«Cayó la suerte a Matías, con lo que fue agregado a los once Apóstoles». (Hechos de los Apóstoles 1, 26).
San Matías fue elegido por los apóstoles después de la Ascensión del
Salvador para reemplazar al pérfido Judas. Congregados, los fieles
oraron al Espíritu Santo para que les diese a conocer la persona que Él
había destinado para este ministerio; en seguida, echaron suertes, y
cayó la suerte a Matías. El nuevo Apóstol predicó el Evangelio a los
pueblos de la Judea y de la Etiopía; su celo le atrajo el odio de los
judíos, que lo lapidaron y le cortaron la cabeza.
MEDITACIÓN SOBRE LA VOCACIÓN
I. Dios nos destina a cada uno un género de vida en el que quiere que
nos salvemos. Es un gran Rey que quiere servidores de toda suerte de
estados, condiciones y empleos. ¿Es Dios quien te ha hecho abrazar el
estado de vida en que te encuentras alistado? ¿No es acaso la vanidad,
el deseo de amontonar riquezas o de gozar de placeres? Si por desgracia
es así, corrige la mala intención que has tenido, y promete a Dios
buscar en adelante sólo su gloria y su voluntad. En cuanto a ti, que aun
estás libre a este respecto, sigue el camino que el Señor te indique.
II. Pídele a Dios te haga conocer su santa voluntad a fin de escoger un
género de vida en el que puedas trabajar para su gloria y tu salvación.
No consultes ni la carne, ni el mundo, ni tus placeres, ni tus
intereses; es a Dios a quien se debe pedir consejo. Las oraciones, las
mortificaciones, las comuniones, los retiros te facilitarán esta
importante elección. Observa la misma regla en tus acciones particulares
de cierta importancia: pide consejo a Dios, Él te ilustrará con sus
divinas luces.
III. Sigue las inspiraciones del Cielo, una vez que las hayas conocido
bien. Si San Matías no hubiera querido someterse a su elección para el
apostolado, hoy no se celebraría su fiesta. Si durante la vida
menosprecias a Dios que te llama, Él se burlará de ti en la hora de tu
muerte; es lo que declara en el libro de los Proverbios: «Te llamé, y no has querido escucharme, me reiré de ti en tu último día, y te haré objeto de irrisión».
La obediencia a las inspiraciones de Dios. Orad por los justos perseguidos.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis puesto a San Matías en el número de vuestros
Apóstoles, haced, por su intercesión, que sin cesar experimentemos los
efectos de vuestra inagotable misericordia. Por J. C. N. S. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)