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jueves, 4 de octubre de 2018

LA ORACIÓN QUE SAN FRANCISCO NUNCA ESCRIBIÓ

Tomado de RADIO CRISTIANDAD.
  
A San Francisco le han creado una imagen falsa, parcial y mítica, a pesar de los avances habidos hacia un mejor conocimiento del personaje y de su tiempo.

También le atribuyen al santo composiciones inexistentes. Un ejemplo de ello es la llamada “Oración Simple”, que todos le atribuyen a él (y que no se encuentra en ningún escrito suyo), pero que es de autor anónimo.

Investigaciones posteriores realizadas por el académico francés Christian Renoux permitieron entrever los verdaderos orígenes de la oración, cuya autoría continúa siendo incierta.

En la búsqueda del origen de la oración no se puede ir más allá de diciembre de 1912, cuando fue publicada en “La Clochette” (La campanilla), una “petite revue catholique pieuse”, fundada por el sacerdote y periodista normando Esther (o Esiher) Auguste Bouquerel Guillouard († 1923). Entre las hipótesis dadas, suponen que el autor fue el mismo Suquerel.
 
La siguiente es la primera versión que se ha encontrado (en la revista parisina La Clochette, N.º 12, diciembre de 1912, pág. 285, en idioma francés):
Belle Prière à faire pendant la Messe
   
Seigneur, faites de moi un instrument de votre paix.
Là où il y a de la haine, que je mette l’amour.
Là où il y a l’offense, que je mette le pardon.
Là où il y a la discorde, que je mette l’union.
Là où il y a l’erreur, que je mette la vérité.
Là où il y a le doute, que je mette la foi.
Là où il y a le désespoir, que je mette l’espérance.
Là où il y a les ténèbres, que je mette votre lumière.
Là où il y a la tristesse, que je mette la joie.
Ô Maître, que je ne cherche pas tant à être consolé qu’à consoler,
à être compris qu’à comprendre, 
à être aimé qu’à aimer,
car c’est en donnant qu’on reçoit,
c’est en s’oubliant qu’on trouve,
c’est en pardonnant qu’on est pardonné,
c’est en mourant qu’on ressuscite à l’éternelle vie.

Una traducción de la oración al idioma español es la siguiente:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.
[En algunas versiones se agrega un “amén” final, para darle más verosimilitud como oración cristiana].
    
En 1913 la descubre el canónigo Louis Boissey († 1932), apasionado por el problema de la paz, y la publica en los “Annales de Notre Dame de la Paix” (Tinchebray, Francia), N.º 13, enero de 1913, pág. 582, citando como origen “La Clochette”, la revista de la Liga de la Santa Misa, de la cual Boissey era suscriptor. Allí ocurre el primer cambio: añade en «Là où il y a la discorde» y «Là où il y a l’erreur» el prefijo de, quedando «Là où il y a de la discorde» y «Là où il y a de l’erreur».

El mismo año, el marqués Alejandro Lorenzo María Estanislao de La Rochethoulon y Grente († 1941), fundador de “Le Souvenir Normand” y lector de los Annales, la publica en su revista como “Prière du ‘Souvenir Normand’ au Sacré-Cœur inspirée du testament de Guillaume le Conquérant, Rouen Saint-Gervais, 9 sept. 1087”, pero en penúltimo lugar menciona como fuente a “La Clochette Normand”. Ocurre el segundo cambio: se revierte la segunda modificación del canónigo Boissey, y se ponen en mayúscula las palabras “foi” y “espérance”.

El 20 de enero de 1916 aparece en la primera plana de “L’Osservatore Romano”, donde se dice que “Le Souvenir Normand” había enviado al Santo Padre «el texto de algunas oraciones por la paz. Entre ellas nos complace reproducir una, dirigida especialmente al Sagrado Corazón. He aquí el texto, con su conmovedora sencillez». Y ocurre un tercer cambio: de «c’est en s’oubliant qu’on trouve» (en italiano «nel dimenticare se stessi che ci ritrova»), pasa a un “psicologizante” «nel dimenticare se stessi che si ritrova se medisimi» («c’est en s’oubliant soi-même qu’on se retrouve soi-même»).

El 3 de febrero del mismo año, el diario asuncionista “La Croix” de París daba a conocer que el 25 de enero, el cardenal Gasparri había escrito al marqués de La Rochethoulon Grente, agradeciéndole el envío hecho a su Santidad. Tres días después de esa carta (el 28 de enero), el mismo periódico reproducía en la página 6 el texto publicado por el Osservatore Romano, atribuyéndolo a Boissey (aun cuando el propio marqués dijo en su carta al Papa que el original no era de allí, pero no mencionó que era de La Clochette), aunque con otro cambio más “psicologizante”: «c’est en se donnant qu’on reçoit».
  
Al año siguiente, es publicada en el libro “Face à l’épreuve” del padre Alexandre Pons Aragon († 1938), protonotario apostólico y canónigo teologal de la catedral primada de Cartago, no solo llamándola medieval (como en Le Souvenir Normand), sino «très ancienne» (muy antigua).
  
Fue por aquel entonces cuando el Padre capuchino Étienne (Benoît) de París, visitador de la Orden Tercera en Réims, hizo imprimir en Reims una estampa de San Francisco, con la invocación al Sagrado Corazón en su reverso, presentándola por primera vez como “Oración por la paz”. Al pie de la página subrayaba que aquella oración, tomada de “Le Souvenir Normand”, era una síntesis perfecta del ideal franciscano que había que promover en el mundo de hoy.
  
Una traducción inglesa aparece, y su traducción francesa es citada como original en el número de septiembre de 1925 de la revista “Vie Franciscaine”.

Los primeros que relacionaron la oración con San Francisco fueron los “Chevaliers du Prince de la Paix” (Caballeros del Príncipe de la paz), una organización protestante fundada por el pastor (y posterior teniente de la Résistance) Étienne Pierre Bach Cuénod († 1986), en vísperas del VII centenario de la muerte del santo (1926). Bach conoció la oración por medio del pastor Jules Rambaud († 1947), fundador de la Unión Protestante Cristiana de Francia, y la publicó en la página 3 del número 7 del “Bulletin des Chevaliers de la Paix” de Diciembre de 1925, y en el tercer encuentro de la organización en Bois-Tizac (Gironda) en Agosto de 1927, él hizo la atribución (aunque cuatenta años después, reconoció en una carta al padre Willibrord-Christian van Dijk OFM Cap. que «había buscado el origen de la oración, aunque sin éxito»).
  
A partir de 1925, empezó a difundirse en todo el mundo, en especial en Estados Unidos y Canadá y siguieron los países germánicos. En 1927, fue publicada en la revista cuáquera “Friends’ Intelligencer”, atrbuyéndola a “Saint Francis of Assissi” (sic), y en el libro de 1936 “Living Courageously” del ministro campbelita y pacifista estadounidense Kirby Herbert Page Pounds († 1957). Los medios católicos franceses no empezaron a atribuirla a San Francisco hasta 1947. 

Otra traducción inglesa fue publicada como parte de “New every morning: The prayer book of the daily broadcast service”, una antología de las oraciones usadas al inicio de sus transmisiones por la BBC en 1936. Una tarjeta con la oración, titulada Prayer of Saint Francis, fue impresa por la compañía de publicidad Mowbray.

En 1937, el teólogo luterano alemán Friedrich Johann Heinrich Delekat († 1970) hace la traducción alemana a instancia de una señorita Martin, iniciadora de los Caballeros de la Paz en Suiza, difundiéndose después de la guerra en Alemania.
 
En la segunda mitad del siglo XX la “Oración Simple”, como la llaman en Asís, empezó a hacerse popular, sobre todo, cuando los frailes del Sacro Convento la imprimieron en diversas lenguas, bajo su nombre, en las estampas de San Francisco.

El resto de la historia es conocido: difusión mundial, infinidad de versiones en cada lengua y muchos cantos inspirados en ella. Se ha convertido casi en la oración oficial de los scouts y de las familias franciscanas; los herejes anglicanos la consideran la oración ecuménica por excelencia; algunas sectas protestantes la han adoptado incluso como texto litúrgico (ejemplo de ello, la iglesia calvinista de Ginebra la adoptó en 1945 con el título “La prière de François d’Assise (XIIIe siècle)” como parte de la Liturgie de l’Eglise de Genève, pág. 427), ha sido pronunciada en una sesión de las Naciones Unidas y, últimamente, está teniendo una gran acogida entre las religiones no cristianas, sobre todo desde que Asís se ha convertido en el centro mundial del falso ecumenismo y del diálogo interreligioso.

El éxito se debe a la manipulación del nombre y fama de San Francisco (y a esto hay que agregar la aparición de Bergoglio, el usurpador de turno del Trono de San Pedro y su falsa bondad y misericordia), pero también a la riqueza del contenido, junto con su sencillez; y es precisamente el contenido y el título original: Invocación al Sagrado Corazón, lo que permite atribuir su composición a un autor de principios del siglo XX.
 
Giuseppe Lanza del Vasto († 1970; nacido Giuseppe Giovanni Luigi Maria Enrico Lanza di Trabia-Branciforte Nauts-Oedenkoven), filósofo, poeta, activista de la no violencia, fue uno de los difusores de la falsa “Oración de san Francisco”. Él afirmó haber conocido la versión francesa de La Croix el 4 de septiembre de 1939 en la iglesia católica de Thonex, cerca de Ginebra. 
 
Fuente de inspiración pudo haber sido la siguiente fórmula de consagración al Sagrado Corazón, promulgada por León XIII en 1899, y recomendada por San Pío X en 1905 para ser recitada cada año:
«Sé el rey de los que viven en el error o que la discordia ha separado de ti; llévalos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que no haya más que un único pastor.
  
Sé el rey de todos los que viven en las viejas supersticiones populares, no te resistas a atraerlos de las tinieblas a la luz y al reino de Dios.
  
Concede, Señor, a tu Iglesia una libertad segura y sin obstáculos, concede a todos los pueblos el orden y la paz».
En esta oración anónima hay cierta concordancia con el espíritu y el estilo franciscano. Para comprobarlo es suficiente leer, por ejemplo, la Admonición 27 de San Francisco, escrita a modo de estribillo:
«Donde hay amor y sabiduría, allí no hay temor ni ignorancia.
Donde hay paciencia y humildad, allí no hay ira ni turbación.
Donde hay pobreza con alegría, allí no hay ambición ni avaricia.
Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni disipación.
Donde está el temor de Dios guardando la casa, allí el enemigo no puede encontrar la puerta de entrada.
Donde hay misericordia y discreción, allí no hay soberbia ni dureza».
O, mejor aún, los siguientes “Dichos” del beato Gil de Asís, tercer compañero del santo:

LATÍN
«Beátus ille qui amat, et non desíderat amári:
Beátus ille qui timet, et non desíderat timéri:
Beátus ille qui servit, et non desíderat sibi servíri:
Beátus ille bene se gerit erga álios, et non ut álii se bene gerant erga ipsum:
Et quía hæc magna sunt, ídeo stulti ad ea non attíngunt».

TRADUCCIÓN
«Dichoso el que ama y no desea, en cambio, ser amado.
Dichoso el que teme y no desea, en cambio, ser temido.
Dichoso el que sirve, y no desea ser servido.
Dichoso el que se comporta bien con los demás, y no desea que los demás se comporten bien con él.
Y porque estas son grandes cosas, los necios no se elevan a ellas».
   
Un Ermitaño urbano, devoto de San Francisco

FUENTES
  • Díaz Sosa, Alejandro Francisco OFM (1998). Instrumento de tu paz: comentario a la “Oración simple” de San Francisco de Asís.
  • Renoux, Christian (2001). La prière pour la paix attribuée à saint François, une énigme à résoudre (en francés) (1.ª edición). París: Editions Franciscaines. págs. 92-95. La misma obra fue publicada en italiano: Renoux, Christian (2003). La preghiera per la pace attribuita a san Francesco, un enigma da risolvere. Padua: Messaggero. El título puede traducirse como: La oración por la paz atribuida a San Francisco, un enigma por resolver.
  • Renoux, Christian. «The Origin of the Peace Prayer of St. Francis». The Franciscan Archive (en inglés).
  • Van Dijk, Willibrord Christiann OFM Cap. (1975). «Une prière en quête d’auteur» (Una oración en busca de un autor). Evangile Aujourd’hui (París: Les Editions Franciscaines).

1 comentario:

  1. A Lanza del Vasto se le deben el panfleto pacifista “Pacem in terris” (última de las ocho encíclicas de Roncalli) y el capítulo V de la constitución “Gáudium et spes”:
    Durante la Cuaresma de 1963, entre las sesiones del Vaticano II, Lanza ayunó durante cuarenta días a la espera de una firme postura contra la guerra, siendo apoyado por Joseph Auguste Pyronnet Condat (que 20 años después, se hizo “instalar” presbítero). Poco después del trigésimo día, el cardenal Secretario de Estado Amleto Giovanni Cicognani Ceroni, entregó a Simone Gébelin “Chanterelle”, esposa de Lanza, el texto de la encíclica “Pacem in terris”: «¡Dentro hay cosas que nunca se han dicho, páginas que podrían ser firmadas por tu marido!», la dijo.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)