Antier 17 de Noviembre empezó en Asís (Italia) la 81.ª Asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana, abordando un sombrío panorama: los servicios dominicales están casi desiertos; solo el 25% de los jóvenes se casan por la Iglesia; los reciéb nacidos no son bautizados; las encuestas y los programas de televisión muestran la ignorancia propagada sobre lo básico de la fe mientras crece la búsqueda de lo sagrado y de espiritualidad.
A esto, el cardenal de Bolonia Matteo María Zuppi Fumagalli, presidente de la CEI, dio una declaración en su discurso de la corona:
«Afirmando que la cristiandad se ha acabado se entiende que nuestra sociedad no es más cristiana en su naturaleza: los cercanos son menos que antes, y los alejados han crecido. ¡Pero esto no debe espantarnos! El fin de la cristiandad no sella la desaparición de la fe, sino el paso a un tiempo en el que la fe ya no se da por descontada en el contexto social, sino que es vista como adhesión personal y consciente al Evangelio. Pensamos en la sociedad de Antioquía, en el tiempo de la Iglesia naciente: los creyentes se esforzaron personalmente a llevar y comunicar su experiencia de fe. Si luego la cristiandad se ha acabado, no lo ha hecho el cristianismo: lo que desaparece es un orden de poder y de cultura, no la fuerza viva del Evangelio.Este es el momento en el cual el anuncio del Evangelio debe ser más luminoso, como la lámpara que arde en la noche. (…) En este horizonte, el fin de la cristiandad no es una derrota, sino un kairós: la oportunidad de regresar a lo esencial, a la libertad de los inicios, a aquel “sí” pronunciado por amor, sin miedos y sin garantías. El Evangelio no tiene necesidad de un mundo que lo proteja, sino de corazones que lo encarnen. Es en esta situación de “vulnerabilidad” que la Iglesia redescubre su fuerza: no la del poder, sino la del amor que se dona sin miedo».
Siguiendo la idea de la “nueva cristiandad” de Jacques Maritaine, Zuppi citó al filósofo canadiense Charles Margrave Taylor Beaubien, que recibió de manos de Francisco Bergoglio el “premio Ratzinger a la investigación teológica” en el año 2019, quien dijo que por la secularización se pasó inevitablemente «de una sociedad en la cual era prácticamente imposible no creer en Dios, a una en la cual la fe, aun para el creyente más convencido, es una posibilidad humana entre otras».
Ante todo esto, la solución de Zuppi:
«La centralidad de la proclamación del Evangelio, la unidad de la Iglesia, el ejercicio de la colegialidad en la sinodalidad, la promoción de una paz “desarmada y desarmante” en un mundo que, por el contrario, ejerce la fuerza, llena arsenales y, en consecuencia, vacía escuelas, hospitales y graneros; la atención a la dignidad de la persona humana, de principio a fin, ser amada, cuidada y protegida, siempre y para todos.Nadie puede impedirles estar cerca de la gente, compartir la vida, caminar con los más necesitados, servir a los pobres. Nadie puede impedirles proclamar el Evangelio, y es el Evangelio el que hemos sido enviados a traer, porque esto es lo que todos, en primer lugar, necesitamos para vivir bien y ser felices».
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El pasado 13 de Noviembre, León XIV Riggitano-Prévosy recibió en audiencia al nuevo embajador extraordinario y plenipotenciario de Ghana, sir Benedict “Ben” Batabe Assorow, exeditor general del periódico Catholic Standard.
Según The Graphic Online, Riggitano-Prévost dijo que la Iglesia «no busca hacer proselitismo, sino más bien promover el bienestar, la dignidad y el desarrollo integral de cada persona humana a través de la educación, la salud, la asistencia social y la defensa de la justicia y la paz».
Además, el embajador presentó una invitación del presidente de Ghana John Dramani Mahama, para una visita papal para conmemorar el 70 aniversario de la independencia de Ghana el 6 de marzo de 2027 o el 150 aniversario del primer establecimiento de la Iglesia Católica en Ghana en 2030.
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Cien años antes, el Papa Pío XI propuso al mismo problema del mundo secularizado y devastado ppr la guerra una solución TOTALMENTE DIFERENTE A LA DE ZUPPI Y PRÉVOST: «La paz de Cristo en el Reino de Cristo», por medio de las misiones para predicar el Evangelio, y sobre todo, restableciendo hic et nunc (aquí y ahora) el Orden Social católico al mando de Cristo Rey (cuya fiesta estableció precisamente el último domingo de Octubre, y que los conciliares trasladaron al último domingo del año litúrgico, haciéndose eco de los que gritan: «No lo queremos a ése como nuestro rey»).


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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)