Vexílla Regis

Vexílla Regis
MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER
NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN
No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

domingo, 27 de abril de 2025

MES EUCARÍSTICO - DÍA VIGESIMOSÉPTIMO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA VIGESIMOSÉPTIMO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, Cazador de corazones, cuyas saetas nunca volvieron atrás: sus saetas son saetas agudas, despedidas de su poderoso brazo, junto con unos incendios que despiden, para abrasar todo cuanto encuentran (Ps. 119, 4).

II. ¿A quién viene? A tu alma, que es como una de las cabras que habitan los montes, errante entre los espinosos cardos de este mundo, y siempre huyendo de las heridas de salud (2. Reg. 2, 18).

III. ¿A qué viene? A que una vez que sea herida de la saeta de su amor, se rinda finalmente a su Cazador; y llagada, llague; y herida, hiera a otras almas silvestres.
   
Aspiración: Pondrá el Señor mis pies como los de los ciervos; y vencedor, me llevará sobre mí mismo, cantando Salmos de alegría (Hab. 3, 19). ¿Cuándo llegará, Dios mío, este suspirado instante? ¡Ah!, ¡que no sepa amaros yo sino a costa de infinitos trabajos y sudores vuestros! Aun cuando yo me hubiera perdido, y dado en poder de los lobos carniceros, que se ocultan entre los montes de la soberbia y vanidad de este siglo para llevarme al infierno, ¿qué hubierais Vos perdido? Tan rico fuerais como antes. ¿Pues cómo os pagaré yo esta misericordia con que ahora mismo me buscáis? Corazón mío, ¿por qué no te dejas herir de un amor que te dispara tantas flechas cuantas son sus obras maravillosas? Si baja del Cielo, por subirte a ti es: si toma carne, por cargar con tus miserias es: si se humilla hasta la misma muerte de cruz, y permite sea partido su pecho con la lanza, es por asegurar tu vida muriendo, y descubrirte, aun después de difunto, las entrañas de su piedad, que se abrasan en purísimo amor de ti. ¡Oh Dios de mi alma, por todas partes me cerca tu amor, y no sé todavía qué es amar! Mi corazón sin duda me ha dejado (Ps. 39, 13), o se ha convertido en diamante, pues tanto se resiste a tus repetidos golpes. Sin embargo, sois tan bueno, que por vuestra misma boca decís: Si mis hijos dejaren mi ley, no anduvieren en mis juicios, profanaren mis justicias, y no observaren mis preceptos, los visitaré castigando con vara sus iniquidades, y con azotes sus pecados; pero nunca retiraré mi misericordia de su alma (Ps. 88, v. 31, 32, 33, у 34). Usad de esta, Padre mío, y mas que me castiguéis en la presente vida como queráis. Las penas me harán cuerdo; vuestra bondad me cautivará el corazón, y herido de vuestro amor, vestirá la ligereza del ciervo para volar a Vos, mi bien, mi centro, mi tesoro y mi descanso. Tu misericordia, Señor, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Contempla, alma mía, con viva fe a Cristo en medio de tu corazón como Arquero, que tiende su arco, y que te pone como señal para dispararte la saeta: considéralo como clavando en tus rehenes las hijas de su aljaba, que son las saetas de su caridad (Trenos 3, v. 12 y 13).
   
II. Desea correr velozmente por amor, no huyendo como hasta aquí, sino siguiendo los pasos de tu Divino Cazador; por si acaso puedes llegar al término, para cuya posesión fuiste cautivada y presa por Cristo Jesús (Philip. 3, 12).
   
ΙΙΙ. Pide al Señor te conceda ardentísimo celo de las almas, para que seas fuerte y robusto cazador en presencia del Señor, y le puedas ofrecer alguna cosa de tu caza, con lo cual merezcas que su alma te bendiga (Gén. 10, 9 y 27, 19).

Aspiración: Tus saetas fueron clavadas en mi corazón, y pusiste tu mano sobre mí (Ps. 37, 3). ¡Oh Jacob divino, que así me regalas y engrandeces con el rico mayorazgo de tu Cuerpo y Sangre! Al fin heriste mi corazón, y sin entender el cómo, me siento llevar en seguimiento del mismo que me hirió. Herida tenéis ya, Cazador divino, aquella alma, que algún tiempo huyó de Vos; rendida y postrada la tenéis a vuestros pies. No quiero sanar de las heridas de vuestro amor, antes os ruego las repitáis, porque en esta enfermedad aseguro mi salud. ¡Dichosa mi alma, si las puntas de tus flechas no se arrancan de ella! Sienta sobre mí tu mano, y clávalas bien en las íntimas medulas de mis entrañas, para que sus carbones encendidos abrasen las superfluidades de la tierra. Presa tuya soy, pues que Tú me cazaste. No quiero ser mía; tuya, tuya es mi alma. Haz que frecuentemente coma tu carne con ardiente caridad, para que se consuman del todo las reliquias del viejo Adán. Fuego eres que todo lo consume (Hebr. 4, 14); acaba pues en mí cuanto te pueda desagradar. Envía sin cesar tu santo fuego sobre todos mis huesos, y hazme erudito en tu amor (Trenos 1, 13), para instruir a las almas con quienes trate en la importante ciencia de saberte amar. De tu puro amor quiero vivir; tu puro amor quiero respirar: haz que tu amor no me deje descansar, y que de sumo amor llegue a morir. Gracias, amor mío, gracias infinitas Te doy por tan singular amor como me tenéis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad civil, administrativa, penal y canónica por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración constituyen causal de no publicación.

Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.

+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)