Dispuesto
por el Bachiller Don José María Zelaa e Hidalgo, presbítero secular del
Arzobispado de México y natural de la ciudad de Querétaro. Publicado en
México por la Imprenta de D. Juan Bautista de Arizpe en 1812. Por este
ejercicio devoto hay concedidos por los Obispos Antonio Bergosa y Jordán
(Antequera/Oaxaca), Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo (Guadalajara),
Francisco Rousset de Jesús María de la Rosa y Cardoso OFM (Sonora), y
Primo Feliciano Marín y Porras OFM (Linares, actual Monterrey) 600 días
de indulgencia.
DÍA
NUEVE DE CADA MES, CONSAGRADO A LA ESCLARECIDA Y PORTENTOSA VIRGEN
SANTA VERÓNICA GIULIANI, ABADESA PERPETUA DE LAS CAPUCHINAS DE CASTELLO
EN LA ITALIA, PARA CELEBRAR SU DICHOSO TRÁNSITO, E IMPLORAR SU
PROTECCIÓN
Estando
de rodillas delante de alguna imagen de Santa Verónica, se hará la
señal de la cruz y se comenzará con el siguiente Acto de Contrición:
Por
la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dulcísimo
Jesús mío crucificado, amabilísimo Redentor de mi alma, Dios de mi
corazón, que obligado del amor que nos tenéis, quisiste morir por
nosotros afrentosamente en una cruz, a mí me pesa, Señor, en el alma una
y muchas veces de haber correspondido tan mal a tus grandes beneficios,
con la enormidad de mis pecados. ¡Oh, cuánto me duelo de esta temeraria
ingratitud, de todas las injurias y enormes ofensas que he cometido
contra un Dios tan bueno, tan santo y digno de ser amado! Me arrepiento,
Jesús mío, con todo mi corazón, de todas ellas, y propongo morir antes
que volver otra vez a ofenderos y agraviaros; confío en vuestra divina
piedad y misericordia, que me habéis de perdonar y me habéis de conceder
una gracia eficaz y perseverante, para que muriendo en ella pueda gozar
de Vos eternamente. Amén.
ORACIÓN A JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR
Amorosísimo
Redentor mío, soberano Jesús, que tanto amasteis a vuestra fiel sierva y
esposa Santa Verónica, que quisisteis distinguia y marcarla con las
cinco gloriosas señales de nuestra redención, como en premio de la
tiernísima devoción y afecto con que siempre meditó y veneró vuestras
sagradas llagas, y los dolores agudos que sentisteis al recibirlas en el
árbol santo de la Cruz, para que así pudiera decir con San Pablo, que
traía siempre en su cuerpo grabadas las llagas de su Señor, yo os ruego
con todo el afecto de mi corazón, que atendiendo a los méritos y
poderosa intercesión de esta virgen admirable, me concedáis por su medio
lo que humildemente pido en este día, si ha de ser para gloria vuestra,
para honor de vuestra sierva, y para el bien de mi alma. Amén.
Ahora se rezan tres Padres nuestros y Ave Marías con Gloria Patri, y luego la siguiente:
DEPRECACIÓN
Oh feliz Verónica,
Estudiosa y sabia
En la mejor ciencia
De salvar las almas:
Suplica a tu Esposo
Me dé luz y gracia
Para venerarle
Con toda mi alma,
Y que me disponga
Como desea y quiere,
Para que así logre
Una feliz muerte.
℣. Ruega por nosotros, Verónica benigna.
℟. Para que alcancemos promesas divinas.
ORACIÓN
Oh
Portentosa y esclarecida Virgen, Felicísima Verónica, cuyas heróicas
virtudes y méritos admirables os hicieron tan amada de vuestro divino
esposo Jesús, que se dignó grabar en vuestro amante corazón los
instrumentos gloriosísimos de su Pasión dolorosa, para que así,
conociera el mundo que siempre estuvisteis clavada con Jesús en la cruz,
yo me presento a vos en este día para celebrar y aplaudir vuestra feliz
muerte y dichosísimo tránsito, ofreciéndoos estos tres Padre nuestros y
Ave Marías en vuestro honor y culto, y pidiéndoos al mismo tiempo que
interpongáis vuestros ruegos y súplicas allá en el Cielo con nuestro
Dios y Señor, a fin de que nos conceda un amor grande hacia su divina
Majestad, una contrición perfecta de todos nuestros pecados, y el colmo
de la gracia y las virtudes. Alcanzadnos también, oh virgen felicísima,
que seamos libres de la culpa, del furor de nuestros enemigos y de todos
los males de alma y cuerpo. No os olvidéis de nuestra madre la Santa
Iglesia, que tanto amasteis y respetasteis en esta vida, pedid por ella,
por su visible cabeza el Romano Pontífice, por la
pureza y conservación de la Fe Católica, por la conversión de las almas,
por la paz y concordia de los príncipes cristianos, por la salud de los
pueblos y familias, por el alivio de las almas del Purgatorio, y por
todas las demás necesidades espirituales y temporales. Y finalmente,
amparadnos y protegednos a todos los que nos protestamos ser vuestros
devotos, en todos los días de nuestra vida, principalmente en este mes
en que imploramos vuestra protección y amparo, para que siendo mientras
vivimos unos fieles seguidores de Jesucristo, le gocemos después de
nuestra muerte con vos en la eterna bienaventuranza. Amén.
Aquí se reza una Salve con la siguiente:
ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
Soberana
Reina de los Ángeles, purísima Virgen María mi Señora, yo me uno en
este día mis humildes súplicas con las de Santa Verónica, vuestra
tiernísima devota, para que así sean atendidas de vuestra benignidad.
Ella tuvo tanto afecto y devoción a vuestros agudos dolores, y meditó
tan fervorosamente tus penas, que mereció se le imprimiesen en las telas
de su corazón siete dagas, para dar a entender este al Cielo, que
siempre fue fiel compañera en sentir vuestros tormentos. Alcanzadnos por
sus méritos e intercesión a todos los que hoy veneramos su memoria, que
seamos unos verdaderos imitadores de sus virtudes, y que os acompañemos
como ella a sentir vuestros dolores, para que mereciendo de este modo
en esta vida mortal vuestro poderoso patrocinio, logremos después una
eterna felicidad. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)