Artículo de Ariel Peña González para LA OTRA CARA.
Jesús
 en el Evangelio de San Juan 8:44, se refiere a Satanás  como el padre 
de la mentira, diciendo: “Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es
 mentiroso, y padre de mentira”. Por eso sin hacer mucho esfuerzo se 
puede concluir que en los últimos dos siglos,  por su forma falaz y 
matrera como ha engañado a diferentes pueblos e instituciones,  a  la 
estafa comunista del marxismo-leninismo se le tiene que dar un carácter 
diabólico, así como lo señaló el Papa Pío XI en 1937 con la Encíclica Divíni Redemptoris.
Ya
 que es un ultraje a los principios cristianos el hecho de que la secta 
comunista totalitaria, se haya mimetizado  en la Iglesia Católica, para 
promover la Teología de la Liberación, que es una patraña mas del 
marxismo, y así como usa diferentes disfraces para engañar, se inventa  
artificios para embaucar a personas despistadas, buscando confundir la 
Doctrina Social de la Iglesia con  la perversa Teología de la 
Liberación.
Según
 el ex-espía de la Unión Soviética Ion Mihai Pacepa, en entrevista con  
Aciprensa el 5 de mayo de 2015, afirmó que la KGB, agencia de 
inteligencia de URSS, fue quien creó la Teología de la Liberación en 
1960, para influenciar en los países latinoamericanos siguiendo la hoja 
de ruta del  Kremlin de acuerdo a la guerra fría, subrayando que para 
los marxistas leninistas la religión es otra forma de lucha, y Nikita 
Khruschev gobernante ruso de  ese entonces,  quería que su país 
extendiera los  tentáculos en Latinoamérica, para ello contó no se sabe 
si por ignorancia o mala fe con algunos  jerarcas de la Iglesia en  
países de la región.
La
  KGB buscó influenciar  en el Consejo  Mundial de Iglesias con sede en 
Ginebra (Suiza) y fundó la Conferencia Cristiana por La Paz con sede en 
Praga, todo ello orquestado  por el partido comunista soviético teniendo
 como lacayo en Latinoamérica a Fidel Castro. De acuerdo al ex–espía 
quien desertó en los años setenta, en Medellín durante la Conferencia 
General del Episcopado latinoamericano realizada en 1968, algunos 
prelados fueron cooptados para los propósitos marxistas leninistas, 
buscando la toma del poder político en diferentes países por parte del 
comunismo, especialmente con grupos guerrilleros  como las Farc y el Eln
 en Colombia.
Es
 imposible que la Teología de la Liberación agenciada por el comunismo 
totalitario, tenga algo que ver con la Doctrina Social de la Iglesia que
 es libertaria y que busca el bienestar de las comunidades fundamentada 
en la caridad cristiana, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia 
primitiva, que en  el libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra: “y
 ninguno decía  ser suyo propio nada de lo  que poseía, sino que tenían 
todas las cosas en común”, esa excepcional labor la realizaron los 
primeros cristianos hace 2000 años sin pretender alcanzar poder 
político.
La
 Teología de la Liberación  se encuentra en la asimetría de la Doctrina 
Social de la Iglesia, porque hay que tener en cuenta que la encíclica  Rerum  Novarum
 promulgada por el  papa León XIII el 15 de mayo de 1891, es una 
respuesta a la descristianización de los sectores proletarios impulsado 
por el marxismo, cuyo fundador planteó  que la religión era el opio del 
pueblo, afirmación rechazada por el dirigente anarquista Mijaíl Bakunin,
 contradictor de Marx  en la Primera Internacional de los trabajadores, 
quien defendía su cristianismo Católico, por no tener elementos 
científicos para volverse ateo; así que una cosa es buscar la 
construcción del Reino de Dios y su justicia  en la tierra, como 
antítesis de la opresión y el despotismo y otra revolver al cristianismo
 que es libertario con el comunismo totalitario.
En
 Latinoamérica se distinguen por su militancia en la Teología de la  
Liberación desde que fue creada por URSS a través de la KGB, los obispos
  Sergio Méndez Arceo de México y Hélder Cámara de Brasil, a ellos los  
acompañaron los sacerdotes Camilo Torres de Colombia, Leonardo  Boff y 
Frei Betto de Brasil, Miguel de Escoto y Ernesto Cardenal de Nicaragua 
junto a Gustavo Gutiérrez del Perú, entre otros, curiosamente todos 
ellos   admiradores  del sátrapa de Fidel Castro (1926-2016), el mayor 
asesino en la historia latinoamericana, lo cual significa que ni el amor
 cristiano ni la misericordia puede acompañar a quienes exaltan a un 
genocida de esa calaña, como lo fue el difunto dictador cubano.
Cuando
 se habla de la sensibilidad social por parte de los seguidores de la 
Teología de la Liberación, no se puede ignorar las enseñanzas bíblicas 
de los evangelios, especialmente en San Juan Capitulo 12, en donde narra
 que Jesús estando en Betania en casa de  Lázaro, a quien el Maestro 
había resucitado; María la  hermana de Lázaro tomó una libra de perfume 
de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó 
con sus cabellos, pero Judas Iscariote, el que lo traicionó, exclamó: 
“¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a
 los pobres?”. Sin embargo el evangelista  aclara, que no era que 
cuidara de los pobres, sino que por ser ladrón y teniendo la bolsa 
sustraía de lo echaran en ella; esa narración se asemeja a la hipocresía
 de los marxistas  que dicen luchar por la emancipación de los pobres, 
pero lo que en realidad han hecho es utilizarlos para conquistar el 
poder político en algunas naciones y eternizarse en la burocracia 
estatal, aumentando las desgracias y sufrimientos de los pueblos.
En
 1972 la Compañía de Jesús creó en Colombia el CINEP (centro de 
investigaciones y educación popular) con  tendencia a la denominada 
izquierda,  lo que  podría suponer que  dicha comunidad estaba buscando 
congraciarse con el marxismo, que con la perorata del materialismo 
histórico y la inevitabilidad ha logrado asustar a muchos sectores, pues
  esos esoterismos afirman que inexorablemente la humanidad pasará de 
capitalismo al socialismo, como pasó del feudalismo al capitalismo, sin 
que cuente para nada la voluntad del hombre y  por arte de magia, de ahí
 que Eduardo Bernstein, líder de los trabajadores en la Segunda 
Internacional en el siglo XlX se mofaba de los comunistas, por sus 
posturas supersticiosas, como si la historia fuera una repetición 
mecánica. Es insólito que los Jesuitas hayan creado dicho organismo 
influenciados por  la Teología de la Liberación.
La
 Doctrina Social de la Iglesia no tiene que ver con la Teología de la 
Liberación, y  a pesar de la manipulación marxista, el cristianismo 
Católico después de 2000 años sigue su peregrinación oteando el signo de
 los tiempos, para no caer en la trampa del enemigo y con la esperanza 
que da  el Señor Jesús cuando afirma: “Y he aquí yo estoy con vosotros 
todos los días, hasta el fin del mundo”.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)