Noticia tomada de GLORIA NEWS, ampliada en algunos lugares.
El primer ministro interino de Bélgica Alexander De Croo Desguin (Partido Liberal Demócrata Flamenco) dijo al parlamento el 3 de Octubre que las palabras [vacías] de Francisco Bergoglio sobre el aborto eran «inaceptables»: «Las declaraciones del Papa son inaceptables, sobre todo cuando definió como “ley penal” la ley de 1990 sobre la despenalización del aborto».
El político ha convocado al nuncio apostólico, el arzobispón Franco Coppola, para una reunión, informó CathoBel (de la Conferencia Episcopal Belga) el 3 de Octubre.
En el Parlamento, la diputada “verde” del grupo Ecolo-Groen Sarah Schlitz (nieta del alcalde socialista de Lieja Henri Schlitz, fallecido en 2002) estaba furiosa por la comparación apropiada de Bergoglio de los abortistas con los sicarios. Calificó las palabras de Bergoglio como «una provocación totalmente inapropiada en el Día Internacional del Derecho al Aborto», y lo acusa de «interferir en un debate nacional que está objeto de intensos debates en el Parlamento Federal. ¡Esto es totalmente inaceptable!», refiriéndose a un proyecto de ley para ampliar el límite de aborto hasta las 18 semanas.
La diputada socialista y exministra de Educación Caroline Désir (nieta del dramaturgo y exparlamentario del Frente Democrático Francófono –actual Partido Demócrata Federalista Independiente– Georges Désir), atacó: «Señor Primer Ministro, usted dio la bienvenida a un líder religioso que usó su visita para expresar sus posiciones más retrógradas [= sensatas] y patriarcales [= humanas] sobre las mujeres. ¿Ha pedido a su Ministro de Asuntos Exteriores que convoque al Nuncio Apostólico para denunciar las declaraciones del jefe de la Iglesia?».
Charlotte Deborsu (hija de Frédéric y sobrina de Christoph Deborsu), la diputada electa más joven de la asamblea por el Movimiento Reformador, estuvo de acuerdo con sus colegas: «Ciertamente no tendría derecho al aborto si el Papa fuera nuestro primer ministro; afortunadamente, no es así» y pidió tranquilidad a De Croo: «¿Puede confirmarme que la separación entre el Estado y las Iglesias sigue siendo fundamental, sea cual sea la religión?».
De Croo (quien renunció como Primer Ministro luego de la catastrófica derrota de su partido en las elecciones del 9 de Junio) afirmó que los comentarios de Bergoglio eran «inaceptables», diciendo que «En Bélgica no tenemos lecciones que aprender sobre la forma en que nuestros parlamentarios votan democráticamente sobre las leyes [criminales]».
Y, «El tiempo en que la Iglesia dictaba la ley en nuestro país, afortunadamente, hace mucho tiempo quedo atrás». Después de sus declaraciones irrespetuosas y anticristianas, pidió «respeto», en primer lugar para los «sicarios» (Bergoglio dixit) de seres humanos no nacidos, pero también para sus madres asesinas: «¡Pido respeto para los médicos que ejercen su trabajo dentro de los límites del marco legal, y para las mujeres que deben poder decidir libremente de sus cuerpos, sin intromisión de la Iglesia!».
De Croo anunció que su mensaje al Nuncio Coppola (con el cual afirmó haberse reunido dos veces «justo después del asunto Vangheluwe») sería muy claro: «Lo que ha sucedido es inaceptable».
El presbítero Gabriel Ringlet, antiguo vicerrector de la Universidad Católica (francófona) de Lovaina, pronunció el mismo tono. Describió los comentarios de Bergoglio sobre el aborto a la Radio Televisión Belga Francófona como «insoportables». Ringlet está «muy orgulloso» de la rectora de la universidad, Françoise Smets, por criticar las declaraciones de Bergoglio.
Bélgica es un país decadente que sufre de una Iglesia decadente y un régimen decadente.
«Me dijo más [el ángel]: “Las aguas que viste donde está sentada la ramera, son pueblos, y naciones, y lenguas. Y los diez cuernos que viste en la bestia (símbolo de los diez reyes), ésos aborrecen a la ramera, y la dejarán desolada, y desnuda, y comerán sus carnes, y a ella la quemarán en el fuego. Porque Dios ha movido sus corazones para que hagan lo que a él le parece, y den su reino a la bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios”» (Apocalipsis XVII, 15-17/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
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