La Orden de Predicadores, esto es, los Dominicos, cuenta con una tradición litúrgica propia, que ha llegado casi intacta hasta nuestros días porque fue cobijada con el indulto de los 200 años de existencia anterior a la Bula Quo Primum Témpore de San Pío V (quien fuera monje dominico e Inquisidor general); aunque lastimosamente no sobrevivió al Vaticano II ni al Novus Ordo Missae.
Para
la fiesta del Angélico Padre Santo Domingo, los dominicos tenían una
misa particular, con secuencia y oración propia (ya que es solemnidad para esta orden), las cuales publicamos a
continuación:
SECUENCIA “In cœlésti hierarchía”, EN HONOR A SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
LATÍN
In cœlésti hierarchía,
Nova sonet harmonía,
Novo ducta cántico.
Cui concórdet in hac via,
Nostri chori melodía
Congáudens Domínico.
Ex Ægýpto vastitátis
Virum suæ voluntátis
Vocat Auctor sǽculi.
In fiscélla paupertátis,
Flumen transit vanitátis
Pro salúte pópuli.
In figúra cátuli,
Prædicátor sǽculi
Matri præmonstrátur.
Portans ore fáculam,
Ad amóris régulam
Pópulos hortátur.
Hic est novus legislátor
Hic Elías æmulátor,
Et detéstans crímina.
Vulpes díssipat Samsónis
Et in tuba Gedeónis
Hostis fugat ágmina.
A defúnctis revocátum,
Matri vivum reddit natum,
Vivens adhuc córpore.
Signo crucis imber cedit,
Turba fratrum panem edit,
Missum Dei múnere.
Felix per quem gáudia
Tota jam Ecclésia
Sumens exaltátur.
Orbem replet sémine:
In cœlórum ágmine
Tandem collocátur.
Jacet granum occultátum
Sidus latet obumbrátum,
Sed Plasmátor ómnium
Ossa Joseph pulluláre,
Sidus jubet radiáre,
In salútem géntium.
O quam probat carnis florem,
Omnem súperans odórem,
Túmuli fragrántia!
Ægri currunt et curántur
Cæci, claudi reparántur,
Virtútum frequéntia.
Laudes ergo Domínico
Personémus mirífico,
Voce plena.
Clama petens suffrágia,
Ejus sequens vestígia,
Plebs egéna.
Sed tu Pater pie, bone,
Pastor gregis, et patróne,
Prece semper sédula,
Nova sonet harmonía,
Novo ducta cántico.
Cui concórdet in hac via,
Nostri chori melodía
Congáudens Domínico.
Ex Ægýpto vastitátis
Virum suæ voluntátis
Vocat Auctor sǽculi.
In fiscélla paupertátis,
Flumen transit vanitátis
Pro salúte pópuli.
In figúra cátuli,
Prædicátor sǽculi
Matri præmonstrátur.
Portans ore fáculam,
Ad amóris régulam
Pópulos hortátur.
Hic est novus legislátor
Hic Elías æmulátor,
Et detéstans crímina.
Vulpes díssipat Samsónis
Et in tuba Gedeónis
Hostis fugat ágmina.
A defúnctis revocátum,
Matri vivum reddit natum,
Vivens adhuc córpore.
Signo crucis imber cedit,
Turba fratrum panem edit,
Missum Dei múnere.
Felix per quem gáudia
Tota jam Ecclésia
Sumens exaltátur.
Orbem replet sémine:
In cœlórum ágmine
Tandem collocátur.
Jacet granum occultátum
Sidus latet obumbrátum,
Sed Plasmátor ómnium
Ossa Joseph pulluláre,
Sidus jubet radiáre,
In salútem géntium.
O quam probat carnis florem,
Omnem súperans odórem,
Túmuli fragrántia!
Ægri currunt et curántur
Cæci, claudi reparántur,
Virtútum frequéntia.
Laudes ergo Domínico
Personémus mirífico,
Voce plena.
Clama petens suffrágia,
Ejus sequens vestígia,
Plebs egéna.
Sed tu Pater pie, bone,
Pastor gregis, et patróne,
Prece semper sédula,
Apud cúriam summi Regis,
Derelícti vices gregis
Comménda per sǽcula.
Amen. Allelúja.
Derelícti vices gregis
Comménda per sǽcula.
Amen. Allelúja.
ORATIO
Deus,
qui Ecclésiam tuam beáti Domínici Confessóris tui Patris nostri
illumináre dignátus es méritis et doctrínis: concéde; ut ejus
intercessióne temporálibus non destituátur auxíliis, et spirituálibus
semper profíciat increméntis. Per Dóminum nostrum Jesum Christum. Amen.
TRADUCCIÓN
Que entre la celeste jerarquía
Resuene una nueva armonía
Conducida por un cántico nuevo.
Que sea concorde en esta vida
La melodía de nuestro corazón
Que con Santo Domingo se regocija.
De la soledad de Egipto,
Ha el Autor del mundo
Conducida por un cántico nuevo.
Que sea concorde en esta vida
La melodía de nuestro corazón
Que con Santo Domingo se regocija.
De la soledad de Egipto,
Ha el Autor del mundo
Llamado al hombre de su voluntad.
Sobre la barquilla de la pobreza
Éste cruzó sobre las olas de la vanidad,
Para la salud de las naciones.
Bajo la figura de can,
Fue prefigurado a su madre
El predicador del mundo.
Portando en su boca una antorcha,
Él exhorta a los pueblos
Seguir la ley de la Caridad.
He aquí el nuevo legislador;
Celoso como Elías,
Y odiador del pecado.
Él dispersó las zorras como Sansón,
Y con la trompeta de Gedeón
Puso a la fuga a las tropas del enemigo.
Sobre la barquilla de la pobreza
Éste cruzó sobre las olas de la vanidad,
Para la salud de las naciones.
Bajo la figura de can,
Fue prefigurado a su madre
El predicador del mundo.
Portando en su boca una antorcha,
Él exhorta a los pueblos
Seguir la ley de la Caridad.
He aquí el nuevo legislador;
Celoso como Elías,
Y odiador del pecado.
Él dispersó las zorras como Sansón,
Y con la trompeta de Gedeón
Puso a la fuga a las tropas del enemigo.
A un infante despertó de la muerte,
Retornándole vivo a su madre,
Aquella misma que le diera la vida corporal.
Retornándole vivo a su madre,
Aquella misma que le diera la vida corporal.
Por la señal de la Cruz las lluvias se retiran,
Y la tropa de los hermanos come el pan
Que Dios les envía como don.
Bienaventurado sea aquel a quien
La Iglesia llena de gozo
Ha exaltado en alto grado.
Él esparció la semilla en el mundo;
Y al final es alistado
Entre la milicia de los Cielos.
El grano yace oculto,
La estrella está oscurecida,
Mas el Creador de todas las cosas
Bienaventurado sea aquel a quien
La Iglesia llena de gozo
Ha exaltado en alto grado.
Él esparció la semilla en el mundo;
Y al final es alistado
Entre la milicia de los Cielos.
El grano yace oculto,
La estrella está oscurecida,
Mas el Creador de todas las cosas
Ordenó multiplicar los huesos de José,
Y a la estrella brillar
Para la salvación de las naciones.
¡Oh!, cómo se prueba la virginidad de su carne:
De su tumba sale un suave olor
Que a todo perfume sobrepasa.
Los enfermos corren y son curados;
Los ciegos y los cojos, son restablecidos
Por frecuentes milagros.
Loores sean dados a Santo Domingo
Resuenen siempre todas sus maravillas
En alta voz.
El pueblo indigente
Que tus huellas sigue
Clama pidiendo sufragios.
Y tú, ¡oh Padre tierno y bondadoso!,
Pastor de la tropa y su protector,
Atiende benigno sus oraciones,
Y tú, ¡oh Padre tierno y bondadoso!,
Pastor de la tropa y su protector,
Atiende benigno sus oraciones,
Ante la corte del soberano Rey,
Encomienda el destino de la grey
Que Él te confió por los siglos eternos.
Amén. Aleluya.
Encomienda el destino de la grey
Que Él te confió por los siglos eternos.
Amén. Aleluya.
Oh
Dios, que te dignaste esclarecer a tu Iglesia con los méritos y la
doctrina de tu confesor, nuestro padre el bienaventurado Santo Domingo,
concédenos que, por su intercesión, no seamos privados de los socorros
temporales, y que tengamos continuos progresos espirituales. Por J. C.
N. S. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)