Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
La reconstrucción científica del rostro del Doctor Universal de la Iglesia Santo Tomás de Aquino muestra un rostro «amable y humilde» (derecha) en oposición a la representación común, algo dura e intimidante (izquierda).
El santo, que expresó su obra en la más clara prosa latina, ha tenido un impacto incomparable y persistente no solo en la Iglesia Católica, sino en la civilización occidental en su conjunto.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) es el Doctor Universal de la Iglesia Católica, cuya obra es considerada como autorizada en materia de doctrina y moral, particularmente como se explica con detalle en su Suma Teológica, una obra estelar de casi 3.000 páginas en letra latina pequeña. El “Doctor Angélico” dominico era de naturaleza meditativa y no hacía alarde en clase de su mente brillante, que había memorizado toda la Biblia Vulgata latina, junto con muchas de las obras de los teólogos católicos.
Así, algunos de los condiscípulos del santo lo llamaban Bos Mutus, el “buey mudo” (“mudo” en el sentido de que no habla). Sin embargo, el maestro del santo, que también era santo, Alberto Magno, profetizó: «Lo llamáis buey mudo, pero en su enseñanza un día producirá tal mugido que se oirá en todo el mundo». Y así fue. En el Concilio dogmático de Trento, la Suma Teológica del santo ocupó un lugar de honor junto a la Biblia Vulgata latina, tan autorizada era su gran obra [Parte de la información para este Comentario proviene de National Catholic Register].
Ahora, después de 750 años, los científicos, utilizando imágenes en 3D del cráneo del santo tal como se conserva en Tolosa de Francia, han reconstruido el rostro del santo, que difiere de las representaciones habituales. Se lo ha descrito como «amable y humilde», en contraposición a la representación común, que es un tanto dura e intimidante. Los científicos también concluyeron que el santo no era el fraile corpulento que generalmente se describe, sino «atractivo y de aspecto noble».
Para los católicos tradicionales, lo más importante es la brillante y completa teología del Santo, basada en la razón y la lógica, con gran inspiración en el hombre igualmente brillante a quien él llamaba simplemente “Philósophus” (El Filósofo), el antiguo erudito griego Aristóteles. El Santo, que expresó su obra en la más clara prosa latina, ha tenido un impacto inigualable y persistente no sólo en la Iglesia Católica, sino en la civilización occidental en su conjunto.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)