DIVISIONARIO

Desde La Santa Alianza

- Este poema está inspirado en una lectura muy especial. Se trata del diario de un bollullero anónimo, hijo de un guardia civil que por expreso deseo de su familia no figura de cara al público. Romualdo Cedillo López, paisano aljarafeño, militar e historiador, recogió su diario de guerra en " Yo también estuve allí "; ha tenido la gentileza de prestárselo a mi padre y éste a su vez de prestármelo a mí. Se me ponen los pelos como escarpias al leer, al gustar de su lenguaje típico y directo, y al nombrar que mi abuelo paterno fue uno de los hombres que lo recibió en su llegada al pueblo. Asimismo, recuerda a nuestro paisano, D. José F. Rivero Calero ( Apodado en el pueblo " el alemán " ), que fue compañero de fatigas en aquella campaña, y que era pariente de mi abuelo materno. Hay datos de personajes del pueblo que aún me quedan por contrastar, por ejemplo, si fue mi abuelo materno el que le prestó la moto a su padre para que fuera a la Venta Pazo ( Sanlúcar la Mayor ) para verle antes de acudir a alistarse en Sevilla. Pero con todo y con eso, esto que me ha inspirado. Va por todos aquellos valientes que fueron a Rusia a combatir al comunismo por Dios y por España, y que aunque a Hitler nada le interesaba el comunismo y mucho menos una cruzada, ellos lo dieron todo a cambio de nada, aunque no fue un camino de rosas y en el camino encontraron muchas zancadillas, que ya supongo que os contaré en mi comentario del libro. Va por todos ellos y en especial por mis paisanos.

Dejaste tu tierra,
Tu tierra linda,
Al redoble del tambor,
Al son de la conquista,

Dejaste el Aljarafe,
De olivos y viñedos,
Para combatir en Rusia,
Contra los soviéticos,

De Bollullos a Hendaya,
De Hendaya a Baviera,
Germánica instrucción,
Para la eslava estepa,

Ibas con ganas y expectativas,
Y tragaste con desengaños,
Cuando pronto te topaste,
Con algunos desalmados,

Voluntarios hubo de sobra,
Quedándose en el camino,
Y más de un hideputa,
Amargó el destino,

Dejaste tu pueblo,
Para ser divisionario,
Doscientos cincuenta,
Tu número, soldado,

Muchos vociferaron,
Pero tú actuaste,
Tú ibas voluntario,
Por España luchaste,

Después de nuestra guerra,
Nacional liberación,
Al tirano marxista,
Enseñaste tu valor,

Te congeló el frío,
Te silbaron las balas,
Cantaste orgulloso,
Con tus camaradas,

Absorbiste el Báltico,
De noches prusianas,
Llevando en tu casco,
Bandera rojigualda,

Yugos y flechas,
Cruces de hierro,
Sangre y fatiga,
Divisionario bollullero,

Allá Miguel Román,
Allá Muñoz Grandes,
Embajadores del infierno,
Celtíberos gigantes,

Conociste la pena,
El hambre, la escasez,
Las bajezas humanas,
De violencia la sed,

Viviste para contarlo,
Con todo y con eso,
Como un héroe tus paisanos,
Te recibieron en el pueblo,

Y recordabas el cuartel del Carmen,
El tren, el hospital,
Todo lo vivido y sufrido,
Rompiendo a llorar,

Cogiste la bicicleta,
Para ir a los pinares,
Miraste hacia Cuatrovitas,
Su aire respiraste,

Luchaste por tus ideales,
Enterraste a los caídos,
Ahora el futuro,
Acude a ti altivo,

Divisionario, pues,
Guarda tu memoria,
Que nunca te roben,
La merecida gloria,

Aunque intenten a los años,
Vuestra luz apagar,
Más de uno y más de dos,
Nunca podrán callar,

Paisano de la Wehrmacht,
Yo te rindo mi tributo,
Yo que como tú,
Me he criado en Bollullos.