Desde Battle Serk
La Mantilla, y en mayúscula. Es una prenda que utilizan (o utilizaban mejor dicho) las mujeres cuando entran en una iglesia. Los hombres no podían llevar nada sobre la cabeza, y las mujeres ir con un ligera manta en la cabeza. Además de bonito, muestra respeto:
Mantilla (preciosa, la Mantilla y la Dama, por supuesto)
A continuación, una pequeña lista que muestran evidentes diferencias entre la Mantilla (cristiana) y cualquier trapo islámico. Después, una pequeña recomendación a la Santa Iglesia y a toda institución Católica.
¿Por qué no se debe comparar la Mantilla con cualquier prenda propia del Islam?
- La Mantilla sólo se utilizaría en lugares religiosos, es decir, al entrar en una iglesia, mientras que las prendas propias del Islam (la más común y parecida a la Mantilla es el Niqab) las portan durante todo el día, de sol a sol, mientras se está fuera de casa.
- La Mantilla es ligera y bonita, mientras que el Niqab islámico puede ser caluroso e incómodo, y muy poquitas veces es bonito.
- Actualmente las mujeres no tienen la obligación de portar la Mantilla. No hace daño a nadie mostrar respeto un ratito.
- Mientras las mujeres llevarían la Mantilla, los hombres, por igual, estarían obligados a no llevar nada.
- El único fin de la Mantilla es mostrar respeto. Si es creyente fácilmente debería comprenderlo. Si no es creyente, son dos opciones: no entrar en la iglesia o tomarse la medida como respetar un bien cultural (las iglesias no sólo son ricas en Fe, sino en arquitectura -aunque haya excepciones-).
Finalizada la sencilla lista de motivos por los cuales no hay punto de comparación con las prendas islámicas, pasamos a una recomendación para todas las instituciones cristianas, al menos católicas:
No se debe utilizar la Religión para vender Fe ni hacer negocio, esa es la primera norma y regla básica en un Cristiano.
Así pues, las Mantillas no se deben vender, se deben regalar.
En caso de tener limitaciones económicas y no poder afrontar el gasto, sería aceptable venderlas a un precio bajo, un precio que compense los gastos pero que no tenga ánimo de lucro.
También hay otra opción, prestar las Mantillas gratuitamente en los rituales y así devolverlas en la salida, a la vez que cualquiera que quiera comprarla voluntariamente, lo pueda hacer.
Así pues, las Mantillas no se deben vender, se deben regalar.
En caso de tener limitaciones económicas y no poder afrontar el gasto, sería aceptable venderlas a un precio bajo, un precio que compense los gastos pero que no tenga ánimo de lucro.
También hay otra opción, prestar las Mantillas gratuitamente en los rituales y así devolverlas en la salida, a la vez que cualquiera que quiera comprarla voluntariamente, lo pueda hacer.
Sin más, insto desde mi humilde espacio a colaborar en este detalle. La Mantilla me llamó la atención hace tiempo principalmente por lo bonita que es. Personalmente creo que no debería imponerse nada, y que el uso de la Mantilla podría debatirse, pero mi idea es que usarlo con más frecuencia, sumado a un hipotético empeño de la Santa Iglesia en esto, sería bonito y agradable a los ojos de Dios. No es machismo, ni discriminación a la Mujer, para nada, pues al que diga esto solo me queda invitarle a salir de aquí. En cuanto a los que estén dispuestos a debatir esto, les doy la bienvenida.
Gracias por poner el artículo compañero :)
ResponderEliminarLa Paz con vos :)
Cristo REY
Y con tu espíritu.
ResponderEliminarEn María Arca de la Salvación.