Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
La película “Cónclave” se estrenó en octubre de 2024 y causó un gran revuelo, particularmente entre los críticos neoiglesianos.
Representa un nuevo cónclave papal ficticio con bastante precisión según varios relatos internos, solo que el final fue confuso y fuera de lugar.
«Queridos Padres de TRADITIO: La película “Cónclave” está causando un gran revuelo. ¿Tenéis algún comentario al respecto?» (Mary Anne).
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO: La película “Cónclave” se estrenó el 25 de Octubre de 2024 en los Estados Unidos y treinta y cuatro días después en el Reino Unido, con un reparto que incluye a Ralph Fiennes, Stanley Tucci y John Lithgow como cardenales deuterovaticanos en cónclave para elegir a un pseudopapa en medio de secretos y escándalos. En comparación con la mayoría de las tonterías que se lanzan a la pantalla estos días, “Cónclave” tiene en general buenas actuaciones. La descripción de la politización extrema del proceso del cónclave fue precisa, como lo confirman varios relatos internos de cónclaves anteriores. Solo el final fue confuso y fuera de lugar.
No hemos leído la novela homónima de 2016 de Robert Dennis Harris, un conocido novelista histórico, en la que se basó el guion de la película, por lo que no podemos decir si el controvertido final de la película [ALERTA DE DESTRIPE: El elegido resulta ser Vincent Benítez, un oscuro sujeto que desempeñaba misiones como arzobispón en zonas de guerra (en la película, un mejicano en Afganistán; en el libro, un filipino en Bagdad) y reivindicó haber sido creado cardenal in péctore por el fallecido pseudopapa —un ultraizquierdista del cual nunca se revela su nombre— a pesar de ser un intersexual (condición de la que se entera durante un examen médico —según el filme durante una apendicectomía; según el libro, luego resultar herido en un bombardeo—); y al saberlo el Decano del Colegio Cardenalicio, decide callar tal circunstancia en una ingenua confianza —para alguien que tiene crisis de vocación y hasta de fe— de que «Dios dirigió el resultado», N. del T.] representaba al libro en ese sentido. Hemos leído la serie de novelas históricas de tres partes de Harris sobre el orador, político y sacerdote romano Marco Tulio Cicerón, que nos pareció excelente. Si el final de la película refleja con precisión el final de la novela de Harris [como de hecho lo hace, N. del T.], solo podemos decir que, como la mayoría de los escritores de hoy, no tenía ningún concepto del verdadero catolicismo.
Es interesante observar una clara dicotomía en el tenor de las críticas de los críticos seculares en comparación con los críticos de la Antiiglesia. La mayoría de los críticos seculares elogiaron la calidad de la película, mientras que la mayoría de los críticos neoiglesianos la criticaron duramente. Parece que los críticos conciliares sintieron que mostraba el proceso del cónclave como demasiado político. Querían que fuera más “divino” (esto viniendo de la Iglesia Conciliar, que, irónicamente, ha quitado todo lo divino de la Misa y los Sacramentos y los ha reducido al punto de invalidarlos en su secta protestante-masónica-pagana, que ciertamente NO es la Iglesia Católica).
Parece haber una creencia por parte de los ingenuos neo-iglesianos de que el proceso de selección de un papa es de alguna manera “divino”. Los católicos tradicionales saben muy bien que la verdadera Iglesia nunca ha hecho tal declaración. Si lo hiciera, la Iglesia sería el hazmerreír, porque muchos de los verdaderos papas (por no hablar de los pretendientes pseudopapas) eran nefastos, inmorales e impíos, no el tipo de personas que Dios elegiría. Algunos de ellos incluso no defendieron la Fe como debía, sino que permitieron el avance de la herejía (Honorio I, Inocencio III, Inocencio XI y Pío XII).
No recomendamos esta película a los Charly Agosto que creen ingenuamente que «el papa es elegido por el espirutu santo (sic)» y nos tachan de «pobres ignorantes» y «fariseos» (a sabiendas que con este último calificativo insultan a sus “hermanos mayores”) porque con hechos constatables en la historia antigua y/o nada más abrir el diario (o revisar el móvil) les destruimos hasta los cimientos tal espejismo.
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