Los
aniversarios son siempre recordados con cierta sacudida de la memoria.
Cuando se refieren a sucesos alegres y agradables, parece que requieren
algún tipo de celebración festiva, con una obligada acción de gracias.
Cuando son tristes y penosos, suscitan una oración, un recuerdo, un
intento de olvido, unas lágrimas de compasión, un momento de sentido
respeto…todo ello, mezclado con la pena del corazón.
Ahora se celebran los aniversarios y centenarios de todo, y -en ellos-, unos y otros recuperan el recuerdo colectivo, aunque tal como cada uno los ve, claro está: el centenario de la Revolución Rusa, por ejemplo, suscita el encantamiento y la sabrosura en un concejal podemita, mientras cariacontece y apesadumbra a cualquiera que lo haya estudiado a fondo y no sea partidario de las chekas comunistas. Así es la vida. Pero el caso es que tendemos a volver a recordar cada aniversario, tanto para bien como para mal.
Esta semana se cumple el cuarto aniversario de la salida de Francisco al balcón, investido como nuevoPontífice. Bueno, en realidad, desvestido como nuevo Pontífice. Porque ya en el primer momento, en la pole position
de salida, sin ornamentos propiamente papales, ante los ojos atónitos
de los espectadores más conspicuos, quiso transmitir que su pontificado iba a ser una especie de strip-tease
de doctrina católica. De inmediato, pasados unos pocos segundos, volvió
a despojarse de su capacidad para dar la bendición, pidiendo a los
fieles congregados que lo bendijeran a él. Los que entonces quedaron
abrumados por el acontecimiento y se echaron las manos a la cabeza,
pueden demostrar cuatro años después, que fueron adivinos del porvenir.
Un porvenir negro que ahora conocemos a la perfección, porque lo hemos
sufrido.
A lo largo de estos cuatro largos años, el proceso ha seguido su curso, como si de una despedida de solteras se tratara. La Iglesia Católica –desde los ojos del elegido y de los corruptos electores: la Mafia de St. Gall dixit-, tenía tantos ropajes doctrinales, litúrgicos, ecuménicos, culturales, diplomáticos, costumbristas, arquitectónicos… que poco a poco el stripper sigue quitándose piezas sin que se vea el final, aunque se conoce cuál ES el pretendido final: Desnudez total de una Iglesia, convertida ya en un Templo Masónico, en donde puedan convivir fraternalmente todos los hijos del Gran Arquitecto.
Comentaba con Fray Malaquías que cada día hay menos gente que quiera ver esto, aunque también es verdad que cada día hay más gente cansada de este pontificado, por más que sigan las consignas de los corifeos y papagayos que tienen banqueta vip en Santa Marta, nueva Sede de los Apartamentos Pontificios. Porque hasta en esto ha habido strip-tease petrino. Nada de suntuosas estancias. El Papado se merece la humildad de una Fonda en la que se pueda coleguear y tomar mate con amiguetes judíos. Hay un sentimiento de cansancio en la catolicidad, aunque en ocasiones sea de forma inconsciente.
El bueno de Fray Malaquías, experimentado en mil guerras interiores y exteriores, dice que él piensa celebrarlo con su habitual traguito de licor monástico. Dice que cada año que pasa, queda más claro que el rey va desnudo y se cumplen a la perfección las palabras del apocalipsis de San Juan: Te crees rico y no sabes que eres pobre y estás ciego y desnudo y necesitas de mí vestiduras blancas para que no aparezca tu desnudez. Porque desde luego, a la vista está.
La desnudez es patente. Pero como dice la norma masónica, cada cosa que se quita hay que sustituirla por otra que la reemplace. El famoso solve et coagula. Hasta Francisco tiene que someterse a esta norma elemental. Disuelve a los Franciscanos de la Inmaculada y reparte ánimos a la monja Caram, a Enma Bonino y a las obispas luteranas. Jubila anticipadamente a obispos con ligero acento tradicional, mientras tolera al descarado arzobispo Paglia, ahora convertido en majo semidesnudo (con solideo) en el presbiterio obsceno de su catedral y defensor de abortistas. Destruye los seminarios tradicionales porque son fuente de sicologías raras, mientras tolera los seminarios repletos de homosexuales, siempre que no se dediquen a sus labores. No quiere príncipes de la Iglesia, ni carreras eclesiásticas, pero aúpa a sus compiches a arzobispados y puestos de honor. Ama a los pobres, pone duchas en el Vaticano, reparte pizzas en la plaza, invita a cenar a los sin techo. Mientras ejercita un clericalismo feroz sobre gobiernos e instituciones. Y así podríamos continuar. Seguro que en estos días no faltará en internet algún resumen de estos aciagos y malhadados cuatro años de despojamientos. Y para celebrar la efemérides, parece que con claro intento provocador, el rezo de Vísperas con los anglicanos, junto a la tumba de San Pedro en el Vaticano. Todo muy amoroso y misericordioso, contraviniendo expresamente el Derecho Canónico. Pero, si se contradice con naturalidad el Derecho Divino, ¿qué puede importar el famoso Codex?
Francisco se ha despojado y desvestido; ha despojado y desvestido a la Iglesia, ante los ojos atónitos de la Cristiandad. Él sabrá. Pero también pretende despojarnos a los católicos de nuestro depósito de la fe. Quiere quitarnos nuestras doctrinas milenarias. Quiere acabar con lo que ha constituido la fe de los fieles, repartiendo la Eucaristía en pecado -echando las perlas a los cerdos, en frase del Señor-; atrayendo a las parroquias -e instando a ello a los párrocos- a las parejas que conviven en adulterio, aunque no hayan recibido el sacramento del matrimonio (un puro detalle de papeleo). Y quiere acabar con el sacerdocio anunciando ya un próximo Sínodo, del que todavía nada se sabe, salvo que ya las alcantarillas bergoglianas andan zascandileando e intrigando, para que sea otro Sínodo sonado. De momento, cabildeando y brujuleando con el tema de las diaconisas, para poder unirnos mejor con nuestras hermanas luteranas. Y echando a la palestra a sus palmeros (bajo la forma de Cocopalmero), para comenzar a decir que eso de validez o no validez, es un cuento chino que hay que revisar.
Ya recordé hace tiempo, que el Señor advirtió que los siervos que aprovechando que el Amo está fuera se dediquen a maltratar a los otros siervos, y a comer y beber con los borrachos, recibirán muchos azotes. Y que sólo sea eso. Porque de Dios nadie se ríe.
Yo me tomaré la copita con Fray Malaquías, para acompañarle en esa noche tenebrosa de aniversario. Pero no tenemos nada que celebrar. Salvo que debemos estar más cerca del final. Brindemos para que esto acabe pronto.
Ahora se celebran los aniversarios y centenarios de todo, y -en ellos-, unos y otros recuperan el recuerdo colectivo, aunque tal como cada uno los ve, claro está: el centenario de la Revolución Rusa, por ejemplo, suscita el encantamiento y la sabrosura en un concejal podemita, mientras cariacontece y apesadumbra a cualquiera que lo haya estudiado a fondo y no sea partidario de las chekas comunistas. Así es la vida. Pero el caso es que tendemos a volver a recordar cada aniversario, tanto para bien como para mal.
Esta semana se cumple el cuarto aniversario de la salida de Francisco al balcón, investido como nuevo
A lo largo de estos cuatro largos años, el proceso ha seguido su curso, como si de una despedida de solteras se tratara. La Iglesia Católica –desde los ojos del elegido y de los corruptos electores: la Mafia de St. Gall dixit-, tenía tantos ropajes doctrinales, litúrgicos, ecuménicos, culturales, diplomáticos, costumbristas, arquitectónicos… que poco a poco el stripper sigue quitándose piezas sin que se vea el final, aunque se conoce cuál ES el pretendido final: Desnudez total de una Iglesia, convertida ya en un Templo Masónico, en donde puedan convivir fraternalmente todos los hijos del Gran Arquitecto.
Comentaba con Fray Malaquías que cada día hay menos gente que quiera ver esto, aunque también es verdad que cada día hay más gente cansada de este pontificado, por más que sigan las consignas de los corifeos y papagayos que tienen banqueta vip en Santa Marta, nueva Sede de los Apartamentos Pontificios. Porque hasta en esto ha habido strip-tease petrino. Nada de suntuosas estancias. El Papado se merece la humildad de una Fonda en la que se pueda coleguear y tomar mate con amiguetes judíos. Hay un sentimiento de cansancio en la catolicidad, aunque en ocasiones sea de forma inconsciente.
El bueno de Fray Malaquías, experimentado en mil guerras interiores y exteriores, dice que él piensa celebrarlo con su habitual traguito de licor monástico. Dice que cada año que pasa, queda más claro que el rey va desnudo y se cumplen a la perfección las palabras del apocalipsis de San Juan: Te crees rico y no sabes que eres pobre y estás ciego y desnudo y necesitas de mí vestiduras blancas para que no aparezca tu desnudez. Porque desde luego, a la vista está.
La desnudez es patente. Pero como dice la norma masónica, cada cosa que se quita hay que sustituirla por otra que la reemplace. El famoso solve et coagula. Hasta Francisco tiene que someterse a esta norma elemental. Disuelve a los Franciscanos de la Inmaculada y reparte ánimos a la monja Caram, a Enma Bonino y a las obispas luteranas. Jubila anticipadamente a obispos con ligero acento tradicional, mientras tolera al descarado arzobispo Paglia, ahora convertido en majo semidesnudo (con solideo) en el presbiterio obsceno de su catedral y defensor de abortistas. Destruye los seminarios tradicionales porque son fuente de sicologías raras, mientras tolera los seminarios repletos de homosexuales, siempre que no se dediquen a sus labores. No quiere príncipes de la Iglesia, ni carreras eclesiásticas, pero aúpa a sus compiches a arzobispados y puestos de honor. Ama a los pobres, pone duchas en el Vaticano, reparte pizzas en la plaza, invita a cenar a los sin techo. Mientras ejercita un clericalismo feroz sobre gobiernos e instituciones. Y así podríamos continuar. Seguro que en estos días no faltará en internet algún resumen de estos aciagos y malhadados cuatro años de despojamientos. Y para celebrar la efemérides, parece que con claro intento provocador, el rezo de Vísperas con los anglicanos, junto a la tumba de San Pedro en el Vaticano. Todo muy amoroso y misericordioso, contraviniendo expresamente el Derecho Canónico. Pero, si se contradice con naturalidad el Derecho Divino, ¿qué puede importar el famoso Codex?
Francisco se ha despojado y desvestido; ha despojado y desvestido a la Iglesia, ante los ojos atónitos de la Cristiandad. Él sabrá. Pero también pretende despojarnos a los católicos de nuestro depósito de la fe. Quiere quitarnos nuestras doctrinas milenarias. Quiere acabar con lo que ha constituido la fe de los fieles, repartiendo la Eucaristía en pecado -echando las perlas a los cerdos, en frase del Señor-; atrayendo a las parroquias -e instando a ello a los párrocos- a las parejas que conviven en adulterio, aunque no hayan recibido el sacramento del matrimonio (un puro detalle de papeleo). Y quiere acabar con el sacerdocio anunciando ya un próximo Sínodo, del que todavía nada se sabe, salvo que ya las alcantarillas bergoglianas andan zascandileando e intrigando, para que sea otro Sínodo sonado. De momento, cabildeando y brujuleando con el tema de las diaconisas, para poder unirnos mejor con nuestras hermanas luteranas. Y echando a la palestra a sus palmeros (bajo la forma de Cocopalmero), para comenzar a decir que eso de validez o no validez, es un cuento chino que hay que revisar.
Ya recordé hace tiempo, que el Señor advirtió que los siervos que aprovechando que el Amo está fuera se dediquen a maltratar a los otros siervos, y a comer y beber con los borrachos, recibirán muchos azotes. Y que sólo sea eso. Porque de Dios nadie se ríe.
Yo me tomaré la copita con Fray Malaquías, para acompañarle en esa noche tenebrosa de aniversario. Pero no tenemos nada que celebrar. Salvo que debemos estar más cerca del final. Brindemos para que esto acabe pronto.
Fray Gerundio
fray idiota,igual que el wanderer siguen llamando papa a semejante blasphemo.
ResponderEliminar...bergoglio no es siervo de Jesucristo, faltaba más, es un usurpador posconciliar más. Faltó tachar donde dice francisco.
ResponderEliminarbergoglio es un payaso que no ha hecho nada nuevo.
ResponderEliminar-
Enumeración de los hechos que, tomados separadamente, pueden parecer insignificantes, pero que, vistos a la luz del nuevo humanismo, toman una significación que causa estupefacción:
—Visita a la ONU y apoyo aportado a esta organización masónica, enemiga de todo lo que es católico.
—Visita a la sala de cultos de la ONU, verdadero templo masónico.
—Abandono de la tiara, signo del poder del pontificado.
—Negativa a condenar el comunismo en el Concilio.
—Presencia molesta de observadores de todas las religiones en las sesiones del Concilio.
—Nombramiento de los cuatro moderadores.
—Intervención de una mujer en el Concilio.
—Viaje a Israel. Contacto con el Gran Rabino.
—Abrazos a Atenágoras con levantamiento de la excomunión. Atenágoras tuvo un entierro masónico.
—Intervención contra el "Coetus internationalis Patrum" pero apoyo a los cardenales liberales.
—Entrega del anillo papal a Ramsay, en San Pablo extramuros. Ramsay, laico, masón y hereje. Bendición dada con el Papa a toda la Iglesia presente: cardenales, obispos, clero, etcétera.
—Visita a Bogotá para sostener las reivindicaciones de los "campesinos" e indirectamente de los "guerrilleros".
—Visita a Filipinas para llegar a Hong-Kong, donde debía pronunciarse un discurso pro-comunista, pero fue prohibido por el gobernador de Hong-Kong.
—Decreto para los matrimonios mixtos, sin exigir el bautismo católico de los hijos.
—Nombramiento de una comisión para la píldora, ¡con espera de dos años para decidir!
—Decreto sobre la hospitalidad eucarística, que permite a los protestantes recibir la Eucaristía.
—Secretariado para la unidad con declaraciones filo-luteranas.
—Secretariado para los no-cristianos.
---Supresión de las fiestas de precepto.
—Supresión del ayuno eucarístico.
—Supresión de la abstinencia.
—Autorización de las Misas del sábado para el domingo.
—Autorización para la incineración.
—Concelebración de pastores anglicanos en el Vaticano.
—Bendición a los pentecostalistas danzando y aullando en San Pedro.
—Besos de pies a la ortodoxia.
—Entrega a los musulmanes de la bandera de Lepanto.
—Entrega de la cabeza de Santiago Apóstol a los ortodoxos.
Y todas las grandes reformas:
—Reforma litúrgica.
—Reforma de los seminarios.
—Democratización de las instituciones: sínodo de obispos en Roma; conferencias episcopales sin delimitación precisa de poderes; consejos presbiterales diocesanos.
—Reforma de la Curia Romana y especialmente del Santo Oficio. Centralización.
—Reforma del nombramiento de los obispos
.
—Revisión y modernización de todas las Constituciones de las sociedades religiosas.
—Dimisión obligatoria de los obispos a los 75 años.
—Evicción para el Cónclave de los cardenales de 80 años.
http://nonpossumus-vcr.blogspot.com.ar/p/el-golpe-maestro-de-satanas-el-texto-ha.html
http://panoramacatolico.info/articulo/los-que-piensan-que-han-vencido
ResponderEliminarFRANCISCO Y BENEDICTO XVI NO SE HABLAN
ResponderEliminarDice Paul Kramer: "Por 40 años he estado diciendo a la gente que la crisis en la Iglesia que comenzó después del Vaticano II llevaría a una división en la Iglesia, cuando habrán dos papas. Al contrario que en los siglos pasados cuando los reclamantes papales eran rivales que rechazaban la pretensión del otro, Benedicto & Bergoglio han sido co-pretendientes, que ambos reclaman el munus Petrino, pero ambos, de lejos aceptan la pretensión del otro. Eso cambiará, pues la relación entre ambos es más tirante conforme pasan los días. Es inevitable, y está anunciado proféticamente: Los dos co-reclamantes serán reclamantes rivales: el Verdadero y el Falso Papa (antipapa)".
Siempre os dije que seréis capaces de decir cuál es el falso papa, porque permitirá cosas como el divorcio y las segundas nupcias, etc. —y muchas otras cosas que un papa católico nunca permitiría-. Francisco es un hereje. Él ha rechazado abierta y explícitamente el mandato de Cristo de predicar el Evangelio a todas las naciones y convertirlas a nuestra fe cristiana, diciendo que es un "solemne sinsentido". Francisco dice que no es correcto hacerlo! Abiertamente ha declarado la herejía de que la fe no es necesaria para la justificación y la redención, sino que incluso los ateos que siguen su conciencia están sin pecado y pueden redimirse. Él no es católico, sino un hereje.
La pertinacia de Bergoglio es manifiesta y notoria. Obstinadamente rechaza muchos dogmas manifiestos y definidos. Los papas conciliares como Pablo VI, Juan Pablo II & Benedicto XVI expresaron opiniones heréticas, pero su pertinacia no era patente: contrario a Bergoglio, no negaron directamente dogmas manifiestos aún para el más ignorante de los católicos, y dogmas que pertenecen a la Ley Natural. Los Papas Conciliares fueron ciertamente herejes materiales, no enteramente inocentes (ignorancia invencible), pero sin embargo ignorantes, y por eso culpables mas no pertinaces. Incluso S. Roberto Belarmino, que favoreció la opinión de que un papa no puede ser hereje formal, escribió que un papa puede ser hereje material por ignorancia. Tal ignorancia puede ser culpable, pero sin el obstinado y consciente rechazo a creer, no hay pertinacia, que es la forma del pecado de herejía. Los papas conciliares fueron válidos, porque no hubo pertinacia manifiesta. Pues el Papa Benedicto XVI no renunció al munus Petrino, pero explícitamente declaró su intención de retenerlo, si "renuncia" es nula e inválida, pues una renuncia papal válida requiere una adecuadamente expresada (rite manifestétur) renuncia al munus (CIC 83, Canon 332 § 2. Si contingat ut Romanus Pontifex muneri suo renuntiet, ad validitatem requiritur ut renuntiatio libere fiat et rite manifestetur, non vero ut a quopiam acceptetur).
Cuando la ruptura entre los dos reclamantes papales tome lugar, habrán dos papas e iglesias rivales (como predijo la beata Ana Catalina Emmerick): El Papa Benedicto XVI sobre la Iglesia Católica, y el Antipapa Francisco sobre la falsa iglesia, que se llamará Católica, pero en realidad será (y en algunos lugares ya lo es) peor que las "iglesias reformadas" del siglo XVI.
P. Paul Kramer
http://tradcatknight.blogspot.co.uk/2017/03/bombshell-from-vatican-benedict-and.html
Reverendo (que no Padre) Kramer, Vd. está trasnochado: Ya las dos iglesias existen desde 1958: la inmaculada Iglesia Católica (hoy reducida a un Remanente), y la prostituta Iglesia Deuterovaticana. Así que si habrá división futura, será en la Seudoiglesia; pero tenga presente que por culpa del sacerdote Ratzinger es que ascendió el laico Bergoglio (y ambos son la misma cosa: ANTIPAPAS Y APÓSTATAS).
EliminarAún la herejía material es causal de vacancia ipso facto en la Sede Papal. De ahí que de Roncalli para abajo, son antipapas heréticos y apóstatas. Reconocerles autoridad es secundarlos en su apostasía.