Nuestros fieles y asiduos lectores seguramente han seguido los artículos que hemos publicado con respecto de la iglesia conciliar alemana, la cual es el mejor ejemplo de cómo la deuterovaticanidad ha llegado a altas simas (un oxímoron) en cuanto a descenso de fieles, cierres de templos, relajamiento moral y desviación doctrinal hasta el punto de ser una MORIBUNDA a los ojos de los hombres (ya que ante Dios está muerta y condenada). Pero eso sí, ni aún estando ad portas de su final, ¡QUE NO FALTE LA PLATA! La deuterovaticanidad tedesca no deja de pensar en el dinero: siempre recibe millones de euros tanto en subvenciones estatales como por el impuesto-donativo que los bautizados deben pagar so pena de quedar en entredicho ante la iglesia nacional.
LA IGLESIA CATÓLICA EN ALEMANIA CUENTA SUS MUCHAS BENDICIONES FINANCIERAS
Una investigación del diario Handelsblatt ha develado que los controversiales impuestos eclesiales llevaron a un récord de 6 millardos de euros el año pasado. La transparencia todavía es tan sujeta a interpretación como la Escritura en las 27 diócesis Católicas alemanas.
Equipo de investigación de HANDELSBLATT
1 de Enero de 2018
Vista
desde el puente Lahn de la Catedral de San Jorge de Limburgo, antigua sede del tristemente
célebre “obispo de lujo” Franz-Peter Tebartz-van Elst. (Fotografía de Dan Herrick)
En la ciudad occidental alemana de Limburgo, un lujoso complejo crea un contraste difícil con la antigua catedral románica colindante. Ambos son propiedad de la Iglesia
Hace cinco años, emergió que Franz-Peter Tebartz-van Elst, conocido también como “el obispo de lujo”, gastó 31 millones de euros (43 millones de dólares en ese entonces) restaurando el complejo episcopal del siglo XVI y erigiendo una fastuosa residencia modernista. Su lujoso mobiliario va desde un baño de diseñador (€15.000), guardarropas (€350.000), un pasillo exterior con piedras calientes (€19.000) y un estanque con carpas koi (€213.000).
El prelado actual se niega a vivir allí. Se habla incluso de convertir la mansión en un albergue o como una adición al museo diocesano local. De otro modo, no sería más que un monumento a las crecientes dudas de la sociedad secular alemana sobre el sistema tributario eclesial.
Si vives en Alemania y has sido bautizado, eres considerado un contribuyente eclesial. El gravamen de 8 a 9 por cien, dependiendo del Land (estado federado), es deducido automáticamente por el gobierno del ingreso de todos los miembros registrados de la iglesia, sin importar cuán a menudo la gente va a la iglesia. Este arreglo fue establecido legalmente por primera vez en un parágrafo de la Constitución de Weimar de 1919, y fue transferido palabra por palabra en la constitución incumbente luego de la II Guerra Mundial.
Los
ciudadanos alemanes requieren firmar documentos estatales para
formalmente abandonar una comunidad religiosa y dejar de ser
contribuyentes. Aquellos que no pagan no pueden recibir la comunión u
otros servicios religiosos, según la Conferencia Episcopal Alemana. La iglesia incluso ha sido señalada de revisar en los registros de los hogares de los expatriados para determinar si han sido honestos en sus declaraciones de impuestos sobre si son bautizados o no.
Porcentajes de abandono oficial de la iglesia en Alemania.
Este proceso claramente tiene sus ventajas. Una investigación del diario Handelsblatt ha revelado que la Iglesia Católica
recaudó en impuestos 6 millardos de euros (7,1 millardos de dólares) el
año pasado, cifra que es un nuevo récord. Aunque desde el año 2000, más
de 2,2 millones de alemanes se dieron de baja formalmente de la iglesia, la robusta economía doméstica
ha sido una bendición. Según cálculos de Handelsblatt, las 27 diócesis
alemanas tienen una fortuna de al menos 26 millardos de euros,
convirtiéndose en la institución Católica más rica de Europa después del Vaticano mismo.
Las diócesis más ricas de Alemania
¿Dónde
está el dinero? Más de 15 millardos están en inversiones financieras y
20 millardos están marcados como activos fijos e invertidos en
patrimonio o bienes raíces donados por la antigua nobleza,
particularmente en Alemania occidental. Hay también un generoso fondo
pensional por la friolera de 5 millardos de euros, reservado para
dignatarios eclesiásticos de alto rango, pero ese monto puede ser más
alto puesto que varios de los reportes financieros episcopales no
proporcionan información exacta.
A
algunos enojará el contraste entre la riqueza de la iglesia y las
penurias de los hospitales bajo su administración. Recientemente, el
personal hospitalario en el estado de Sarre se fue a huelga en protesta
por sus condiciones laborales. Tim Umhofer, enfermero en la
clínica Marienhaus (supervisada por la Iglesia Católica),
atiende personalmente a 15 pacientes durante el día y es responsable de
otros 30 pacientes en el turno de noche. Se queja del poco tiempo
destinado a las necesidades interpersonales de sus pacientes graves en
el pabellón donde labora. “Nos dicen que actúan como Cristianos, pero
eso no es posible porque no tenemos suficiente personal en el hospital”,
dijo a Handelsblatt. Él gana €3.000 mensuales sin deducir los
impuestos.
La diócesis de Trier, responsable de Marienhausklinik, es una de las comunidades religiosas más ricas de Alemania, con activos de 1 millardo de euros. La diócesis dijo que el recorte de enfermeros a nivel nacional “no es específicamente un problema eclesiástico”, sino que es causado por la política gubernamental. El señor Umhofer y sus colegas han escrito a los parlamentarios y al obispo de Trier, Stephan Ackermann, pidiéndoles que visiten el hospital para que vean por sí mismos la dura situación del hospital. Todavía esperan una respuesta.
Luego de que el “obispo de lujo” fue suspendido y enviado de regreso al Vaticano en 2013, la IglesiaCatólica
alemana prometió que sería más transparente. Pero como cada sacerdote
tiene su interpretación personal de la Biblia, así cada diócesis
interpreta la transparencia a su manera. Varias de ellas no
desclasifican sus reportes financieros, o sólo revelan unas cuantas
cifras. Los datos no son recogidos centralizadamente por la Conferencia
Episcopal Alemana, aunque prometieron que todo cambiaría en 2018.
La diócesis de Trier, responsable de Marienhausklinik, es una de las comunidades religiosas más ricas de Alemania, con activos de 1 millardo de euros. La diócesis dijo que el recorte de enfermeros a nivel nacional “no es específicamente un problema eclesiástico”, sino que es causado por la política gubernamental. El señor Umhofer y sus colegas han escrito a los parlamentarios y al obispo de Trier, Stephan Ackermann, pidiéndoles que visiten el hospital para que vean por sí mismos la dura situación del hospital. Todavía esperan una respuesta.
Luego de que el “obispo de lujo” fue suspendido y enviado de regreso al Vaticano en 2013, la Iglesia
La historia no termina en los impuestos. La Iglesia
La controversia sigue sobre cómo se gastan ese dinero. La iglesia alemana es el segundo mayor empleador después del gobierno, manejando numerosas guarderías y escuelas junto a uno de cada tres hospitales. Los críticos dicen que la riqueza de la iglesia debería ser dirigida más hacia su fuerza de trabajo que a preservar edificios históricos.
Porcentaje de asistencia a los servicios litúrgicos en Alemania
El dinero permanece guardado y con llave, aún cuando se alcen las controversias. El “obispo de lujo” limburgués se benefició de una cuenta especial paralela accesible a muchos obispos alemanes y sus más cercanos consejeros. Estos ahorros dioccesanos no son objeto de tributación o de informe. En 2013, se decía en Limburgo que la “cátedra del obispo” como es conocida aquí, valía 92,5 millones de euros.
La diócesis de Limburgo responsabilizó al obispo errante por daños y perjuicios, pero en el 2015 el Vaticano decidió no realizarle juicio canónico. Para ese mismo tiempo, los medios italianos reportaban que el clérigo estaba viviendo en un ático en el distrito de Piazza Navona, en el centro de Roma. Un vocero de Limburgo declinó comentar sobre si el señor Tebartz-van Elst aún recibía una pensión mensual de €7.000 de su antigua jurisdicción, en adición al estipendio de €3.000 por su nuevo puesto en el Vaticano como delegado para la Catequesis en el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
Leon Göllner, Jan Keuchel, Alina Liertz y Milena Merten contribuyeron para este artículo.
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