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ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

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sábado, 12 de abril de 2025

MES EUCARÍSTICO - DÍA DUODÉCIMO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA DUODÉCIMO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, dilecto, blanco y rubicundo: blanco bajo las especies de pan; rubicundo bajo las especies de vino; escogido entre millares, y todo desiderable (Cantic. 5, 10 y 16).

II. ¿A quién viene? Al alma su amada, a quien por el nimio amor que la tiene la llama su paloma, su agraciada, su hermosa e inmaculada, no porque mi alma sea tal, sino porque desea Él mismo que sea (Ibid.).

III. ¿A qué viene? A darla tierno ósculo con su boca eucarística, introducirla en la dispensa de sus llagas; y dentro de ellas hablarla al corazón sus delicados amores (Cantic. 5, 1 y Oseas 2, 14).
  
Aspiración: Hijas de Jerusalén, os conjuro me digáis si habéis visto por ventura a mi Amado; y decidme en dónde para, porque desfallezco por instantes de su amor (Cantic. 5, 8). Pero ya me respondéis: ¿por qué Lo buscas entre los hombres vagueando por calles y plazas, cuando Él mismo dice: llevaré al alma a la soledad, y allí la hablaré al corazón (Oseas 2, 14)? Ah, Dilecto mío, ¡y qué mal hice en buscarte por entre el bullicio y trato de las gentes! Me puse voluntaria en medio de las ocasiones, caí en sus lazos, y me despojaron con afrenta del atavío de la gracia. Pero siendo Vos el que me sacasteis del vientre de mi madre, no os retiréis de mí, Dios mío, pues no tengo quien me ayude (Ps. 21, 11 y 12). Oye los suspiros de esta miserable, que a Ti clama, y que solo en tu misericordia confía (Judith 16, 7). Os encontré, y aunque oculto bajo de humildes accidentes, sé de cierto que estáis aquí, y que veis la humildad de corazón con que os ruego vengáis a mí. Venid pues ya, Padre de misericordias; y pues sois Dios de toda consolación, consolad mi alma con vuestra presencia. Vuestra clemencia no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Jesucristo en medio de tu corazón, como quien de veras te ama, y pretende tus espirituales ósculos y abrazos: y a ti como a su dilecta desamorada, que tantas veces ha vagado en seguimiento de los rebaños de sus compañeros (Cantic. 1, 6).

II. Ámalo más que a los brutales y sucios deleites de la carne, de tal manera que crucifiques todos sus vicios y concupiscencias (Gál. 5, 24).

III. Pide te conceda la virtud de la Templanza, para sepultar del todo, refrenar y tener a raya cuantos movimientos despierte la concupiscencia de la carne.

Aspiración: Encontré al que ama mi alma; lo tengo, y no lo soltaré (Cantic. 3, 4). Sí, Amado mío, os encontré en este Sacramento, y no os tengo de dejar hasta que me abrace para siempre con Vos, y os dé el eterno ósculo de paz. Pero ¿quién soy yo para oscularos con mi boca y estrecharme entre vuestros suavísimos abrazos? Los propios Cielos no son limpios en tu presencia (Job 15, 15), cuánto menos yo, abominable y miserable pecador, que bebo como agua la iniquidad. ¡Ay de mí, que tengo manchados mis labios (Isa. 6, 5)! ¿Pero no sois Vos el que descansa sobre los Serafines? Pues mandad que venga alguno y purifique mis labios con alguna ascua encendida en el horno inextinguible de vuestro amor; para que así quede purificado de toda inmundicia, y sea mi alma en vuestra compañía un vivo retrato de la gloria. Gracias infinitas os doy por tantos beneficios como me dispensais.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)