San Miguel Arcángel, enemigo de satanás y sus huestes infernales
Se rocían con agua bendita las personas
que vayan a estar en el momento de quitar y de romper las imágenes
diabólicas de la llamada "santa muerte" o "niña blanca" y se dice:
“En mi carácter de bautizado y en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, ante el cual se dobla toda rodilla en el Cielo, en la tierra, en los infiernos y en todo lugar, yo ato y amordazo todo espíritu maligno que traiga unida esta(s) imagen(es) del demonio mal llamado "Santa Muerte" o “Niña Blanca”, pues no se trata de ninguna santa y estas imágenes o representaciones sí atraen al espíritu de muerte; lo(s) dejo ciego(s), sordo(s), mudo(s) e impedidos de causarnos más confusión, separación, daños y hasta la misma muerte; les prohíbo cobrar venganzas en contra nuestra, de nuestras familias y de todo cuanto somos, tenemos y tendremos por voluntad de Dios.
Rompo, destruyo y nulifico todo poder maligno conjurado por el maleficiero que ritualizó esta imagen, quemándolo con el fuego del Espíritu Santo y bañándola con la Preciosa Sangre de Cristo, con la cual me cubro y me protejo. Prohíbo a estos espíritus malignos volver a esta casa (edificio, fábrica, oficinas, escuela, etc.); les prohíbo regresar a esta misma imagen (rociarla con agua bendita y exorcizada); y pido perdón a Dios por el culto que le dio (le dieron) a esta imagen (nombre de la(s) persona(s) que le daba culto y confiaba en esa imagen de culto demoniaco), pues Tú, ¡Oh Dios! eres el único en quien confío y amo sobre todas las cosas; y eres el Señor y Dios de esta casa (recinto, etc.), pues eres Dios Todopoderoso, Uno y Trino, te consagro mi casa, posesiones y nuestras personas para que reines con nosotros aquí y en todas partes, ahora y por siempre hasta que lleguemos a tu Santa Morada en el Cielo”.
Luego se dice tres veces: ¡En el Nombre de Dios Padre, de Dios Hijo Nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo! Amén, Amén, Amén.
¡Y Tú, Virgen María De Guadalupe, que Aplastas la cabeza de la Serpiente (Gen. 3,15) y vences al dragón infernal (Apoc. 12,1ss), Madre y Reina nuestra y de toda la Iglesia y de cuanto existe y ha sido creado, bendícenos y protégenos aplastando la cabeza de estos espíritus infernales; enviándolos encadenados por San Miguel Arcángel al infierno para que no vuelvan más, Así Sea!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)