ADVERTENCIA:
 Las imágenes que se presentarán en este artículo no son aptas para 
menores de edad o personas impresionables, por lo que se recomienda 
encarecidamente discreción al lector.
En
 el año 2005, a un recién elegido Joseph Ratzinger le tocó asistir a la 
Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Colonia (Alemania), 
donde abundaron las siguientes escenas (tomadas de TRADITION IN ACTION):
Un
 presbítero y una monja bailando en la tarima frente a la catedral de 
Colonia. -Jóvenes vestidas de blanco danzando alrededor de la mesa donde
 el “Santísimo Sacramento” está expuesto en una custodia.
Parejas
 jóvenes llegando a la estación de trenes de Colonia a pasar cinco días y
 sus noches juntos. - Una pareja acostada en el suelo en sus sacos de 
dormir durante la “Misa” de Benedicto XVI. - Un 
personaje hippie enrolla camándulas alrededor de su cabeza como una 
bandana sosteniendo una bandera de la Santa Sede. - Una chica teniendo 
tatuada una cruz en su estómago. - Jóvenes se 
cubren con la bandera de su país, dando la impresión de que están 
desnudos. - Una pareja abrazándose en una atmósfera de gran libertad 
moral.
Una escena común en las JMJs: una joven pareja besándose en lo que parece un ambiente de completa libertad. 
Adolescentes de ambos sexos durmiendo juntos entre sí sin ninguna barrera para impedir que sus malos instintos se desaten. - Una manifestación de amor en un estilo típico de Woodstock. - Un punketo sonriente con un corte de cabello extravagante como si estuviera siendo bendecido por el pasacalles de Benedicto XVI. - Otro punketo se siente cómodo en el ambiente de tolerancia de «Colonia 2005» [en alemán, «Köln 2005»]. - Chicos
 sin camiseta y chicas en pantalones cortos se sumergen en las aguas del
 río Rin para saludar al bote de Benedicto XVI, llegando a la JMJ.
Colonia,
 16 a 21 de Agosto de 2005. La monja belga sor Johanne Vertommen baila 
con el presbítero misionero John en dos escenas de la Jornada Mundial de
 la Juventud de 2005.
Las imágenes fueron publicadas por el diario flamenco Het Laatste Nieuws. Cuando un periodista le preguntó a la hermana Johanne, de 29 años, sobre los pasos de baile, respondió: «Mi
 madre superiora mencionó el tema hoy: ella cree que yo debería tener 
más cuidado y recordar que represento a nuestra comunidad».
Es
 decir, por esta conducta pública indecente (para cualquier joven, pero 
más particularmente para una monja), la hermana Johanne no recibió 
ningún reproche, sino un recordatorio de prudencia. Tampoco se tienen 
informes de reproche alguno al padre John...
Como justificación por su conducta, sor Johanne añadió: «Yo no haría esto en casa, pero en este tipo de ocasiones me dejo llevar por el entusiasmo de la gente».
Si
 sor Johanne y el padre John hicieron esto a plena luz del día frente a 
las cámaras de noticias, uno puede solamente preguntarse qué acciones 
los llevaría a hacer su desenfrenado «entusiasmo» si estuvieran solos.
También, si las personas religiosas se indulgen en esta clase de «entusiasmo»
 típico de una Jornada Mundial de la Juventud, ¿qué puede uno imaginarse
 respecto de las parejas no casadas que se permiten dormir juntas 
durante el encuentro de seis días?
Para
 expresar su entusiasmo por Ratzinger, varias jóvenes se tatuaron la 
espalda baja con la frase: «¡Yo amo al Papa!» [En alemán, «Ich liebe den
 Papst!»].
Indiscutiblemente es una forma original para expresar devoción al Papado.
No hay duda que otras iniciativas así fueron permitidas por los clérigos que dirigen a las chicas.
Un
 «signo de los tiempos» que indica a qué conduce la formación de la 
juventud. Es un buen ejemplo de los frutos del Vaticano II en el 
presente pastoral también.
A juzgar por los 
colores que tienen los echarpes alrededor de la cintura, las jóvenes 
mujeres hacem parte de una delegación bávara a la Jornada Mundial de la 
Juventud 2005 en Colonia.







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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)