Traducción y adaptación por el Padre Gregorio Martínez de Antoñana CMF en 1947 de la Novena contenida en el Manual do Peregrino da Fátima, publicado con Imprimátur de Mons. José Alves Correia da Silva, Obispo de Leiría, dado el 13 de Marzo de 1926.
NOVENA EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS DÍAS.
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. ¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos de la tierra, en reparación de los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y la intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
ORACIÓN PREPARATORIA
¡Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que os dignasteis manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz! Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concedednos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
DÍA PRIMERO – 4 DE MAYO
MEDITACIÓN: PENITENCIA Y REPARACIÓN.
¡Oh santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores, que apareciendo en Fátima, dejasteis transparentar en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres, y que con maternal compasión exhortasteis a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa, y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia! Dadnos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación todas las ofensas que se infieren a vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.
Meditar y rezar la oración final.
ORACIÓN FINAL
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedáis que, meditando los misterios del santísimo Rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 5 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: SANTIDAD DE VIDA.
¡Oh santísima Virgen María, Madre de la divina gracia, que vestida de nívea blancura, os aparecisteis a unos pastorcitos sencillos e inocentes, enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que pedisteis por medio de ellos la enmienda de las costumbres y la santidad de una vida cristiana perfecta! Concedednos misericordiosamente la gracia de saber apreciar la dignidad de nuestra condición de cristianos, y de llevar una vida en todo conforme a las promesas bautismales.
Meditar y rezar la oración final.
DÍA TERCERO – 6 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: AMOR A LA ORACIÓN.
¡Oh santísima Virgen María, vaso insigne de devoción, que os apareciste en Fátima teniendo pendiente de vuestras manos el santo Rosario, y que insistentemente repetíais: «Rezad, rezad mucho», para alejar por medio de la oración los males que nos amenazan! Concedednos el don y el espíritu de oración, y la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran precepto de orar, haciéndolo todos los días, para poder así observar bien los santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de Jesucristo en esta vida, y a la unión feliz con Él en la otra.
Meditar y rezar la oración final.
DÍA CUARTO – 7 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: AMOR A LA IGLESIA.
¡Oh santísima Virgen María, Reina de la Iglesia, que exhortasteis a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e infundisteis en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como Vicario de vuestro Hijo y su representante en la tierra! Infundid también en nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Romano Pontífice, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un gran amor y respeto a todos los ministros de la santa Iglesia, por medio de los cuales participamos de la vida de la gracia en los sacramentos.
Meditar y rezar la oración final.
DÍA QUINTO – 8 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: MARÍA, SALUD DE LOS ENFERMOS.
¡Oh santísima Virgen María, salud de los enfermos y consoladora de los afligidos, que movida por el ruego de los pastorcitos, realizasteis curaciones en vuestras apariciones en Fátima, y convertisteis este lugar, santificado por vuestra presencia, en oficina de vuestras misericordias maternales en favor de todos los afligidos! A vuestro Corazón maternal acudimos llenos de filial confianza, mostrando las enfermedades de nuestras almas y las aflicciones y dolencias todas de nuestra vida. Echad sobre ellas una mirada de compasión y remediadlas con la ternura de vuestras manos, para que así podamos serviros y amaros con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser.
Meditar y rezar la oración final.
DÍA SEXTO – 9 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: MARÍA, REFUGIO DE LOS PECADORES.
¡Oh santísima Virgen María, refugio de los pecadores, que enseñasteis a los pastorcitos de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan en las penas eternas del infierno, y que manifestasteis a uno de los tres que los pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles llamas! Infundid en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de la justicia divina, y al mismo tiempo despertad en ellas la compasión por la suerte de los pobres pecadores, y un santo celo para trabajar por su conversión con nuestras oraciones, ejemplos y palabras.
Meditar y rezar la oración final.
DÍA SÉPTIMO – 10 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: MARÍA, ALIVIO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO.
¡Oh santísima Virgen María, Reina del Purgatorio, que enseñasteis a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas del Purgatorio, especialmente por las más abandonadas! A la inagotable ternura de vuestro maternal Corazón encomendamos todas las almas que padecen en aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y familiares, y las más abandonadas y necesitadas. Aliviadles sus penas y llevadlas pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente vuestras misericordias.
Meditar y rezar la oración final.
DÍA OCTAVO – 11 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: MARÍA, REINA DEL ROSARIO.
¡Oh santísima Virgen María, que en vuestra última aparición os disteis a conocer como la Reina del Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendasteis el rezo de esta devoción como el remedio más seguro yeficaz para todos los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas! Infundid en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concedednos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente para honraros a Vos, acompañando vuestros gozos, dolores y glorias, y así merecer vuestra maternal protección y asistencia en todos los momentos de la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.
Meditar y rezar la oración final.
DÍA NOVENO – 12 DE MAYO
Por la señal…
Ofrecimiento y Oración preparatoria.
MEDITACIÓN: EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.
¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra dulcísima, que escogisteis a los pastorcitos de Fátima para mostrar al mundo las ternuras de vuestro Corazón misericordioso, y les propusisteis la devoción al mismo como el medio por el cual Dios quiere dar la paz al mundo, como el camino para llevar las almas a Dios, y como una prenda suprema de salvación! Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, que sepamos comprender vuestro mensaje de amor y de misericordia, que lo abracemos con filial adhesión, y que lo practiquemos siempre con fervor; y así sea vuestro Corazón nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduzca al amor y a la unión con vuestro Hijo Jesús.
Meditar y rezar la oración final.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)