PINTADAS EN CATEDRAL DE CANTERBURY (CON PERMISO DEL CLERO ANGLICANO)

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.

  

La histórica catedral de Canterbury en Inglaterra ha sido profanada por su clero modernista con grafitis vulgares en sus majestuosas columnas.

Una vez fue una catedral católica, pero fue robada en 1539 por el rey hereje Enrique VIII.

Esto muestra la dirección en la que va la Pseudoiglesia profanando todo lo que es bueno, bello, verdadero y católico.

  

Tras el Anticoncilio Vaticano II (1962-1965) y la sustitución de la Iglesia Católica “institucional” por la anticatólica Nueva Iglesia del Nuevo Orden, el arte, la música y la arquitectura católicos cayeron en picado. Las otrora hermosas iglesias de estilo clásico, románico, gótico, renacentista y barroco fueron reemplazadas por repugnantes e irreligiosas barracas Quonset modernistas; las hermosas melodías del canto gregoriano y la polifonía sacra fueron reemplazadas por jingles pop-rock; el arte sacro de los maestros del Renacimiento y el Barroco fue reemplazado por inmundicia pornográfica. La repugnante Nueva Iglesia dio origen a desechos degenerados.

La Catedral de Canterbury fue fundada por San Agustín como catedral católica en el año 597. En 1539, fue robada por el hereje rey Enrique VIII y convertida en un escándalo protestante. El 17 de Octubre de 2025, el neoclero, desquiciado y dominado por la Iglesia de Inglaterra, instaló en la venerable Catedral de Canterbury unas polémicas pintadas del “artista” greco-británico “no binario” Alex Vellis. El 16 de Octubre de 2025, la mitad de los 85 millones de anglicanos de todo el mundo se separaron de su liderazgo degenerado, hartos de ser expuestos a falsas doctrinas, liturgias basura y una moralidad depravada. Incluso los anglicanos están indignados porque estas obras de arte profanas han profanado un espacio sagrado, antaño religioso e histórico [Parte de la información para este Comentario proviene de MSN].

El clero anglicano admitió con valentía lo que había hecho: «Al colaborar con comunidades marginadas —incluyendo la diáspora panyabí, negra y morena, personas neurodivergentes y la población LGBTQIA+—, la exposición promueve la inclusión y la representación. Transforma la catedral en un espacio donde se escuchan voces diversas, validando sus experiencias y fomentando un sentido de pertenencia», escribió Jacquiline Antonier Creswell, curadora de arte en las catedrales inglesas, en redes sociales. Un anglicano enfurecido reaccionó:

«Me horrorizó ver este grafiti en la Catedral de Canterbury, fundada por el mismísimo San Agustín. ¡Luego descubrí que en realidad era una iniciativa bien recibida por la Iglesia de Inglaterra!».

Otro anglicano furioso escupió:

«Literalmente están garabateando grafitis en las paredes de catedrales antiguas. Todo lo bello está derribado y destruido».

Un tercer anglicano (y además clérigo) indignado denunció:

«Hay algo profundamente extraño en la forma en que el Deán y el Cabildo de Canterbury se deleitan en profanar su espacio sagrado. Parece casi freudiano».

Católicos tradicionales, si queréis saber qué le espera a la Nueva Iglesia, basta con mirar a la Iglesia Anglicana, que a menudo ha sido su modelo. Los británicos solían tener buen gusto. Ya no. Así como la Iglesia Anglicana, aunque hereje, era al menos protestante conservadora, ahora tiene presbíteras y obisponas bailando alrededor del altar, y su nuevo arzobispón es en realidad una arzobispona. Al igual que la Nueva Iglesia del Nuevo Orden, la Iglesia Anglicana está introduciendo los residuos culturales en sus antiguas iglesias. Y pensar: hasta la Bula “Apostólicæ Curæ” del Papa León XIII de 1896, incluso algunos cardenales católicos (como el masón Mariano Rampolla del Tíndaro) consideraban a la Iglesia Anglicana una Iglesia Apostólica, aunque cismática como la Ortodoxa Oriental.