Vexílla Regis

Vexílla Regis
MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER
NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN
No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

sábado, 19 de abril de 2025

EL CONSUELO DE MARÍA EN LA PASIÓN DE SU HIJO ERA VER LA REDENCIÓN DEL MUNDO


«“¡Oh  Señora!”, dice San Buenaventura dirigiéndose a esta Virgen bendita, “¿por qué quisísteis ir Vos también a sacrificaros en el Calvario? ¿Acaso no bastaba para nuestra redención un Dios crucificado, sin que su Madre fuese crucificada con él!” ¡O Dómina! ¿cur ivísti immolári pro nobis? ¿Númquid non sufficíebat Fílii Pássio nobis, nisi crucifigerétur et Mater?(Stímulus Divíni Amóris, parte 1, cap. 3) ¡Oh! la muerte de Jesús bastaba ciertamente para salvar al mundo, y aun a infinitos mundos; pero esta buena Madre, llena de amor por nosotros, quiso con los méritos de sus dolores que ofreció por nosotros en el Calvario, concurrir a la obra de nuestra salvación. Por esta razón, dice San Alberto Magno, que “así como estamos obligados a Jesucristo por la Pasión que sufrió por nuestro amor, así también estamos obligados a María por el martirio que en la muerte del Hijo quiso padecer voluntariamente por nuestra salvación”  Sicut totus mundus obligátur Deo propter passiónem, sic obligátur Dóminæ propter compassiónem (Sobre Missus Est, cap. 20, cuestión 150, respuesta a la objeción 148). He añadido voluntariamente, porque según el Ángel reveló a Santa Brígida, “esta buena y tierna Madre nuestra prefirió sufrir toda especie de tormentos, antes que ver las almas sin redimir y sumidas en su antigua perdición” Sic pia, et miséricors est, et fuit, quod máluit omnes tribulatiónes súfferre, quam quod Ánimæ non redimeréntur (Revelaciones, lib. 3, cap. 30). “El único consuelo de María”, dice Simeón de Casia, “en medio del gran dolor que le causaba la Pasión de su Hijo, era el ver al mundo perdido redimido con su muerte, y reconciliados con Dios los hombres sus enemigos”  Lætábatur dolens, quod offerebátur sacrifícium in redemptiónem ómnium, quo placabátur irátus (De las gestas del Señor, lib. 2, cap. 27)».
   
SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Las Glorias de María, segunda parte, Discurso IX “Los dolores de María”, punto 2.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad civil, administrativa, penal y canónica por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración constituyen causal de no publicación.

Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.

+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)