¡Oh, Santísimo Jesús, que aquí sois verdaderamente Dios escondido;  concededme desear ardientemente, buscar prudentemente, conocer  verdaderamente y cumplir perfectamente en alabanza, y gloria de vuestro  nombre todo lo que os agrada.   Ordenad, ¡oh Dios mío!, el estado de mi vida; concededme que conozca lo  que de mí queréis y que lo cumpla como es menester y conviene a mi alma.    Dadme, oh Señor Dios mío, que no desfallezca entre las prosperidades y  adversidades, para que ni en aquellas me ensalce, ni en éstas me abata.  De ninguna cosa tenga gozo ni pena, sino de lo que lleva a Vos o aparta  de Vos. A nadie desee agradar o tema desagradar sino a Vos.   Séanme viles, Señor, todas las cosas transitorias y preciosas todas las  eternas. Disgústeme, Señor, todo gozo sin Vos, y no ambicione cosa  ninguna fuera de Vos. Séame deleitoso, Señor, cualquier trabajo por Vos,  y enojoso el descanso sin Vos.   Dadme, oh Dios mío, levantar a Vos mi corazón frecuente y  fervorosamente, hacerlo todo con amor, tener por muerto lo que no  pertenece a vuestro servicio, hacer mis obras no por rutina, sino  refiriéndolas a Vos con devoción.   Hacedme, oh Jesús, amor mío y mi vida, obediente sin contradicción,  pobre sin rebajamiento, casto sin corrupción, paciente sin disipación,  maduro sin pesadumbre, diligente sin inconstancia, temeroso de Vos sin  desesperación, veraz sin doblez; haced que practique el bien sin  presunción que corrija al prójimo sin soberbia, que le edifique con  palabras y obras sin fingimientos.   Dadme, oh Señor Dios mío, un corazón vigilante que por ningún  pensamiento curioso se aparte de Vos; dadme un corazón noble que por  ninguna intención siniestra se desvíe; dadme un corazón firme que por  ninguna tribulación se quebrante; dadme un corazón libre que ninguna  pasión violenta le domine.   Otorgadme, oh Señor Dios mío, entendimiento que os conozca, diligencia  que os busque, sabiduría que os halle, comportamiento que os agrade,  perseverancia que confiadamente os espere, y esperanza que, finalmente,  os abrace.   Dadme que me aflija con vuestras penas aquí por la penitencia, y en el  camino de mi vida use de vuestros beneficios por gracia, y en la patria  goce de vuestras alegrías por gloria. Señor que vivís y reináis, Dios  por todos los siglos de los siglos. Amén.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)