La señora Veer Dusauchoit (derecha), de 62 años, demandó el pasado mes de Abril por presunta discriminación a la Archidiócesis de Malinas-Bruselas, representadas por el cardenal Jozef De Kesel Boels (izquierda) y su sucesor Luc Christian Joseph Marie Terlinden van der Rest. El motivo fue que a ella le fue negado acceder al curso de formación para diáconós por ser mujer, contraviniendo el artículo 10 de la Constitución belga.
Según Dusachoit, residente en la villa de Herent en el Brabante Flamenco, la intención de matricularse en el curso era «mejorar el servicio que presta como “colaboradora”» en su parroquia, donde a falta de presbíteros (como en muchos lugares de Bélgica y Países Bajos), los laicos presiden funerales, bautizos y servicios de lectura y distribución de la “comunión” (“paraliturgias”).
Dos meses después, el tribunal de Malinas condenó en primera instancia a los dos prelados a pagarle cada uno 1.500 euros (1.605 dólares estadounidenses) de compensación por el daño moral. Pero, al mismo tiempo, se declaró inhibida de dirimir la cuestión de la admisión de un candidato al curso de diácono, aduciendo los principios de “separación Iglesia-Estado” y de “libertad religiosa”.
Irónicamente, los obispones belgas han estado a favor del “diaconado femenino”. Para muestra, en su relación de la Fase consultiva nacional para el Sínodo de la Sinodalidad, ellos dijeron:
«El Concilio Vaticano II restableció el diaconado permanente para los hombres. No todas las conferencias episcopales han hecho uso de esta posibilidad.Por analogía, pedimos, a partir de nuestras consultas como Iglesia belga, que se restablezca también el diaconado permanente para las mujeres.En nuestro análisis, conferir importantes responsabilidades pastorales a las mujeres y la ordenación diaconal no deberían ser universalmente obligatorias ni estar prohibidas».
Si bien las relaciones han estado algo tensas por la orden de allanamiento luego de estallar el escándalo de abusos sexuales, en Bélgica, el Estado paga los salarios de los ministros de las religiones reconocidas, lo que incluye a los ministros conciliares, protestantes, judíos, anglicanos, ortodoxos y musulmanes.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)