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sábado, 10 de agosto de 2024

MES DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN – DÍA DÉCIMO

Traducción de la devoción dispuesta por el padre Antoine Ricard S.Th.D., Canónigo honorario de Marsella y Carcasona, y publicada en París por la Librería de los Hermanos Perisse en 1878.
   
MES DE SANTO DOMINGO, O EL MES DE AGOSTO CONSAGRADO A LA MEDITACIÓN DE LA VIDA Y LAS VIRTUDES DE SANTO DOMINGO
   


Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
10 DE AGOSTO – DÍA DÉCIMO DEL MES DE SAN DOMINGO: LOS FRAILES PREDICADORES
   
PRELUDIO
Imaginemos al santo arrodillado humildemente a los pies del vicario de Jesucristo, quien lo exhorta y alienta a continuar la gran misión del Apostolado.
            
PENSAMIENTOS
Las obras de Dios están marcadas con un sello que no engaña. Domingo explicó a los padres del concilio los planes de su orden. Fue escuchado como un hombre de Dios; pero surgieron serias objeciones en sentido contrario. Inocencio III dudaba. «Pero por la noche, este divino consejero de los hombres, le trajo mejores pensamientos. Mientras se sumía en el sueño, le pareció ver la iglesia de San Juan de Letrán a punto de derrumbarse, y a Domingo apoyado en ella, apoyando sobre sus hombros sus tambaleantes paredes. Por eso, habiendo llamado al hombre de Dios, le ordenó que regresara a Francia con sus compañeros y se pusiera de acuerdo con ellos sobre la regla que querían seguir, prometiendo luego darle todas las satisfacciones. Hasta entonces, las órdenes religiosas no habían tenido como objetivo el apostolado ni la ciencia divina. Eran repúblicas santas, donde las almas hambrientas y sedientas de justicia, cualquiera que fuera el rango en el que nacían, iban a buscar, en la soledad, el trabajo, la oración y la obediencia, virtudes demasiado puras para el mundo. El mundo los veía desde lejos, como esos castillos que el viajero que pasa por la llanura vislumbra en lo alto de las montañas. Domingo, elegido por Dios para dar a la Iglesia una nueva forma de milicia, concibió el designio de unir la vida del claustro y la vida del siglo, el monje y el sacerdote, designio quimérico, al parecer; pero, sea cual sea la virtud que pidamos a los hombres, nunca debemos desesperar de ellos.......... La orden creada por Santo Domingo no es, por tanto, una orden monástica, sino una asociación de “Hermanos”, que se unen a la fuerza de la vida común a la libertad de acción exterior, el apostolado a la santificación personal. La salvación de las almas es su primer objetivo, siendo la enseñanza su principal medio. “Ve y enseña”, repitió Domingo».
   
¡Oh genio sublime! Inspirado por la fe, fuiste, según los designios de la Providencia, salvador y reformador de la Iglesia de Dios, en un momento terrible donde parecía que el infierno triunfaría sobre su constitución divina. Sin duda, la promesa de asistencia nunca le falta, pero el jefe de la Iglesia utiliza, para manifestar esta asistencia milagrosa, instrumentos que moldea con amor, y tú has sido, admirable padre de los Predicadores, uno de estos instrumentos privilegiados privilegiados que tienen la gloria de prestarse con dócil y fiel cooperación a los designios del Maestro que los emplea.
           
PRÁCTICA: Renovar la fe en las promesas infalibles que aseguran la existencia y el triunfo definitivo de la Iglesia hasta el fin de los siglos.

INVOCACIÓN: Santo Domingo, fundador de la Orden de Predicadores, ¡ruega por nosotros!

CARACTERÍSTICA HISTÓRICA: El nombre.
Poco después de haber dado una respuesta favorable a las peticiones de Domingo, el Papa, teniendo que escribirle sobre el mismo tema, ordenó a uno de sus secretarios para hacer la carta. Cuando estuvo terminado, preguntó a quién debía dirigirse: «Al hermano Domingo y a sus compañeros», respondió Inocencio ÌII. Luego, un momento después, añadió: « No, no escribas así: pon al hermano Domingo y a quienes predican con él en el país de Tolosa». Finalmente, corrigiéndose por tercera vez, dijo: «Escribe esto: Al Maestro Domingo y a los Hermanos Predicadores». Aunque este título no había sido formulado especialmente por Honorio III en las Bulas de Confirmación, sin embargo fue adoptado, como ya sabemos. Lo verá y siempre se conservará desde entonces. Domingo insistió en ello y lo aceptó en todas las circunstancias. Desde mayo de 1211, dentro de sus obras solitarias y apostólicas en Languedoc, puso su sello en un documento que decía: «Sello del Hermano Domingo, predicador» (Vida de Santo Domingo, traducida del inglés por el padre Chirat).
          
LETANÍA DE NUESTRO PADRE SANTO DOMINGO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
   
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
   
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
   
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros.
   
Magno Padre Santo Domingo, ruega por nosotros.
Lumen de la Iglesia, ruega por nosotros.
Luz del mundo, ruega por nosotros.
Antorcha del siglo, ruega por nosotros.
Predicador de la gracia, ruega por nosotros.
Rosa de paciencia, ruega por nosotros.
Sedientísimo por la salvación de las almas, ruega por nosotros.
Deseosísimo del martirio, ruega por nosotros.
Gran director de las almas, ruega por nosotros.
Varón evangélico, ruega por nosotros.
Doctor de la verdad, ruega por nosotros.
Marfil de castidad, ruega por nosotros.
Varón de corazón verdaderamente apostólico, ruega por nosotros.
Pobre en bienes temporales, ruega por nosotros.
Rico en la pureza de vida, ruega por nosotros.
Tú que cual antorcha ardías de celo por los pecadores, ruega por nosotros.
Trompeta del Evangelio, ruega por nosotros.
Heraldo del Cielo, ruega por nosotros.
Modelo de abstinencia, ruega por nosotros.
Sal de la tierra, ruega por nosotros.
Resplandeciente como el sol en el templo de Dios, ruega por nosotros.
Tú que te apoyaste en la gracia de Cristo, ruega por nosotros.
Revestido de estola real, ruega por nosotros.
Flor de flores elevada en el jardín de la Iglesia, ruega por nosotros.
Tú que regaste la tierra con tu piadosa sangre, ruega por nosotros.
Trigo recogido en los silos del Cielo, ruega por nosotros.
Resplandeciente en el coro de los Vírgenes, ruega por nosotros.
Jefe y padre de la Orden de Predicadores, ruega por nosotros.
Para que en la hora de la muerte seamos recogidos contigo en el Cielo, ruega por nosotros.
   
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
    
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
   
℣. Señor, escucha mi oración.
℟. Y llegue mi clamor hacia Ti.
   
ORACIÓN
Te suplicamos, Dios Omnipotente, nos concedas a cuantos padecemos bajo el peso de nuestros pecados, alcanzar el patrocinio de tu confesor nuestro bienaventurado Padre Santo Domingo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠ , y del Espíritu Santo. Amén. 

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)