Vexílla Regis

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MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

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NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

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No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

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martes, 18 de febrero de 2025

CARTA “Clama, ne cesses”, SOBRE LA INFILTRACIÓN Y SURGIMIENTO DE SECTAS EN LA TRADICIÓN

Amados hermanos en Jesús, María y José, salud y bendición.
«Clama, pues, ¡oh Isaías!, no ceses: Haz resonar tu voz como una trompeta, y declara a mi pueblo sus maldades, y a la casa de Jacob sus pecados; ya que cada día me requieren como en juicio, y quieren saber mis consejos. Como gente que hubiese vivido justamente, y no hubiese abandonado la ley de su Dios, así me demandan razón de los juicios o decretos de mi justicia y quieren acercarse a Dios como para disputar con Él» (Isaías LVIII, 1-2/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
«Clama, no ceses», llamó Yahveh Dios a San Isaías Profeta hace más de 3.500 años para que denunciase la iniquidad e hipocresía disfrazada de piedad que imperaba en el pueblo israelita. Y hoy, nos vemos impelidos a tomar este llamado, a vista de la situación actual que vemos en la Tradición, no menos que por algunas noticias que han llegado a conocimiento. Y con este pasaje damos apertura a estas líneas, que nos ha costado escribir, pero es necesario hacerlo para llamar a reflexión.
  
Hemos estado asistiendo, en estos tiempos de confusión apocalíptica, a un espectáculo lamentable: Se está presentando una deriva sectaria entre algunos fieles de la Tradición, y ¡horror horrórum!, hay sacerdotes y obispos que, cuando no con un silencio cómplice e indigno de su oficio, alimentan ese sectarismo con homilías y escritos cubriéndose con el manto de piedad.
  
Ahora, cabe señalar que este sectarismo que estamos denunciando, es propiciado especialmente por causa de la “Tesis de Cassiciacum” (Sedeprivacionismo, Papado materiáliter, o simplemente “La Tesis” de Des Lauriers –aunque en realidad es una hipótesis, más todavía, un “reconocer y resistir” con filosofía–), a que muchos de estos fautores de división adhieren.
  
No hablamos de un obispo Donald Sanborn y su Instituto Católico Romano, o de un obispo Geerdt Struyer y un padre Francesco Ricossa y su Instituto Mater Boni Consílii, ni mucho menos de un padre Héctor Lázaro Romero quienes son abierta y declaradamente partidarios y propagandistas, enseñándola cual si de dogma de fe se tratase, hasta el punto que pretenden un asentimiento en el fuero interno para ser feligrés, promovido a las Órdenes sagradas o profesar en religión.
  
Hablamos, pues, de algunos que «se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados» (cf. San Pío X, Encíclica “Pascéndi Domínici gregis”). Cuando se les confronta, ellos niegan tal modo de proceder, y afirman haber estudiado (casi el mismo argumento que, hace más de 150 años, esgrimían los liberales y sus hijos los modernistas contra los cuales combatieron con tanto denuedo el Papa Pío IX y San Pío X). Y, cuando se les cuestiona, señalándoles que esa Tesis es no solo anticanónica y al menos malsonante (cuando no próxima a herejía), sino hasta ilógica (porque afirmar que un Papa puede ser “material” pero no “formal” es equívoco y contrario al principio de no contradicción) y cercana más al hegelianismo que al tomismo, responden diciendo que «es un tema que Vd. no domina», que «no se entiende debidamente» o cosas por el estilo, llegando al colmo de descalificar y tachar de envidiosos y calumniadores a quienes, por simple celo de la honra de Dios y la salvación de las almas, se levantan para denunciar este error.
  
Y para más inri tienen sus seguidores el descaro de decir cual tartufos: «tenga piedad…», «no cause división…», «está faltando a la caridad…», y se levantan con un coraje y arrojo que cabe preguntarse si lo tienen para la causa de Jesucristo el Señor como hacen para atacar a los que critican a “sus” clérigos que han elevado a gurúes de su secta.
   
Entendamos: En un sentido lato, una secta es
«cualquier sociedad religiosa establecida en oposición a la Iglesia Católica, sea que consista de infieles, paganos, judíos, musulmanes, no católicos, o cismáticos» (Charles Augustine, A Commentary on the New Code of Canon Law, tomo VIII, San Luis 1923, pág. 279).
Y en el caso que nos concierne, se ha de entender en un sentido estricto, a saber, una secta acatólica: 
«En sentido estricto, una secta acatólica es un cuerpo religioso el cual, aunque retiene el nombre Cristiano, niega con sus obras y doctrina la Fe Católica» (PP. Arthur Vermeersch y Joseph Creusen SJ, Epítome Juris Canónici, tomo III, Malinas-Roma 1921, n. 513; traducción propia).      

Debe haber (y más a estas alturas, porque esta lucha no empezó ayer, sino que lleva 66 años) una claridad plena en los conceptos, en que la Secta del Vaticano II NO ES LA VERDADERA IGLESIA CATÓLICA sino la ANTIIGLESIA (o PSEUDOIGLESIA), ni su jerarquía la Jerarquía de esta. La organización surgida en ocasión y consecuencia del Vaticano II, y actualmente gobernada por Francisco Bergoglio, «es un cuerpo religioso el cual, aunque retiene el nombre Cristiano, niega con sus obras y doctrina la Fe Católica» (cf. Vermeersch - Creusen, op. cit.). Por ende, su “jerarquía”, constituida con un rito inválido y adherente a la apostasía, no puede bajo ningún título (“material”, “formal”, o cual sea) ser tenida como la Jerarquía de la Iglesia Católica, siendo como es incapaz por derecho divino e inhabilitada por derecho canónico para acceder o ejercer autoridad alguna, mucho menos para ser reconocida como tal aun en el supuesto que abjuren de sus errores, porque ipso facto (por ese hecho) están bajo infamia, como declara la bula “Cum ex Apostolátus Offício” (documento que, al tratar de una verdad de fe divina y católica como es que los herejes, cismáticos y apóstatas se separan del Cuerpo Místico de Cristo, es infalible y no puede ser derogado), tanto fuente del canon 188 § 4 del Código Pío-Benedictino de Derecho Canónico.

Ítem lo anterior, no se debe conmemorar mediante mención en el Te ígitur de la Misa a la jerarquía modernista, toda vez que este es un acto de reconocimiento de jurisdicción y comunión, y al hacerlo, indirectamente se acusan a sí mismos de desobediencia y cisma frente a esa misma “jerarquía”. Porque, si alguno les reconoce, está obligado a obedecerlos EN TODO.
   
Sépase que aquellos que así hacen son unos infiltrados, y (Dios nos libre de profetizar) acabarán tarde o temprano adhiriendo a la Secta Modernista, arrastrando con ellos a las almas de los que incautamente los siguen. Y que si algún candidato a las Órdenes Sagradas siguiere tal proceder, es indigno de ellas («MÁS VALE ESTAR LA GREY SIN PASTOR, QUE TENER POR PASTOR A UN LOBO», como decía San Ignacio de Loyola), y el obispo que se las confiere a sabiendas de ello, participa en el pecado y es ocasión de escándalo ante los fieles y de burla por los infieles. No podemos, en conciencia, apoyar tales cosas ni permanecer en silencio.
    
Bien sabemos que estas palabras nos van a traer persecución, pero no por ello tenemos miedo. No es nada nuevo, y un soldado de Cristo, un Miles Christi, ha sido llamado para defender la Fe verdadera, la verdadera Iglesia, sabe que va a suceder, pero permanece firme y combate para que Cristo reine, aunque deba resistirle en la cara a algunos.
  
Pidámosle a la Santísima Virgen, Exterminadora de las herejías, que nos ayude a combatir con denuedo al error, aun si tuviéramos que padecer afrentas y la muerte misma, y que por su intercesión nos conceda recibir el galardón celestial de los que combaten por la fe.

JORGE RONDÓN SANTOS
18 de Febrero de 2025 (Año Santo de Cristo Rey).
Martes de Septuagésima. Fiesta de la Oración de Nuestro Señor Jesucristo en Monte Olivete. Conmemoración de San Simeón de Jerusalén y San Flaviano de Constantinopla, Obispos y Mártires, de San Eladio de Toledo, Obispo y Confesor. Fundación y dedicación de la catedral de Nuestra Señora de Laon (Francia) por San Remigio de Réims.

DECLIVE EN EL ÁNGELUS (2000-2024)

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
  

Como todos han visto, la participación en la oración del Ángelus ha disminuido significativamente durante el pontificado de Francisco. Las estadísticas fueron publicadas por Jonel P. Esto en el sitio filipino Epistles el 8 de Febrero.

Durante los últimos años de Juan Pablo II (2000-2005), la participación en el Ángelus se mantuvo alta, con un estimado de 40.000 a 50.000 personas.

El Jubileo de 2000 y las frecuentes canonizaciones también contribuyeron a un mayor número de peregrinos en Roma.

Bajo Benedicto XVI, la asistencia al Ángelus se mantuvo respetable, pero más baja que en los años pico de Juan Pablo II. El promedio era entre 15.000 y 30.000 por semana.

Para 2011 y 2012, la asistencia había disminuido aún más, con estimaciones que oscilaban entre 10.000 y 20.000 por Angelus.

El último Ángelus de Benedicto en 2013 atrajo a una enorme multitud, con más de 50.000 asistentes.

La elección de Francisco en Marzo de 2013 inicialmente provocó entusiasmo. Su primer Ángelus atrajo a muchedumbres enormes, con 60.000 asistentes.

Sus primeros años vieron algunos de los mayores números de asistencia a Angelus en décadas, con 2013 y 2014 con un promedio de más de 50.000 asistentes por semana.

Sin embargo, a medida que su papado avanzaba, la asistencia comenzó a disminuir. En 2015, las cifras habían caído a 30.000-40.000, y en 2017-2019 a 15.000-25.000.

En 2020, las restricciones de COVID-19 llevaron a un cese completo de las reuniones de Angelus.

Cuando las restricciones se aliviaron en 2021-2022, la asistencia no se recuperó, con un promedio de entre 10.000 y 20.000, uno de los más bajos de la historia reciente.

Desde 2023, la disminución de la asistencia al Angelus se ha reducido a unos pocos miles, alcanzando un máximo de poco más de 10.000.

«Bajo Francisco, la situación ha cambiado dramáticamente», pues él ha visto «el declive más significativo», comenta el autor.

lunes, 17 de febrero de 2025

PREPARACIÓN PARA LA SANTA CUARESMA: MORTIFICACIÓN

Sermón predicado por el Rvdo. P. Pío Vázquez SSM el domingo 16 de Febrero de 2025, domingo de Septuagésima.
   

BOMBARDEAN FUTURA CATEDRAL EN MIANMAR


El ejército de Mianmar ha llevado a cabo ataques aéreos que han dañado gravemente la iglesia del del Sagrado Corazón de Jesús en Mindat (Mianmar), el 6 de febrero, informa la Agencia Fides.

Solo el 25 de enero, la iglesia se convirtió en la catedral de la recién creada diócesis de Mindat que sirve a 14.394 católicos de una población total de 358.866.

Doce días más tarde, varias bombas golpearon el edificio, dañando el techo y las vidrieras, haciéndolo inservible.

En los últimos meses, Mindat ha sido escenario de enfrentamientos entre las Fuerzas de Defensa de Chinlandia (en birmano ချင်း ဒေသကာကွယ်ရေး တပ်ဖွဲ့/Chīn Deithạ Kakweyēi Tathpwẹ, lit. “Ejército de Defensa de la Región de Chin”) y el Ejército de Mianmar. Las FDC es un grupo rebelde en Mianmar, formado en respuesta al golpe de estado de Mianmar de 2021.

El CDF tomó el control de la zona y la declaró oficialmente “liberada” en enero. No se reportaron heridos ya que los presbíteros y fieles habían abandonado el área debido a la inseguridad y los combates.
  
En los últimos días, estaban inspeccionando la iglesia para las próximas celebraciones litúrgicas, entre ellas la “instalación” episcopal del presbítero Agustín Thang Zawm Hung el próximo 27 de Abril. 

Las bombas han golpeado repetidamente iglesias católicas en Myanmar desde que el país del sudeste asiático cayó en la guerra civil en 2021.

NOVENA EN HONOR AL SANTO CRISTO DE SAN AGUSTÍN DE GRANADA

Novena dispuesta por la Hermandad del Santo Cristo de San Agustín en la ciudad de Granada, y reimpresa en Granada por la Imprenta de los Herederos de Manuel Gómez Moreno en 1834.
  
INDULGENCIAS
El Illmo. y Rmo. Sr. D. Felipe de los Tueros y Huerta, Arzobispo de Granada, del Consejo de S. M., concedió ochenta días de indulgencia a.todas las personas que hicieren esta Novena.
   
El Excmo. e Ilmo. Sr. D. Blas Joaquín Álvarez de Palma, Gran Cruz de la distinguida Orden española de Carlos III y Arzobispo de Granada, concede ochenta días de indulgencia a todos los fieles que hicieren esta Novena, otros ochenta a los que rezaren la Oracion Christus vincit que está al fin de ella, y otros ochenta por cada acto religioso que se haga delante de la Santa Imagen. 

INTRODUCCIÓN
«Petíte, et dábitur vobis, omnis enim qui petit áccipit» (S. Matth. VII,. 7-8).
  
El piadoso uso de las Novenas que la devoción ha introducido, es para alcanzar de Dios, por la intercesión de los Santos a quienes se dedican, aquellas gracias espirituales y corporales que para el bien de sus almas y cuerpos necesitan los fieles.
  
Si es una verdad que los Santos como amigos de Dios son para con nosotros poderosísimos intercesores, también lo es que entre todos los intercesores, el más poderoso a la presencia del Eterno Padre es su amado Hijo Jesucristo nuestro Redentor, como nos lo enseñan los Suntos Apóstoles San Juan y San Pablo que nos dicen: que si pide es por su propio respeto y que es oído por su propia excelencia; y como en el Árbol de la Cruz dando su vida por los hombres, manifestó la grandeza de su amor, obedeciendo hasta morir a su Eterno Padre, sus ruegos por nosotros desde el madero Santo de la Cruz son tan agradables. A la vista de su Padre que nos hacen fundar las más sólidas esperanzas de conseguir todo cuanto pidamos en esta Santa Novena si nuestras súplicas son dirigidas por un corazón contrito y humillado.
   
El Santisimo Cristo de San Agustín protector decidido de esta ciudad de Granada ha manifestado en todos tiempos el amor que profesa a los hijos de este su querido pueblo. En sus mayores tribulaciones, siempre que la Ciudad le ha buscado, ha enjugado sus lágrimas, levantado el azote de su justicia y la ha llenado de consuelo. Desde los tiempos más remotos lo ha manifestado así. En el Siglo XVI, por los años de 1587, cuando las fuentes se secan y no corren los ríos Dauro y Genil, que son los que forman la amenidad del terreno y la fertilidad de su hermosa Vega, en esta grande tribulación ocurren a su protector el Santísimo Cristo de San Agustín y fueron consolados. Lo mismo acontece en la Peste desoladora de los años de 1679, en el que apenas lo sacaron en procesión de rogativa, los enfermos sanan y la peste se concluye.
  
Estos prodigios motivaron a formar esta novena tomada literalmente de los tiernos afectos que a Jesucristo Crucificado manifiesta en sus obras el Gran Doctor de la Iglesia el Sr. San Agustín, y el que motiva hoy día su segunda reimpresión.
  
MODO DE HACER LA NOVENA
Cualquier persona que hubiere de hacer esta Novena, para que sea con fruto, ha de limpiar su conciencia confesando y comulgando a lo menos una vez, dentro de los nueve días, y en cada uno de ellos puesto de rodillas delante del Santísimo Cristo de San Agustín, o de un Retrato o Estampa suya (y quien no la tuviere, ni pudiere ir donde esta dicha Sagrada Imagen, delante de cualquier Crucifijo o Cruz) se persignara diciendo: Por la señal &c., y hará el Acto de Contrición, que hay para empezar todos los días: Señor mío Jesucristo &c. y dirá las oraciones que hay para cada día, una al Eterno Padre y otra a Cristo Crucificado: después dirá todos los días las cinco Jaculatorias, que hay para acabar, y al fin de cada una un Pater noster y un Ave María con un Gloria Patri en honra de las cinco Llagas del Señor, y concluirá cada día con la Antífona y Oración que se les sigue.
  
En cualquier tiempo del año se puede hacer esta Novena, especialmente en la Cuaresma, y con más especialidad en el mes de Agosto, empezando el día cinco, y acabando el día trece, tiempo en que se celebran los milagrosos favores de dicha Santa Imagen hechos a esta Ciudad. Tambien se puede hacer en nueve viernes, y en este caso se ha de confesar y comulgar en todos ellos.
  
NOVENA A JESUCRISTO CRUCIFICADO, MEDIANERO ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES, REPRESENTADO EN LA MILAGROSA IMAGEN DEL SANTÍSIMO CRISTO DE SAN AGUSTÍN, SAGRADO PROTECTOR DE LA CIUDAD DE GRANADA

  
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo Dios y Hombre verdadero, Criador y Redentor mio, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa, Señor, de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmisimamente la enmienda con vuestra Divina gracia: y espero en vuestra infinita misericordia, me habéis de perdonar y salvar, por los méritos de vuestra Santísima Vida, de vuestra preciosísima Sangre, de vuestra dolorosísima Pasión, y afrentosísima Muerte. Pequé, Señor, habed misericordia de mí.
  
DÍA PRIMERO
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 1 y cap. 5).
Señor Dios mío, Eterno y amoroso Padre de mi Señor Jesucristo, dadme gracia, para que en esta Novena, y en todos los días de mi vida, Os desee mi corazón, deseándoos Os busque,buscándoos, Os halle, hallándoos Os ame y amándoos logre el perdón de mis pecados, y que nunca más vuelva a ofenderos. Dios mío y misericordia mía, desatad las prisiones de mis yerros, y borrar la sentencia de muerte que por mis culpas merezco, por la caridad y amor de vuestro Hijo querido. Yo no hallo, Señor, otro Intercesor más poderoso para con vuestra Majestad sino al que es propiciación y rescate de todos nuestros pecados, y continuamente intercede por nosotros, Este es, ¡oh Eterno Padre!, Nuestro Abogado delante de vuestra Majestad: este es el Sumo Pontifice que no tiene necesidad de ser purificado con ajena sangre, porque en la Cruz resplandece bañado con la suya propia: este es, Señor, la Hostia santa y perfecta a vuestra Majestad agradable: este es el Cordero sin mancha, que en poder de sus enemigos enmudeció, y siendo abofeteado, escupido y afrentado, no abrió su boca; y no habiendo cometido pecado alguno, llevó sobre Sí nuestros pecados, y con sus Dolores sanó nuestras dolencias, Por su medio os pido, Señor, me concedáis lo que en esta Novena pretendo, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 49 y cap. 35).
Señor mío Jesucristo, Hijo de Dios vivo, Soberano Protector mío, que extendidas y clavadas las manos en la Cruz, bebiste el amargo Cáliz de tu Pasión por mi redención y la de todos los pecadores, yo Te suplico, que me des la mano, y me socorras hoy y en estos días, concediéndome lo que en esta Novena, siendo de Tu agrado, pretendo. Aquí me tienes, Señor, que como pobre vengo a Ti, que eres rico, y como miserable me valgo de Ti, que eres Misericordioso: no me aparte de aquí vacío y despreciado de Ti. Yo confieso, Dulcísimo Jesús mío, yo confieso contra mi mi maldad delante de tu magoificencia y bondad: ten misericordia de mí, pues tantos dolores Te costé. Y óyeme, Dios mío, óyeme, Lumbre de mis ojos, oye lo que Te pido, y para que me oigas dame la petición, y el modo de pedirte. Piadosísimo y Misericordiosísimo Señor, no Te hagas inexorable para mí mirando mis pecados, sino atendiendo a tu bondad recibe benigno los ruegos de este siervo tuyo, y concédeme el efecto de mi petición y deseo, por la intercesión y ruegos de la Gloriosa Virgen María tu dulcísima Madre, y de tu amado Doctor San Agustín mi Padre. Amén.
  
JACULATORIAS Y ORACIONES EN HONRA DE LAS CINCO LLAGAS DEL SEÑOR
  • JACULATORIA 1.ª (N. P. San Agustín, Soliloquios, cap. 74. y cap. 18): ¡Oh amabilísimo Jesús Crucificado, digno de ser servido siempre y amado! Tarde Te amé, hermosura antigua y nueva, tarde Te amé. ¿Quieres, Señor que te quiera? ¿Me mandas que yo Te ame? Dame lo que me mandas y mándame lo que quieres. Pater noster, Ave María y Gloria Pátri.
  • JACULATORIA 2.ª (N. P. San Agustín, Manual. cap. 10): ¡Oh dulcísimo Jesús Crucificado, amor grande, que siempre ardes y nunca te apagas, Dios mío y Caridad mía! Enciéndeme y abrássme todo con tu Divino fuego, con tu caridad y dulzura, para que con todo mi corazon Te ame. Pater noster, Ave María y Gloria Pátri.
  • JACULATORIA 3.ª (N. P. San Agustín, Soliloquos, cap. 7): ¡Oh suavísimo Jesús Crucificado, Luz de mis ojos, por la cual veo, y sin la cual estoy ciego, gozo de mi corazón, y alegría de mi espíritu! Ámete yo, Señor, con todo mi corazón, con toda mi alma y con todis mis entrañas, porque me amaste primero. Pater noster, Ave María y Gloria Pátri.
  • JACULATORIA 4.ª (N. P. San Agustín, Soliloquios, cap. 1): ¡Oh Clementísimo Jesús Crucificado, Hijo de Dios vivo, vida que me das vida y que eres toda mi vida: vida por la cual vivo, y vida sin la cual muero: vida con la cual resucito, y sin la cual perezco: vida vivificante, dulce y amable! Vivifícame con tu gracia, para que Te ame. Pater noster, Ave María y Gloria Pátri.
  • JACULATORIA 5.ª (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 57): ¡Oh amantísimo Jesús Cracificado, Saeta escogida y aguda Espada, que puedes con tu Divina potencia penetrar el duro estado del corazón humano! Traspasa mi corazón con la saeta de tu dulce amor, para que pueda decirte mi alma que está herida con tu caridad. Pater noster, Ave María y Gloria Pátri.
   
Pues yo soy quien te ofendí,
Mi dulcísimo Jesús,
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
  
Tu Prisión
La causó mi libertad,
Pues con pasión
Me arrojé tras la maldad,
Y tu bondad
Se ofreció al Padre por mí.
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
    
Las espinas
Traspasaron tu Cabeza,
Y en esas minas
Hallo mi mayor riqueza,
Pues con largueza
Diste la vida por mí.
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
     
Los azotes,
Heridas y bofetadas
Fueron dadas
Por mis manos atrevidas,
Y sufridas,
Manso Cordero, por mí.
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
     
Los baldones,
Las heridas sin cuento,
Son blasones
De mi alma y mi contento,
Solo siento
Que yo Te las merecí.
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
     
Esa Cruz
Donde estás, mi Bien, clavado,
Es mi luz,
Aunque el sol esté eclipsado,
¡Ay, dulce Amado,
Si yo muriera por Ti!
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
    
La amargura
De tu boca aheleada
Es dulzura
De mi alma regalada,
Y pagada
La fruta que yo comí.
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
     
Son tus manos,
Tus pies y costado abierto
Dulce puerto,
Donde nuestro bien hallamos,
E inhumanos,
No nos mueve verte asi.
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
    
Con tu Muerte,
Quedó todo consumado,
De esta suerte
A tu Padre le has pagado
Lo que el pecado
Me dejó de deuda a mí.
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
     
Los Dolores
De vuestra Madre afligida
Son amores
Ofrecidos por mi vida,
Madre la más dolorida,
¡Oh!, ¿quién muriera por Ti?
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
    
Pues yo soy quien te ofendí,
Mi dulcísimo Jesús,
Por tu Pasión y tu Cruz,
Rogad al Padre por mí.
  
En lugar de la Antifona se dice:
Blnnco y rubio eres, amado Jesús Crucificado, y por todos modos digno de ser amado y querido; porque toda tu figura amor respira, y tu cabeza iuclinada, tus extendidos manos y tupecho abierto, provocan a ser con amor correspondido.
   
℣. A Ti, Cristo Jesús, te adoramos y a Ti te bendecimos. 
℟. Porque por medio de tu Cruz redimiste al mundo.
   
ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, que estando en el seno de tu Eterno Padre, bajaste de los Cielos a la Tierra, y derramaste tu preciosa Sangre en remisión de nuestros pecados: humildemente Te rogamos, que en el día del Juicio, a tu mano diestra colocados, merezcamos oír: «Benditos de mi Padre, venid». Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
  
Oración que se dirá todos los días al acabar la novena en tiempo de peste u otra cualquier necesidad.
   
LATÍN
Christus vincit, Christus regnat, Christus ímperat, Christus ab omni malo nos deféndat.
Christus Rex venit in pace.
Et Verbum caro factum est.
Deus homo factum est.
    
Per signum sanctæ Crucis líbera nos, Dómine Deus noster.
De inimícis nostris líbera nos, Deus noster.
Christus nobíscum stat.
  
Sanctus Deus, Sanctus Fortis.
Sanctus Immortális, miserére nobis.
  
Orémus:

ORATIO
Deus misericórdiæ, Deus pietátis et caritátis, Deus indulgéntiæ ac véniam, qui misértus es super afflictiónem pópuli tui, et dixísti Ángelo percuténti pópulum tuum: «Contíne manum tuam», ob amórem illíus Stellæ gloriósæ, cujus úbera pretiósa contra venénum nostrórum delictórum quam dulcit suxísti; præsta auxílium grátiæ tuæ, ut ab omni peste, fame, bellum, terræmótus, fúlgure, tempestáte, et improvísa morte secúre liberémur, et a tótius perditiónis incúrsu misericórditer salvémur. Per te, Jesu Christe Rex glóriæ, Salvátor mundi, qui cum Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas, Deus, in sǽcula sæculorum. Amen.
  
TRADUCCIÓN
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo nos defienda de todo mal.
 
Cristo Rey vino en paz,
Y el Verbo se hizo carne,
Dios se hizo hombre.
   
Por la señal de la Santa Cruz líbranos, Señor Dios nuestro.
De nuestros enemigos líbranos, Señor.
Cristo está con nosotros.
Santo es Dios, Santo fuerte.
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
  
Oremos:
  
ORACIÓN
Dios de misericordia, Dios de piedad y amor, Dios de indulgencia y perdón, que compadeciéndoos de la aflicción de vuestro pueblo, dijisteis al Ángel castigador que lo hería: «suspende tu mano». Por amor de aquella Estrella Gloriosa, vuestra Madre purísima, de cuyos pechos os alimentasteis tan dulcemente del licor milagroso contra el veneno de nuestros delitos, concedednos el auxilio de vuestra gracia para que seguramente seamos libres y misericordiosamente salvos de toda peste, hambre, guerra, terremoto, rayo, tempestad, muerte repentina y de todo peligro de condenación eterna. Por Vos, Jesucristo, Rey de la Gloria, y Salvador del mundo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
  
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 6).
Piadoso, Eterno y Amoroso Padre y Señor mío, aquí tiene vuestra Majestad presente a mi Sagrado Protector: mirad, Dios mío, a vuestro piadosísimo Hijo con tanta impiedad atormentado y muerto en la Cruz por mí: mirad, Rey Clementísimo, al que padece, y benigno acordaos de mí, por quien padece. Este es, Señor, aquel inocentísimo Hijo, que vuestra Majestad entregó a la muerte para rescatar al desagradecido esclavo: este es aquel Autor de la vida, que como manso Cordero fue llevado al sacrificio, y siéndoos obediente hasta la Cruz, no rehusó padecer la más cruel y afrentosa muerte, por dar vida al hombre muerto en la culpa y preso en la carcel de la muerte. Acordaos, ¡oh Divino Dispensador de nuestra salvación y salud!, que con ser este mismo Señor el que engendrasteis de vuestra Divina y Eterna Substancia, quisisteis que se vistiese de la fliqueza de mi carne, para que en el Madero Santo pagase, mediante la carne que había tomado, el triste castigo que yo merecía. Poned, Señor, los ojos de vuestra misericordia sobre esta obra de inefable piedad; y por su medio concededme el perdón de  mis pecados, y la merced que en esta Novena solicito, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Soliloquios, cap. 13 y Manual, cap. 11).
Señor mío Jesucristo, Soberano Protector mío Crucificado por mí: yo Te pido, Señor, por quien eres, que no me desampares ni dejes: así lo espero, mi Dios, pues me criaste cuando yo era nada, y me redimiste cuando más perdido estaba. Muerto estaba yo, y siendo Tú inmortal, para venir a darme vida, tomaste carne mortal. Al esclavo, Soberano Rey, bajaste y para rescatarlo, a Ti mismo Te entregaste. Para que viviese yo, padeciste muerte, y con ella venciste a la misma muerte, Tanto me amaste, Señor, que dando tu preciosa Sargre en precio por mí, me da fundamento tu amor a que piense que más me amaste a mí que te amaste a Ti, porque quisiste morir en la Cruz por mí. ¡Ah, Señor!, que estas tan grandes finezas sean un memorial de tu excesivo amor, y que de mi corazón nunca yo Te aparte, pues por mí de esa Cruz no te apartaste. Hermosísimo Jesús, humildemente te ruego, por aquel sacratísimo derramamiento de tu preciosa Sangre, con que en la Cruz nos redimiste, que le des a mi corazón una verdadera contrición, y una fuente de lágrimas con que llore mis pecados, principalmente en esta  ocasiín en que Te ofrezco estas oraciones y ruegos; y concédeme, Señor, lo que en esta Novena te pido, por los méritos de tu Madre Santísima y de San Agustín tu amante Siervo. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.
   
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 6).
Soberano Señor, Eterno Padre y Dios mío, aquí pongo delante de vuestra Divina presencia a vuestro dulcísimo Hijo extendido y descoyuntado por mí en el madero sagrado de la Cruz. Mirad, Señor, aquellas inocentes manos destilando preciosa Sangre, y por ellas perdonando las maldades que con atrevida osadía han cometido las mías. Reparad, Dios mío, en aquel amoroso pecho con la lanza cruel atravesado, y renovarme a mí con la sagrada fuente que creo haber salido de su piadoso Costado. Por aquellos sacratísimos pies que anduvieron por los caminos de vuestra santa Ley, que veis allí con duros clavos traspasados, pido a vuestra Majestad, piadoso Padre, que gobernéis los míos, para que ande siempre por las sendas de la verdad, aborreciendo yo los caminls torcidos y errados. Rey de los Santos, yo os suplico por este Santo de los Santos, mi Redentor Crucificado, que me hagáis correr por el camino de vuestros Mandamientos, para que logre unirme en el Espíritu con vuestro Hijo Santisimo, pues Él no tuvo horror ni asco de vestirse de mi carne. Concededme, Señor, por Su preciosa Sangre la gracia que en esta Novena pretendo, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 7).
Señor mío Jesucristo, Sagrado protector y Redentor mío: ¿qué culpa fue la mía, amantísimo Mancebo, para ser tan mal tratado, y condenado a muerte de Cruz? ¿Cuál fue el pecado que cometiste para morir afrentado y ser con desprecio sentenciado? Bien veo, Señor, que no hubo culpa de tu parte, porque eres por naturaleza Santo e impecable. Yo, Crucificado Bien mío, yo soy la llaga de tu dolor: yo tengo la culpa de tu muerte: yo soy el que solo merece los tormentos, porque, yo soy la única causa de tus cardenales y llagas. ¡Oh disposición admirable de tan inefable misterio! Peca el injusto, y es castigado el justo: obra mal el delincuente, y es azotado el inocente: ofende a Dios el malvado, y el piadoso es condenado: el bueno padece lo que el malo merece: la deuda del esclavo la paga el Señor, y por la culpa del hombre puro muere un Hombre Dios. ¡Oh Hijo de Dios vivo! ¡Hasta dónde llegó tu humildad, tu amor, tu caridad,  tu compasión y piedad! Usa, Señor, conmigo, de todos estos atributos soberanos, y preséntalos a tu Eterno Padre, para que me perdone mis pecados, y concédeme piadoso lo que en esta Novena solicito, por los méritos de tu dulcísima Madre, e intercesión del Glorioso San Agustín. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.
      
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 6).
¡Oh Padre Piadosísimo y Dios Eterno! Mirad, Señor, a vuestro Dulcúsimo Hijo por mí Crucificado: mirad su Sacrosanta Cabeza herida, inclinada y descaecida: su cerviz más blanca que la nieve, ensangrentada toda, y con la muerte doblada y caída: Mirad, Benignísimo Criador mío, la sagrada Humanidad de vuestro amado Hijo, y tened misericordia de mi flaqueza, que soy pobre y debil criatura vuestra. Reparad, Dios mío, cómo resplandece en la Cruz su desnudo Pecho y su Costado manando Sangre bermeja: cómo está eclipsada la hermosura de sus ojos, y pálido el color de su Divino Rostro: cómo están sus Brazos yertos, extendidos y descoyuntados, y los arroyos de su Sangre riegan sus Pies traspasados con duros y crueles clavos. Contemplad, ¡oh Glorioso Padre!, los miembros quebrantados y descuadernados de vuestro amado Hijo, y acordaos misericordioso que soy de barro quebradizo. Considerad, mi Dios, las penas de este Dios Hombre, y tened piedad de la miseria del hombre que criasteis: mirad la Pasión del Redentor, y perdonad, Señor, el pecado del redimido, y por su medio concededme la merced que Os pido, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 7).
Señor mío Jesucristo, Soberano Protector mío, por mi amor Crucificado, gracias te doy por el beneficio grande de haberte puesto en esa Cruz para mi libertad y salud; pues siendo yo el malo, Tú eres el castigado: la culpa yo la cometi y Tú, Dios mío, pagas la pena por mí: yo soy el delincuente y Tú padeces el tormento: yo soy el soberbio envanecido y Tú, Gran Señor, el humillado y abatido: yo soy el inobediente y Tú por obediencia pagas con la muerte la culpa de mi inobediencia. De la gula me dejo yo llevar, y Tú padeces hambre, sed y necesidad: Al ilícito deleite me arrastró el árbol vedado, y la caridad perfecta te puso a Ti Crucificado: yo me deleito comiendo, y Tú te angustias padeciendo: yo gozo de los regalos, y a Ti te despedazan y atormentan duros clavos: yo gusto de la manzana la dulzura, y Tú gustas de la hiel y del vinagre la amagura: a mí Eva con risa me acaricia, y de Ti llorando se compadece María. Suplícote, Dulce Jesús mío, que compadecido de mi miseria y movido de tu misericordia seas mi Medianero con tu Eterno Padre, para que logre lo que pretendo en esta Novena, por la intercesión de tu dolorosa Madre, y del Glorioso Doctor San Agustín. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.
      
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 8).
Dios todopoderoso, Eterno y amoroso Padre de mi señor Jesucristo, miradme ya con ojos de misericordia, pues os ofrezco a vuestro amado Hijo por mí Crucificado: en Él presento a vuestra Majestad lo más precioso y estimable que he podido hallar: ninguna cosa para mí reservo, porque os ofrezco Señor, todo cuanto tengo: nada me queda que añadir a la dádiva, porque toda mi esperanza y todo mi caudal ofrezco en vuestro Hijo a vuestra Majestad, ahí tenéis, Dios mío, el medianero entre vuestra Majestad y los pecadores: ahí tenéis a mi intercesor y abogado, por cuyo medio espero conseguir el perdón de mis pecados. Yo creo, Eterno y piadoso Padre, que enviasteis al mundo a vuestro unigénito Hijo, para que vestido de mi humanidad se dignase padecer y sufrir prisiones, bofetadas, escarnios, salivas, Cruz, clavos y lanzas. Esta Humanidad, Señor, así herida, es la que amansa vuestra ira, y la que nos reparte vuestras misericordias. Por ella os pido que no apartéis de mí, indigno pecador, los ojos de vuestra Paternal misericordia y amor, y me concedáis por medio de tan grande intercesor lo que en esta Novena pretendo, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 7).
Señor mío Jesucristo, Rey de la Gloria, Dios mío Crucificado y sagrado Protector mío: ¿con qué podré yo pagarte los beneficios que he recibido de Ti puesto en esa Cruz? Bien veo, Señor, que en el corazón humano no hay cosa digna y correspondiente a tales mercedes, y que la criatura no puede elevarse tanto que llegue a recompensar lo que de su Criador recibe. Mas también considero, dulcísimo Jesús, mío, que atendiendo a tu admirable dispensación, puede mi flaqueza satisfacer en algo tanta dignación, si mi alma ilustrada con tu visitación y compungida con tu memoria, crucifica su carne con todos sus apetitos; porque cuanto recibe esta merced de Ti, empieza a compadecerse de Ti y a entender que por mis culpas quisiste morir. Concédeme, piadosísimo Señor, por tus antiguas misericordias, esta gracia, para que desechando yo el mortal veneno de la Serpiente infernal, me sea restituida aquella antigua salud que me ganaste con tu preciosa Sangre. Y hacer que sin Ti ninguna cosa sea dulce para mí, ninguna cosa me agrade, ni me sea hermosa o preciosa fuera de Ti: el gozo sea mi pena sin Ti, y la pena suma alegría por Ti: tu Nombre sea mi refrigerio y tu memoria consuelo. Yo te suplico, Esperanza mía, que por tu piedad infinita, perdones mis culpas y malas correspondencias, y me concedas lo que pido en esta Novena, por los méritos de tu Madre Santísima y del Glorioso Doctor San Agustín. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.
      
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 1 y cap. 8).
¡Oh Dios inmenso, Eterno y Soberano Padre! Aquí nos tenéis en vuestra presencia, a vuestro Hijo mi Señor Crucificado, y a mí su rebelde esclavo: mirad, piadoso Padre, al Hijo que engendrasteis, y al esclavo que redimisteis: mirad al Hacedor, y no despreciéis la hechura; abrazad tierno y amoroso al Pastor, y mirad misericordioso la oveja que trajo sobre sus hombros. Aquí tenéis, Soberano Rey, Dios Omnipotente y Señor mío, al Buen Pastor que a costa de su Sangre, de su Muerte y su Pasión, os trae en mí lo que vuestra Majestad le encomendó: Él tomó por vuestra obediencia a su cargo salvar al hombre y os le ofrece en la Cruz, salvo y limpio de toda mancha con su preciosa Sangre. Bien puedo yo, Padre amoroso, por  mí mismo ofenderos, mas no puedo yo por mí mismo desenojaros; pero vuestro amado Hijo y mi Dios, ha querido ser mi fiador y vestirse de mi humanidad para curar mi enfermedad, y para que de donde había nacido la culpa allí se hallase el remedio. De es te Divino Protector me valgo para con vuestra Majestad si Vos mi Dios me despreciáis por mi maldad, miradme con misericordia y piedad por la caridad de vuestro amado Hijo  Crucificado, y con el perdón de mis pecados concededme lo que solicito en esta Novena, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 59).
Señor mío Jesucristo, Dulcísimo Dueño y Sagrado protector mío: ¿dónde están tus antiguas misericordias? ¿Ha de durar para siempre tu enojo? Apláquese ya tu ira, Dios mío, y ten misericordia de mí; no apartes de mí tu aprecisble Rostro, pues por redimirme a mí no lo desviaste de los que en la Cruz te escupieron, blafemaron y escarnecieron. Yo confieso, Señor, que he pecado y que merezco la eterna condenación: mi penitencia y dolor no basta para darte condigna satisfacción, pero es cierto, mi Dios, que tu misericordia sobrepuja todos mis pecadis y culpas, que son ofensas de tu grandeza: por tanto te suplico, piadosísimo Señor llagado, crucificado y muerto  por mi amor, que no quieras escribir contra mí las amarguras de mis maldades, ni entrar en juicio contra este tu siervo, sino que según la multitud de tus misericordias, borres mis culpas con tu purisima Sangre. Ten, Señor, misericordia de mí, para que no desespere y para que esperando respire: que si yo he cometido tantas maldades que por ellas me puedes condenar, Tú, mi Dios, no has perdido la bondad con que acostumbras salvar. Concédeme, Soberano Protector y Dueño mío, el perdón que aquí solicito, intercediendo con tu Eterno Padre tu sacratísima Pasión y lo que en esta Novena pretendo, por los méritos de tu santísima Madre y de San Agustín tu escogido Doctor y enamorado Siervo. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.
  
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 8).
Eterno Padre y Soberano Dios, patente os hago la humanidad sagrada de vuestro querido Hijo Jesús, puesta en la Cruz y muerta por mi amor, derramando sangre y hecha una llaga; y os suplico, Señor, que mirando vuestra Majestad aquellas llagas abiertas en aquel Sagrado cadáver, cubráis con ellas mis culpas y maldades y con la Sangre que mana del Costado, borréis las fealdades de mi corrupción y lavéis las manchas de todos mis pecados. Y supuesto que en mí la carne a ira os provoca, muévaos aquella carne llagada a misericordia, para que así como la carae me enlazó en la culpa y me engañó, así aquella preciosa carne me libre del engaño y me alcance el perdón. Mucho es, Dios mío, lo que desmerezco como pecador: pero es mucho más lo que merece la misericordia de mi Redentor. ¿Qué culpas tan graves pudo jamás cometer el hombre, que no las sobrepuje la Redención de vuestro amado Hijo hecho hombre? ¿Qué imperio y señorío pudo tener la Muerte, que no sea destruido con el suplicio de su Cruz y de su Muerte? A esta Cruz, ¡oh Eterno Padre!, y a esta muerte, a esta humanidad, a estas llagas, y a esta Sangre apelo, para que admitiéndome benigno a vuestra gracia, me concedáis piadoso lo que en esta Novena os ruego, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 59).
Señor mío Jesucristo, Sagrado Protector mío, Crucificado Dios, que no quieres la muerte de los pecadores, ni te alegras de la perdición de los que mueren en la culpa, antes sí quisiste morir en esa Cruz, para que viviesen los muertos; pues tu muerte mató su muerte, y muriendo Tú, vivieron ellos: yo te pido, Señor, que viviendo Tú no muera yo. Dame, Dios mío, desde esa Cruz la mano, y líbrame de la de mis enemigos, para que no se gocen de mi mal y burlándose digan alegres: «ya nos lo hemos tragado». ¿Quién podrá, Jesús mío, desconfiar de tu misericordia y amor, viendo que aun siendo tus enemigos nosotros, nos redimiste con Tu preciosa Sangre, y con tu Muerte nos reconciliasre con tu Eterno Padre? Amparado, pues, debajo de la sombra de tu misericordia, recurro al Trono de tu Piedad y Gloria, pidiendo, clamando y llorando estoy hasta que alcance perdón, porque si para Él nos llamaste, cuando no lo buscamos, ahora que lo pedimos, ¿ya se ve que lo alcanzaremos? Agéncialo, Señor, con tu Eterno Padre, como Abogado nuestro, y concédeme piadoso lo que en esta Novena pretendo, por la intercesión de tu Gloriosísima Madre, y de San Agustín tu fidelísimo Doctor y Siervo. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.
  
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 8).
Clementísimo Señor y Dios mío, Eterno y Soberano Padre, criador del Cielo y de la tierra: yo la más vil de las criaturas, postrado delante de vuestra Majestad y grandeza os suplico, que por los inmensos trabajos y los merecimientos grandes de este amantísimo Hijo vuestro, que Crucificado y muerto por mi amor os hago presente, me perdonéis mis culpas y pecados, por su piedad mi impiedad, por su inocencia mi malicia, y por su modestia mi pervesidad. La humildad de este Sagrado Cordero venza mi soberbia, su paciencia mi impaciencia, su benignidad mi dureza, su mansedumre mi ferocidad, su obediencia mi desobediencia, su suavidad mi aspereza, su quietud mi inquietud, su dulzura mi amargura y su caridad mi crueldad, para que libre de estos vicios cometidos por mi miseria y renovado con aquellas virtudes comunicadas por su misericordia, logre vivir en vuestra gracia y amistad, y lo que  por su medio pretendo en esta Novena, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 59).
Señor mío Jesucristo, Dulcísimo Protector mio Crucificado: no te acuerdes contra mí, pecador, de tu justicia, sino de tu benignidad para conmigo, que soy tu hechura: asi te lo pido por tu preciosa Sangre. No te acuerdes, Señor, de tu ira contra mí, reo desatento: sino de tu misericordia para con este miserable siervo: así te lo suplico por tus sacratísimas Llagas. Olvídate, Dios mío, de mí que como soberbio te provoco a enojo, y mírame con ojos apacibles, pues ya humillado y arrepentido tu piedad invoco: así te lo ruego por tu Cruz, Muerte y Pasión. ¿No es lo mismo, Dios de mi alma, ser Jesús, que Salvador? Pues, Jesús mío, por lo mismo que eres Tú, levántate en.mi ayuda, y dile a mi alma: «Yo soy tu salud y salvación». Mucho presumo, Señor, de tu bondad, porque Tú mismo me enseñas a pedir, buscar y llamar: y así animado con tu amonestación, pido, busco y llamo; y pues me enseñas a llamar, ábreme, Señor, las puertas de tu misericordia: pues me aconsejas que busque, concédeme que te halle; y supuesto que me mandas que pida, dame lo que te pido, y es que tu Eterno Padre, mediando tu protección, me dé gracia para vivir y morir en su amor, y lo que pretendo en esta Novena, por la intercesión de tu Santísima Madre y del Glorioso San Agustín tu esclarecido Doctor. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.
  
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN AL ETERNO PADRE (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 11).
Eterno y piadoso Señor, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación: bien pudiera yo desesperar al ver mis inumerables pecados y mis infinitas faltas, si vuestro Divino Verbo, vuestro Hijo querido y Dios Eterno no hubiera por mí encarnado y habitado con los hombres, mas no me atrevo ya, Señor, a desesperar en atención a que siendo yo y los demás hombres enemigos de vuestra Majestad, por la  muerte de vuestro amado Hijo nos reconciliasteis a todos, volviéndonos a vuestra gracia y  amistad, antes sí debo con más razón confiar que después de haberme perdonado, por el  mismo Hijo me habéis de salvar; porque toda mi esperanza y seguridad está fundada en aquella preciosa Sangre, que por mi salvación y remedio derramó en la Cruz. En este Señor Crucificado respiro, y confiado en Él deseo llegarme a vuestra Majestad, no, mi Dios, por la justicia que yo tengo, sino por la de vuestro bendito Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y por tanto, Clementķsimo Padre y Benignisimo Amante de los hombres, yo os doy infinitas gracias por tanto amor como me habeis mostrado, por la Cruz, Muerte y Pasión de vuestro Hijo Sagrado, y por aquel sacratísimo derramamiento de su preciosa Sangre, con la cual fui redimido; y por ella os pido la salvación eterna y la especial gracia que en esta Novena solicito, siendo para honra y gloria de vuestra Majestad. Amén.
   
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (N. P. San Agustín, Meditaciones, cap. 41).
Señor mío Jesucristo, Redención mía, Misericordia y Salud mía, Crucificado Dios, Soberano Protector y Criador mío, que me sufres y me mantienes: hambriento y sediento de Ti, Dulcísimo Jesús mío, deseándote y apeteciéndote, suspiro solamente por Ti: y así como un niño huerfano, que ha perdido al benignísimo Padre, llora por él, y sin cesar gime y solloza, y acordándose de él lo abraza allá dentro de su memoria con todo su corazón, de la misma forma deseo yo, Señor, no cuanto debo, sino cuanto puedo acordarme de tu sagrada Pasión, de aquellos crueles azotes y bofetadas, de aquellas heridas y llagas, y de aquella Caridad inmensa con que quisiste morir Crucificado por mí, para que abrazado contigo y con tu Cruz todo mi interior, quede mi alma traspasada con el cuchillo del más agudo dolor, y con la memoria de la Lanza que abrió tu amoroso Pecho, quede herido mi corazón; y con esos duros Clavos con que fuerón presos tus Pies y Manos, quede yo contigo crucificado. Lávame, Dulce Jesús, con tu preciosa Sangre, para que apareciendo limpio ante la Majestad de tu Eterno Padre, logre por tu medio la gracia de hijo suyo, y la merced que en esta Novena pido. Asi, Señor, lo espero conseguir de tu piedad, por los méritos de tu dichosa Madre e intercesión del Glorioso Doctor San Agustín. Amén.
   
Las Jaculatorias y demás oraciones se dirán todos los días.

domingo, 16 de febrero de 2025

NUEVA GOBERNADOR EN EL VATICANO


Francisco Bergoglio nombró ayer 15 de Febrero a la hermana Raffaella Petrini como la nueva presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Nombramiento que entrará en vigor el 1 de Marzo próximo venidero.
   

TRADUCCIÓN
Nombramiento del Presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Presidente del Gobernadorato el Estado del la Ciudad del Vaticano
El Santo Padre ha nombrado, a partir del 1 de marzo de 2025, Presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano y también Presidente del Gobernadorato el Estado del la Ciudad del Vaticano, a la Reverenda Sor Raffaella Petrini FSE, hasta ahora Secretario [sic] General del mismo Gobernadorato.
   
[00291-IT.01]

Bergoglio había hecho el anuncio en la emisión del programa “Che tempo che fa” del oligárquico de izquierda Fabio Agostino Francesco Fazio en el canal 9 de Italia el pasado 19 de Enero (apenas vein-te-y-sie-te días ha), en medio de la entrevista publicitaria para SU TERCERA “ÚLTIMA AUTOBIOGRAFÍA”, y tres días después en audiencia privada a una delegación de la millardaria Fundación “Conrad N. Hilton” (7.099’706.570 dólares de dotación en el año 2023) que lo mismo hace donaciones a “las hermanas” que a oenegés promotoras del aborto y los anticonceptivos.

Originalmente, el nombramiento se iba a llevar a cabo en Marzo, pero como a Bergoglio lo tienen hospitalizado por bronquitis en el Gemelli desde antier 14, lo adelantaron. Por más que quieran endiosarlo, Bergoglio es un hombre mortal, y a su edad en cualquier momento la palma...
   
Sor Raffaella, nacida en Roma el 15 de Enero de 1969, es miembro de las Hermanas Franciscanas de la Eucaristía y licenciada en Ciencias Políticas especializada en Trabajo industrial por la Universidad Internacional Libre de Guido Carli, doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino (donde es profesora de Economía del Bienestar y Sociología de los Procesos Económicos), además de máster en Conducta Organizacional por la Escuela Barney (ponele) de Negocios de la Universidad de Hartford (Connecticut).
  
Ella será la primera mujer en ocupar el cargo más alto en la estructura administrativa del Vaticano y estará a cargo de las finanzas, la seguridad, la infraestructura y el patrimonio cultural.
    
El predecesor de Petrini (quien además es miembro del Dicasterio para los Obispones) fue el español Fernando Vérgez Alzaga LC, de 79 años, L.C., quien fue nombrado en Septiembre de 2021 con 76 años de edad (más allá de la edad de retiro de los presbíteros, obispones y funcionarios curiales no cardenales), creado cardenal al año siguiente y nombrado miembro del “Consejo de los Nueve” en 2023. El próximo 1 de Marzo cumplirá ochenta años, perdiendo así el derecho a participar en el próximo cónclave.

PRESBÍTERO ESTADOUNIDENSE, ARRESTADO POR CRUELDAD ANIMAL

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
      
La Iglesia Sinodal se ha vuelto tan pervertida que uno de sus presbíteros asesinó gatos domésticos atrapándolos y ahogándolos.
El hombre ahora está acusado de crueldad animal agravada.
La enseñanza tradicional de la Iglesia es que tal crueldad es mortalmente pecaminosa, ya que brutaliza al torturador y sirve para gratificar sus impulsos sádicos.
   
No debería sorprender que los presbíteros neoiglesianos que no tienen ningún respeto por los niños lleguen al punto de asesinar animales domésticos. El presbítero Charles J. Thessing Drilling, de 63 años (“instalado” el 28 de Mayo de 1988 por el obispón Andrew Joseph McDonald McGrael), residente en West Memphis (Arkansas), fue arrestado el 11 de Febrero de 2025, acusado de dos cargos de crueldad agravada contra animales domésticos. Parece que el presbítero (hijo de los difuntos David James Thessing Halter y Clara Christine Drilling Schaefers) se dedicó a una especie de matanza maníaca, utilizando trampas y ahogándolos. Los gatos que había atrapado y ahogado en un tanque de agua en su propiedad fueron encontrados en su casa, a la que la policía entró con una orden de registro. Un ciudadano preocupado denunció al presbítero pervertido a la policía.
   
La directora de la Sociedad de Animales de West Memphis dio en el clavo cuando dijo: «Ver a alguien ser cruel, ver negligencia, ver que se les haga daño [a los animales domésticos] de cualquier manera, no solo es desgarrador e ilegal; es una declaración de cómo esa persona vive su vida». La policía agregó: «La crueldad hacia los animales NO será tolerada en nuestra comunidad».
    
Sin embargo, el presbítero de la Antiiglesia se autodenomina “sacerdote” (aunque los presbíteros de la Nueva Iglesia no son sacerdotes, ya que la Iglesia Conciliar desde 1968 utiliza un ordinal protestantizado no sacramental, no el sacramento tradicional del Orden Sagrado) y además es párroco de San Miguel en West Memphis y el Sagrado Corazón de Jesús en Crawfordville. El obispón Anthony Basil Taylor Roth de Little Rock lo suspendió [Parte de la información para este Comentario proviene del Daily Mail del Reino Unido].
   
Católicos tradicionales, la enseñanza tradicional de la Iglesia es clara: infligir dolor y sufrimiento a un animal doméstico sin necesidad es un pecado mortal, ya que brutaliza al torturador y sirve para satisfacer sus impulsos sádicos. En este caso, el autor fue un presbítero de la Pseudoiglesia y causó escándalo con sus acciones pervertidas.

DEL TIEMPO DE SEPTUAGÉSIMA

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
      
La temporada de la Septuagésima comienza tres domingos antes de la Cuaresma: La Septuagésima, Sexagésima y Quincuagésima son una especie de “precuaresma” para prepararnos para la Cuaresma propiamente dicha, que comienza el Miércoles de Ceniza.
La Nueva Iglesia anticatólica Novusordita ha borrado esta antigua temporada que se remonta a la Iglesia primitiva, tal vez compuesta por el mismo San Benito.
  
«Queridos Padres de TRADITIO: ¿Podríais explicar el significado de la actual temporada de Septuaginta que estamos celebrando? ¿Por qué se la ha borrado de la inválida (falsa) “Nueva Misa” protestante-masónico-pagana de 1969, usado casi exclusivamente por la Iglesia Novusordita?».
   
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO
Para hacer una transición entre la alegría de la Epifanía y el carácter penitencial de la Cuaresma, la Septuagésima es una especie de “precuaresma” o “antecuaresma” antes de que la Cuaresma propiamente dicha comience el Miércoles de Ceniza, diecisiete días después del Domingo de la Septuagésima (5 de Marzo de 2025). Vemos el altar revestido no del verde de la esperanza, sino del violeta de la penitencia. La palabra “Septuagésima” viene del latín y significa “setenta”, ya que desde hoy hasta Pascua hay unos setenta días, aunque no exactamente setenta; el término se usa como un número redondo.
    
El número setenta se asocia con los setenta años que los judíos estuvieron cautivos en Babilonia en el siglo VI antes de Cristo. Para ellos, este fue un tiempo de tristeza y de reparación por sus transgresiones contra Dios. Como lo describe el Salmo 136: «En las márgenes de los ríos del país de Babilonia, allí nos sentábamos, y nos poníamos a llorar, acordándonos de ti, ¡oh Sión!» (Salmo 136, 1/versión de Mons. Félix Torres Amat). Ahora bien, la verdadera Iglesia observa este período de setenta días espiritualmente en reparación por nuestros pecados, tal como los judíos hicieron penitencia física mediante su cautiverio.
    
Durante la temporada de la Septuagésima, la Sagrada Liturgia nos quita el canto gozoso de los Ángeles, el Aleluya. No volverá a aparecer en el Oficio Divino y en las Misas de la temporada hasta la Vigilia de Pascua, cuando los mismos Ángeles proclamen en la tierra el triunfo de la Resurrección de Nuestro Señor. A partir de ahora, ya no oiremos el Glória in Excélsis ni el Te Deum en el Oficio Divino y en las Misas de la temporada. El Ite, Missa Est al final de la Misa es reemplazado por el sencillo Benedicámus Dómino, Bendigamos al Señor. El celebrante no dice ni canta este llamado a la oración de cara a la congregación, sino que se da vuelta para mirar al Señor.
    
Esta eliminación de la alegría de la Sagrada Liturgia de la Septuagésima es bastante antigua, y se remonta al menos a la Regla de San Benito del siglo VI (cap. XV). Sin embargo, la Nueva Iglesia apóstata del Nuevo Orden fundada en 1964 en el Anticoncilio Vaticano II, que ciertamente NO es la Iglesia Católica, borró esta antigua estación en su inválida (falsa) “Nueva Misa” Protestante-Masónica-Pagana.
    
Los Evangelios de estos tres domingos centran su mensaje en un único tema: nos invitan a comprometernos con nuestra fe con mayor fervor. Los Propios de estas Misas son unos de los más antiguos del Misal Romano, compuestos en tiempos del Papa San Gregorio Magno, tal vez por el mismo gran santo.

sábado, 15 de febrero de 2025

PRESBÍTERA ANGLICANA “CONCELEBRA” EN INSTALACIÓN ARCHIDIOCESANA


La “presbítera” de la Iglesia Episcopaliana Anglicana de Brasil Vivian Schwanke De Oliveira “concelebró” en el servicio Novus Ordo de instalación de la recién erigida Archidiócesis de Chapecó (Brasil) en la catedral de San Antonio de Padua el pasado domingo 9 de Febrero.

Revestida con alba y estola azul, la señora De Oliveira entró procesionalmente con los demás presbíteros y obispones, ocupó un lugar en el presbiterio, participó en la “plegaria eucarística” y comulgó en el servicio en el cual el obispón local Odelir José Magri Abatti MCCJ (profesó en los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús el 27 de Noviembre de 1991, y fue “instalado” presbítero el 17 de Octubre de 1992 por el entonces obispo de Chapecó José Gomes Maggioni, y obispón el 12 de Diciembre de 2010 por el entonces nuncio –hoy cardenal– Lorenzo Baldisseri Satti, ambas con el rito montini-bugniniano) fue promovido como primer arzobispón metropolitano chapecoense.
   

Odelir José, el mayor de los seis hijos de Domingos Magri y Lúcia Abatti († 2021), dijo en la ceremonia que esta tenía un “carácter ecuménico” al contar con delegaciones de otras religiones, como la señora De Oliveira y el pastor de la iglesia pentecostal “Renovar en Cristo” (quien a diferencia, permaneció en la banca con los demás fieles). Poco después, según un escueto comunicado de prensa, informó de este «incidente aislado [sic] de inadvertida [sic] violación de las normas litúrgicas» a la Nunciatura.
   
    
TRADUCCIÓN
MITRA ARCHIDIOCESANA DE CHAPECÓ
Avenida Getúlio Vargas 121 S – Centro – Chapecó-Santa Catalina – Código Postal 89801-001
Teléfono: 49 33223045 – Registro Nacional de Persona Jurídica 83314930/0001/47 – Correo electrónico: curia@diocesechapeco.org.br
Sitio web: diocesechapeco.org.br
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Chapecó, 13 de Febrero de 2025
   
NOTA ACLARATORIA
   
En referencia a lo ocurrido durante la Misa Solemne de Instalación de la Archidiócesis de Chapecó y de mi posesión como Arzobispo Metropolitano, informamos que ya comunicamos a la Nunciatura Apostólica en el Brasil sobre las circunstancias de este incidente aislado de inadvertida violación de las normas litúrgicas.
  
Renovamos nuestro compromiso con la ortodoxia doctrinal y la ortopraxis litúrgica, y emprenderemos esfuerzos para evitar errores futuros.

Imploramos las divinas bendiciones sobre nuestra Iglesia Particular, mientras proseguimos unidos en la misión evangelizadora.

(Fdo). Mons. Odelir José Magri MCCJ
Arzobispo Metropolitano de Chapecó - SC
En la celebración estuvieron además otros obispones del estado de Santa Catalina, a saber: Cleocir Bonetti Matievicz (obispón de Cazador), Guilherme Antônio Werlang Marschall MSF (obispón de Lages), Fray Mário Marquez e Marquez OFM Cap. (obispón de Joasaba), Onécimo Alberton Bagio (obispón auxiliar de la archidiócesis de Florianópolis), Adalberto Donadelli Jr. Zanardi (obispón de Río del Sur, sucesor del anterior), y Francisco Carlos Bach Denchura (primer arzobispón de Joinville).

ACI Digital (la versión lusófona del medio neocón ACI Prensa) señaló que el hecho violó los cánones 844 y 908 wojtylianos (cánones que solo son punidos si el que los infringe es un presbítero común y corriente, pero que si lo hace un obispón, le hacen de “mérito” para una promoción).
  
A Dios gracias, el Novus Ordo es un rito inválido presidido por mercenarios que no tienen potestad de orden, y en el cual Nuestro Señor Jesucristo NO ESTÁ NI PUEDEN FORZARLO A ESTAR ALLÍ.

martes, 11 de febrero de 2025

SAN GREGORIO II, PAPA

   
Los historiadores le llaman el mejor Papa del siglo VIII, y en él se advierte muy bien la paradoja de los pontífices –constructores de puentes, según la etimología– que resume de modo espectacular la de todo cristiano obligando a la dualidad de atender a las cosas de este mundo y de no vivir más que para Dios.
   
Hijo de Marcelo y Honesta, Gregorio era romano de nacimiento y ya prestó grandes servicios a la Iglesia bajo los pontificados de Sergio I y Constantino I; a este último le acompañó en un viaje a Oriente como asesor, contribuyendo a resolver de manera pacífica –y desgraciadamente, también provisional– una enconada controversia: la canonicidad del Concilio Quinisexto, base del derecho canónico oriental. Al final, el emperador aceptó que el Papado podía rechazar cualquier decisión de un concilio que considerase lesiva para la Iglesia.
   
Desde el 715, cuando fue elegido Papa, se desvive por una parte en la doble labor de defensa y de conquista espiritual: reconstruir monasterios como Montecasino, cuna de la orden benedictina, y consolidar las murallas de Roma, pero pensando también en pueblos paganos a los que había que llevar el Evangelio (él fue quien mandó a San Bonifacio a la Germania).
   
Bifronte tuvo que ser así mismo su actitud política: por el norte los lombardos amenazaban con engullir el papado, por el sur los bizantinos aumentaban sus exigencias, y con el emperador León Isáurico, que favorecía a los iconoclastas, el reto adquiría especial gravedad.
  
San Gregorio tuvo que jugar arriesgadamente a dos tableros, el humano y el divino, el de la fe y el de la diplomacia, conteniendo a la vez a los bárbaros y a los archicivilizados bizantinos. No sólo Roma o Italia, el orbe entero, la plenitud de la fe y toda la política del mundo pesaban sobre sus hombros, como sobre los de cualquier Papa, cruzando el puente del tiempo hacia la orilla de la eternidad. 

Decretó que en Cuaresma, los jueves, la gente debía ayunar, tal como se requería durante los otros días de la semana (en siglos anteriores, los papas no lo aceptaban, ya que los paganos habían ayunado los jueves como parte de su adoración a Júpiter), y prescribió los oficios que se debían decir durante los servicios religiosos los jueves de Cuaresma (antes de esto, la misa del domingo anterior se decía esos jueves).

A San Gregorio II se le atribuye un milagro en la batalla de Tolosa (9 de Junio del 721): el Liber Pontificális, antigua crónica de los Papas, refiere que el año anterior, le envió a Odón el Grande, duque de Aquitania, tres esponjas benditas (o canastas de pan bendito), de las cuales él distribuyó pequeñas porciones a sus soldados en la víspera de la batalla, en la cual derrotó y dio muerte al valí (gobernador) musulmán Al-Samh ibn Málik al-Jawlani. Todos los que las consumieron regresaron ilesos de la batalla.
  
Murió el 11 de Febrero del 731, siendo sepultado en la antigua Basílica de San Pedro.
  
ORACIÓN
Oh Dios, que constituiste a tu bienaventurado Confesor y Pontífice San Gregorio defensor de la Fe y ejemplo en tu Iglesia de sabiduría y firmeza apostólica, concédenos te suplicamos que, afrontando por tu Nombre con humilde corazón toda adversidad, consigamos la gloria eterna. Por J. C. N. S. Amén.

lunes, 10 de febrero de 2025

LOS CATÓLICOS TRADICIONALES CELEBRAN A SAN VALENTÍN MÁRTIR, NO AL CURSI

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
   
El verdadero San Valentín de Terni, cuyas reliquias se encuentran en la Basílica de Santa María en Cosmedin de Roma, no fue un romántico, sino un valiente mártir por la verdadera fe durante las persecuciones del estado secular.
Por su fidelidad a Cristo fue golpeado y decapitado, pero lleva la corona del martirio en la bienaventuranza del cielo.
   
Lo que los católicos parecen haber olvidado en el comercialismo de la festividad de este Santo Mártir es que el 14 de febrero no es el Día de San Valentín, sino el Día de San Valentín. Sus orígenes no son un día dedicado al sentimentalismo romántico, sino al amor a Dios, hasta la muerte.

El sacerdote romano Valentín fue encarcelado por profesar valientemente su fe católica y ayudar a otros católicos a hacerlo durante las persecuciones del emperador romano Claudio Gótico alrededor del año 269. San Valentín, que enviaba cartas de aliento (“valentines”) en la fe desde su celda, fue finalmente martirizado a golpes y decapitado. Lejos de representar un sentimentalismo romántico, el color rojo y los corazones que son tan frecuentes en este día recuerdan el hecho de que San Valentín dio el corazón rojo de su cuerpo y la sangre roja de su vida como mártir por su fe católica.

Como escribe San Agustín en el Oficio Divino Católico Tradicional para este día: (Sermón 44 sobre los Santos): «In cujus glorióso agóne duo nobis præcípue consideránda sunt: induráta vidélicet tortóris sævítia, et Mártyris invícta patiéntia» [En el glorioso combate que sostuvo por la fe, debemos considerar principalmente dos cosas, a saber: la pérfida crueldad de los verdugos, y  la invencible paciencia del Mártir].

Católicos tradicionales, en lugar de sentimentalismos en este día, el verdadero católico debería recordar cuánta sangre derramaron millones de valientes mártires católicos para comprar esa preciosa fe para nosotros, una fe que hoy está siendo perseguida no sólo por el gobierno, sino por la Iglesia sinodal pagana de Novusordita fundada en 1964 en el Anticoncilio Vaticano II, que ciertamente NO es la Iglesia Católica. Así que guardemos los dulces y las flores para el Día de la Madre secular y dejemos que el 14 de febrero no esté manchado por el sentimentalismo, sino que esté dedicado a la oración devota por la intercesión del Sacerdote Mártir, que dio su vida por la Fe Verdadera como luz para los infieles.

SAN JUAN VUELVE CON ELÍAS Y ENOC

Sermón predicado por el Ilmo. Sr. Obispo Don Fernando Altamira, superior de la Sociedad de Santa María, durante el V Domingo después de la Epifanía (9 de Febrero de 2025, conmemoración de San Cirilo de Alejandría, Obispo y Doctor de la Iglesia, y de Santa Apolonia Virgen y Mártir).
  
    
SAN JUAN VUELVE CON ELÍAS Y ENOC
   
TODO en MARÍA y por MARÍA. Y por las BENDITAS ALMAS del PURGATORIO.
  
Queridos hijos:
 
Hoy queríamos predicarles de un tema que vemos “de actualidad”, por las épocas que nos toca vivir, las cuales muestran que parece transitamos los tiempos finales, “in consummatióne sǽculi: en la consumación del Siglo”, como dice la Escritura. Dentro de los numerosos temas que rodean a la espera de la –ojalá pronta– venida de Dios Nuestro Señor Jesucristo, hay uno que hace a la Tradición Católica, o a las tradiciones católicas, y el cual se ha perdido un poco en el tiempo: Hemos titulado a esta prédica “SAN JUAN VUELVE CON ELÍAS Y ENOC”. Es decir: LA VENIDA DE SAN JUAN EVANGELISTA, en el tiempo previo a la Parusía, para ser uno de LOS TRES HERALDOS de Dios, y predicar contra el Anticristo.
  
Dichos tres heraldos (o “anunciadores” de la venida de Cristo Rey) serían: Los Dos Testigos, Enoc y Elías (así en la interpretación de la mayoría de los Santos Padres), y el tercero: San Juan Evangelista. Entonces, por lo que parece, San Juan Evangelista también vendrá a ayudarnos y a anunciar “al Rey que llega”, anunciar a Dios Nuestro Señor Jesucristo, ser “heraldo de Cristo Rey”. Veamos algunas enseñanzas.
  
[1] Primero, dos palabras sobre Elías y Enoc. Prácticamente todos los Santos Padres han visto, en la “Profecía de los Dos Testigos del Apocalipsis (Cap. 11)”, a Elías y Enoc, cuya función es ser precursores de la Segunda Venida de Dios, heraldos o mensajeros o anunciadores del Rey que llega con su Parusía, ser testigos y ser mártires. Además, ellos están previstos por Dios para ayudarnos en estos tiempos finales con nuestro Catolicismo, con nuestro estado decadente.
   
El Patriarca Enoc vendrá para levantarnos, de la decadencia religiosa y de la postración, principalmente a nosotros, a las Naciones Gentiles, a los pueblos no judíos.
   
El Profeta Elías está dispuesto en los planes de Dios, según la enseñanza de casi todos los Santos Padres, para lograr la tan anunciada conversión de los judíos al Catolicismo, que será obviamente al verdadero Catolicismo y no a la falsa Iglesia Moderna del Concilio Vaticano II. La conversión de los judíos al Catolicismo, que implica el reconocimiento a Jesucristo como Dios y como Mesías por parte de ellos, está anunciada en varias profecías de la Biblia, por ejemplo en el famoso pasaje de San Pablo a los Romanos capítulo 11 vers. 25, en los comienzos del Apocalipsis en el mensaje a la Iglesia de Filadelfia, en “La Mujer Coronada” o “La Mujer Parturienta” del capítulo XII del Apocalipsis, etc.
   
La tarea de ellos es anunciar a Dios Nuestro Señor Jesucristo que viene, hacerlo con la predicación, predicando –repetimos– el verdadero Catolicismo (y obviamente contra la falsa Iglesia Moderna). Mientras dure su predicación serán “intocables”: nada podrán ni el Nuevo Orden Mundial ni el Anticristo contra ellos, no podrán hacerles daño, hasta que se haya cumplido el tiempo previsto de su predicación, que son tres años y medio. Después de dicho término, el Anticristo los matará –así anuncia la Profecía–, y lo hará en Jerusalén, y exhibirá sus cadáveres públicamente, y el mundo entero se alegrará de que los hayan matado, sí, el mundo entero se alegrará de la muerte final de Los Testigos: Elías y Enoc. Veamos los textos de la Biblia:
Apocalipsis, Capítulo 11: 3 Y daré a mis Dos Testigos que, vestidos de saco, profeticen durante mil doscientos sesenta días [3 años y medio, 42 meses]… 5…El que pretenda hacerles daño ha de morir… [Los Dos Testigos estarán en un primer momento totalmente protegidos de aquellos que quieran hacerles daño] 7 Y cuando hayan acabado su testimonio, la Bestia que sube del abismo [el Anticristo] les hará guerra, los vencerá y les quitará la vida. 8 Y sus cadáveres (yacerán) en… el lugar donde el Señor de ellos fue crucificado [Jerusalén]. 9 Y las gentes de los pueblos y tribus y lenguas y naciones contemplarán sus cadáveres durante tres días y medio… 10 Y los habitantes de la tierra se regocijarán… harán fiesta, y se mandarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas fueron molestos a los moradores de la tierra [notemos que si el mundo entero festeja estas muertes, es porque su misión, sus castigos y sus personas, han sido –y serán– fuerte y totalmente públicos, con lo cual más esperanza tenemos de poder conocerlos; la profecía agrega más cosas, entre ellas, que Dios los resucita al cabo de esos tres días y medio, y los eleva al Cielo].
[ 2 ] Ahora sobre San Juan Evangelista. ¿Cuáles son los fundamentos para ver que –según parece– San Juan Evangelista también vendrá, además de Los Dos Testigos?; dicho sea de paso, con esto ya no serían dos, sino tres, los heraldos o anunciadores de Dios, de Cristo Rey.
   
El capítulo de Los Testigos que recién reseñamos es el 11, pero el último versículo del capítulo anterior hace referencia a San Juan, al cual se le dice: “Es menester que profetices de nuevo a muchas naciones y pueblos y lenguas y reyes: Opórtet te íterum prophetáre géntibus, et pópulis, et línguis, et régibus multis” (Capítulo 10 del Apocalipsis, vers. 11) [1].
   
Mons. Juan Straubinger comenta este versículo, inmediato anterior al Capítulo 11 de Los Testigos, de la siguiente manera:
“Es menester que profetices de nuevo: Apoyados en este texto, en Juan 21,22 ss, y en Mateo 16,28, creían algunos que San Juan el Apóstol y Evangelista no había muerto todavía y que vendría personalmente como los dos testigos del cap. 11, para predicar y morir. Así San Hilario, San Ambrosio, San Gregorio Nacianceno, San Francisco de Sales, etc”; 
Mons. Straubinger aclara que otros –sobre todo autores más modernos y recientes– no creen que esto sea así. En este comentario de Mons. Straubinger, se menciona un texto de San Juan; lo veamos porque es importante: 
   
Es el último capítulo de San Juan, el cap 21, sus versículos 22 y ss. Hablando sobre San Juan, Dios Nuestro Señor respondió a Pedro: 
“22 Sic eum volo manére donec véniam: Así quiero que él permanezca hasta que Yo venga, quid ad te? tú me séquere: ¿qué te importa a ti? tú sígueme. 23 Éxiit ergo sermo iste inter fratres quía discípulus ille non morítur: Salió entonces entre los hermanos este comentario de que aquel discípulo no moriría. Et non dixit ei Jesus: Non morítur : Y no dijo Jesús que: no moriría, sed : Sic eum volo manére donec véniam, quid ad te?: sino: Así quiero que él permanezca hasta que Yo venga, ¿qué te importa a ti?” [2].
Hagamos dos anotaciones al comentario de Mons. Straubinger:
  • La primera es que algunos han pensado que San Juan no ha muerto; esto es sin embargo un error, y se puede mostrar de varias maneras: 
    1. Porque el Depósito de la Fe se cerró con la muerte del último apóstol, el cual fue San Juan. De lo contrario, el Depósito de la Fe (el total de las Verdades a revelar por Dios) estaría todavía abierto, y esto no puede ser.
    2. El Martirologio Romano: Además del punto anterior, en cuanto a la muerte de San Juan, tenemos el testimonio oficial de la Iglesia Católica a través del Martirologio Romano; el cual es parte de la Liturgia, y para San Juan, día 27 de diciembre, dice lo siguiente: “Apud Éphesum natális sancti Joánnis, Apóstoli et Evangelístæ: En Éfeso el natalicio de San Juan, Apóstol y Evangelista,… [3] [ac tándem], conféctus sénio: consumido de vejez, [sexagésimo octávo post passiónem Dómini anno] mórtuus est: murió [en el año 68 después de la Pasión del Señor (año 100 d.C.)] et juxta eándem urbem sepúltus: y fue sepultado junto a la misma ciudad”.
    3. Un tercer argumento es el texto del Evangelio de San Juan ya citado: “22 Sic eum volo manére donec véniam: Así Yo quiero que él permanezca hasta que Yo venga… 23 Éxiit ergo sermo iste inter fratres quía discípulus ille non móritur: Salió entonces entre los hermanos este comentario de que aquel discípulo no moriría. Et non dixit ei Jesus: Non móritur: Y no dijo Jesús que: no moriría, sed : Sic eum volo manére donec véniam…:sino: Así Yo quiero que él permanezca hasta que Yo venga…”.
    4. ¿Y entonces, qué pasó, y qué ocurre, con San Juan? En la enseñanza de muchos santos antiguos –lo veremos más adelante–, San Juan sí murió y FUE RESUCITADO, y está reservado para volver y predicar contra el Anticristo.
  • La segunda anotación es que, si San Juan viene, además Los Dos Testigos: Elías y Enoc, para predicar a naciones, pueblos, y lenguas, y reyes, debemos ver que: Todo parece indicar que SAN JUAN, a diferencia de Los Dos Testigos, NO VA A MORIR, NO VA A SER MATADO por el Anticristo.
       
    Esta insinuación la tenemos en el Evangelio: “Sic eum volo manere donec veniam: Así Yo quiero que él permanezca –vivo– hasta que Yo venga”. Y también parece verse en el Apocalipsis, en el cual se narra sólo la muerte de aquellos dos, de Los Dos Testigos, y no la muerte de un tercero. Y pensamos que es fuerte la palabra de Dios Nuestro Señor Jesucristo, la cual abona el punto de que San Juan no morirá y estará vivo para cuando venga Él con su Parusía; recién leíamos esto, lo repitamos: “Sic eum volo manere donec veniam: Así Yo quiero que él permanezca –vivo, como estaba entonces– hasta que Yo venga, quid ad te? tú me sequere: ¿qué te importa a ti? tú sígueme”, palabras de Dios Nuestro Señor Jesucristo a San Pedro (Jn 21,22), “así Yo quiero que permanezca –vivo como estaba entonces– hasta que Yo venga”.

[3] EL CAPÍTULO 14 DEL APOCALIPSIS. La posibilidad de que sean tres HERALDOS o MENSAJEROS o enviados de Dios,para que vengan en los finales, tres emisarios de Dios para ayudarnos, para anunciar y pregonar la pronta Venida del Rey, Dios Jesucristo, tres precursoresde esta Segunda Venida, Enoc, Elías y San Juan Evangelista, está abonada por otra Profecía del mismo Apocalipsis, en el Capítulo 14, aunque es cierto que se dan varias interpretaciones distintas:

En este tema, la palabra griega (San Juan escribió en griego el Apocalipsis) que se utiliza en este Cap. 14, es ἄγγελος , la cual palabra significa propiamente “heraldo o mensajero”; y esta palabra se derivó también para indicar a los ángeles de Dios (ángelus el singular en latín), pero el sentido originario es “heraldo, mensajero, anunciador”. De allí que la letra de esta profecía permite pensar en dos posibilidades:
(a) Que allí se describen oficios o ministerios de heraldos o mensajeros humanos, y son treslos aludidos; donde cabrían Elías, Enoc y San Juan (enseguida desarrollaremos unos puntos más sobre San Juan);
(b) o que allí se haga alusión a espíritus celestiales o ángeles de Dios, y no a tres heraldos humanos.
Personalmente pensamos que allí están aludidos los tres heraldos o mensajeros de Dios: Elías, Enoc y San Juan.
   
Demos detalles de estos posibles Elías, Enoc y San Juan.
    
La duración de la predicación de ellos, obviamente predicación del Catolicismo, es de 3 años y medio.

Este plazo o tiempo parece enlazar con “La Última Semana de Daniel: La Semana 70” (ya saben que son semanas de “años”, y aquí aludimos a los últimos siete años, la Semana Final, o Semana Parusíaca que también se llama). Esta Semana de Daniel, en la Profecía de su Capítulo 9, se divide en dos partes, por mitades, cada parte de 3 años y medio. Según algunos, por ejemplo el Padre Castellani, la predicación de estos Dos Testigos (y ergo, con San Juan, de los Tres Heraldos) sería previa a los 3 años y medio del Gobierno Mundial del Anticristo, y este Gobierno Mundial del Anticristo comenzaría –según el Padre Castellani– después de matar a Los Dos Testigos, después de matar a Elías y Enoc. Siendo así las cosas, la predicación de Los Tres Heraldos sería en los primeros 3 años y medio de La Última Semana de Daniel, y el Gobierno Mundial del Anticristo en la segunda mitad.

LOS TRES HERALDOS –decíamos– parecen estar anunciados en el Capítulo 14 del Apocalipsis, en sus versículos 6 a 13; leamos:

Heraldo 1:
6 Et vidi álterum ÁNGELUM volántem per médium cœli, habéntem Evangélium ætérnum, ut evangelizáret sedéntibus super terram, et super omnem gentem, et tribum, et lénguam, et populum : 
7 dicens magna voce : Timéte Dóminum, et date illi honórem, quia venit hora judícii ejus : et adoráte eum, qui fecit cœlum, et terram, mare, et fontes aquárum. 
  
Heraldo 2:
8 Et álius ÁNGELUS secútus est dicens: Cécidit, cécidit Babýlon illa magna: quæ a vino iræ fornicatiónis suæ potávit omnes gentes. 
  
Heraldo 3: 
9 Et tértius ÁNGELUS secútus est illos, dicens voce magna : Si quis adoráverit béstiam, et imáginem ejus, et accéperit caractérem in fronte sua, aut in manu sua : 
10 et hic bibet de vino iræ Dei, quod mistum est mero in cálice iræ ipsíus, et cruciábitur igne, et súlphure in conspéctu angelĺrum sanctórum, et ante conspéctum Agni : 
11 et fumus tormentórum eórum ascéndet in sǽcula sæculórum : nec habent réquiem die ac nocte, qui adoravérunt béstiam, et imáginem ejus, et si quis accéperit caractérem nóminis ejus.
Heraldo 1:
6 Y vio otro HERALDO que volaba por medio del cielo, el cual tenía un Evangelio Eterno, para evangelizar a los que están sobre la tierra, y sobre toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo:
7 diciendo con gran voz: Temed al Señor, dad honor a Él, porque la hora de su Juicio ha llegado: Y adorad a Él, el cual hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
   
Heraldo 2:
8 Y siguió otro HERALDO que decía: Cayó, cayó Babilonia la grande, la cual dio de beber a todas las naciones del vino de la impetuosidad de su fornicación.
   
Heraldo 3:
9 Y el tercer HERALDO los siguió, el cual decía con gran voz: Si alguien hubiere adorado a la Bestia y a la imagen de ella, y hubiera recibido la marca en su frente o en su mano,
10 también éste beberá del vino de la ira de Dios, el cual fue mezclado puro en el cáliz de la ira de Él, y será atormentado con fuego, y con azufre, a la vista de los santos ángeles, y ante la vista del Cordero:
11 y el humo de los tormentos de éstos se levantará por los siglos de los siglos, y no tendrán descanso ni de día ni de noche, los que adoraron a la Bestia, y a la imagen de ella, y si alguien hubiere recibido la marca de su nombre [4].
  
En la Biblia de Mons. Straubinger, se comenta con respecto a estos tres personajes que:
  • (v. 6) “…serían, según el sentir de muchos autores eclesiásticos, tres grandes predicadores, y este primero sería en tal caso Enoc [y agregamos nosotros: los otros dos serían entonces: Elías y San Juan]”, pero también Mons. Straubinger hace notar que otros creen que serían ángeles y no los tres heraldos. 
  • Sobre el anuncio del segundo heraldo, “cayó Babilonia” (vers. 8), Mons. Straubinger anota: “Babilonia: nombre simbólico de Roma como se ve en los capítulos 17-18 [del Apocalipsis] y en I Pedro 5,13 [en este caso, ese “cayó” está referido a la destrucción de Roma que también parece estar indicada en el Apocalipsis, en sus mencionados capítulo 17 –notar el v. 9: siete montes– y el capítulo 18].
  • Sobre el versículo 9, Mons. Straubinger comenta: «La Bestia: el Anticristo… Así lo señalaba ya San Agustín al presentar como cuatro hechos inseparables la venida de Elías…, la conversión de los judíos, la persecución del Anticristo y la Parusía de Cristo. Por donde vemos –sigue diciendo Mons. Straubinger– que en los misterios apocalípticos la parte de Israel es mayor de lo que solemos pensar…» [5].
   
[4] SAN JUAN, EL TERCER HERALDO. La enseñanza de que el apóstol San Juan vendrá en el tiempo previo y cercano a la Segunda Venida de Dios Nuestro Señor Jesucristo, es una tradición antigua católica, enseñada por numerosos santos, pero una tradición que se ha perdido un poco, o “un mucho”, en el tiempo, y hay que rescatarla. Y si bien esta posibilidad y hecho no está definido definitivamente por el Magisterio, el hecho mismo de haber sido aceptada por tan numerosos santos le da una alta posibilidad de que allí esté la Verdad y de que sí se va a verificar. Así lo esperamos y deseamos.
 
Para ilustrar lo anterior, veamos algo muy interesante: Es un artículo de la revista fundada, en Argentina, por ese gran sabio católico, Mons. Juan Straubinger, el autor de la mejor biblia comentada en español, o una de las mejores (es la Biblia que aquí les ofrecen las Hermanas en la Librería).
   
Esta revista que llevó adelante, como fundador, Mons. Straubinger, se llamaba “Revista Bíblica”. En el número 79 de dicha revista, año 1956 (enero-marzo), tenemos un artículo interesantísimo de un sacerdote de Don Bosco, un salesiano, el Padre José Fuchs (Instituto Teológico, Córdoba, Argentina); el cual artículo está titulado “¿VOLVERÁ JUAN EVANGELISTA con ELÍAS y ENOC?”. Leemos unos extractos:
“…Si me place que él se quede hasta mi vuelta, ¿qué te importa a ti?... parece deducirse que S. Juan ha de permanecer hasta la segunda venida o Parusía… si bien Juan murió, debe haber resucitado en seguida o resucitará cuando venga la Parusía del Señor. Maldonado [el Padre Juan de Maldonado, jesuita, gran exégeta, muerto en 1583] resume las diversas sentencias de los Padres… [Maldonado, además de manifestar que San Juan vendrá con Elías y Enoc para predicar contra el Anticristo, en la segunda opinión dice expresamente:] San Juan murió pero resucitó de inmediato y fue trasladado con su cuerpo a un lugar desde donde vendrá para predicar con Elías y Enoc. Esta creencia se apoya en las palabras que le dicen a S. Juan en Apocalipsis X,XI… Debes predicar aún a las gentes, y a los pueblos y lenguas y a muchos reyes. (…) San Ambrosio [doctor de la Iglesia, † 397] no aprueba a los que en su tiempo decían que Juan no había muerto [nosotros les dimos los argumentos de que sí murió] pero afirma que Juan predicará con Enoc y Elías contra el Anticristo. (…) S. Gregorio de Tours asegura que Juan se tendió en el sepulcro y que en él permanecerá hasta el tiempo de su nueva aparición… En tiempos de S. Agustín se decía que Juan había muerto, pero que luego resucitado fue trasladado, y que volverá a predicar contra el Anticristo. S. Hilario y S. Epifanio dicen que S. Juan está reservado para predicar al final de los tiempos. S. Gregorio Nac. llama a Juan Evangelista un precursor de Jesús en su segunda venida. S. Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino, S. Vicente Ferrer, S. Tomás de Villanueva afirman que después de su muerte volvió a la vida para la predicación de los últimos tiempos. La Iglesia griega recibió esta tradición en su Breviario. S. Pedro Damián escribe: Comúnmente dicen los Padres: Cuando se hizo cavar la tumba, descendió a ella, extendió sus manos y después de prolija oración, murió y una luz admirable lo circundó de tal manera que nadie podía resistir tanto esplendor. Baronio refiere palabras de Nicéforo: Juan se fue a una colina de Éfeso, donde solía predicar; mandó preparar su túmulo y se tendió en él. Pero Dios cambió su cuerpo terreno y corruptible en uno inmortal e incorruptible y FUE TRASLADADO AL PARAÍSO. Al día siguiente se encontró el sepulcro vacío y sólo estaba su ropa…”.
El artículo da más detalles, pero la prédica ya está muy larga, aquí ya tienen material de sobra para conocer este punto.
   
En base a estas tradiciones, tenemos que: San Juan murió en Éfeso, e inmediatamente (o casi inmediatamente) fue rodeado por una inmensa y fuerte luz, y resucitó, para estar vivo y reservado en el Paraíso, y en el tiempo previo a la Parusía predicar con Elías y Enoc contra el Anticristo, pero San Juan, a diferencia de los otros dos, no morirá, y así estará vivo hasta la Segunda Venida, Cristo, “sic eum volo manére donec véniam: así quiero que él permanezca hasta que Yo venga”.
   
Como más de una vez decimos, estas cosas y promesas sólo las tiene el Catolicismo, y en general no las conocemos, cuando además deberían llenarnos de alegría por la esperanza que nos dan, y llenarnos de un sano orgullo de ser católicos.
  
[5] Para terminar esta -larga- prédica, expresamos un deseo a Dios y a María Santísima:
   
En cuanto a Elías, tenemos la esperanza de que también nosotros, los que no somos judíos, seremos beneficiados por su misión; y yo personalmente guardo la esperanza y el deseo de poder conocerlo; sobre estas cosas se dice en el Eclesiástico, cap. 48: “Se levantó Elías, profeta semejante al fuego… fuiste arrebatado en un torbellino de fuego… Tú estás escrito en los decretos de los tiempos para (…) restablecer las tribus de Jacob [la conversión de los judíos]. Dichosos –Beáti– los que te vieron y fueron honrados con tu amistad”; pues bien, no sé ustedes, yo sí quiero ser dichoso, beátus, por ver a Elías y ser más dichoso aun POR SER HONRADO CON SU AMISTAD como dice la Biblia: Quieran Dios y María Santísima otorgarnos esa gracia.
   
Y sin la menor duda, este deseo incluye la petición de poder conocer también a Enoc y tener su amistad (al cual vamos a poder preguntarle cómo era Adán, cómo era el primer hombre que existió en la tierra, pues Enoc fue contemporáneo de él cien años); y el deseo y petición incluye el poder conocer a San Juan Evangelista con su amistad, el apóstol del fuego, uno de los hijos del trueno o de la ira: Boanerges, que además es un obispo de la Santa Iglesia Católica, y está vivo, esperando, reservado para el momento de venir. 

Los tres –parece– han de venir, y serán nuestra ayuda. Pues bien: Que vengan rápido, sí: que vengan, y que vengan rápido; y sobre San Elías, el cual va a lograr la conversión de los judíos al Catolicismo, debemos tratar de ver si su llegada no está próxima, tal vez con todo esto de la Guerra de los Judíos en Palestina. 
   
Quiera María Santísima, la Madre de Dios, conseguirnos esta gracia de conocerlos, conocer a los Tres Heraldos, y gozar de su amistad.
  
AVE MARÍA PURÍSIMA.
   
NOTAS
[1] Saben que la división de la Biblia en capítulos llegó recién el Siglo XIII, en el Siglo de Oro del Catolicismo, por medio del Obispo de Canterbury, Esteban Langton (alrededor del año 1227) [la subdivisión en versículos fue introducida más tarde aun, en el siglo XVI, mediante el trabajo de Sanctes Pagnino y de Robert Estienne]; con lo cual los textos de la Biblia, incluido el Apocalipsis, estaban de corrido, y de allí que cabe la posibilidad de que temas que se encuentran en lo que hoy vemos un capítulo distinto, hayan sido parte de la misma profecía.
[2] El segundo texto mencionado es San Mateo 16,28 y dice: “28 Amen dico vobis, sunt quídam de hic stántibus, qui non gustábunt mortem, donec vídeant Fílium hóminis veniéntem in regno suo: En verdad os digo, hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que vean al Hijo del hombre que viene en su reino”.
[3] “…qui, post Evangélii scriptiónem, post exsílii relegatiónem et Apocalýpsim divínam, úsque ad Trajáni Príncipis témpora persevérans, totíus Asiæ fundávit rexítque Ecclésias,…”.
[4] 12 Hic patiéntia sanctórum est, qui custódiunt mándata Dei, et fidem Jesu. 13 Et audívi vocem de cœlo, dicéntem mihi : Scribe : Beáti mórtui qui in Dómino moriúntur. Ámodo jam dicit Spiritus, ut requiéscant a labóribus suis : ópera enim illórum sequúntur illos. 12 Aquí está la paciencia de los santos, los cuales guardan los Mandamientos de Dios y la Fe en Jesús. 13 Y oí una voz del cielo diciéndome: Escribe: Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor. Ahora ya, dice el Espíritu, que descansen de sus trabajos: pues sus obras siguen a ellos.
[5] Continúa Mons. Straubinger: “[estas] cosas se entenderán a su tiempo… como con lo que se dijo a Daniel en [su capítulo 12; que dicho sea de paso: allí también parece estar aludida la conversión de los judíos; pero aquí Mons. Straubinger quiere insistir en el conocimiento y estudio de las Profecías; ponemos nosotros más versículos que los aludidos, y dicen: “4 Daniel, encierra estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos buscarán [buscarán estudiar y saber las Profecías] y se acrecentará el conocimiento… 8 yo –Daniel– oí, pero no comprendí. Dije pues: “Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? 9 Y Él respondió: …estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán purificados… pero los malos seguirán haciendo el mal, y ninguno de los malvados entenderá; mas los sabios sí entenderán"]. [Continúa ahora Mons. Straubinger:] …¿No es esto el mayor móvil para mantener nuestra atención pía y ansiosamente vuelta hacia los misterios de la divina revelación [hacia los misterios de las Profecías y estudiarlas y entender más]?”.
   
Sobre el capítulo 12 de Daniel [todo muy relacionado con el cap. 11 también], y las posibles alusiones a LA CONVERSIÓN DE LOS JUDÍOS, leemos: 1 En aquel tiempo se alzará Miguel, el gran príncipe y defensor de los hijos de tu pueblo; y vendrá tiempo de angustia cual nunca ha habido desde que existen las naciones… En ese tiempo será librado tu pueblo, todo aquel que se hallare inscripto en el libro. 2 También muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para vida eterna, otros para ignominia y vergüenza eterna… 4 …encierra estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos buscarán y se acrecentará el conocimiento… 6 …¿cuándo será el cumplimiento de estas maravillas? 7 …juró por Aquel que vive eternamente que eso será dentro de un tiempo, (dos) tiempos y la mitad (de un tiempo), y que todas estas cosas se cumplirán cuando el poder del pueblo santo sea completamente destruido… 11 Desde el tiempo en que será quitado el sacrificio perpetuo [esto es la Misa] y entronizada la abominación de la desolación, pasarán 1290 días [3 años y medio, más un mes]. 12 Bienaventurado el que espere y llegue a 1395 días. 13 Tú, empero, marcha hacia tu fin y descansa, y te levantarás para tu herencia al fin de los días.