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martes, 3 de enero de 2017

DE LOS JUDÍOS MESIÁNICOS

Tomado de SURSUM CORDA

   
Existe una secta que está floreciendo gracias a Intenet: los judíos mesiánicos. ¿Quiénes son estas personas? Se trata de supuestos judíos que creen en Jesús como el Mesías prometido a Israel. Hasta aquí podríamos preguntarnos cual es la novedad respecto a que los judíos se convirtieran al Señor, pero lo especial es que se trata, en su mayoría de personas que se convierten al judaísmo mesiánico, no de judíos que van a Cristo. Dicho de otra manera, se trata de personas que adoptan costumbres y vestimentas propias del judaísmo moderno, hablan utilizando hebraísmos como Tanaj por “Antiguo Testamento”, talmidím por “discípulos”, Ruaj Ha-Kodesh por “Espíritu Santo” y (la favorita) Yeshua por “Jesús”.
  
El siguiente artículo tiene entonces, como fin, dar una explicación general sobre este colectivo llamado “Judíos mesiánicos” y mostrar las grandes diferencias entre ellos. También tiene como fin alertar y prevenir a todos aquellos que, débiles en la fe, pueden caer en la astuta retórica de estas personas.
 
El origen
Los judíos mesiánicos surgieron en la década de 1960[1] aunque hunde su historia en el siglo XIX. En 1809, Joseph Frey fundó la London Jews' Society y la London Society for Promoting Christianity Amongst the Jews, una sociedad anglicana que tenía por fin convertir a los judíos al cristianismo sin que estos tuvieran que abandonar ciertas prácticas culturales distintivas, tales como las reuniones del Shabath, el uso del hebreo, y el uso de ciertas vestimentas. Entre los adherentes a este grupo se encontró Benjamin Nehemiah Solomon, un inmigrante judío polaco que se convirtió al cristianismo y que tradujo el Nuevo Testamento del inglés al Yiddish.

Si bien hacia 1813, con la fundación de la sociedad “Beni Abraham” se puede decir que comienza un movimiento autónomo de judíos conversos, estos se mantuvieron siempre dentro del anglicanismo. En Europa Oriental, por su parte, Joseph Rabinowitz inició una congregación destinada únicamente a traer judíos al cristianismo, partiendo desde la base de la autonomía eclesiástica. Estableció su campo de acción en Kiev en 1884[2], y según el interesante libro de Dan Cohn-Sherbok, fue el creador de la primera liturgia judeo-cristiana moderna[3]. Fundamental para el naciente movimiento judío-cristiano fue el teólogo luterano y filólogo Franz Delitzsch, un importante hebraísta que tradujo el Nuevo Testamento desde el texto griego (conocido como Textus Receptus) al hebreo; además fue el fundador del Institutum Judaicum, que tenía como fin enviar misioneros a convertir a los judíos del Este de Europa.
 
En Estados Unidos, por su parte, misioneros metodistas se enfocaron en los judíos, y con la colaboración de inmigrantes judeo-conversos fundaron en 1890 "Hope of Israel". Allí se les permitía mantener ciertas formas de adoración y cultos propios del judaísmo[4].
  
No obstante, es muy importante señalar por qué los protestantes se habían enfocado hacia los judíos. La respuesta la debemos encontrar en el movimiento dispensasionalista. Se trata de un sistema teológico que sostiene que Dios se va revelando a los hombres por etapas a través de pactos o dispensaciones, estos pactos sucesivos amplían la verdad revelada anteriormente, no la suprimen ni la remplazan. De esta manera, la dispensación a Israel nunca fue remplazada con la dispensación de la Iglesia, razón por la cual Dios tiene en la tierra dos pueblos, o mejor dicho tiene a su pueblo (los judíos) y tiene a la Iglesia, que son los que han nacido de nuevo y tienen la fe de Jesucristo. Los dispensacionalistas sostienen además que la Iglesia no pasará la Tribulación de Apokalypsis, sino que será raptada a los cielos y que en la Tierra se quedarán todos aquellos que no reconocieron a Jesucristo como su salvador. Dios dará entonces una última oportunidad a la humanidad y los 144.000 judíos se convertirán, predicarán y trataran de ganar para Cristo la mayor cantidad posible de personas hasta que sean todos asesinados por el Anticristo, un poderoso político que nacerá en Europa [5]. Por lo tanto, cuanto antes se convirtiera a los judíos al cristianismo, más se aceleraría la manifestación del Anticristo y la Iglesia sería raptada y los judíos convertidos, o bien se irían con la Iglesia, o bien se quedarían a predicar.
 
¿Qué nombre recibían estos judíos convertidos? Se los denominaba notsrim (נוֹצְרִים), es decir, “nazarenos” en alusión a Hechos 24:5, pero en la década de 1950, comienza a circular un vocablo muy particular: meshichyim (מְשִׁיחִיים), especialmente para los misioneros en Israel, a fin de diferenciarlo del resto de los cristianos, que estaban siendo perseguidos en el naciente Estado de Israel[6].
  
Notas
[1] Ariel, Yaakov (2006). "Judaism and Christianity Unite! The Unique Culture of Messianic Judaism". En Gallagher, Eugene V.; Ashcraft, W. Michael. Jewish and Christian Traditions. Introduction to New and Alternative Religions in America.
[2] Yaakov Shalom Ariel. Evangelizing the Chosen People: Missions to the Jews in America, 1880–2000.
[3] Cohn-Sherbok, Dan, "The emergence of Hebrew Christianity". En Messianic Judaism (Google Books). Londres-New York: Continuum International Publishing Group, 2000, pp 18-24.
[4] Ibid.
[5] Este es un resumen muy breve del dispensasionalismo y de la doctrina del rapto. Existen variantes importantes. Lamentablemente, este sistema ha empezado a leudar en el catolicismo, especialmente entre los tradicionalistas. Es muy interesante además señalar que uno de los “padres” del dispensasionalismo fue el jesuita expulso Manuel Lacunza Díaz por medio de su obra “la Venida del Mesías en Gloria y Majestad”.
[6] Yaakov, Ariel, op cit.

3 comentarios:

  1. https://youtu.be/8HFZhJ72184
    Y esta católica mejicana que se fue con los monólatras, ya vi varias de estas.

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  2. Esto ofrece la ocasión de hablar además de Wojtyla y de su romanticismo polaco. Entrado en el liceo “Macief Wadowida”, Wojtyla sufre también la influencia del poeta Emil Zagadlowicz, pero, sobre todo, de los autores románticos polacos del siglo XIX, como Jacob Frank, judío cabalista polaco del siglo XVIII, Juliusz Slowacki, Zygmunt Krasinski, Cyprian Norwid y Stanislaw Wyspianski, que alimentaron en él una fuerte “esperanza mesiánica” de tipo religioso, moral y místico.

    Jacob Frank (1726-1791). Judío, nació y trabajó en Polonia. Se proclamó “mesías” al estilo de Sabbatai Leví (un “mesías” anterior que operó en un entorno islámico y se convirtió falsamente al Islam con todos sus seguidores). En 1759 Frank y 500 familias de sus seguidores fueron bautizados, manteniendo, aunque en secreto, su culto hebraico herético. Digno de notar es la justificación teológica para su apostasía y duplicidad, el cual decía: el “mesías debe cumplir los actos más pecaminosos y la conversión falsa a la odiada religión católica que es el peor (pecado), ¡porque la salvación se alcanza por medio del pecado! Los frankistas iban a Misa los domingos, pero se reunían los sábados en sus sinagogas secretas.

    Ese actuar de Jacob Frank, fue lo justificó, el anhelo de Wojtyla de su dualidad de actuación como judío (sobre el origen judío de J. P. II, se va a probar más adelante) y como católico.

    Durante el tiempo del liceo, Wojtyla continuó en el teatro como actor, bajo la dirección de Mieczslaw Kotlarczyk, profesor de Historia. La función del actor, según Kotlarczyk, debía ser como la de padre, esto es, una “misión”, “una vocación”, un “sacerdocio del arte”.

    Este profesor de “teatro rapsódico”, o sea, de teatro en que el autor debe pronunciar cada vocal y cada palabra con precisión, Wojtyla tenía esa idea después de haber meditado en la tradición teosófica y antroposófica de Rudolf Steiner. Después, para comprender mejor el pensamiento wojtyliano, es necesario considerar el pensamiento teosófico de Steiner, cuya doctrina está fundada en el hombre y no en Cristo. La Sociedad Teosófica fue fundada por Elena Petrovna Blavasky y por el ocultista Henry Steele Olcott, ambos asociados a la Masonería.

    Rudolf Steiner (1861-1925). Hombre de excepcionales cualidades intelectuales, Steiner fue cabeza de la Sociedad Teosófica en Alemania, donde fundó su revista “Lucifer”, nombre que luego cambió por “Lucifer Gnosis”. Miembro del O.T.O., una de las sociedades secretas de los Iluminados de Baviera, basada en los poderes mágicos del sexo, Steiner fundó la Sociedad Antroposófica como forma “Europea” de la Teosofía Americana. Steiner desarrolló la idea de renovar la Cristiandad a la luz del budismo esotérico, donde Cristo, en la Antroposofía, toma, por una parte el rol especial de equilibrar, y suavizar el ardor de Lucifer, y por la otra, la fría inteligencia del demonio Ahriman.

    Madame Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891). Era masona del grado 33. En 1875, ella fundó la Sociedad Teosófica donde, so capa de un conocimiento universal y exclusivo, ella pretendió deificar la Humanidad bajo el pretexto de una verdadera religión de masas. Los motivos luciferianos no son marginales cuando se considera que Blavatsky escribió: «Satán es la energía activa del universo (…) El es el Fuego, Luz, Vida, Lucha, Esfuerzo, Pensamiento, Conciencia, Progreso, Civilización, Libertad, Independencia». Por otra parte, el propósito declarado de la Sociedad Teosófica era «limpiar la Cristiandad de la faz de la tierra (…) y desterrar a Dios del Cielo», yendo tan lejos como hasta negar la autenticidad de Jesucristo.

    Nota: todas estos personajes, influyeron de tal manera en Wojtyla, que todas sus ideas se vieron plasmadas en las tesis del ya mencionado libro “Persona y Acción”.

    http://www.obispoenmisiones.com/reflexiones-sobre-la-canonizacion-de-juan-pablo-ii/

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  3. Señores, al padre Lacunza no lo expulsaron de los jesuitas, sino que fue afectado por la disolución de la Compañía.

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