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domingo, 23 de abril de 2017

TRECE HECHOS CONTRA LA “SHOÁ”

Tomado de FORO CATÓLICO y de BANDERA EN ALTO
 
Sin lugar a dudas la acusación más grave hecha en contra del Nacional-Socialismo es el supuesto extermino de 6 millones de judíos en las cámaras de gas.
 
Durante décadas hemos sido bombardeados en forma permanente por la propaganda sionista, la cual nos ilustra gráficamente sobre la maldad e inhumanidad de los criminales “Nazis”. Esto es lógicamente la “verdad” que la “historia oficial” nos quiere enseñar, “verdad” que en realidad no es mas que una engaño perfectamente orquestado por los medios de desinformación del sistema, y que hoy nos permitimos develar a la ciudadanía, para que comprenda de que forma han sido manipuladas sus emociones, en exclusivo beneficio de una minoría criminal, que comete a diario, en contra del Pueblo Palestino, los mismos abusos de los cuales fue supuestamente víctima.
 
Es tiempo que la verdad salga a la luz…
 
A continuación reproducimos un extracto del libro “La Fabula del Holocausto” del historiador Arthur R. Butz.
  1. Nunca hubo 6 millones de judíos en el área efectivamente ocupada por las tropas alemanas.
  2. De los judíos que vivían en áreas ocupadas, no todos fueron arrestados, y de aquellos que sí lo fueron, la enorme mayoría ha sobrevivido. De los que murieron, la casi totalidad falleció por enfermedad, vejez u otras causas naturales.
  3. El gas “Zyklon B” con el que supuestamente fueron “gaseados” las víctimas del “holocausto”, fue usado desde la I Guerra Mundial no solo por las autoridades militares sino hasta por las civiles, ya que el gas en cuestión era un poderoso insecticida y desinfectante. Fue usado en los campos de concentración solamente para los fines específicos para los cuales fue fabricado.
  4. Si los alemanes hubieran querido efectuar “gaseos” masivos, lo lógico hubiera sido que emplearan gases letales como el “Tabún”, el “Sarín” o el “Somán”, que se habían desarrollado en una fecha tan temprana como 1936.
  5. Es sabido que poco después del cese de hostilidades de la II Guerra Mundial, todo judío que no pudo ser inmediatamente localizado, o que no se registró ante las autoridades aliadas, fue automáticamente considerado muerto por “exterminio”. Debido a este procedimiento absolutamente arbitrario se llegaron a producir casos bastante ridículos. Uno de ellos es el de Simone Veil, quien fue ministra de salud pública del gobierno francés de posguerra y hasta llegó a ser presidenta del parlamento Europeo. Se puede ver su nombre en la página 519 de la “Memoria de la deportación de los Judíos de Francia”, esta “buena” señora figura como persona ejecutada en la cámara de gas. Su resurrección sigue siendo un misterio.
  6. Nadie, en ninguna parte, ha podido, hasta el día de hoy, localizar a persona alguna que realmente haya visto “gasear” un solo ser humano por los alemanes. Además -y esto es realmente decisivo- ¡¡¡nadie, nunca, en ninguna parte, ha sido arrestado y OFICIALMENTE acusado de “gasear” prisioneros en los campos de concentración!!!
  7. El total de individuos que en absoluto fue registrado en Auschwitz asciende a tan solo 300.000 individuos. Los registros fueron tomados intactos por los aliados.
  8. Hasta el último mes de la guerra, la Cruz Roja Internacional inspeccionó regularmente los campos de concentración y los halló en estado satisfactorio hasta que el control aliado del espacio aéreo impidió los suministros básicos.
  9. A los prisioneros de Auschwitz siempre se les permitió recibir paquetes de ayuda provenientes de sus familiares, tanto en Alemania como en el extranjero. Además, los parientes y amigos de las personas internadas podían visitar a los reclusos y esto difícilmente se concibe con los procedimientos usuales para un campo de exterminio.
  10. El limitado testimonio de “gaseos” que existe, ha sido obtenido, o bien por falsificación de documentos ¡como el caso del judío Lev Vladimirovich Poliakov (לאון ולדימירוֹביץ׳ פוליאקוב)!, o bien por tortura de personas involucradas directa o indirectamente en los campos de concentración. Destacados miembros de Comisiones Investigadoras del Congreso de EE.UU han atestiguado que los prisioneros alemanes en institutos aliados fueron frecuentemente maltratados con salvajismo por interrogadores judíos. Se les rompieron las mandíbulas, se martillaron sus testículos, se les quebraron los dientes y se les “arrancaron” las uñas para obtener “confesiones”. También es de público conocimiento que en múltiples oportunidades los ciudadanos alemanes fueron amenazados por miembros de las tropas aliadas de ocupación con la pérdida de sus cartillas de racionamiento, con la violación de sus esposas por los negros del ejército norteamericano, con la ejecución lisa y llana o con su entrega a los rusos, si no “confesaban” determinados crímenes listados y tabulados de antemano. ¡Escrito en los Archivos del Congreso de los EE.UU!.
      
    En el “Archipiélago GULAG”, Alexander Solzhenitsyn apunta el caso de Jupp Aschenbrenner, un bávaro que fue obligado por los soviéticos (¡comisarios judíos!) a firmar un documento en el que admitía haber trabajado sobre supuestos “vagones de gas”. No fue hasta muchos años más tarde que pudo probar que, en la época en cuestión, se hallaba en Munich estudiando el oficio de soldador.
       
    La obtención de confesiones por torturas está a la orden del día en prácticamente todos los conflictos armados. Durante la guerra de Corea, nada menos que 38 pilotos norteamericanos hechos prisioneros por los coreanos, “confesaron” haber usado armas bacteriológicas. Por supuesto, nadie ha tomado en serio jamás las “confesiones” de estos pilotos. Solamente las “confesiones” arrancadas a exmiembros de las SS son presentadas como documentos de valor histórico…
  11. Los procedimientos de “gaseo” y de cremación, descritos por los supuestos testigos, son inconsistentes y físicamente imposibles. Por ejemplo, se afirma que el personal de los campos entraba inmediatamente en las cámaras de gas, sin ningún tipo de protección especial, para extraer los cadáveres. El procedimiento, de ser cierto, hubiera significado la muerte segura de ese personal ya que el Zyklón-B -precisamente por ser un pesticida de alto rendimiento- tiene un gran poder letal residual.
      
    Por otra parte, en cualquier libro de medicina forense, se puede constatar que se necesitan aproximadamente 40 horas para cremar un cuerpo humano usando madera o petróleo (¡ojo!) como combustible. Haciendo abstracción de la falta crónica de combustible de las fuerzas de combate alemanas, esto significa que para cremar 6 millones de cuerpos, se necesitan nada menos que 240 millones de horas-cremación. Suponiendo que se cremasen simultáneamente tanto como mil personas, aún tenemos que hubieran hecho falta 240.000 horas para cremar 6.000.000 de cuerpos. Doscientas cuarenta mil horas son, exactamente, 10.000 (diez mil) días, o sea: ¡¡¡poco más de veintiséis años!!! Si los alemanes hubieran cremado 1000 judíos, simultanea, incesante, eficiente e ininterrumpidamente a partir de 1940, ¡¡¡hubieran terminado de cremar al último de los 6 millones de judíos recién en 1967!!! Además, las cenizas que quedan luego de cremar un cuerpo humano, pesan entre 2,5 y 4,5 Kg. Para 6.000.000 de cuerpos esto significa que, en alguna parte, debería haber entre 15 a 27 millones de kilos de cenizas -sin calcular los residuos del combustible empleado-. ¿¿¿Dónde están estas 27.000 TONELADAS de restos???
  12. Según el “World Alamanac” del American Jewish Comitee, había, en 1938, tanto como 15.688.259 (quince millones y seiscientos ochenta y ocho mil y doscientos cincuenta y nueve) judíos en todo el mundo. Según el New York Times, en un artículo publicado por Hanson Weightman Baldwin, en 1948 la población mundial judía ascendía a 18.700.000 (diez y ocho millones y setecientas mil personas). Si de los 15 millones de 1938 restamos los supuestos 6 millones del “holocausto”, nos quedan apenas 9 millones. Es absolutamente imposible que estos 9 millones hayan podido reproducirse para constituir los 18 millones de 1948. Ninguna población del mundo es capaz de duplicar su número en tres o cuatro años. Ni siquiera en 10 años sería posible tal crecimiento demográfico. ¡¡¡Únicamente en las matemáticas de los maestros de la mentira encontramos estas multiplicaciones fabulosas!!!
  13. La cifra de judíos muertos y desaparecidos durante la II Guerra Mundial nunca pasó de 250.000 (doscientas cincuenta mil) personas. Esta cifra es la que manejó oficialmente tanto la ONU como la Cruz Roja Internacional. En esta cifra están incluidos tanto los judíos que murieron de muerte natural como los que simplemente desaparecieron y, reaparecieron sanos y salvos, como en el ya visto caso de Simone Veil, que por años estuvo cobrando indemnización bajo nombre de soltera, Simone Annie Jacob Steinmetz (סימון אנני ז׳אקוב שטיינמץ). Cabe aquí el mencionar que siendo esta “buena” señora ministra de Salud Pública, ella promovió la ley que permitió la interrupción del embarazo, lo cual ha producido un mega-holocausto en Francia (de ahí que con razón merece ser tenida como “la Margaret Sanger gala”)…
  
Nadie demuestra la existencia de irregularidades y brutalidades cometidas por miembros de las SS.
  
Elementos sádicos y anormales hubo en todas las tropas del mundo. Las matanzas de los Borres por los ingleses; las matanzas de Katyn por los judíos soviéticos, la matanza de My Lai por los norteamericanos en Vietnam son sólo muestras para ilustrar el punto. Nadie pretende afirmar que nunca un judío fue muerto o maltratado por un alemán. Pero seis millones de judíos no murieron jamás en los campos de concentración. Jamás hubo orden de exterminarlos.
  
Jamás los alemanes practicaron oficial, oficiosa o sistemáticamente el genocidio. El TAN manoseado “Holocausto” nunca tuvo lugar. El famoso “Holocausto”, bien mirado, no es sino un colosal “Holocuento” utilizado por los israelíes para COBRAR SUMAS SIDERALES EN CONCEPTO DE INDEMINAZIONES. Esa es la verdad: el “Holocausto” no es más que un siniestro mito-negocio de la Sinagoga.
  
Lo lamentable de todo esto es lo que reconoce Gustavo Le Bon:
El talón de Aquiles del hombre masificado es su insuficiencia mental, de donde saca toda su ventaja el Gran Parásito.

5 comentarios:

  1. El holocuento es una farsa, y los judios lo saben muy bien. Por eso, ahora pretenden censurar internet. El problema, es que su edificio se derrumba sin remedio.

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  2. Totalmente de acuerdo contigo, solo añadir que las cifras reales que se manejan de judíos muertos en el “holocausto”, algunos historiadores elevan la cifra hasta más de 500.000 muertos, y en algunos casos se mencionan cifras muy exageradas de hasta un millón y algo más, que de ninguna manera responde a la realidad. El resto pertenece a la propaganda y publicidad que el sionismo ya tenía preparado. Es algo similar al número de muertos tras el final de la guerra civil española. El general Franco, durante años habló de un millón de muertos en el conflicto civil. Sin embargo, la realidad no llegó a tanto, ya que la cifra real de muertos durante la guerra civil española, estaba en torno a los 300.000 (trescientos mil) muertos; incluso, un poco menos. Lo del Holocausto judío es bastante parecido, solo que la propaganda judía no tuvo ningún reparo en elevar la cifra a seis millones, pero sin ningún tipo de pruebas, y la mayoría, tal como afirmas, estaban falsificadas. Pero tristemente no hay quien toque ese hecho histórico. Algo parecido al asesinato de JFK, que según la comisión Warren, fue un solo tirador quien lo mató, cuando la realidad fue muy diferente ya que fueron unos cuantos francotiradores quien ejecutaron ese magnicidio.

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  3. Algo huele a podrido cuando te mandan a presidio por negar un dato de alguna manera discutible. Eso se llama “Pensamiento único del campo de concentración”. Se puede negar todo lo que quieras, discutir los muertos de los demoliberales, las del comunismo en todas sus vertientes (son victimas principalmente cristianas sin derecho al honor y a la memoria), se puede blasfemar contra cualquier religión (si se defiende como el islam todos lo comprenden, pero los cristianos ni lo piense serán excomulgados por el mismo Papa) etc., pero negar, o pensar que el holocausto es propaganda de vencedores, muchos países lo tienen por delito.

    Y detrás del demoliberalismo, el comunismo y la globalización, el Gran Mal: LA JUDERÍA.

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  4. Poco a poco, la informacion se expande, y las mentiras "oficiales" van cayendo una por una. Nuestra obligación es difundir la verdad y al difundir la verdad, aportamos en la gran lucha para restaurar Occidente.

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  5. https://www.slideshare.net/MurodelHonor/las-pruebas-de-que-el-holocausto-judo-es-una-fantasa-75353175

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)