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sábado, 16 de enero de 2010

DEL “Glória in excélsis”

En la Misa Tradicional, que es la verdadera RENOVACIÓN INCRUENTA DEL SANTO SACRIFICIO DEL CALVARIO, se recita el Glória in Excélsis (o Doxología Mayor, en contraposición al Glória Patri, o Doxología Menor). Este himno de origen oriental y sumamente antiguo (aproximadamente del siglo II o III, aunque los dos primeros versos provienen de San Lucas II, 14 -el anuncio de los Ángeles a los pastores-), fue introducido en Occidente por San Hilario de Poitiers, quien lo aprendió durante su exilio.

El Liber Pontificális (biografía de los Papas desde San Pedro hasta Pío II) señala que el primer papa que introduce este himno en la Liturgia fue el papa San Telesforo (128–139?) -quien la incluye en el Ordinario de la fiesta de Navidad- y, luego, San Símaco (498–514) -que lo generalizó para todas las celebraciones dominicales, aunque sólo para los obispos (apenas a fines del siglo XI los sacerdotes podrán decirlo también. Hasta entonces, sólo podían hacerlo en Pascua y el día de su ordenación)-. En la Edad Media, llegó a ser tan popular que en varios usos diocesanos (por ejemplo Sarum y Nidaros -hasta la Reforma-, Tournai, Lyon -hasta 1737-, Colonia, Roma -por lo menos hasta 1543- y Braga -¡hasta la revisión de 1924!-) se añadían unos versos llamados tropos en las Misas de Santa María (tal costumbre fue abolida por San Pío V en la codificación del Misal Romano en 1570, pero Fray Antonio del Castillo OFM en su libro El devoto peregrino: Viaje de Tierra Santa, Imprenta Real, Madrid 1656, págs. 482-483 presenta el Glória in excélsis tropado como parte de una práctica devota observada en Belén, en el sitio de la aparición angélica a los pastores):
  • (después de “Dómine Fili unigénite, Jesu Christe”): “Spíritus et alme orphanórum Paráclite” [Espíritu Paráclito, y apoyo de los huérfanos].
  • (después de “Fílius Patris”): “primogénitus Maríæ vírginis matris” [primogénito de María, Virgen y Madre].
  • (después de “Súscipe deprecatiónem nostram”): “ad Maríæ glóriam” [para gloria de María].
  • (al final): “Quóniam tu solus sanctus, Maríam sanctificans, Tu solus Dóminus, Maríam gubérnans. Tu solus altíssimus, Maríam coronans, Jesu Christe...” [Porque tú, Jesucristo, eres el solo Santo que santificas a María; el solo Señor que gobiernas a María; el solo Altísimo que coronas a María,...].

Las rúbricas en el Rito Romano tradicional prescriben que el Glória in excélsis (himno que es un anticipo de la unión entre los Ángeles y los Bienaventurados en cantar las alabanzas divinas en la Gloria) se reza en los días cuyo Oficio prescriba el “Te Deum” en las Maitines (Domingos fuera de los tiempos de Adviento, Septuagésima, Cuaresma y Pasión; ferias del tiempo de Navidad y de Pascua; fiestas de grandes Santos o de Misterios o eventos en la vida de Jesús o María), el Jueves y Sábado Santos, en las Misas votivas pro re gravi que no sean de ornamento morado, en las Misas votivas a los Santos Ángeles y en las Misas de Santa María en Sábado (diciéndose al final de la Misa “Ite, Missa est. Deo grátias”); y se omite en las Misas Feriales, Votivas de ornamento morado, las cuatro Témporas, Misas de Réquiem y en Misas de Cuaresma y Adviento, mas si el Celebrante es Obispo siempre se reza, aún en secreto.


LATÍN
Glória (el Sacerdote abre las manos y las extiende una frente a la otra) in excélsis (eleva las manos extendidas hasta los hombros) Deo (junta las manos frente al pecho e inclina un poco la cabeza ante el Crucifijo). Et in terra pax homínibus bonæ voluntátis. Laudámus te. Benedícimus te. Adorámus te (inclinar la cabeza). Glorificámus te. Grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam. Dómine Deus, Rex cœléstis, Deus Pater omnípotens. Dómine Fili unigénite, Jesu Christe (inclinar la cabeza). Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris. Qui tollis peccáta mundi, miserére nobis. Qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem (inclinar la cabeza) nostram. Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis. Quóniam tu solus Sanctus. Tu solus Dóminus. Tu solus Altíssimus, Jesu Christe. Cum Sancto Spíritu in glória Dei Patris. Amen.
  
TRADUCCIÓN (Dom Gaspar Lefebvre OSB, Misal Diario y Vesperal -edición de 1956-)
Gloria en los altos cielos a Dios, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Te alabamos, te bendecimos, te adoramos (inclinar la cabeza), te glorificamos, te damos gracias por tu inmensa gloria, Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo unigénito, Jesucristo (inclinar la cabeza), Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, Tú que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas los pecados del mundo, acepta nuestra suplica (inclinar la cabeza). Tú que te sientas a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque Tú eres el único santo, Tú el único señor, Tú el único altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. ¡Amén!

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)