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NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

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ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

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martes, 27 de agosto de 2024

LA PROFECÍA Y LOS TIEMPOS ACTUALES (PRÉDICA 2), POR Mons. FERNANDO ALTAMIRA

Sermón pronunciado por el Ilmo. Sr. Obispo D. Fernando Altamira, Superior de la Sociedad de Santa María, el 25 de Agosto de 2024 (XIV Domingo después de Pentecostés, conmemoración de San Luis Rey de Francia).
  
  
LA PROFECÍA Y LOS TIEMPOS ACTUALES, Prédica n.º 2
(Bogotá, domingo 25 agosto 2024)

TODO EN MARÍA y POR MARÍA. POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
  
Queridos hijos:
   
Habíamos anunciado continuar, “por los eventos mundiales que estamos viviendo”, con el tema de “LA PROFECÍA Y LOS TIEMPOS ACTUALES”, ésta es la Prédica n.º 2.
   
El Domingo pasado, predicamos sobre “El Capítulo 7 de Daniel”, en particular sobre “La Cuarta Bestia de Daniel” o “La Bestia de los Diez Cuernos”. Hoy queremos predicar sobre “El capítulo 9 de Daniel”, parte de él: “La Profecía de las Setenta Semanas de Daniel”, pero nos centraremos en: “La Última Semana: La Semana Setenta”. (3) Y si Dios nos permite, deseamos —al menos— hacer una tercera prédica sobre: “Los Dos Testigos” y “Los Tres Heraldos” [capítulos 11 y 14 respectivamente del Apocalipsis, y el final del capítulo 10].
   
[Cuerpo]
  
1. Sobre “La Profecía de las Setenta Semanas de Daniel”, recordemos que son semanas de años.
Dice el Profeta Daniel: (cap. 9, 20ss) “Mientras aún estaba hablando y orando y confesando mi pecado y el pecado de Israel mi pueblo… aquel varón Gabriel [el Arcángel San Gabriel], a quien yo había visto antes en la visión, se me acercó en rápido vuelo, in témpore sacrifícii vespertíni: en la hora del sacrificio vespertino —del sacrificio de la tarde—, y me instruyó, y habló conmigo diciendo: Daniel, he venido ahora a darte inteligencia. Cuando te pusiste a orar salió una orden [de Dios], y he venido a anunciarla, porque eres muy amado [muy amado de Dios; y en la Vulgata está esa expresión tan famosa y hermosa también: he venido “quia vir desideriórum es”: he venido “porque eres un varón de deseos”, un varón de deseos: así debemos ser con las cosas de Dios, “un varón de deseos”, desearlas inmensamente].

2. Daniel y el pueblo de Dios estaban sufriendo la Cautividad Babilónica [1] (Siglo VI a.C.). El Arcángel San Gabriel agregará (cap. 9, 24ss):
  
24 SETENTA SEMANAS están decretadas para tu pueblo y para su ciudad santa, para que
(1) sea acabada la prevaricación, (2) y el pecado tenga su fin, (3) y sea destruida la iniquidad, (4) y sea traída la justicia eterna la santidad eterna, (5) y sea cumplida la visión y la profecía, (6) y sea ungido el Santo de los santos.
24 SEPTUAGÍNTA HEBDÓMADES abbreviátæ sunt super pópulum tuum et super urbem sanctam tuam, ut
(1) consummétur prævaricátio, (2) et finem accípiat peccátum, (3) et deleátur iníquitas, (4) et adducátur justítia sempitérna, (5) et impleátur vísio et prophetía otros traducen: y poner sello sobre la visión y la profecía, (6) et ungátur Sanctus sanctórum.
      
Mons. Juan Straubinger comenta: “Después de cumplirse setenta semanas SERÁ ESTABLECIDO EL TIEMPO MESIÁNICO… A fin de acabar con la prevaricación, etc: Son enumerados aquí seis bienes espirituales que traerá el Mesías, todos referentes a su misión de borrar los pecados, restaurar la justicia y hacer la paz con Dios. La justicia —la santidad— será eterna” [2]. El Tiempo Mesiánico con santidad “eterna” (con el fin del pecado y destruida la iniquidad) aún no ha sido establecido y es algo pendiente.

3. Sigamos escuchando la Profecía, palabras del Arcángel San Gabriel:  

25 Sábete, pues, y entiende:
Después de la salida de la orden, para que Jerusalén sea re-edificada,
hasta Cristo, el Príncipe,
habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas [69 en total]…
26 Y después de las sesenta y dos semanas, Cristo será muerto: [3]
25 Scito ergo, et animadvérte:
ab éxitu sermónis, ut íterum ædificétur Jerúsalem,
úsque ad christum ducem,
hebdómades septem, et hebdómades sexagínta duæ erunt

26 Et post hebdómades sexagínta duas occidétur christus :           
   
El Arcángel San Gabriel habla sobre la aparición de Cristo, “úsque ad Christum: hasta Cristo” marcando el tiempo de su primer advenimiento (7 semanas y 62: 69 semanas en total). Y marca el tiempo de su muerte, “occidétur Christus: será muerto Cristo”, diciéndonos que es al final del segundo segmento de semanas (el tramo de 62), pero son siempre 69 en total (porque ya habían pasado 7 previas). Y agrega allí lo que parece la reprobación del pueblo judío por rechazar a Cristo, y por el deicidio: “(v. 26) occidétur Christus: et non erit ejus pópulus, qui eum negatúrus est: será muerto Cristo: y (la nación judía) no será pueblo de Él (“ejus”), el cual lo va a negar (el pueblo judío negará a Cristo)”.
   
San Gabriel excluye, por ahora, la última semana, “La Semana Setenta”, la cual es puesta como aparte, y dejada para los dos últimos versículos de la Profecía, y que son también los 2 últimos versículos de dicho Capítulo 9: La Semana Setenta en la exégesis católica es atribuida a los finales de la Historia.
  
4. Y ahora viene, el castigo de los judíos.
Dicho castigo es tipo de los eventos de los finales de la Historia. La profecía habla de la futura destrucción de Jerusalén y del Templo; lo cual realizaron los generales romanos; sitio comenzado por Vespasiano (que es nombrado emperador en el 69), y terminado con la destrucción de Jerusalén y del Templo, en el año 70 de nuestra era, por su hijo mayor, el general Tito (quien 10 años más tarde también será emperador, sucesor de su padre: ellos son los fundadores de la dinastía Flavia). A los sobrevivientes de la nación judía se los venderá como esclavos en distintas regiones del Mediterráneo y del Oriente. Mas, la última “Diáspora Judía” culmina —podemos decir— con la creación del Estado de Israel en 1948, y tantos conflictos que ha causado, hasta la guerra de hoy (que puede ser la Profecía de “La Sexta Trompeta del Apocalipsis”, “La Tercera Guerra Mundial”, y la muerte —dice allí— de un tercio de los hombres, la muerte de 2.500 millones de seres humanos: bombas atómicas) [cap. 9 Apoc].

La profecía parece aludir en esta parte, también, al fin del Imperio Romano, “su fin será una devastación” (Mons. Straubinger traduce “su fin será una inundación”). Si la expresión está referida al Imperio Romano, parece aludir a “la inundación” de las invasiones de los pueblos bárbaros. Leamos ahora la letra de la Sagrada Escritura:  

26 (in fine) Y un pueblo, con su príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario [la futura destrucción de Jerusalén y del Templo];
y su fin (será) una devastación,
y después del fin de la guerra (habrá) la desolación decretada [no sabemos si esto último puede ser también “tipo” de la desolación que habrá después de la muerte de 2.500 millones de seres humanos con la 3.ª Guerra Mundial ut supra].
26 (in fine) Et civitátem et sanctuárium dissipábit pópulus cum duce ventúro:

et finis ejus vastítas,

et post finem belli statúta desolátio.

5. Y ahora viene la cumbre, LA ÚLTIMA SEMANA DE DANIEL, “LA SEMANA SETENTA”. -Esta Semana está separada de las demás, de las otras 69, y parece referirse a la Consumación del Siglo, “in consummatióne sǽculi”, a los finales de la Historia, tal vez a los últimos 7 años. Es curioso como frente a cosas tan grandiosas, Dios haya dispuesto que su alusión, en una de las Profecías de la Sagrada Escritura, quedara reservada a un solo versículo: el 27. Leamos la 1.ª Parte:

Ésta es: La Primera Parte del versículo 27:  

27 Él confirmará el pacto con muchos por una semana:
27 Confirmábit áutem pactum multis hebdómada una:
  • Dice la Profecía: “Él confirmará el pacto con muchos”. ¿Quién puede ser ese “él”, “él confirmará”? Una de las posibilidades es que sea el Anticristo. 
  • Y: ¿Qué pacto es el que confirmará con muchos? Aquí puede estar relacionado con la Profecía de “La Cuarta Bestia de Daniel” que vimos la semana pasada; ésta —dijimos— parece mostrar el Nuevo Orden Mundial en su fase final de dominio explícito y visible del mundo (dando la cara), y ello parece será realizado a través de 10 grandes centros de poder o Estados (“reinos”) con sus líderes, son LOS DIEZ CUERNOS de esa bestia, una especie de Confederación Mundial: para que exista una Confederación Mundial de 10, debe haber UN PACTO PREVIO; mas, de entre ellos, aflora un Cuerno Pequeño que destruye a tres, y se hace más grande que todos los restantes: Aparece el Anticristo, y queda como jefe o “Señor del Mundo”, porque los otros siete se le someten.
  • Siendo así, y otra vez: ¿Cuál es el pacto que él confirma con “muchos”? Parecería que: Lo que confirma el Anticristo es EL PACTO PREVIO que ya existía entre esos 10 magnates del mundo, los Diez Cuernos de la Bestia, PACTO PREVIO para “regir” el mundo, y frente a lo cual el Anticristo mantiene a grandes rasgos las condiciones que ya existían para ese manejo del mundo por el Nuevo Orden Mundial, pero ahora ÉL ES EL JEFE, ahora ÉL ES “EL SEÑOR DEL MUNDO”, y los otros “asociados” del pacto “confirmado” deben someterse y trabajar con él, pero bajo sus órdenes.
  • Confirmará el pacto “POR UNA SEMANA”, dice la Profecía. Si el Anticristo confirma el Pacto Previo durante una semana, son semanas de años, lo confirma durante 7 años, “La Semana Setenta” (La Última Semana de Daniel). 
  • Esta Semana Setenta o “Semana Última de Daniel” es dividida en dos, tiene una alusión a la mitad de ella. Son dos períodos de 3 años y medio cada uno. 
  • Podemos pensar que el Anticristo desde que “surge como Cuerno Pequeño”, hasta que destruye a 3 de sus rivales en el mal, y queda como jefe (“Señor del Mundo”), se da un proceso de algunos años: Tal vez son los primeros 3 años y medio, en ese buscar el poder y terminar siendo el jefe.
  • En la Profecía se habla de unos hitos en la mitad de esa semana, vale decir, transcurridos 3 años y medio (siempre “la famosa cifra”: 3 años y medio).
  • Y tal vez sólo después de esa primera mitad de la semana, ya queda el Anticristo como Jefe Supremo por la segunda mitad de esos siete años.
  • El Anticristo tendrá el Gobierno Mundial por 3 años y medio, dice el Apocalipsis en su Capítulo 13 (y ese tiempo está aludido también en la Cuarta Bestia de Daniel).
  • Por otro lado, en la primera mitad de esa semana, en esos primeros 3 años y medio, tal vez se da la prédica contra el Anticristo a través de “Los Dos Testigos”, Elías y Enoc, la cual prédica en el Capítulo 11 del Apocalipsis se declara durar también: 3 años y medio; después de los cuales son muertos “Los Dos Testigos”, son muertos por el Anticristo. El Padre Leonardo Castellani comenta que —en su opinión— el Gobierno Mundial del Anticristo comienza después de haber matado a Los Dos Testigos; con lo cual, nuevamente, notamos dos períodos de 3 años y medio, los cuales suman los 7 años de “La Última Semana de Daniel”.
  
5 bis. Escuchemos ahora la alusión a esa división en 3 años y medio: La Segunda Parte del versículo 27:  

en la mitad de esa semana [3 años y medio]
faltará-cesará-acabará “DEFÍCIET” la hostia y el Sacrificio:
et in dimídio hebdómadis
DEFÍCIET hóstia et sacrifícium:

  • La Profecía declara algo terrible, “cesará-faltará la hostia y el Sacrificio”, ¿cesará o faltará el Santo Sacrificio de la Misa?
  • Hoy en día, con la falsa Iglesia del Concilio Vaticano II, con la falsa misa moderna (que no es misa, y es inválida), con la invalidez de los obispos modernos y la invalidez de los sacerdotes modernos, podemos pensar que hay tan pocas verdaderas Misas Católicas en el mundo, que ello de “cesará-faltará-defíciet el Sacrificio” ya se ha cumplido, porque casi no hay Misas verdaderas (casi no existe ya el “Santo Sacrificio de la Misa”) en el mundo entero.
  • Pero no sabemos si, bajo el Anticristo, y bajo su última y mayor persecución, será todavía más reducida que hoy la cantidad de verdaderas Misas Católicas; aunque sabemos que la verdadera Misa, aunque reducida a un mínimo número, nunca desaparecerá totalmente, sino que se celebrará “hasta que Él venga: hasta su Segunda Venida”; es la analogía de la fe; así se nos anuncia con San Pablo al narrar la primera Misa de la historia y agregar: (I Cor 11,26) “mortem Dómini annuntiábitis donec véniat: —con la Misa— anunciaréis la muerte del Señor hasta que Él venga”, ¡hasta que Él venga! (dicho sea de paso, esto también es contra los “homealoners” o “solos en la casa”, que dicen que ya no quedan ni sacerdotes ni Misas).
   
5 ter. Y ahora: La Tercera y Última Parte del versículo 27:  

estará en el templo LA ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN:
y hasta la consumación y el fin se mantendrá la desolación [4].
et erit in templo ABOMINÁTIO DESOLATIÓNIS:
et úsque ad consummatiónem et finem perseverábit desolátio.
  • Dice Daniel en esta Profecía: “en el templo estará la abominación de la desolación”, ¿qué es eso?; ya lo explicaremos, pero hemos también de considerar que eso, “la abominación de la desolación”, estará HASTA EL FIN, “hasta el fin se mantendrá la desolación”.
  • Dios Nuestro Señor Jesucristo, en su Apocalipsis Sucinto, el del Capítulo 24 de San Mateo, también hace alusión a “la abominación de la desolación” (vers. 15), como una de las señales de la proximidad del fin. Literalmente: “Cum ergo vidéritis abominatiónem desolatiónis, quæ dicta est a Daniéle, stantem in loco sancto, qui legit, intélligat: por lo tanto, cuando veáis la abominación de la desolación, estando en el lugar santo, la cual fue dicha por el Profeta Daniel —el versículo 27 que estamos viendo—, el que lea, entienda”.

(Conclusión)

A modo de conclusión, veamos cómo explica San Jerónimo, Doctor de la Iglesia, qué es “la abominación de la desolación estando en el lugar sagrado: stantem in loco sancto”. Su explicación coge —podemos decir— carácter oficial, porque la Santa Iglesia Católica la puso para su Liturgia, en las Lecciones de Maitines (7, 8, 9) del Domingo XXIV después de Pentecostés. San Jerónimo explica: (Homilía S. Hierónymi, Lib. 4, Comment. in cap. 24 Matthǽi):  

[5] Lectio 8 [Sobre la Abominación de la desolación estando en el lugar santo:] Potest áutem simplíciter [“aut”] de Antichrísto áccipi [6]…
   
Abominátio quóque secúndum veterem Scriptúram ídolum nuncupátur; et idcírco ádditur, desolatiónis, quod in desoláto templo átque destrúcto ídolum pósitum sit.
    
Lectio 9 : Abominátio desolatiónis intélligi potest et omne dogma pervérsum: quod cum vidérimus stare in loco sancto, HOC EST IN ECCLÉSIA, et se osténdere Deum [7]
Lectio 8 [Sobre la Abominación de la desolación estando en el lugar santo]: Puede tomarse llanamente-directamente sobre el Anticristo… [lo mismo dicen San Hipólito, San Cirilo de Jerusalén, San Atanasio; recordemos las Apariciones de La Salette: “Roma perderá la Fe y se convertirá en la Sede del Anticristo”; el Anticristo en el lugar santo: puede ser lo que vemos hoy con esta falsa Iglesia Moderna del Concilio Vaticano II y con Francisco su jefe, al servicio del Nuevo Orden Mundial; y no olvidemos que el Anticristo se hará adorar como dios, así lo enseña San Pablo en II Tesalonicenses cap. 2].
   
Sigue S. Jerónimo: También la palabra “abominación”, según el Antiguo Testamento, designa un ídolo; y por eso es añadida la palabra “de la desolación”, porque en un templo desolado y destruido [la Iglesia, desolada y destruida, falsificada por el Concilio Vaticano II] ha sido puesto un ídolo [ un falso dios, algo que no es la Santísima Trinidad, y por extensión: ha sido puesto allí una falsa religión y una falsa iglesia, la Iglesia Moderna del Concilio Vaticano II].
    
Lectio 9: Abominación de la desolación puede entenderse también (como) todo el dogma pervertido [toda la Religión Católica pervertida, falsificada: esto lo hicieron con el Concilio Vaticano II], lo cual cuando (lo) viéramos estar en el lugar santo, esto es en la Iglesia: HOC EST IN ECCLESIA, y mostrarse como si fuera Dios [el dogma pervertido: ya está hecho con la falsa Religión Moderna, y se muestra, falsamente, como si fuera Dios, como si fuera Catolicismo].
   
Allí ya tienen suficiente material para reflexionar sobre los tiempos actuales; seguiremos, Dios mediante, en otra prédica. AVE MARÍA PURÍSIMA.
   
NOTAS
[1] Cautividad Babilónica: comenzó con la deportación de los judíos después de la toma de Jerusalén y de la destrucción del templo por Nabucodonosor II, y finalizó con el edicto del rey persa Ciro de 538 a. C., que permitió el regreso de los judíos a sus tierras. Dado que Jeremías indica una duración de setenta años, algunos autores fijan su comienzo en 608 a. C. y otros ven su fin en el año 516 a. C., con la reconstrucción del primer templo de Jerusalén.
[2] Sigue Mons. Straubinger: “Véase sobre esta característica del reino mesiánico el Salmo 71; Isaías 11,4 s; 51,5 ss; Jeremías 23,5; Ezequiel 11,19 s; Oseas 2,19, etc.”. El Salmo 71 allí mencionado lleva, en la versión de Mons. Straubinger, el título “El Reino Mesiánico”, y dice entre otras cosas: “Oh Dios, entrega al Rey tu juicio —tu gobierno—, y tu justicia al Hijo del Rey; para que él gobierne a tu pueblo con justicia… Los montes traerán al pueblo la paz… Él permanecerá como el sol y como la luna, de generación en generación… En sus días florecerá la justicia —la santidad— y abundará la paz… Y Él dominará de mar a mar, y desde el Río hasta los confines de la tierra… Y lo adorarán todos los reyes de la tierra; todas las naciones le servirán (Et adorábunt eum omnes reges terræ, omnes gentes sérvient ei)… Orarán siempre a causa de Él; sin cesar le bendecirán. Habrá abundancia de trigo en la tierra… y florecerán los habitantes de las ciudades como la grama del campo (et florébunt de civitáte sicut fœnum terræ). Sit nomen ejus benedíctum in sǽcula… Et benedicéntur in ipso omnes tribus terræ, omnes gentes magnificábunt eum. Benedíctus Dóminus, Deus Ísraël… Et replébitur majestáte ejus omnis terra. Fiat, fiat.
[3] Y Mons. Straubinger agrega en su versión: “y no será más” —por la muerte de Cristo: Cristo ya no será más—. Pero la Vulgata dice allí algo para parece en cuanto a la reprobación de los judíos: “y no será su pueblo, el cual lo va a negar”, Vulgata en latín: «et non erit ejus pópulus qui eum negatúrus est».
[4] Mons. Straubinger: hasta que la consumación decretada se derrame sobre el devastador.
[5] Lectio 7: Quando ad intellegéntiam provocámur, mysticum monstrátur esse quod dictum est: Como somos invitados a entender, (ello) muestra que lo dicho (por el Profeta Daniel) es un misterio (mýsticum). Légimus áutem in Daniéle hoc modo: Et in dimídio hebdómadis auferétur sacrifícium et libámina; et in templo abominátio desolatiónum erit, úsque ad consummatiónem témporis, et consummátio dábitur super solitúdinem: Leemos en Daniel: Y a la mitad de esta semana (la Semana 70) serán quitados el Sacrificio y las oblaciones, y estará en el templo la abominación de la desolación, hasta la consumación del tiempo, y la consumación será dada sobre la soledad. De hoc et Apóstolus lóquitur, quod homo iniquitátis, et adversárius elevándus sit contra omne quod dícitur Deus et cólitur: Sobre esto también habla el Apóstol: Y el hombre de pecado, el adversario, debe ser elevado contra todo lo que es llamado Dios y es adorado; ita ut áudeat stáre in templo Dei, et osténdere quod ipse sit Deus: de tal manera que se atreva a estar de pie en el tempo de Dios, y mostrar como si él sea Dios: cujus advéntus secúndum operatiónem sátanæ déstruat eos, et ad Dei solitúdinem rédigat, qui se suscéperint: cuyo advenimiento (el del Anticristo), según la operación de Satanás, destruye (o destruirá) a aquellos que lo hayan recibido y haya llevado al apartamiento de Dios.
[6] aut de imágine Cǽsaris, quam Pilátus pósuit in templo, aut de Hadriáni equëstri státua, quæ in ipso sancto sanctórum loco usque in præséntem diem stetit.
[7] “debémus fugere de Judæa ad montes, hoc est, dimíssa occidénte líttera, et Judáica pravitáte, appropínquare móntibus ætérnis, de quíbus illúminat mirabíliter Deus; et esse in tecto et in dómate, quo non possint igníta diáboli jácula perveníre, nec descéndere et tóllere áliquid de domo conversatiónis prístinæ, nec quærére quæ retrórsum sunt, sed magis sérere in agro spirituálium Scripturárum, ut fructus capiámus ex eo; nec tóllere álteram túnicam, quam Apóstoli habére prohibéntur”.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)