Lo de la derechita es de órdago. Celebrando la conmemoración de la caída del muro de Berlín en nombre de Helmut Kohl, Bush padre, Mijail Gorbachov, y lo que te rondaré morena. Que por supuesto, el comunismo ha caído. Sí, lo vemos en la China con la que se abrazaba Rodrigo Rato. También en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua. Y en Corea. También vemos que las doctrinas de Gramsci, Boas, la escuela de Frankfurt y Mayo del 68, que no han influido nada en el Occidente. Lo vemos en que ETA por lo visto no existe ya. O la subida del voto comunista en Portugal. O las mismas políticas de Zapatero. En fin, no sé si esto es miopía, maldad o tontería, o todo junto y revuelto. Pero reitero en que por lo menos a la izquierda se le ve venir.
Entérense de una vez, enteraos de la derechita: Aquel muro de la vergüenza no fue sólo construido por la derrota del criminal y subnormal nacionalsocialismo; fue construido como un botín de guerra de unos liberales que buscaron la alianza con el Padrecito Stalin y que lo que quisieron hacer fue esclavizar a todo un pueblo, al igual que hicieron con el Japón. Dresde, Hiroshima y Nagasaki fueron esas demostraciones de fuerza de los Atilas modernos, que desde la Gran Guerra ya estaban planificando el percal.
Digo yo que para construir muritos, mejor uno en el Canal de la Mancha y otro antes de llegar al Río Grande, porque tres siglos de mesianismo angloprotestante, bien bajo Union Jack bien bajo Yanquilandia, ya cansan demasiado y por su fruto lo conocemos.
Y al igual que Churchill y Roosevelt pactaron con Stalin, la derechita ha pactado con el rojerío reciclado que el sistema capitalista no se cambia, pero la moral y la cultura y etc. es para la izquierda. La Revolución Cultural (La derechita no se entera, o sí...) ha encontrado en el capitalismo salvaje su mejor herramienta. No es el "marxismo ortodoxo" pero al fin y al cabo no se desvía demasiado de los fines puramente marxistas.
Cayó la Unión Soviética, pero no el comunismo. Intentaron esclavizar a alemanes y japoneses y permitieron que el comunismo hiciera más de cien millones de muertos. Intentan exportar un sistema imposible nacido de la Revolución Francesa sanguinaria por el que la mayoría del mundo no se rige; sistema que reconozco más coherente en Yanquilandia que en este Al Andalus progre, eso sí. Y tampoco le van a la zaga al comunismo en barbarie. Mucho hablar de Dachau y Auschwitz, sí, no digo que no haya que hablar, pero no se habla nada de los campos de concentración de Eisenhower, o de la cantidad de presos rusos anticomunistas que entregaron a Stalin. Tuvo que llegar Alexander Solzhenitsyn para que se hablara del Gulag, y aquí, Juan Benet justificó los campos de concentración en los "Cuadernos para el diálogo" y Camilo José Cela lo llamó pajarraco de mal agüero, e incluso José María Íñigo le insinuó que si se estaba enriqueciendo a costa de eso.
Y al menos, con todo y con eso, en Budapest y en Praga nos recordaron que la resistencia a la tiranía siempre es posible, y acaso, con más o con menos, enarbolaron una bandera de dignidad frente a la cómoda burguesía eurogringa, que actuaba igual que actúa hoy, como si no pasara nada.
Pero bueno, todo esto para qué... Los memócratas seguirán de celebración. ¿Qué celebran? La esclavitud de alemanes y japoneses, su pacto con el gramscianismo, las leyendas rosas de una manoseada y falsificada Segunda Guerra Mundial, ladrando sobre el pasado cuando el siglo más oscuro ha sido el XX. Y en el fondo, celebrando que si la URSS duró tanto, fue gracias al concurso del liberalismo que la legitimó.
No nos extraña, pero nos sigue dando mucho asco.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)