«Oh curioso, que te afliges y que expandes tu actividad en muchas direcciones, ve, no digo a la hormiga, sino a la abeja, y aprende de ella la sabiduría.
La abeja no se posa sobre muchas especies de flores. De su ejemplo, aprende a no dar oídos a las distintas flores de palabras, a los distintos librachos; y no dejes una flor para pasar a otra como hacen los exigentes que siempre deshojan libros, critican las predicaciones y pesan las palabras, pero nunca llegan a la verdadera ciencia: tú, en cambio, recoge de un libro aquello que te sirve y ponlo en la colmena de tu memoria».
SAN ANTONIO DE PADUA, Sermón del Domingo XI después de Pentecostés.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)