MEDITACIONES PARA LA PASCUA
Tomado de “Meditaciones para todos los días del año - Para uso del clero
y de los fieles”, P. Andrés Hamon, cura de San Sulpicio (Autor de las
vidas de San Francisco de Sales y del Cardenal Cheverus). Segundo tomo:
desde el Domingo de Septuagésima hasta el Segundo Domingo después de
Pascua. Tercera edición inglesa, Benziger Brothers, Nueva York,
1894.
VIERNES DE PASCUA
En aquel tiempo los once discípulos marcharon a
Galilea, al monte que les había señalado Jesús. Y, al
verle, le adoraron: pero algunos dudaron. Y, acercándose
Jesús, les dijo: “Me ha sido dada toda potestad en
el cielo y en la tierra. Id, pues, y enseñad a todas las
gentes: bautizándolas en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo: enseñándolas a guardar
todo cuanto os he mandado. Y he aquí que yo estoy
con vosotros todos los días, hasta la consumación del
mundo”.
RESUMEN PARA LA VÍSPERA EN LA NOCHE
Meditaremos
mañana en la aparición de Jesucristo a sus Apóstoles sobre una montaña
en Galilea, y haremos de las tres partes de su discurso los tres puntos
de nuestra meditación.
—
Enseguida tomaremos la resolución: 1º De hacer frecuentemente durante el
día actos de fe en la infalibilidad de la Iglesia, y actos de caridad a
Jesucristo quien, por amor a nosotros, le dio este bienaventurado
privilegio; 2º De mantenernos recogidos y en unión con Jesucristo, quien
desea que estemos siempre con Él, como Él está siempre con nosotros.
Nuestro
ramillete espiritual serán las palabras de Nuestro Señor: “He aquí que yo estoy
con vosotros todos los días, hasta la consumación del
mundo” (Mt. 28, 20).
MEDITACIÓN PARA LA MAÑANA
Adoremos
a Jesucristo en la proximidad de su Ascensión reuniendo a sus Apóstoles
sobre una montaña de Galilea, y dándoles allí la misión de predicar el
Evangelio a todas las naciones, y a sus sucesores la misión de
predicarlo hasta el fin del mundo. Agradezcámosle por esta misión, cuyo
interés en el más alto grado al universo entero y a todas las edades
venideras. Admiremos el poder y bondad que aquí es mostrada. Alabemos el
poder, y amemos la bondad.
PUNTO PRIMERO - JESUCRISTO DIJO: “ME HA SIDO DADA TODA POTESTAD EN EL CIELO Y EN LA TIERRA”.
¡Qué
palabras, y quién diferente a un Hombre-Dios podía decirlas! Hemos
visto a menudo hombres investidos con gran poder, pero siempre ha sido
un poder limitado. ¿Quién ha tenido todavía poder sobre los cielos, y
sobre los vientos, sobre los truenos y las tormentas, sobre la
enfermedad y la muerte? JESUCRISTO SOLO HA TENIDO PODER ILIMITADO EN EL
CIELO Y SOBRE LA TIERRA; el poder de ordenarle a los elementos actuar
conforme a Su propia Voluntad sobre toda la creación. Sólo de Él la
gente asombrada había sido capaz de decir “¿Quién es este que hasta el
viento y las olas le obedecen?”. ¡Oh todopoderoso poder de mi Salvador!
Yo os adoro y bendigo con todo mi corazón. Tiemblo por los pecadores que
no tiemblan a la vista de vuestra Omnipotencia, oh Jesús; pero me
regocijo por los justos que os sirven, por los Apóstoles a quienes Vos
habéis enviado a la conquista del mundo. Ellos son de hecho corderos en
medio de lobos, pero ¿qué significa eso? Ellos no tienen nada que temer,
viendo que vuestra Omnipotencia os acompaña. Vos los defenderéis contra
todos los asaltos; Vos los sostenéis en las dificultades y en las
pruebas. ¡Oh todopoderoso y buen Maestro, qué consolación es veros como
la cabeza de vuestra Iglesia! ¡Cuánto honor y respeto no os debemos por
lo que sois en Vos mismo; cuánta gratitud y amor por lo que hicisteis en
el pasado; y confianza por lo que haréis en el futuro!
PUNTO SEGUNDO - DICE JESUCRISTO:
“ID, PUES, Y ENSEÑAD A TODAS LAS NACIONES, BAUTIZÁNDOLAS EN EL NOMBRE
DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO: ENSEÑÁNDOLES A GUARDAR TODO
CUANTO OS HE MANDADO”.
Estas palabras son la consecuencia de las
que la precedieron; como si Jesucristo dijera: “En virtud de, y con la
ayuda de la omnipotencia que me ha sido dada, id y enseñad a todas las
naciones, convertid a todas las gentes, y extended mi imperio hasta los
confines de la tierra. La empresa es, lo sé, más allá de vuestras
fuerzas, pero no más allá de mi Omnipotencia. Doctores y depositarios de
mi Doctrina, por vosotros será preservada en mi Iglesia la fe que hace
Santos. ¡Bienaventurados vosotros que sois escogidos para tan bella
misión, que glorifica a Dios y que salva almas!”. “Si, dijo Santa
Catalina de Siena, alguien pudiera ver la belleza de una sola alma,
moriría cien veces al día para salvarla”. ¡Podemos estimar, en este
elevado precio, las almas, y la misión de salvarlas!
CONTINUÓ JESUCRISTO: “BAUTIZAD A LAS NACIONES EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO”. Gracias, Señor, gracias por esta revelación de la Santísima Trinidad, revelación la más clara y precisa que jamás se haya hecho hasta entonces en el mundo; gracias por esta institución del Bautismo, que hace de cada uno de nosotros un hijo de Dios, heredero del Cielo, y uno de vuestros miembros; gracias por los Sacramentos todos, de entre los cuales el Bautismo es como la puerta, y que son los maravillosos canales por medio de los cuales vuestra Gracia se derrama sobre nosotros.
CONTINUÓ JESUCRISTO: “BAUTIZAD A LAS NACIONES EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO”. Gracias, Señor, gracias por esta revelación de la Santísima Trinidad, revelación la más clara y precisa que jamás se haya hecho hasta entonces en el mundo; gracias por esta institución del Bautismo, que hace de cada uno de nosotros un hijo de Dios, heredero del Cielo, y uno de vuestros miembros; gracias por los Sacramentos todos, de entre los cuales el Bautismo es como la puerta, y que son los maravillosos canales por medio de los cuales vuestra Gracia se derrama sobre nosotros.
De
nuevo dice el Salvador: “Enseñad a todas las naciones a observar todo
lo que os he ordenado”. Yo entiendo, Dios mío, que la Fe sin obras no
aprovecha, que LA FE ES LA ANTORCHA QUE DIRIGE (Salmo 118, 105), QUE NOS
MUESTRA LO QUE DEBEMOS HACER; PERO NO PODEMOS SER SALVOS EXCEPTO EN LA
MEDIDA DE LO QUE REALMENTE HACEMOS, y que lo hagamos por motivos de fe,
porque las obras sin fe no son más meritorias para la salvación que la
fe sin las obras. Aprendamos en adelante a realizar siempre nuestras
obras para que estén en armonía con nuestra fe.
PUNTO TERCERO - “HE AQUÍ QUE YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, HASTA LA CONSUMACIÓN DEL MUNDO”, DIJO JESUCRISTO AL TERMINAR SU DISCURSO.
¡Qué
magníficas palabras! Ellas son el título de la infalibilidad de la
Iglesia, porque si Jesucristo la asiste todos los días en su enseñanza,
no puede ser engañada, quien escucha a la Iglesia escucha a Jesucristo.
¡Oh deliciosa consolación! Dios se hace a Sí mismo garante de mi
creencia. Pero Jesucristo no solamente está con sus Apóstoles mientras
ellos enseñan; Él incluso ahora está con todos nosotros, por el amor que
Él nos tiene, y que nos sigue a todas partes. ¡Tener a Jesucristo con
nosotros! ¡Qué buen pensamiento hace al corazón que ama! ¿Puede alguno
estar en más dilecta sociedad? ¡Qué bien hace al corazón que se siente
estar débil! ¿Qué hemos de temer cuando tenemos su Omnipotencia con
nosotros? Tener a Jesucristo con nosotros en el Sagrado Tabernáculo,
donde podemos visitarle todos los días, hablarle, exponerle nuestras
alegrías y nuestras tristezas; tener a Jesucristo Morando en el fondo de
nuestros corazones si deseamos encontrarle allí, gozarle por medio de
la práctica de la vida interior, del recogimiento y de la caridad: ¡Qué
manera de confianza y paz!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)