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jueves, 30 de mayo de 2019

CARTA DE SANTA JUANA DE ARCO A LOS HEREJES HUSITAS

Tomado de MILES CHRISTI.
 
Santa Juana de Arco en oración
 
El 23 de Marzo de 1430, Juana de Arco le dictó una carta a un escribano, la cual contenía un ultimátum a los husitas, amenazándoles con que ella tomará parte en la Cruzada decretada por el Papa Martín V contra ellos a menos que retornen a la ortodoxia Católica. La carta fue redactada durante la tregua entre Inglaterra y la Casa de Valois por la sucesión del reino de Francia.
 
Los husitas eran una corriente religiosa de Chequia fundada en torno a la doctrina de Juan Hus, que propugnaba que los laicos pudieran comulgar también con el cáliz (de ahí que el cáliz era uno de sus estandartes) y una reforma radical de la Iglesia (de ahí que se los considera predecesores de los protestantes y modernistas); y al ser condenado Hus a la hoguera, tomaron el camino de las armas. Juana de Arco denuncia la teología husita como una “falsa y vil superstición”, les condena por destruir iglesias y las imágenes de los santos, y les amenaza con sumar su propia presencia en la cruzada contra ellos a menos que “regresen a la Fe Católica y a la luz original”.
  
Algunos historiadores y escritores modernos comentan negativamente las amenazas contra los husitas, quizá creyendo que Juana de Arco era una pacifista. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ese mismo tono empleado también contra los ingleses era una respuesta a un estado de guerra preexistente, lo cual coincide con el principio de guerra justa. Aparte, ella se refiere en forma específica a los ataques de los husitas radicales a las iglesias y monasterios en medio de sus campañas contra varias poblaciones en Silesia, Hungría, Lusacia, Meissen y Sajonia (algo que, según conocidos de Juana, le enfurecía particularmente -en otras circunstancias, su carácter era normalmente agradable-).
  
La versión original de la misiva fue traducida al latín por el fraile Jean Pasquerel OSA, escriba y confesor de Juana, quien la firma al final (como era la costumbre en el siglo XV cuando un escriba redactaba una carta dictada por otra persona y en la correspondencia real y señorial). Una copia de la carta se conserva en los archivos de Viena, y el estudioso Allen Williamson, fundador de la Sociedad de estudios de Juana de Arco, la tradujo al inglés.
Jesús, María.
  
Hacía largo tiempo, el conocimiento común me ha aclarado a mí, Juana la Virgen, que de verdaderos cristianos os habeis convertido en herejes y prácticamente iguales a los sarracenos. Habeis eliminado la fe y la adoración válida, y habeis tomado una desgraciada e ilegal superstición; y mientras las sosteneis y promoveis no hay una sola desgracia ni acto de barbarie que no os atreváis a hacer. Vosotros corrompeis los Sacramentos de la Iglesia, mutiláis los artículos de la Fe, destruís iglesias, rompeis y quemais las estatuas de los santos, que fueron creadas como memoriales, masacráis a los Cristianos a menos que adopten vuestras creencias. ¿Qué es esta furia vuestra, o qué capricho y locura estáis manejando? Perseguís y planeáis arruinar y destruir esta Fe que Dios todopoderoso, el Hijo y el Espíritu Santo han levantado, fundado, exaltado e ilustrado de mil formas por medio de miles de milagros. Vosotros mismos estáis ciegos, pero no porque seáis del número de los que no tienen ojos o la capacidad de ver. Realmente creéis que escaparéis impunes, o estáis inconscientes de la razón por la que Dios no entorpece vuestros ilícitos esfuerzos y permite que permanezcáis en las tinieblas y el error, es para que mientras más os indulgáis a vosotros mismos en el pecado y los sacrilegios, Él prepare sufrimientos y castigos mayores para vosotros.
 
Por mi parte, os digo sinceramente, si no estuviera tan ocupada con las guerras inglesas, hubiera ido a veros hacía mucho tiempo, pero si no encuentro que os habéis reformado a vosotros mismos, puedo dejar a los ingleses atrás e ir contra vosotros, para que por la espada -si no pudiera hacerlo de otro modo- elimine vuestra falsa y vil superstición y os libre o de vuestra herejía o de vuestra vida. Pero si preferís regresar a la Fe Católica y a la luz original, entonces enviadme vuestros embajadores y les diré lo que necesitáis hacer, y si obstinadamente deseais resistir el aguijón (cf. Actos 26, 14), considerad qué daños y crímenes habéis cometido y esperadme, que os daré el pago adecuado con la mayor de las fuerzas, tanto humana como divina.
 
Dada en Sully, el 23 de Marzo, a los herejes de Bohemia.
  
Jean Pasquerel [escriba de Juana]

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)