La
fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma se celebra el 18 de Enero.
Esta importante Festividad fue restaurada, en parte, como contestación
al rumor ridículo difundido por los ignorantes herejes protestantes de
que San Pedro nunca estuvo en Roma (rumor que luego repetirán los
jansenistas galicanos y ultrayectinos para justificar su rebelión contra
el Papado). Pero la realidad es que, luego de reinar durante siete años
en Antioquía de Siria, San Pedro hizo su viaje a Roma para establecer
su Sede en el año 44, y allí derramó su sangre por nuestro Salvador
Crucificado el 29 de Junio del año 67. Esta Fiesta también se vincula al
solemne dogma de la Infalibilidad Papal cuando se pronuncia EX CÁTHEDRA
sobre Fe y Costumbres, y la Suprema Autoridad Apóstolica conferida a
San Pedro por Nuestro Señor. San Pablo Apóstol también llegó a Roma
después de predicar en la Hispania Tarraconense, hacia el final de su
carrera apostólica, y también fue martirizado por Cristo en esa urbe. La
fiesta de su Conversión es el 25 de Enero. La Santa Madre Iglesia
siempre ha unido sus alabanzas al Príncipe de los Apóstoles, San Pedro,
con su veneración al celo y santidad de San Pablo, un “vaso de elección”
para la expansión de la Iglesia naciente en todas las naciones. Por
esto, Ella ha reservado ocho días de solemne oración -desde la Fiesta de
la Cátedra de San Pedro en Roma hasta la Fiesta de la Conversión de San
Pablo- para la observancia del “Octavario de la Cátedra de la Unidad”;
ocho días de oración solemne por la Iglesia Católica y Apostólica.
Esos
ocho días de solemne oración por la Unidad poseen una relevancia
doctrinal que es de crítica importancia. Como Católicos, sabemos que una
de las “Notas” (o cualidades visibles) para reconocer la verdadera
Iglesia establecida por Jesucristo es esa Unidad por la cual oró el
Jueves Santo. Como Jesús, en cuanto Hombre, pidió al Padre Eterno “que
todos sean uno...”, Su oración fue otorgada inmediatamente por Dios
Padre omnipotente, porque procedía de su Hijo unigénito, a quien nada le
es negado. De ahí que, Su Iglesia ha tenido, y siempre tendrá, esa
Unidad (o unicidad) de enseñanza, culto y gobierno que evidentemente es
un signo de verdad, “el mismo ayer, hoy y siempre”. Es por esta razón
que Nuestro Señor estableció a San Pedro como “la Piedra”, o Fundamento
de su única Iglesia, contra la cual las Puertas del Infierno no
prevalecerán (aún si llegase a reducirse a un pequeño número de fieles
militantes, como hoy vemos), a la vez que le otorgó a él y sus sucesores
la Primacía visible sobre los fieles mientras conserven la Fe
Verdadera.
Siguiendo las palabras de Cristo, y
consecuencia de lo anterior, la única unidad por la cual la Iglesia y
sus hijos fieles pueden orar, es aquella que resulta de la conversión de
aquellos que, por no conocer o por haberse apartado de la Verdad, están
fuera del Único y Verdadero Rebaño de la Iglesia. Por eso, cada uno de
los días de este Octavario está dedicado a rogar por la conversión de un
grupo de entre los pobres sectores de la humanidad que aún están
“caminando en las tinieblas”, implorando que ellos puedan abrir sus
corazones a la Gracia de Dios, y volver al verdadero Pastor de las
almas. Este es el ejercicio de la verdadera caridad cristiana, que no
tiene parte con la filantropía secular, judeo-masónica y
deuterovaticana. Imaginar, como lo hacen los ecumenistas y liberales de
nuestros tiempos, que podemos alcanzar “unidad” pretendiendo que los que
están fuera de la Iglesia no están en desesperada necesidad de
conversión (o dicho de otra manera, rechazar o dudar del dogma “Fuera de
la Iglesia Católica NO HAY SALVACIÓN”), es negar la fundación de la
verdadera Iglesia de Cristo, y renunciar a la misma razón por la cual
los Santos Apóstoles Pedro y Pablo realizaron sus heroicas labores
apostólicas y enfrentaron el martirio, además de pecar contra el
Espíritu Santo impugnando la Verdad conocida.
La
Iglesia también ora por esa unidad que debe permanecer entre sus hijos
fieles en un espíritu de humildad y de caridad en la Verdad, con vivos
sentimientos y actos de Fe, Esperanza y Caridad, siguiendo el mandato de
Jesucristo Nuestro Señor. Finalmente, exhortamos a orar y actuar para
que el Remanente Católico persevere firme en el Dogma de la Fe y la Sana
Doctrina, manteniendo intacta la Oración y Creencia tradicional, para
que en el Día del Señor (que no sabemos cuándo será, pero sí que está
próximo) seamos hallados dignos de reinar eternamente en la Jerusalén
Celestial; y mientras llega ese día glorioso, permanezca con nosotros
todos los días, hasta la consumación de los siglos.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIONES INICIALES
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Padre
eterno, por tu infinita misericordia, y por los méritos infinitos de tu
divinísimo Hijo Jesús, haz que seas conocido y amado por todas las
almas, porque es tu divina Voluntad que todas ellas se salven y lleguen
al conocimiento de la Verdad. Glória Patri...
Por
los sagrados misterios de la Redención, envía, oh Señor, obreros a tu
Mies, y libera a tu pueblo. Verbo eterno encarnado, Redentor del género
humano, convierte hacia Ti a todas las almas, ya que por ellas te
hiciste obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz. Glória Patri...
Por
los méritos e intercesión de tu Santísima Madre, y de todos los Ángeles
y Santos, envía, oh Señor, obreros a tu Mies, y libera a tu pueblo. Oh
Divino Espíritu Santo, por los méritos infinitos de la Pasión y Muerte
de Jesucristo, infunde tu ardentísima y poderosa caridad en todos los
corazones, para que pueda haber un solo Rebaño y un solo Pastor en todo
el mundo, y que todos puedan exaltar eternamente tus misericordias en el
Cielo. Glória Patri...
Oh
María, Reina de los Apóstoles, y todos los Ángeles y Santos, rogad al
Señor de la Mies que envíe dignos obreros a su Mies y libere a su
pueblo, para que todos podamos regocijarnos eternamente con Él y el
Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN A LA REINA DE LOS APÓSTOLES
Inmaculada
Madre de Dios, Reina de los Apóstoles, yo sé que el Divino precepto,
por el cual estoy obligado a amar al prójimo como a mí mismo, me obliga a
procurar por todos los medios posibles, no sólo mi salvación eterna,
sino también la de mis prójimos. Pero confieso que, por causa de mis
culpas, no soy digno de la gracia de trabajar eficazmente y con toda
constancia por la eternal salvación de mi alma y las de mis parientes y
conocidos; mucho menos soy acreedor de la gracia de promover buenas
obras y de incrementar los medios, tanto espirituales como temporales,
de restaurar la fe y reavivar la caridad entre los Católicos, y propagar
la Verdad por todo el Mundo. Oh Madre, obtén para mí esta gracia por la
misericordia de Dios y los méritos infinitos de Jesucristo; y en unión
con la Corte celestial y de todos los justos que están o estarán en la
Iglesia de Dios, que en adelante me proponga ofrecer esos mismos méritos
de Jesús como una acción de gracias, en anticipación de esta gracia
obtenida por Ti para nosotros, como también la obtuviste para los Santos
Apóstoles.
Y
también, confiando en tu poderosa intercesión, me resuelvo en adelante a
emplear todo cuanto Dios me ha dado en poder, talentos, lecturas,
riquezas, posición, salud, enfermedades o dolores, para la mayor Gloria
de Dios y la salvación de mi alma y la de mis prójimos, muy
especialmente trabajando por la propagación de la piedad y de la
Verdadera Fe Católica en todo el mundo. Y cuando los otros medios me
fallen, nunca cesaré de orar para que pueda haber un solo Rebaño y un
único Pastor. Procediendo así, aspiro llegar al Paraíso, donde gozaré
del fruto del Apostolado de Jesucristo por toda la eternidad. Amén. (Tres Avemarías y un Gloria Patri)
(El
Papa León XIII otorgó para esta oración Indulgencia plenaria una vez al
mes, 200 días de indulgencia durante cada día del Octavario, y la
plenaria al finalizar el Octavario)
ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LA IGLESIA
(Oración oficial del Octavario)
Antífona:
“Que todos sean uno, como Tú, Padre, en Mí y Yo en Ti; que ellos sean
uno en Nosotros; para que el mundo crea que Tú me enviaste”. (San Juan
17: 21)
V. Yo te digo que tú eres Pedro.
R. Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Oremos:
Oh Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: Mi paz os dejo, mi
paz os doy; no te fijes en mis pecados, sino en la fe de tu Iglesia, a
la cual dígnate pacificarla y unirla conforme a tu voluntad. Tú que
vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amen.
300
días de Indulgencia durante el octavario por rezar esta sola oración,
desde la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma hasta la Conversión
de San Pablo – Plenaria, con las condiciones de rigor, al final de este ejercicio devoto.
(Breve Apostólico del 25 de Febrero de 1916; Sagrada Penitenciaría
Apostólica, Decretos del 15 de Noviembre de 1927 y del 10 de Diciembre
de 1946).
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA, AUXILIO DE LOS CRISTIANOS
Inmaculada
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, Tú ves los ataques que en
todos lados realiza el diablo y el mundo contra la Fe Católica, en la
cual, con el auxilio de Dios, resolvemos vivir y morir para poder ser
dignos de la Gloria eterna. Oh María, Auxilio de los Cristianos, renueva
tus antiguas victorias y salva a Tus hijos. Ellos te han confiado su
firme propósito de jamás enlistarse en sociedades hostiles a nuestra
santa Religión; preséntale a tu Divino Hijo, oh Virgen Santísima,
nuestras buenas resoluciones, y concédenos el no decaer en su
observancia, aún al final de nuestra vida. Consuela a la Iglesia, sostén
al verdadero y legítimo Episcopado Católico, protege al clero y a los
fieles que te proclaman como Reina; y por el poder de tu intercesión
llegue pronto el día cuando todas las naciones se reunan a los pies del
Divino Pastor. Amén.
¡María, Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros! (500 días de Indulgencia)
ORACIÓN A SAN PEDRO APÓSTOL
Oh
glorioso San Pedro, que, en retorno de tu fe viva y generosa, tu
profunda y sincera humildad, y tu ardiente caridad, fuiste honrado por
Jesucristo con singulares privilegios, y en particular, con el liderazgo
de los otros Apóstoles y el Primado sobre toda la Iglesia, de la cual
eres su fundamento, obtén para nosotros la gracia de una fe viva, que no
tema ser profesada abiertamente, en toda su integridad y en todas sus
manifestaciones, aún hasta el derramamiento de nuestra sangre, si la
ocasión lo demanda, y a preferir renunciar a la vida presente antes que
rendirnos. Concédenos también una sincera lealtad a nuestra Santa Madre
la Iglesia; que podamos siempre permanecer profunda y sinceramente
unidos en la fe y en la Autoridad de Jesucristo, Cabeza y Señor de la
Iglesia Católica, el Arca mística fuera de la cual no hay salvación.
Concédenos además, que podamos seguir con toda humildad y mansedumbre,
Sus enseñanzas y consejos, y que seamos obedientes a todos Sus
preceptos, a fin de poder disfrutar aquí en la tierra de la segura e
indestructible Paz, y que podamos obtenerla en el Cielo para ser
eternamente dichosos. Amén.
V. Ruega por nosotros, bienaventurado San Pedro Apóstol.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos:
Oh Dios, que acordaste a tu bienaventurado Apóstol San Pedro el poder
de atar y desatar, concédenos, por su intercesión, ser libertados de las
cadenas de nuestras culpas. Por J. C. N. S. Amén. (500 días de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Breve Apostólico del 27 de Abril de 1916; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto del 24 de Enero de 1931).
“Oh Dios mío, haz que tengamos una sola mente en la Verdad y un solo corazón en la Caridad”. (300 días de Indulgencia - San Pío X)
DÍA PRIMERO - 18 DE ENERO
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS PAGANOS E INFIELES
Oremos:
Ten piedad de nosotros, Señor de los Cielos y de la tierra. Dirige tu
Mirada sobre nosotros y envía el terror sobre las naciones que no te
buscan, o, aún peor, han perseguido a tu Divino Hijo en la persona de
sus Apóstoles y misioneros. Concédeles que puedan saber que fuera de Ti
no hay otro Dios, y que finalmente se conviertan a tu Santa Iglesia
Católica y proclamen tus grandezas. Acorta los tiempos y ten presente el
fin, para que ellos extiendan tus maravillosas hazañas y todos los
confines de la tierra tengan el Santo Temor.
V. Exulte toda la tierra.
R. Y sirva al Señor con júbilo.
Oremos:
Omnipotente y sempiterno Dios, que no deseas la muerte del pecador,
sino que se arrepienta y viva, recibe benignamente nuestra súplica y
libera a los paganos de la adoración a los ídolos y condúcelos al rebaño
de la única y verdadera Iglesia, para honra y gloria de tu Nombre. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén. (3 años de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decretos del 9 de Noviembre de 1920 y del 12 de Julio de 1933).
Oremos:
Oh Dios, eterno Creador de todas las cosas, recuerda que las almas de
los infieles fueron hechas por Ti y creadas a tu Imagen y Semejanza.
Recuerda que Tu Hijo Jesús padeció amarguísima Muerte por la salvación
eterna de ellos. No permitas, oh Señor, que Tu Hijo sea más despreciado
por los infieles, antes por el contrario, te rogamos aceptes benigno las
oraciones de tus hijos fieles y de tu única y verdadera Iglesia, la
Inmaculada Esposa de tu santísimo Hijo, atendiendo a tu Misericordia.
Concédenos que los infieles renuncien a la perniciosa idolatría y a sus
malvadas infidelidades, para que también algún día conozcan a Aquel que
has enviado, Jesucristo Nuestro Señor, que es nuestra Salvación, nuestra
Vida y Resurrección, por el cual hemos sido redimidos, a Él sea la
gloria por los siglos eternos. Amén. (San Francisco Javier. 500 días de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones de rigor, si se reza devotamente durante un mes.
Papa Pío IX, rescripto del 24 de Mayo de 1847, exhibido el 30 de
Septiembre de 1862; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decretos del 6 de
Diciembre de 1918 y del 23 de Octubre de 1935).
Oremos:
Oh María, Virgen clementísima, Refugio de los pecadores, escucha
nuestras súplicas, y obtén de tu Hijo que Dios todopoderoso aparte la
iniquidad de los corazones de los paganos; para que abandonando sus
ídolos puedan convertirse al Dios vivo y verdadero, y a Cristo, su único
Hijo, Nuestro Señor.
V. Sean confundidos todos los que adoran imágenes talladas.
R. Y quienes se glorían en los ídolos.
Oremos:
Oh Dios, es tu Voluntad que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la Verdad. Te rogamos envíes obreros a tu Mies, y
concédeles anunciar fielmente tu Palabra; para que tu Palabra sea
propagada y glorificada, y todos los pueblos te conozcan a Ti, el único y
verdadero Dios, y Aquel que has enviado, Jesucristo, tu Hijo, Nuestro
Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén. (3 años de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decretos del 9 de Noviembre de 1920 y 5 de Junio de 1932).
Oremos:
Oh Señor Jesucristo, único y verdadero Salvador de los hombres, sobre
quien está escrito: “Reinará de mar a mar, desde el río hasta los
confines de la tierra”, abre piadoso los tesoros de tu Sacratísimo
Corazón a aquellos desdichados habitantes de China, Mongolia, Japón,
India y los demás países de Asia, que aún permanecen en oscuridad y
sombra de muerte, para que por la intercesión de la Bienaventurada
Virgen María, tu Inmaculada Madre, y de San Francisco Javier, puedan
abandonar sus ídolos, y prostrados ante tu Presencia, sean admitidos en
tu Santa Iglesia. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu
Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Oremos:
Oh Señor Jesucristo, único y verdadero Salvador de los hombres, sobre
quien está escrito: “Reinará de mar a mar, desde el río hasta los
confines de la tierra”, abre piadoso tu Sacratísimo Corazón a aquellas
almas desdichadas en África, y su descendencia alrededor del mundo, que
aún permanecen en oscuridad y sombra de muerte, para que por la
intercesión de la Bienaventurada Virgen María, tu Inmaculada Madre, y de
su gloriosísimo Esposo San José, puedan abandonar la innúmera variedad
de sus ídolos, y prostrados ante tu Presencia, sean admitidos en tu
Santa Iglesia. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres Avemarías)
ORACIÓN A LOS SANTOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO PARA TODOS LOS DÍAS
Oh
Gloriosos Apóstoles Pedro y Pablo, os rogamos fervientemente que
intercedáis ante nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que fundó la
única, verdadera y santa Iglesia Católica para llevarnos a la salvación,
en favor del Remanente en el Clero, los Religiosos y los seglares.
Oh
glorioso San Pedro, Príncipe de los Apóstoles, implora al Sagrado
Corazón de nuestro Divino Redentor que guíe y sostenga a los legítimos
Obispos que dirigen y gobiernan al Remanente Católico; que le conceda a
todos los fieles miembros de la Iglesia el precioso don de la
perseverancia; y además, que todos los miembros de la Iglesia crezcan
diariamente en su amor y ferviente práctica de la Santa Fe Católica.
Oh
glorioso San Pablo, que fuiste convertido mientras perseguías a la
Santa Iglesia de Dios, ruega ante los misericordiosos Corazones de Jesús
y de María convertir y traer de vuelta a la Verdadera Iglesia Católica a
todos los que se hallan dispersos por el mundo.
Finalmente,
¡oh gloriosos Santos Pedro y Pablo!, rogadle a Santa María, la
Inmaculada Reina de los Apóstoles, que haga de todos los miembros del
Remanente de la Iglesia de Cristo apóstoles fervientes en difundir
celosamente la verdadera Fe Católica, y que apoyen y defiendan lealmente
a la Santa Iglesia Católica contra todos sus enemigos y detractores.
Por Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre vive y reina en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
ORACIÓN DIARIA A SAN JOSÉ
Oh
glorioso San José, Patrono de la Iglesia Católica, te imploramos
durante este Octavario por la Unidad en la Cátedra, que nos alcances de
los Corazones de Jesús y de María, preservar a todo el Remanente
Católico de toda división, disensión y discordia. Concédenos, fiel
custodio de la Sagrada Familia, que nuestra familia espiritual siempre
esté unida por vínculos de fe y caridad, y que siempre sea un solo
corazón, mente y alma en los Sagrados Corazones de Jesús y de María. San
José, especial protector nuestro, guíanos, bendícenos y protégenos
contra los ataques de nuestros enemigos y detractores; por Jesucristo
Nuestro Señor, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo, un
solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO - 19 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS PÉRFIDOS JUDÍOS
Oremos
también por los pérfidos judíos, para que Dios Nuestro Señor quite el
velo de sus corazones, a fin de que ellos también reconozcan a
Jesucristo Nuestro Señor.
Oremos:
Oh Dios, que constantemente manifiestas tu Omnipotencia mediante la
misericordia y la compasión, atiende las oraciones que te ofrecemos para
que los pérfidos judíos puedan conocer y acoger en su seno la luz de tu
Verdad, que es Jesucristo, y de este modo puedan ser salvados de su
ceguera. Concédenos, te suplicamos, oh Dios omnipotente, que el
remanente del pueblo judío pueda transitar en el Camino de salvación; y
siguiendo la prédica del bienaventurado San Juan Bautista, puedan llegar
fielmente a Aquél que por él fue anunciado, Jesucristo, tu Hijo,
Nuestro Señor. Amén. (300 días de indulgencia).
Oremos:
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, mira con ojos de
misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue tu
predilecto: descienda también sobre ellos, como bautismo de redención y
de vida, la Sangre que un día reclamaron contra sí. Amén. (200 días de indulgencia).
Oremos:
Dios de bondad y Padre de Misericordia, te suplicamos por el Inmaculado
Corazón de María, y por la intercesión de los Patriarcas y de los
Santos Apóstoles, mires compasivo al remanente de Israel, para que
lleguen al conocimiento de nuestro único Salvador, Jesucristo, y
participen también de la gracia de la Redención. Amén. (Tres Avemarías).
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
DÍA TERCERO - 20 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las
Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS MUSULMANES
Oremos
por los diabólicos musulmanes, para que Dios todopoderoso remueva la
maldad de sus corazones, inspirándoles abandonar de una vez y para
siempre a su falso profeta y su adoración al diablo, y se conviertan
finalmente al único y verdadero Dios y a su único Hijo, Jesucristo
Nuestro Señor.
Oremos:
Oh Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre, Redentor del mundo entero,
te suplicamos por el Inmaculado Corazón de María, vuelvas clemente tus
ojos sobre los pueblos que desde muchos siglos atrás están esclavizados
bajo el cruel yugo del Islam. Haz que no desdeñen más tu santísimo
Nombre, ni persigan ni esclavicen insolentemente las naciones
Cristianas. Con un rayo de Tu luz disipa las tinieblas en que ellos
yacen, para que renuncien a las perversas enseñanzas de Mahoma, que
puedan recibir el Bautismo de regeneración, que en la confesión de la
única Fe verdadera puedan adorarte y glorificarte a Ti, el Verbo eterno
hecho hombre por nuestra salvación, junto con el Padre y el Espíritu
Santo. Amen.
Oración a Santa María, Auxilio de los Cristianos
Virgen
poderosísima, amante auxiliadora del pueblo Cristiano, ¡cuántas
acciones de gracias no te debemos por la asistencia que le brindaste a
nuestros padres, quienes, cuando se vieron amenazados por los infieles
Turcos, invocaron tu maternal auxilio mediante la devota recitación de
tu Rosario! Desde los Cielos viste el peligro mortal que afrontaron;
escuchaste sus voces implorando tu Compasión; y sus humildes súplicas,
junto al gran Papa, San Pío V, fueron aceptables ante ti, y acudiste
presurosa a socorrerlos. Concédenos, oh Madre querida, que de idéntica
forma los prolongados suspiros de la santa Novia de Cristo en estos
nuestros tiempos puedan llegar hasta tu trono y atraigan tu piedad;
dígnate, movida de compasión por Ella, levantarte una vez más para
liberarla de los muchos enemigos que La cercan por todos lados.
Ea,
pues, ¡oh María!, inclínate a escuchar las oraciones de todo el mundo
Católico, y abate hasta el suelo el orgullo de esos hombres malvados,
que en su insolencia blasfeman de Dios todopoderoso y quieren destruir a
su Iglesia, contra la cual, de acuerdo a las palabras infalibles de
Cristo, las puertas del Infierno no prevalecerán. Que una vez más se vea
que cuando tú te levantas a proteger a la Iglesia, su Victoria es
segura. Amén. (Tres Avemarías)
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
DÍA CUARTO - 21 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las
Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS CISMÁTICOS “ORTODOXOS”
Oremos:
Oh Señor, que has unido a todas las naciones en la confesión de Tu
Nombre, te rogamos por nuestros otrora hermanos Católicos en el Este.
Recordando el lugar eminente que una vez tuvieron en tu Iglesia, te
pedimos les inspires el deseo de ocuparlo nuevamente, para que formen
con nosotros un único Rebaño, bajo la guía de un mismo Pastor.
Concédenos que ellos, junto con nosotros mismos, puedan ser penetrados
con las enseñanzas de los santos Doctores de la Iglesia Oriental,
quienes también son nuestros Padres en la Fe, y se sometan con toda
humildad a la voz de San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles, que tan
benignamente anhela alimentar a las ovejas perdidas y los corderos que
han escapado del Rebaño. Concédeles el espíritu de paz y Caridad, que es
la divisa de Tu presencia con los Fieles, y que llegue pronto el día en
que nuestras oraciones se unan con las de ellos, para que todo pueblo y
toda lengua puedan reconocer y glorificar a tu Hijo, Jesucristo,
Nuestro Señor. Amén. (500 días de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Breve Apostólico del 15 de Abril de 1916; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto del 22 de Mayo de 1937).
Oremos:
Oh María, Madre de Misericordia y Refugio de los pecadores
arrepentidos, te suplicamos mires con ojos de piedad a los miserables
herejes y cismáticos, especialmente aquellas almas piadosas que una vez
estuvieron unidas a nosotros en nuestra antigua comunión y congregación y
que ahora se han separado de la Verdadera Iglesia. Tú, que eres la Sede
de la Sabiduría, ilumina las mentes de aquellos que están
miserablemente envueltos en las tinieblas de la ignorancia y del pecado,
para que ellos sepan que LA IGLESIA, QUE ES UNA, SANTA, CATÓLICA Y
APOSTÓLICA ES LA ÚNICA IGLESIA QUE JESUCRISTO FUNDÓ, FUERA DE LA CUAL NO
HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA SANTIDAD NI ESPERANZA DE SALVACIÓN PARA
NADIE. Culmina en ellos la obra de su conversión obteniéndoles la
gracia de aceptar las verdades de nuestra Santa Fe y someterse a los
verdaderos Obispos de la Iglesia, los sucesores de los Apóstoles de tu
Hijo; para que así, unidos a nosotros con las dulces cadenas de la
Divina caridad, pueda haber pronto un mismo Rebaño bajo el mismo Pastor;
y todos podamos, oh Virgen Santísima, exaltarte eternamente diciendo:
“Regocíjate, oh Virgen María, porque tú sola has dado muerte a todas las
herejías en el mundo entero”. Amén. (Tres Avemarías). (500 días de Indulgencia. Sagrada Congregación de Propaganda Fide, 30 de Diciembre de 1868; Sagrada Penitencia Apostólica, Decretos del 18 de Marzo de 1936 y del 10 de Junio de 1949).
Oración a Santa Teresita por la Conversión de Rusia
Oh
amable y compasiva santa, dígnate consolar a nuestros antiguos hermanos
en Rusia, víctimas de una larga y cruel persecución a la verdadera
Iglesia de Cristo; alcánzales la gracia de la conversión a la Fe
Católica y Apostólica y la perseverancia en ella, y progresar en el amor
de Dios y el verdadero amor a los prójimos. Infúndeles una tierna
confianza en la Santísima Madre de Dios; prepárales algún día sacerdotes
santos que ofrezcan reparación por las blasfemias y sacrilegios
cometidos contra la Sagrada Eucaristía; obtenles el amor a la castidad,
especialmente entre los jóvenes, y que una vez más, florezcan en ellos
todas las virtudes Cristianas, y que al final su nación, siendo liberada
de toda esclavitud y represión, pueda libremente retornar al único
Rebaño confiado por el amantísimo Corazón de Cristo resucitado a San
Pedro y sus legítimos Sucesores, y gusten el gozo de glorificar al Padre
y al Hijo y al Espíritu Santo en el seno de nuestra Santa Madre, la
Iglesia Católica. Amen. (300 días de Indulgencia. Indulgencia Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto del 19 de Agosto de 1929).
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
DÍA QUINTO - 22 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las
Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LAS SECTAS PROTESTANTES
Oremos:
Oh Señor, que te has entristecido por la rebelión de estos hijos que,
habiendo estado en el Arca de Salvación, se aventuraron en los abismos
haciéndose de oídos sordos, sucumbiendo a las falsas doctrinas de los
ministros protestantes que escucharon más los llamamientos soberbios del
diablo para abandonar el seno de la Santa Madre Iglesia y multiplicarse
peor que los primeros mil veces más. Te suplicamos por nuestros otrora
hermanos en la Fe Católica para que les concedas la gracia de reconocer
que han errado el camino y retornen a la Barca de San Pedro. Que tu
santísima Madre interceda y ablande los corazones de aquellos que no
reconocen que los principios que ellos han enseñado no son las verdades
que Tú encargaste a tus Apóstoles esparcieran en todo el mundo para que
todos puedan ser uno solo. Muéstrales a través de proezas que solo en la
Barca que Tú fundaste pueden ellos encontrar verdaderamente las marcas
de la Fe verdadera: Una, Santa, Católica y verdaderamente Apostólica.
Condúcelos para reconocer y venerar a tu Madre bienaventurada, y que se
realice el rol que Tú le asignaste a Ella, la segunda Eva, como
Corredentora de las almas. Concédele a tus verdaderos sacerdotes el
coraje de alimentar a tus fieles con el maná de tu Espíritu para que
todo pueblo y toda lengua puedan reconocer y glorificarte como Nuestro
Señor y Salvador Jesucristo en unión con Dios Trino y Uno, por siempre
jamás. Amen.
Oración a San Fidel de Sigmaringa, Protomártir de la Congregación de Propaganda Fide
Oh
glorioso San Fidel de Sigmaringa, que valerosamente soportaste la
perversa oposición de los enfurecidos protestantes que dignamente
refutaste, mientras ganabas a miles de antiguos católicos de vuelta al
único y verdadero Rebaño de Jesucristo; obtennos abundantemente el
ardiente amor a la Santa Fe Católica y el santo celo por las almas, que
te movieron a abrazar gozoso el cruel martirio a manos de los viciosos
soldados protestantes al mando de un ministro calvinista. Por la santa
indignación por la cual rechazaste sus amenazas y súplicas para
apostatar de la Fe, concédele a los fieles del Remanente Católico un
espíritu de sincero celo en nuestra oración por aquellos que han
abrazado los errores de las demoníacas sectas del Protestantismo. Ruega a
los Sagrados Corazones de Jesús y de María que disipen los errores que
los herejes mantienen acerca del Inmaculado Corazón de la Medianera de
todas las Gracias, para que puedan experimentar las abundantes gracias
de la conversión a la única y verdadera Iglesia Católica de su Divino
Hijo, y la perseverancia final en la gracia, por Jesucristo Nuestro
Señor. Amen. (Tres Avemarías)
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
DÍA SEXTO - 23 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las
Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LA PERNICIOSA SECTA DE LOS FRANCMASONES, OCULTISTAS Y “NEW AGE”
Oremos:
Oh Señor Jesucristo, nosotros imploramos la clemencia de tu Sagrado
Corazón en favor de esas almas, hechas a imagen y semejanza de Dios,
pero que muy miserablemente engañadas por las seducciones de la
Francmasonería y otras sectas satánicas, van precipitándose más y más
por la senda de la perdición eterna. Que la Iglesia, tu Esposa, no sea
más oprimida por la dominación de este culto luciferino; antes bien,
aplacado por las oraciones de la Bienaventurada Virgen María, tu Madre, y
por las oraciones de los justos, tengas presente tu infinita
Misericordia; y, a pesar de su perversidad, ellos retornen a Ti, para
que brinden consuelo a tu Iglesia con una profunda humildad y abundante
penitencia, haciendo penitencia por su malvada persecución contra el
Reino de Dios en la tierra, la Santa Iglesia Católica, y puedan obtener
así la gloria eterna. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén. (100 días de Indulgencia, una vez al día).
Oremos.
Omnipotente y Eterno Dios, que deseas que nadie perezca, mira aquellas
almas engañadas por las seducciones del diablo, para que los corazones
de aquellos que han sido precipitados al error puedan ser restaurados y
sanados. Atiende las súplicas que te ofrecemos por la ceguedad de esos
infieles, para que reconociendo la luz de tu Verdad, que es Cristo,
puedan ser liberados de las tinieblas. Extiende tu Mano sobre esta
nación, que ha abrazado los horribles errores de la Francmasonería, que
nuestros compatriotas reconozcan tu Poder sobre ellos; para que ellos
puedan conocerte como nosotros Te conocemos, porque no hay otro Dios
sino Tú, ¡oh Señor!, y ninguna otra religión verdadera sino la Santa Fe
Católica y Apostólica, a la cual nos sometemos con todo nuestro ser,
implorando la conversión de nuestra nación. Escucha las súplicas de tus
fieles siervos, que todos los que habitan nuestro país puedan reconocer
que Tú solo eres Dios, que permaneces de edad en edad. Amén.
V. Oh Dios, que todos los pueblos confiesen tu Nombre.
R. Que todas las naciones te conozcan.
Oremos:
Omnipotente y sempiterno Dios, que quieres que todos los hombres sean
salvos y que ninguno perezca, dirige tu Mirada sobre las almas que
malignamente se han arrogado la divinidad, por medio de la repugnante
abominación del pensamiento y la filosofía de la Francmasonería, y
humilla sus corazones soberbios, a fin de que ellos puedan alejarse de
todas las perversiones de la herejía y, con verdadera contrición, puedan
retornar a la unidad de Tu verdad. Por Jesucristo Nuestro Señor, que
contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén. (Tres Avemarías).
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
DÍA SÉPTIMO - 24 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las
Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS MODERNISTAS, DE LA APÓSTATA SECTA DEL VATICANO II Y DE LOS FALSOS “TRADICIONALISTAS”
Oremos:
Oh María, Madre de Misericordia y Refugio de los pecadores
arrepentidos, te suplicamos que mires con ojos de piedad a los
miserables herejes y apóstatas de la secta del Vaticano II y a todos los
falsos “tradicionalistas”, que rechazan los verdaderos Sacramentos y
los Dogmas que tu Hijo ha instituido. Tú, que eres la Sede de la
Sabiduría, ilumina sus mentes, tristemente envueltas en las tinieblas de
la ignorancia y del pecado, para que ellos sepan que LA IGLESIA, QUE ES
UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA ES LA ÚNICA IGLESIA QUE JESUCRISTO
FUNDÓ, FUERA DE LA CUAL NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA SANTIDAD NI
ESPERANZA DE SALVACIÓN PARA NADIE. Abate sus mentes y corazones
henchidos de soberbia para que puedan recibir la Gracia, porque Dios
resiste a los soberbios y solo concede sus favores a los humildes y
sencillos. Alcánzales la gracia de aceptar con fe humilde y filial todas
las verdades de la Santa Fe Católica. No permitas que sus mentes sean
confundidas eternamente, para que puedan salvar sus almas, porque el
Magisterio infalible de la Iglesia enseña que “FUERA DE LA IGLESIA
CATÓLICA NO HAY SALVACIÓN”. No les abandones: Acude a rescatarlos, a fin
de que no sean tragados por las mentiras urdidas por el Misterio de la
Iniquidad. Que ellos se sometan de buen grado a la verdadera Jerarquía
Católica, unidos a nosotros con los vínculos de la Divina caridad. Que
todos podamos, oh Virgen Santísima, exaltarte eternamente diciendo:
“Regocíjate, oh Virgen María, porque tú sola has dado muerte a todas las
herejías en el mundo entero”. Amén. (Tres Avemarías)
Oremos:
Oh Madre Dolorosa, que permaneciste al pie de la Cruz, con un corazón
fiel nos dirigimos a Ti, en estos tiempos hostiles e increíblemente
tumultuosos, implorando tu intercesión en favor de aquellos que se han
separado de la Verdadera Iglesia de tu divino Hijo, Jesucristo Nuestro
Señor, especialmente de aquellos que han sido conducidos por el diablo a
las heréticas sectas del modernismo, el Vaticano II y todos los falsos
“tradicionalistas”. Por el preclaro conocimiento que tuviste de los
amargos sufrimientos del Redentor crucificado y de la efusión de su
Preciosísima Sangre, el Precio de nuestra salvación, te ofrecemos
nuestras súplicas para que obtengas la gracia de la Verdadera Fe
Católica para aquellos que están fuera del único y verdadero Rebaño,
para que esas ovejas descarriadas puedan regresar bajo la guía del Buen
Pastor, y ayúdanos a reconocer humildemente que frente a esta situación
de Apostasía no hay más esperanza que la Santa Parusía Apocalíptica de
Nuestro Señor Jesucristo. Amén. (Tres Avemarías)
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
DÍA OCTAVO - 25 DE ENERO
ORACIÓN
PARA ALCANZAR UN MAYOR GRADO DE LA GRACIA DE LA HUMILDAD, OBEDIENCIA,
CARIDAD Y VERDADERA UNIDAD ENTRE LOS FIELES, A FIN DE GANAR MÁS ALMAS
PARA CRISTO Y SU VERDADERA IGLESIA.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las
Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
Oración para la Fiesta de la Conversión de San Pablo
Oh
glorioso San Pablo, que de ser un perseguidor del nombre Cristiano, te
convertiste en su más celoso Apóstol, y que, por llevar el conocimiento
de Jesús, nuestro Divino Salvador, a las más lejanas partes del mundo,
gozosamente sufriste prisión, flagelaciones, lapidaciones, naufragio y
todo género de persecuciones, y finalizaste tu carrera derramando la
última gota de tu sangre: obtennos la gracia de aceptar, como favores
provenientes de la misericordia de Dios, las enfermedades, sufrimientos y
reveses de esta vida, que no descaezcamos por estas vicisitudes propias
del exilio de nuestro servicio a Dios, sino que lo asumamos con mayor
devoción, por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
V. Ruega por nosotros, bienaventurado San Pablo Apóstol.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos.
Oh Dios, que has instruido al mundo entero por la predicación del
apóstol San Pablo, haz, te lo rogamos, que honrando hoy su memoria,
marchemos hacia Ti imitando sus ejemplos. Por Jesucristo Nuestro Señor,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén. (500 días de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes.
Sagrada Congregación de Propaganda Fide, 13 de Enero de 1905, documento
exhibido el 18 del mismo mes; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto
del 8 de Agosto de 1936).
ORACIÓN POR LA CONCORDIA Y LA UNIDAD ENTRE LOS FIELES
Dios
y Señor nuestro, unidos por la más fuerte y sincera caridad fraternal,
queremos ofrecerte nuestros corazones; te pedimos que Jesús Sacramentado
sea diariamente alimento para nuestro cuerpo y nuestra alma, que Jesús
sea el objeto central de nuestro amor, como lo fue de María y José; y
finalmente, te pedimos que el pecado jamás disturbe nuestra unión en tu
Cuerpo Místico en la tierra, y que esa unión contigo, con María y José, y
todos los Santos, permanezca para siempre en el Cielo. Amen. (300 días de Indulgencia por cada día que se rece)
Oración por la perseverancia en nuestra Santa Fe Católica
Señor
y Redentor mío Jesucristo, ¿éste es aquel momento terrible tan
anunciado donde quedarán tan pocos Cristianos que estén inspirados por
el espíritu de la Fe, ese momento cuando Tu indignación será provocada y
Tu protección será retirada de nosotros? ¿Nuestros vicios y nuestras
vidas pecaminosas han movido irrevocablemente a tu Justicia a tomar
venganza, quizá hoy, sobre tus hijos? Oh Autor y Culmen de nuestra Fe,
te suplicamos, en la amargura de nuestros contritos y humillados
corazones, no permitas que la luz de la Fe se extinga en nosotros.
Recuerda tus pasadas Misericordias; vuelve tus Ojos compasivos sobre la
viña que tu Mano derecha plantó, y que regaste con el sudor de los
Apóstoles, con la preciosa sangre de incontables Mártires y con las
lágrimas de tantos penitentes sinceros, y hazla fructífera por las
oraciones de muchos Confesores e inocentes Vírgenes.
Oh
Divino Mediador, mira a aquellas almas celosas que eleven sus corazones
hacia Ti y oran sin cesar por el mantenimiento del más precioso de tus
Dones, la verdadera Fe Católica. Te suplicamos, Oh Dios justo, cancela
el decreto de nuestra reprobación, aparta tu vista de nuestros vicios y
vuélvelos hacia la Sangre adorable derramada sobre la Cruz, con la cual
adquiriste nuestra salvación y diariamente intercedes por nosotros sobre
los Altares. ¡Ah! Consérvanos seguros en la Verdadera y Santa Fe
Católica. ¡Que las enfermedades nos aflijan, que las vejaciones se
derramen sobre nosotros y que las mudanzas de fortuna nos abrumen! Pero
presérvanos en tu santa Fe; porque si nosotros somos ricos con esta
preciosa dádiva, gozosamente enfrentaremos cada aflicción, y nada será
capaz de mudar nuestra felicidad. De otra forma, sin el gran Tesoro de
la Fe, ¡nuestra desdicha sería indecible y sin límite alguno!
Oh
buen Jesús, Autor de nuestra Fe, presérvala pura en nosotros; mantennos
a salvo en la Barca de San Pedro, aunque al presente ésta se halle
eclipsada. Pero consérvanos fieles y obedientes al Magisterio legítimo, y
unifica tu Rebaño para la libertad y exaltación de la Santa Madre
Iglesia. Oh Jesús, Autor de nuestra Fe, humilla y convierte a los
enemigos de tu Iglesia; concédele verdadera paz y concordia a todos los
fieles del Remanente Católico; fortalécenos y presérvanos en tu santo
Servicio hasta el fin, para que en Ti podamos vivir y morir. Oh Jesús,
Autor de nuestra Fe, que vivamos para Ti, y muramos por Ti. Amén. (San
Clemente María Hofbauer. 500 días de Indulgencia, una vez al día)
Oración a San José, por el Papa León XIII
Oh
poderosísimo Patriarca San José, Patrono de la Iglesia Universal que
siempre te ha invocado en sus ansiedades y tribulaciones; desde el
elevado sitial de tu gloria, vuélvete amablemente sobre el mundo
Católico. Que tu paternal corazón te mueva a mirar a la Mística Esposa
de Cristo, debilitada por el dolor y perseguida por enemigos poderosos.
Te suplicamos, por el amarguísimo dolor que afrontaste en la tierra, que
misericordiosamente enjugues las lágrimas de los fieles, los defiendas y
sostengas, e intercedas con el Dador de la paz y la caridad para que,
vencidos todos los enemigos y destruidos los errores, la Iglesia pueda
servir a Dios con perfecta libertad: UT DESTRÚCTIS ADVERSITÁTIBUS ET
ERRÓRIBUS UNIVÉRSIS, ECCLÉSIA SECÚRA DEO SÉRVIAT LIBERTÁTE. Amén. (100 días de Indulgencia, una vez al día)
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días