Tres generaciones de republiquetos anti-españoles: Manuel Iglesias 
Ramírez (Asesino, colaborador de la República atea y trepador), Javier 
Iglesias Peláez (Terrorista), y Pablo Iglesias Turrión 
(Chavez-madurista)
Historias tomadas de LA GACETA DE LOS NEGOCIOS (España)
EL ABUELO DE IGLESIAS FUE JUZGADO POR HACER SACAS
Su condena a muerte, conmutada por 30 años de cárcel de los que solo 
cumplió 5, incluye declaraciones de testigos que le sitúan en el paseo 
al Marqués de San Fernando y su cuñado.
Por Juan Pflüger 
En su último libro Disputar la Democracia, publicado en octubre 
pasado, Pablo Iglesias habla de su abuelo, Manuel Iglesias Ramírez, al 
que define como un “demócrata español, socialista y creyente” y del que 
dice que fue condenado a muerte, pena que fue conmutada a 30 años de los
 que solamente cumplió cinco. La causa de esta condena, según el líder 
de Podemos, fue haber presidido un tribunal militar de la República.
Gaceta.es ha tenido acceso a la documentación del proceso penal del 
abuelo de Pablo Iglesias, que desmiente estas afirmaciones y otras 
similares vertidas en el libro La represión franquista en Villafranca de los Barros (1936-1945), escrita al amparo de la Ley de Memoria Histórica por Francisco Espinosa.
En ella se asegura que fue un represaliado más y contiene un currículum 
vitae de Manuel Iglesias realizado por él mismo, en el que también se 
ahonda en las mismas falsedades, usadas para justificar la actuación de 
los republicanos durante la Guerra Civil española.
Sacas, represión y fusilamientos
Por mucho que diga Pablo Iglesias que su abuelo fue un demócrata
 y que el propio Manuel Iglesias escribiera que “yo jamás, 
conscientemente, he causado mal a ninguna persona, pensare como 
pensare”, las pruebas que contiene el 
proceso judicial son claras. Su condena por participar en una “rebelión 
militar”, no se basa exclusivamente en su pertenencia al tribunal 
anteriormente citado, en el que ingresó en agosto de 1937, sino 
precisamente por sus andanzas antes de esa fecha.
Como recoge la declaración de María 
Ceballos Zúñiga y Solís, Marquesa viuda de San Fernando, natural de la 
localidad de Villafranca de los Barros (Badajoz) igual que Manuel 
Iglesias, el abuelo de Pablo Iglesias estaba en la partida de milicianos
 que el 7 de noviembre de 1936 detuvo a su marido, Joaquín Dorado y 
Rodríguez de Campomanes, Marqués de San Fernando, y a su hermano, Pedro 
Ceballos. Ambos fueron entregados a la checa de milicias situada en la 
calle Serrano 43 y fusilados en la Pradera de San Isidro.
Las “sacas de presos” eran una práctica del bando republicano en la cual
 hacían salir a los presos de las cárceles a fin de fusilarlos.
Junto al abuelo de Pablo Iglesias estaban, según refieren varias de las 
declaraciones de implicados y testigos, Ángel Medel Larrea, Manuel 
Carreiro “el Chaparro”, Jesús Yuste “el Cojo de los Molletes”, Antonio 
Delgado “el Hornachego” y otros dos milicianos de los que solamente se 
conoce el apodo “el Vinagre” y “el Ojo de Perdiz”.
Al día siguiente de la detención fueron
 varios los empleados y vecinos de la casa de la calle del Prado número 
20 los que fueron a pedir explicaciones a Manuel Iglesias, al que conocían los marqueses por ser de la misma localidad. Los testigos son claros en su declaración y explican que el abuelo del líder de Podemos les dijo que no le molestaran más, que lo “habían fusilado en la Pradera del Santo”.
Armas, represión e incendios
Entre las declaraciones de su actividad en Villafranca de los Barros, 
donde estuvo desde mediados de julio de 1936 hasta la toma del pueblo 
por la columna del ejército de Franco el 9 de agosto del mismo año, fue
 delegado gubernativo, entregó 80 fusiles, como el mismo reconoce en su 
escrito, a las milicias locales, y participa en la detención de los 
agentes de la Guardia Civil que se habían hecho fuertes en el cuartel. 
Varios de ellos serían fusilados después.
El abuelo de Pablo Iglesias también asegura que no se mató a nadie 
durante el dominio republicano del pueblo, en el que el actuó de 
delegado gubernativo. Sin embargo, bajo
 su mandato se prendió fuego a una de las iglesias locales usada como 
cárcel de derechistas y católicos, de los que murieron varios y muchos 
resultaron gravemente heridos.
Una carrera en el franquismo
También es falsa la afirmación que 
realiza Pablo Iglesias en su libro en la que señala que su abuelo, tras 
salir de la cárcel, sufrió “la atenta mirada de la dictadura” durante muchos años. El
 mismo abuelo lo desmiente al explicar que, nada más salir de prisión, 
fue colocado en el Ministerio de Trabajo, en la división de Seguro 
Obligatorio de Enfermedad, donde desarrolló una carrera profesional que 
le permitió dar estudios universitarios a los seis hijos que tuvo.
Todo apunta a que no fue una víctima de la represión continuada del 
franquismo. Ni por la conmutación de su pena de muerte por la condena a 
30 años, firmada por el mismo Franco, ni su excarcelación, cinco años 
después de su condena, que se debió a un sobreseimiento provisional de 
su causa ante la imposibilidad de continuar con la instrucción y por 
chocar con el “espíritu de las últimas disposiciones dadas” en el marco 
de la Justicia Militar.
    
PABLO IGLESIAS ES UN HIJO DEL FRAP
Javier Iglesias y su hijo Pablo se sienten orgullosos de la 
militancia del primero en la organización terrorista FRAP, fundada por 
la rama marxista leninista del PCE en 1973. El FRAP asesinó policías y 
guardias civiles.
Por Eduardo García Serrano   
Como dice el viejo refrán castellano "de casta le viene al galgo"... para lo bueno y para lo malo. Pablo
 Iglesias es un hijo legítimo del FRAP, aquella excrecencia criminal del
 PCE fundada en 1973 por su rama marxista leninista para asesinar 
policías y guardias civiles, maquillando los crímenes con la épica de la lucha armada contra la "Dictadura Fascista" de Franco. En
 el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriótico) militó el padre
 de Pablo Iglesias, Javier Iglesias. Nunca lo ha ocultado, su hijo 
tampoco. Padre e hijo se enorgullecen de esa militancia en una 
organización terrorista que en el año de su fundación llevó a Javier 
Iglesias a la cárcel.
El padre del líder de Podemos es un alto funcionario del Estado, 
Inspector de Trabajo y Seguridad Social y Delegado del Ministerio de 
Trabajo en varias provincias. Ejerció en Soria, Guipúzcoa, Zamora y 
Almería antes de recalar en Madrid. Ha sido, además, profesor de 
Historia Contemporánea e Historia de Relaciones Laborales en la Escuela 
de Relaciones Laborales de Zamora, dependiente de la Universidad de 
Salamanca. La madre de Pablo Iglesias, Luisa Turrión, es abogada de las 
Comisiones Obreras. Buena profesional y mejor persona, son muchos los 
abogados laboralistas que la recuerdan atendiendo sus obligaciones 
profesionales en los Juzgados de lo Social acompañada de un niño 
pequeño. Era su hijo, Pablo Iglesias Turrión.
En el año de la fundación del FRAP, 
1973, Javier Iglesias es detenido por su militancia en esta organización
 terrorista, de breve pero sangriento historial criminal. El 
mismo Javier Iglesias cuenta en su blog cómo estando en la cárcel le van
 a visitar, en el locutorio de abogados, Enrique Tierno Galván, Gregorio
 Peces Barba y José Bono, al que Javier Iglesias define como "un oscuro 
pasante del despacho de Tierno". Ese oscuro pasante es el mismo que hoy 
anda conspirando con su hijo Pablo y con Zapatero para segarle la hierba
 bajo los pies a Pedro Sánchez.
    
Tampoco Pablo Iglesias ha negado nunca 
la militancia de su padre en la organización terrorista FRAP. Es más, se
 ha ufanado de ella y, en el artículo que escribió, mitad necrológica 
mitad evocación personal, a la muerte de Santiago Carrillo, Pablo 
Iglesias utiliza la militancia en el FRAP de su padre para contrastar y 
enfatizar su admiración por el asesino de Paracuellos del Jarama,
 diciendo textualmente: "Créanme si les digo que siendo hijo de un 
militante del FRAP (....) tiene su mérito admirar a Carrillo". La razón 
del énfasis de contraste que hace Pablo Iglesias entre ser hijo de un 
militante del FRAP y admirar a Carrillo, reside en que el FRAP se funda 
contra la política de reconciliación del PCE con el posfranquismo. En
 1973 el FRAP, en el que militó el padre de Pablo Iglesias, comenzó a 
asesinar matando en Madrid a un subinspector de la Brigada Político 
Social, posteriormente el FRAP asesinó a dos agentes de la Policía 
Armada y a un teniente de la Guardia Civil. De ese origen y de ese 
padrinazgo se siente muy orgulloso Pablo Iglesias. Eso es lo malo y eso 
es lo peligroso. No ha aprendido nada, aunque cree saberlo todo.     


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