Reflexión enviada por un comentarista de APOSTOLADO CABALLERO DE LA INMACULADA. Imagen propia.
APOLOGÍA DE LA SANTA SOLEDAD Y DE LA DESOBEDIENCIA FIRME AL ANTICRISTO Y SUS COLABORADORES, TÁCITOS O EXPRESOS
San Juan Evangelista en Patmos (Gregorio José de Lara)
«María óptimam partem elégit, quæ non auferétur ab ea». (Lc. 10)
«Propter
 hoc ecce ego lactábo eam, et ducam eam in solitúdinem, et lóquar ad cor
 ejus». (Os. 2. 16) «Le llevó a la soledad, y allí le habló al corazón».
Hoy
 vemos como, no por gusto, sino por las circunstancias adversas para la 
Santa Fe, nos vemos empujados a la Santa Soledad (que es el séptimo 
Dolor de Ntra. Sra.), a la quietud y la contemplación, en detrimento del 
apostolado activo. Mas antaño había sido considerada, por cierto, 
meritoria en grado sumo.
Dice el angélico Sto. Tomás:
«la vida activa se dedica más directamente al amor al prójimo, porque se afana en los muchos cuidados del servicio, como se dice en Lc. 10,40. Por eso, en sí misma, la vida contemplativa es más meritoria que la activa. Y esto es lo que dice San Gregorio en III Hom. Ez.: La contemplativa es más meritoria que la activa, porque ésta se consagra a las obras presentes, es decir, a socorrer las necesidades del prójimo, mientras que aquélla gusta ya en el descanso venidero, es decir, en la contemplación de Dios». (S.Th. II-II, q.182.a.2)
Digamos pues como Santa Teresa de Jesús:
«Prefiero la Verdad en soledad al error en compañía».
Y en otro lugar:
«Mi lauro esté en el desprecio, en las penas mi afición, mi dignidad sea el rincón, y la soledad mi aprecio». (En la profesión de Isabel de los Ángeles. oo.cc. B.A.C.)
«Un tesoro sólo está seguro cuando está 
escondido; descubrirlo equivale a exponerlo a la codicia del primero que
 venga y a perderlo; igualmente, la virtud sólo está segura cuando 
permanece secreta, y quien la ostenta la verá disiparse como el humo». Арорhthеgmаtа Маtrum (Sinclética de Alejandría).
Y
 esto es hoy evidente en estos tiempos postreros y apocalípticos que nos
 han tocado vivir. Y así dice San Luis María Grignon de Montfort en su 
Oración abrasada:
«La Iglesia mudará una segunda vez la faz del mundo. Pero antes, debe descender al silencio de los sepulcros, y teniendo sus templos destruidos, Ella se retirará a la SOLEDAD de la montaña. Allí recibirá el Espíritu Santo y la plenitud de los dones de que necesita para salvar a la sociedad moderna» (extractos de la Oración Abrasada).
Esto
 es evidente como dice El Card. Pie «la Iglesia (la verdadera, no la neo
 iglesia), siempre visible, se verá (y esto es hoy ya una realidad) 
reducida cada vez más a proporciones simplemente INDIVIDUALES y 
domésticas».
Dice también muy a la sazón el P. Castellani en Cristo, ¿vuelve o no vuelve? c. 6:
«El Espíritu Santo abandonará quizá este cuerpo social histórico, llamado Cristiandad, arrebatando consigo a la SOLEDAD MAS TOTAL a los suyos, dándoles dos alas de águila para volar al desierto».
Esta huida 
al desierto es hoy absolutamente imprescindible para la Tradición y sus 
huestes, estén estás combatiendo en en el ámbito netamente religioso o 
el netamente político, si es que alguien osase separarlos. Huyamos de 
este mundo corrompido por el pecado y el misterio de iniquidad, «los 
tiempos son malos» nos dice San Pablo, recibamos el Espíritu de Dios en 
la soledad y así aguardemos mejor la venida de Cristo Rey que no puede 
ya tardar mucho más ante el aciago panorama presente.
Respecto
 a la tan manoseada obediencia, erigida en nueva y cuarta virtud 
teologal, ¿qué legítima autoridad hay hoy en pie y firme, que no haya 
sucumbido, a la que podamos y debamos obedecer? Ninguna por cierto.
Seríamos
 ciegos si no viésemos como al presente, el enemigo ya no está solo en 
la Iglesia ocupada si no en el interior mismo de la obra de la 
Tradición.
«Nosotros tenemos (hoy) que desobedecer 
permanentemente para mantener la obediencia a Dios y no a estos truhanes
 usurpadores que han convertido la Iglesia de Cristo en la Iglesia del 
Anticristo».
(P. Méramo, Domínica 22 después de Pentecostés. 2018). Y 
en otro lugar, «la obediencia ha de estar subordinada a la verdad, al 
bien y a la justicia. Si no, no obliga».
Nada nuevo dice el 
páter, ya que nos recuerda San Bernardo de Claraval y toda una pléyade 
de eminentes teólogos católicos con toda la Iglesia  que «el que, por 
obediencia, se somete al mal, está adherido a la rebelión contra Dios y 
no a la sumisión».
El Señor nos exhorta hoy a poner solo en Dios y
 su unigénito nuestras esperanzas de triunfo y restauración, que no 
podrán fallar.
- «Beátus vir qui pósuit in Dómino spem suam». (Ps. 39, 5)
- «Mélior est confídere ad Dóminum, quam confídere in princípibus». (Ps.118, 9)
- «Nólite confídere in princípibus, in fíliis hóminum, in quibus non est salus». (Ps.145, 3)
Alejemos
 de nosotros la tibieza afeminada de los que rehuyen la esjatología y 
combatamos el odio satánico anti apocalíptico, no permitiendo que nos 
quiten nuestra bienaventurada esperanza.
«Toda la Sagrada 
Escritura está llena de testimonios que a cada paso se ofrecerán a los 
Párrocos no solamente para confirmar esta Venida, sino también para 
ponerla bien patente a la consideración de los fieles, para que…deseemos
 nosotros con vehementísimo anhelo el otro día del Señor, esperando el 
premio eterno y la gloriosa Venida» (Catecismo Romano de Trento, pág. 
148)
Un profundo conocimiento y un constante anhelar el segundo 
Advenimiento o Parusía de Nuestro Señor, debe ser la disposición 
habitual y necesaria de un buen cristiano; porque «basta abrir un poco 
el Evangelio, para reconocer enseguida que la Parusía es verdaderamente 
el Alfa y Omega, el comienzo y el fin, la primera y la última palabra de
 la predicación de Jesús; que ella es la llave, el desenvolvimiento, la 
explicación, la razón de ser, la sanción, que es, en fin, el 
acontecimiento supremo al cual se refiere todo lo demás, y sin el cual 
todo lo demás se derrumba y desaparece» (Card. Billot S.J. "La Parusía",
 pág. 10).
Pidámosle a Nuestra Señora del Apocalipsis y a su 
Inmaculado Corazón que se digne adelantar la Parusía de Nuestro Señor 
que traerá toda Restauración. Amén.
   
«Expécta Dóminum, esto fortis, et roborétur cor tuum, et expécta Dóminum». (Ps. 26)
 
 
 
 

 
 
Así es, ¡bravo!. Muchos no se enteran. Así como la virginidad y la castidad es superior al matrimonio, la vida contemplativa es también mas sublime que la activa.
ResponderEliminarEsto no quiere decir que sea para todos, solo para unos pocos escogidos, y son diversas formas de santificación, si bien unas mas meritorias que otras queda dicho.
A colación les traigo de los amigos en la lucha de Radio Cristiandad este interesante articulo muy a cuento del P. Leonardo Castellani:
Cada vez que la historia del mundo da un paso importante o atraviesa un desfiladero difícil avanza una formación de caballos de repuesto: hombres solitarios, que viven sólo para una idea…, y son muchas veces perseguidos y sancionados…
“Caballos ligeros” llamó San Ignacio a los primeros jesuitas. En otros tiempos, esas “formaciones de caballería de refuerzo” eran realmente “formaciones”, o sea “órdenes”. Hoy día son “solitarios”…
Cuando la masa domine en el mundo, su representante, el Demagogo, será un Tirano, pero no un Señor. Su oficio será derribar toda cabeza que se levante sobre la masa pervertida y enloquecida, o sea, a todo singular.
El Mártir será el singular que aguanta sobre sí el peso del mundo, con el oficio de volver singulares a los demás, es decir, conectarlos con Dios, suscitar en ellos la conciencia y la personalidad, que en los últimos tiempos sólo podrá adquirirse por el martirio.
La desaparición del señorío en el mundo significa la desaparición de la autoridad legítima.
Cuando la autoridad desaparezca no sólo del Estado sino también de la Iglesia, la tribulación será tremenda.
El fenómeno natural de la autoridad será pervertido y dirigido al mal común.
La presión se volverá intolerable.
Los resortes naturales del mando caerán en manos del Diablo y los demoníacos, y contra ellos sólo existirá el pecho desnudo del mártir… del Singular…
https://radiocristiandad.wordpress.com/2018/11/03/padre-castellani-ante-la-apostasia/
Esto me recordó mucho a dos citas famosas:
"A cada época la salva un pequeño puñado de hombres que tienen el coraje de ser inactuales" GK. Chesterton
"Cuando nada merece respeto en la sociedad debemos labrarnos en la soledad nuevas lealtades silenciosas". Nicolas Gómez Dávila
Quisiera auxiliarles y completar las citas apocalipticas de manos de los Romanos Pontífices:
"Es indudable que quien considere todo esto, tendrá que admitir de plano que la perversión es una muestra de los males que sucederán en los últimos tiempos o incluso que ya habita el hijo de perdición entre nosotros. Esta es la señal propia del Anticristo según el mismo Apóstol" San Pio X
"¡Ven Señor Jesús, la Iglesia está en el sepulcro!" Pio XII.
LA ESPERA EXPECTÁNTE DE LA PARUSÍA DE NUESTRO SEÑOR AGUARDADA Y PREPARADA EN LA SOLEDAD, LEJOS DEL MUNDO SATANIZADO Y DE LA IGLESIA DEL ANTICRISTO
ResponderEliminarPreparad el camino del Señor en el desierto, enderezad en el yermo (o en la soledad) una senda para nuestro Dios.
Is. 40, 3
"Considerad, ¡oh monjes!, Vuestra dignidad: Juan es el príncipe de vuestra institución. Es monje. Apenas nacido, vive en el desierto, se educa en el desierto, espera a Cristo en la soledad... Cristo es ignorado en el templo y predicado en el yermo... Dichosos los que imitan a Juan, el mayor de los nacidos de mujer. Esperaba a Cristo, sabía que vendría: sus ojos no se dignaban mirar otra cosa."
San Jerónimo, Hom. in íohannem Evangelistam: CC 78-617.
Visto en El Monacato primitivo, BAC 1974, 2ª ed. p.28, de M. Colombás O.S.B.
Veni Domine Iesu!
Maranatha.