácilmente si seguimos a nuestro sacrificador: la Cruz es el camino, Jesucristo nuestro conductor, y el Cielo el término a que debemos aspirar. Salgamos pues al campo, unámonos por la fe a este sacrificador divino, llevemos con Él la ignominia de la Cruz, y hagámonos uno con él. Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA TERCERO 26 DE ABRIL
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA CRUZ, CÁTEDRA DE LAS BIENAVENTURANZAS
Considera a la Cruz como la cátedra donde Jesucristo nos instruye: y en efecto, ¿En dónde este divino Salvador nos ha enseñado tan plena y eficazmente como en la Cruz? ¿En dónde nos ha manifiestado de una manera tan sensible y admirable las verdades fundamentales, las verdades evangélicas, las verdades de la mortificación, en una palabra, las verdades de nuestra salud? La grandeza de un Dios, que no puede ser dignamente adorada sino por un Dios; el rigor de su justicia, que no puede ser aplacado sino por una víctima divina; la enormidad del pecado, que pedía una tal víctima, y la excelencia de nuestras almas, que no podían ser redimidas sino a tanto precio. ¿No son todas estas unas verdades luminosas, que salen del seno de la Cruz? ¿No fue en la Cruz, en donde más eficazmente que en la montaña, nos manifestó estas maximas grandes y sublimes de la pobreza de espíritu, hallandose desnudo; de la mansedumbre, por ser el mismo carácter del Cordero divino, que se ha dejado degollar sin quejarse; del llanto y la persecución para ser semejantes al Santo de los Santos, que ha sufrido persecuciones y ultrajes? ¿Quién sino el Espíritu de la Cruz, puede darnos una inteligencia de sí mismo, para ir en pos del Salvador, y de todo lo que posee para saber ser discipulo? ¿Qué cosa no nos dirá la Cruz, cuando el que descansa en aquella dura cama, lleno de dolores y tormentos, abre su divina boca para pedir perdon por sus enemigos? Abre, ¡oh alma mía!, tus oídos para oir, pues tu celestial Maestro abre su boca en la cátedra de la Cruz para hablar: No la abre para pedir fuego que los abrase como Elias, ni para echarles su maldición como Noé y Eliseo a los que le escarnecían, sino para rogar a su Eterno Padre que les perdonase el pecado que cometían crucificandole y escarneciendole, doliéndose más del daño que les venía por esta culpa, que de los tormentos e injurias que de ellos recibía. ¡Oh lección toda de amor! ¡Quién pudiera estudiarla desde este punto!
  
Vos, Señor, me decis: «Miradme pendiente de esta Cruz, consideradme, pero imitadme después y obrad, escuchad mi palabra, pero sobre todo seguid mi ejemplo: yo ruego, rogad vosotros conmigo; yo padezco, padeced conmigo; yo perdono, perdonad como yo y por mi amor». Concededme, Señor tal caridad como esta, para que yo también ame a mis enemigos y ore por los que me persiguen y os persiguen. Perdonad a todos, ¡oh Padre de misericordias!, para que todos gocen de ellas. Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
     
DÍA CUARTO – 27 DE ABRIL
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA CRUZ, TRIBUNAL DE DIOS
Considera a la Cruz como el Tribunal Supremo en donde juzgará y sentenciará el Salvador a todo el universo. Es este trono de justicia y tribunal tan espantoso en donde, ¡oh Jesús mío!, pronunciais tantos decretos, y en donde comenzareis a ejercer vuestros formidables juicios en el momento de vuestra muerte, cuando de dos criminales que teníais a vuestro lado, salvasteis al uno en virtud de una gracia inefable, y condenasteis al otro usando del rigor de vuestra justicia.
   
Desde esta Cruz será, ¡oh Dios mío!, donde me juzgareis algún día, llamareis a juicio contra mí aquellas mismas gracias que me habeis concedido por los méritos de esta Cruz: me haréis presente la obligación que me imponía de seguiros, de llevar mi Cruz, de morir a mí mismo, y de llegar a ser copia viva del gran modelo que me proponías. Si en aquel momento hallais en mí una conformidad santa con Vos clavado en un madero, ejerceréis conmigo un juicio de misericordia, y dareis a mi favor una sentencia de vida como la que disteis al ladron: «Hoy serás conmigo en el Paraíso». Pero si no fuese conforme a Vos, ¡oh Dios mío!, no tengo que esperar sino una sentencia de muerte. ¡Ah! Cuál sería entonces mi desdicha, si en Aquel que no deseaba sino ser mi Padre, no encontrase yo sino un Juez terrible; si en el que debía ser mi Salvador, no hallase yo sino un Dios lleno de venganza, y si aquella misma Cruz que según los designios de Dios debía ser el instrumento de mi salud, por el abuso que yo haya hecho de ella, llegue a ser el título de mi condenación. Oh Salvador del mundo, en cuyas manos elevadas en la Cruz está la llave de David, con la cual abrís y ninguno cierra, cerrais y ninguno abre: abridme las puertas del Cielo, que mis pecados cerraron, y cerradme las del Infierno, que ellos abrieron, para que en el día de mi muerte pueda como el buen ladrón entrar con Vos en el Paraíso. Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA QUINTO – 28 DE ABRIL
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA CRUZ, ESPEJO Y COMPENDIO DEL EVANGELIO
Considera a la Cruz como el gran libro que debes leer continuamente, y el espejo el que debes consultar: porque nada hay que ella no te enseñe. Sí, Redentor mío, así como vuestro Evangelio es una expresión fiel de la Cruz, así la Cruz es un compendio fiel de todo el Evangelio. Sí, aquí contemplo vuestro amor y la autoridad que me mostrais en medio de tantos desprecios y dolores, atiendo a las obras de piedad y misericordia, y a las obligaciones de vuestro oficio, como si no estuviérais padeciendo. Ya rogais por vuestros enemigos, como Sumo Sacerdote. Ya prometéis el Paraíso como Redentor, y ya mirais por tu Madre como Hijo, y por tu discípulo como Maestro.
 
Pondera, alma, estas lecciones que dicta Jesús en el libro de la Cruz: «Mujer, ves ahí a tu hijo», como quien dice, «no me olvido de ti, ni de la obligación que tengo como hijo, ves aqui al que concebiste por el Espíritu Santo y pariste sin dolor, al que reclinaste en un pesebre en medio de dos animales, y le diste leche con tus pechos: al que trajiste en tus brazos recreándote en mirarle y regalarle, vedlo aquí puesto en los brazos de una terrible Cruz, y en medio de dos ladrones todo desfigurado y desangrado. Mira si me conoces por hijo, y si me mandas algo como Madre; y pues callas y no me dices nada, en mi lugar te dejo a mi discipulo». ¡Oh Jesús mío! ¡Oh crucifcado mío! Gracias te doy, dulcísimo Padre mío, por haber encargado a tu Madre que nos tome por hijos, haciéndonos con esto tus hermanos. Oh Virgen benditísima, desde ahora os diré confiadamente: Veis aquí, Señora, a vuestro hijo, acordaos de que os mandó vuestro Unigenito que me tomases por hijo adoptivo, reconocedme por tal y mirad por mi remedio. Y vos, ¡oh glorioso San Juan Evangelista!, suplicad a vuestro dulce Maestro me dé el espíritu de hijo, que os dió para con su Madre, para que la sirva yo como vos la servisteis, En fin, ¡oh Salvador mío! Pues tan liberal os mostrais en la Cruz, que dais vuestro Paraíso al ladrón, y vuestra Madre al discípulo que os ama, usad conmigo de esta liberalidad, dándome en esta vida devoción cordial con vuestra Madre, por cuyo medio espero hallar entrada en el Paraíso, donde reine con Vos y con Ella por todos los siglos. Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA SEXTO – 29 DE ABRIL
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA CRUZ, LUGAR DE ORACIÓN
Considera, alma, a la Cruz Santísima como un lugar de oración. Mira cómo habiendo cumplido en ella Jesús todos los oficios de piedad, caridad y ternura para con los hombres, quiso en aquellas tres horas de tinieblas que succedieron, ocuparse totalmente en orar, aplicando su oración por todos los fieles, que tenia presentes, de los cuales eras tú uno, ¡Oh Salvador adorable! ¡Víctima inocente!, qué multitud de objetos diferentes no se presentan aquí a vuestra vista. Los pecados, que los hombres han cometido en todos los tiempos, vienen como de tropel a colocarse al pie de vuestra Cruz, para ser lavados en vuestra Sangre preciosa, y todos los pecadores, que han existido y existirán en adelante, están presentes a vuestra vista y a vuestro Corazón. Concebís todo el horror de sus culpas, llevais todo su peso, bebeis toda su amargura, os sacrificais por ellos y por su salud, sufrís solo por librarlos de los tormentos eternos, y morís por darles la vida. ¡Qué sentimiento no se excitaría en vuestro adorable Corazón cuando discurriendo por todos los siglos, se os presentaban por una parte tantas almas que abrazaban la Cruz con Vos y por Vos, y por otra tantas que la detestaban y maldecían profanando el fruto precioso de vuestra Pasión! ¡Qué congoja al ver que os desamparo, apartandome de vuestra voluntad por cumplir la mía: que aun vuestros discipulos os dejan, el pueblo Hebreo y millares de hombres dejan la Fe, atropellan vuestros Sacramentos y desechan los frutos que de vuestra Cruz podían sacar!
  
¡Oh dulce Jesús! No me espanto que os quejéis de este desamparo, cuando también os veo desamparado en este mundo. Unas naciones no quieren recibir vuestra Fe, otras la dejan con descaro y escándalo, y otras aunque reciben vuestra ley, omiten su cumplimiento: unos en fin desamparan a otros, desamparándoos en cada uno de vuestros pequeñuelos. ¡Oh! Padre Eterno: no desampareis así a vuestro Hijo; y pues tambien lo ha trabajado en su Pasión, haced que sea de todos conocido y adorado por ella. Oh Maestro dulcísimo, no me desampares con demasía; y cuando desfalleciere mi virtud, no me abandone tu gracia. Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA SÉPTIMO – 30 DE ABRIL
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA SED DE JESÚS EN LA CRUZ POR LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS
Considera, alma, esta palabra que salió de los labios del Señor en el árbol santo de la Cruz: «Mi virtud se sacó como una teja, y mi lengua se pegó al paladar, llegué a estar como polvo al punto de perecer»: ¡oh valeroso Sansón!, que después de matar los filisteos infernales con la quijada de un jumento, cual es el hombre a quien redimiste, tenéis mortal sed; pedid a vuestro Padre que de esa Cruz en que venceis a vuestros enemigos, saque una fuente de agua, con que se apague vuestra sed. ¡Oh piedra viva, y pedernal de fuego amoroso, pues estáis herido con la vara de la Cruz, brotad como la piedra que hirió Moisés, una fuente de agua, con que refresquéis vuestra aflgida lengua! Mas yo veo, Señor, que vuestra caridad no requiere sino brotar arroyos de Sangre para lavar nuestras culpas, porque su refrigerio es padecer por librarnos de ellas.
   
Oh alma mía, mira que tu Señor pendiente de este madero está diciendo que tiene sed: sed de que seas obediente, paciente, humilde y caritativo: dale de beber lo que te pide para aliviar su trabajo: ¡Oh, y qué excelentísimas virtudes se descubren en esta sed que le aflige! Ella es una sed insaciable de obedecer, con lo cual deseó cumplir la voluntad de Dios en todas las cosas, sin dejar una jota, una tilde, ni cosa alguna por penosa que fuese; y como sabía que era voluntad del Padre que en su sed le diesen vinagre, no quiso dejar de cumplirla. Ella es una sed entrañable de padecer por amor nuestro; porque, por mucho que había padecido, deseaba padecer mucho más; y sin duda lo padeciera, si esta fuera voluntad de su Padre. ¡Oh Redentor mío!, confuso estoy de mí mismo; por que la sed que yo tengo no es de padecer dolores, sino de tener muchos regalos: quitad de mí tan penosa sed, y trocadla en otra sed como la vuestra. La sed que padece es también de la salvación de las almas que con su Pasión redimía, deseando que su Sangre aprovechase a todos y que todos sirviesen a su Padre, y le diesen la gloria y culto debido como a Dios; porque siempre el celo ardiente de la casa de Dios le comía las entrañas, que con mayores ansias padeció en la Cruz. Salvador mío, concedeme vivas ansias de obedecer a Dios, de padecer por Dios, y de que muchos sirvan a Dios: tomad, dulce Jesús, el vaso de mi corazón, en el cual Os ofrezco desde ahora al pie de este sacrosanto leño los más fervientes deseos de serviros. Bebed lo que deseas, ocultándome en vuestras entrañas de modo que nunca salga de ellas. Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA OCTAVO – 1 DE MAYO
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA CRUZ COMO CONSUMACIÓN
Alma mía, levanta los ojos hacia ese madero santo, pon tu atención con Jesús en todos los trabajos y tormentos que su Padre Eterno quiso que padeciese desde el instante de su Encarnación hasta el punto en que estaba, que era el fin de su Pasión y de su vida; pasando por la memoria los trabajos de su nacimiento y circuncisión, los de su destierro a Egipto, los de su predicación por Judea y Galilea, y últimamente los de su crucifixión, y viendo cómo todos estaban cumplidos sin faltar alguno, se consoló grandemente de ver que hubiese llegado el fin de sus trabajos tan a gusto de su Eterno Padre. Así es que lleno de reconocimiento y de gratitud exclama: «Acabado está todo».
 
¡Ah! Esta misma proporcionalmente será la voz que yo oiga en la hora de mi muerte cuando venga a juzgarme, pues para mí todo está acabado en aquel terrible instante. Entonces es ya acabado el mundo y su gloria vana, ya es acabado el tiempo de merecer y desmerecer, y ya son acabados los deleites de los malos y los trabajos de los buenos: ya es acabado el reino del demonio para tentar y engañar de nuevo a los hombres: ¿y con esta consideracion no me resolveré a vivir de tal manera que pucda decir con San Pablo: «He consumado y acabado mi carrera y en ella he guardado la fe y lealtad que debía a Dios sin desfallecer en ella»? Oh Juez supremo de los hombres, cuya justicia será tan cumplida y consumada como lo ha sido tu misericordia: completa ahora en mí llenándome de gracia y de merecimientos, para que después cumplas en mí tu justicia, dándome la corona de ellos en tu gloria. Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA NOVENO – 2 DE MAYO
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración inicial y Salutación a la Santa Cruz
 
CONSIDERACIÓN: LA CRUZ, SANTUARIO EN LA HORA DE LA MUERTE
Considera, alma, al que expira entre los brazos de la Cruz para volver a entrar para siempre en el seno de su Padre. Mira a Jesús cómo se ofrece de nuevo en caliz de víctima a su Padre, encomienda su alma entre sus manos, inclina la cabeza en señal de sumisión, y no espera sino el momento que debe terminar su muy triste y dolorosa carrera. ¡Ah! Astros del Cielo, negad vuestra luz a la tierra. Sol, eclípsate y oculta sus resplanores a vista del Sol de justicia cubierto con las sombras de la muerte. Tierra, estremécete y haz que tiemblen tus fundamentos. Velo del templo, rásgate y hazte mil pedazos; y tú, toda la naturaleza, entra en la desolación, y cúbrete de horror al ver padecer y morir a tu autor en medio de los más crueles tormentos.
  
Cruz Santa, Cruz bendita, alienta mi voz para que en el medio de las tinieblas que cubrieron este día, pueda yo levantar la voz, y dirigiéndome a ti, hable así a mi Señor: «Oh Jesús crucificado, por mi salud sacrificado a la divina justicia y hecho víctima de nuestras culpas, os veo tal como estuvisteis sobre el Calvario, teneis vuestra cabeza inclinada para darnos en vuestra muerte un beso de paz: vuestros brazos extendidos para convidar a todos los pecadores a que vengan a Vos: vuestro Corazón abierto para recibirnos en el seno de vuestra misericordia, y vuestro sagrado Cuerpo ensangrentado y hecho mil pedazos para salvar nuestras almas. Vuestro espíritu lo encomendais en las manos del Padre, para significar que sólo en tales manos y no en otras puede estar seguro. Estas manos criaron nuestro espíritu y en ellas nos tiene escritos para no olvidarse de nosotros. ¡Oh alma mía! Arrójate en las manos de tu Padre, en quien está tu suerte; pues que de ellas depende nuestra salvación: si en ellas te tiene escrito, no te borrará del libro de la vida. Oh dulce Jesús; así como Vos encomendais vuestro espíritu en manos de vuestro Padre, así yo encomiendo el mío en las vuestras: sí, en esas que teneis extendidas en la Cruz para abrazar a los pecadores que se acojiesen a ellas: Allí teneis a vuestros escogidos escritos con vuestra Sangre y asidos con vuestra fortaleza, de modo que ninguno podrá sacarlos de ellas. En las mías no está seguro mi espíritu, por que son muy flacas; yo lo entrego en las vuestras que son muy fuertes; y pues con ellas le habéis redimido, haced que por ellas sea glorificado. Acordaos pues de mí ahora y en la hora de mi muerte, limpiando mi alma de toda mancha de pecado, de modo que satanás no pueda prevalecer contra ella, y enviadme vuestro Santo Ángel para que me defienda, tanto que cuando sea suelta de su cuerpo, merezca ser colocada en vuestra gloria. A vuestra Cruz llego con esta confianza: ella es mi reclinatorio y santuario; este sagrado me valga, Jesús mío, para que aprendiendo en ella todas las lecciones que me has dado, mi gloria, mi consuelo y mi amparo no sea otro que la Cruz de mi Señor Jesucristo, por cuya gracia espero vivir crucificado para el mundo, y crucificar al mundo para mí». Amén.
  
Se pide la gracia o favor que se desee recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.