Cántiga 74: Esta es cómo Santa María salvó al pintor que el demonio quería matar, porque lo pintaba feo. 
   "A quien quiere defender Santa María, no puede el demonio hacerle ningún mal". 
    
Y de esto un milagro quiero contaros, de cómo Santa María quiso guardar a
 un pintor suyo, que intentaba pintarla a Ella muy hermosa, con todas 
sus fuerzas. Y siempre pintaba al demonio más feo que nada, y el 
demonio, por eso, le dijo: -¿Por qué me desdeñas o por qué me haces 
aparecer tan mal a cuantos me ven? 
Y él dijo entonces: -Esto te lo hago con mucha razón, porque tú siempre haces el mal y del bien no quieres saber nada. 
Cuando esto hubo dicho, el demonio se irritó y amenazó duramente al 
pintor, que lo mataría, y buscó camino para hacerlo morir bien pronto. 
Porque un día lo acechó donde estaba pintando, como he aprendido, la 
imagen de la Virgen, por lo que oí, y trataba de componerla muy bien, 
para que apareciese muy hermosa. 
Pero entonces, el demonio, en quien todo mal yace, trajo un fuerte 
viento, como cuando hay grandes turbiones y quiere llover. Luego que 
aquel viento entró en la iglesia, echó por tierra el andamio en el que 
el pintor estaba, pero él llamó en seguida a la Virgen Madre de Dios 
para que viniese a socorrerlo. 
Y ella con tal rapidez acudió, que hizo que se sostuviese en el pincel 
con el que pintaba, y por ello no cayó ni pudo el demonio dañarlo en 
nada. Y al gran ruido que hizo la madera, vinieron las gentes en 
seguida, y vieron al demonio más negro que la pez, huir de la iglesia 
donde iba a perder. 
Y vieron cómo estaba el pintor colgado del pincel, y por ello dieron 
loores a la Madre de Nuestro Señor, que quiere a los suyos valer de las 
grandes angustias. 
Alfonso X de Castilla ("El Sabio"), Cántigas de Santa María. Cántiga 74

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