Meditaciones tomadas del Año feliz o santificado por la meditación de sentencias y ejemplos de Santos, para todos los días del año,
 por el padre Juan Bautista Lasausse, traducido al español por el P. 
Pedro Orcajo OP en Valladolid por la imprenta de don Juan de la Cuesta 
en 1858.
ORACIÓN EN HONOR A LA SAGRADA FAMILIA
Concedednos,
 oh Señor Jesús, imitar los ejemplos de vuestra Sagrada Familia, para 
que en la hora de nuestra muerte, en compañía de vuestra gloriosa Virgen
 Madre y San José, merezcamos ser recibidos por Vos en los eternos 
tabernáculos (200 días de Indulgencia, una vez al día — León XIII, 6 de Febrero de 1893).
CONSIDERACIÓN: LA HUMILDAD
El que se humilla será ensalzado. Qui se humíliat exaltábitur. (Luc. 14, 11).El
 que es verdaderamente humilde desea ser despreciado, burlado, 
perseguido y calumniado. Si queremos imitar a Jesucristo, en esto, sobre
 todo debe ser. No hay más medio de ser sabio que alegrarse de pasar por
 la escoria de los hombres y por insensato, pues que la misma sabiduría 
ha sido reputada como tal (Santa Teresa).
Una
 santa religiosa pedía muchas veces a la superiora el permiso para decir
 públicamente sus defectos y la suplicaba la impusiese penitencias que 
la abatiesen, a fin de ser despreciada. Santa Catalina de Génova decía: 
«Cuando cometo alguna falta a mí sola debo atribuirla, no al demonio ni a
 cualquiera otra criatura, sino únicamente a mi mala voluntad, a mi 
orgullo y sensualidad. Si el Señor no me asistiese continuamente con su 
gracia, ¿qué sería de mí? Yo soy peor que el demonio para hacer mal». En
 las diferentes faltas que involuntariamente cometía acostumbraba a 
decir: «He aquí una yerba de mi jardín»; y así se humillaba ella misma. 
¡Oh humildad!
ORACIÓN    
Dios
 mío, no soy capaz por mí mismo de hacer bien alguno, sino solo de obrar
 el mal, ¿cómo podré ensoberbecerme? ¿Cómo, convencido de esta verdad 
humillante, no concibo un gran desprecio de mí mismo?
ORACIONES A LA SAGRADA FAMILIA (300 días de Indulgencia, una vez al día — León XIII, 17 de Mayo de 1890).
Jesús,
 María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de amar a la Iglesia 
como debemos, sobre toda otra cosa terrena, y siempre mostrar nuestro 
amor por las obras. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Jesús,
 María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de profesar 
abiertamente como debemos, sin temor o respeto humano, la fe que nos ha 
sido dada en el Bautismo. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Jesús,
 María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de unirnos, como 
debemos, en la defensa y la propagación de la Fe, cuando el deber llame,
 sea por la palabra o por el sacrificio de nuestras fortunas y nuestras 
vidas. Padre nuestro, Ave María y Gloria.Jesús,
 María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de amarnos 
mutuamente, como debemos, y vivir siempre en perfecta armonía de 
pensamiento, voluntad y acción, bajo el gobierno y guía de nuestros 
pastores. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Jesús,
 María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de conformar nuestras
 vidas, como debemos, a los preceptos de Dios y de la Iglesia, para 
vivir siempre en esa caridad que ellos exponen. Padre nuestro, Ave María y Gloria.   
  
   
   
   
  
ORACIÓN POR LA FAMILIA CRISTIANA (200 días de Indulgencia, una vez al día — León XIII, 19 de Enero de 1889).
Dios
 de bondad y de misericordia, a vuestra omnipotente protección 
encomendamos nuestro hogar, nuestra familia y todo lo que poseemos. 
Bendecidnos a todos, como bendijisteis a la Sagrada Familia en Nazaret.
Oh
 Jesús, nuestro benditísimo Salvador, por el amor con el cual Os 
hicisteis hombre por nuestra salvación, por vuestra misericordia al 
morir por nosotros en la Cruz, bendecid, os suplicamos, nuestro hogar, 
nuestra familia y nuestra casa; preservadnos de todo mal y de las 
insidias de los hombres; protegednos del rayo y del granizo, del fuego, 
inundación y tempestad; preservadnos de la ira, del odio y los malos 
designios de nuestros enemigos, de la peste, el hambre y la guerra. Que 
ninguno de nosotros muera sin los santos Sacramentos; concedednos 
vuestra bendición, para que podamos confesar valientemente la fe por la 
cual somos santificados, que podamos preservar nuestra esperanza en el 
dolor y en la aflicción, y que podamos redoblar nuestro amor a Vos y 
nuestra caridad hacia nuestro prójimo.
Oh Jesús, bendecidnos y protegednos.
Oh
 María, Madre de gracia y de misericordia, bendecidnos, defendednos 
contra los espíritus malignos, conducidnos por la mano a través de este 
valle de lágrimas, reconciliadnos con vuestro Hijo, y encomendadnos a Él
 para que seamos dignos de sus promesas.
Oh 
santísimo José, Padre reconocido de nuestro Salvador, guardián de Su 
santísima Madre y jefe de la Sagrada Familia, interceded por nosotros, y
 bendecid y proteged nuestra habitación en todo momento.
San Miguel Arcángel, defendednos contra toda perversidad del infierno.
San Gabriel Arcángel, hacednos buscar siempre la santa voluntad de Dios.San Rafael Arcángel, preservadnos de enfermedades y de todo peligro de muerte.  
   
   
JACULATORIA A JESÚS, MARÍA Y JOSÉ
Oh Santos Ángeles, guardianes nuestros, guardadnos día y noche en el camino de salvación.
Oh Santos bienaventurados, patronos nuestros, rogad por nosotros ante el trono de Dios.
Bendecid
 nuestra casa, oh Dios Padre, que nos habéis creado; oh Dios Hijo, que 
habéis sufrido por nosotros en la Cruz; oh Dios Espíritu Santo, que nos 
habéis santificado en el bautismo. Que Dios en sus tres divinas personas
 preserve nuestros cuerpos, purifique nuestras almas, guíe nuestros 
corazones y nos conduzca a la vida eterna.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
Jesús, María, y José, os doy mi corazón y mi alma; 
Jesús, María, y José, asistidme en mi última agonía; 
Jesús, María, y José, que pueda exhalar mi alma en paz con vosotros. (Indulgencia de 300 días cada vez — Pío VII, 26 de Agosto de 1814).
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)