Novena
dispuesta por Luis Abadiano y Valdés, y publicada en Ciudad de México
por la imprenta del mismo autor en 1830. Los Gozos, de origen
valenciano, son tradicionales, sin autor ni fecha conocidos. Mons. José
María de Jesús de Belaunzarán y Ureña OFM. Ref., Obispo de Linares
(actual Monterrey), concedió 200 días de Indulgencia por cada palabra de
la Novena.
NOVENA
DEL GLORIOSÍSIMO SAN LUIS BELTRÁN, HONOR DEL ORDEN DE PREDICADORES,
SINGULAR PROTECTOR DE SUS DEVOTOS, Y ESPECIAL ABOGADO CONTRA EL CÓLERA
MORBO.
Puesto de rodillas delante de una imagen del Santo, y hecha la señal de la Cruz, se dirá el siguiente Acto de Contrición.
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos
Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús,
mi amabilísimo Jesús: tú nos enseñaste a pedir que se hiciese tu
voluntad así en la tierra como en el cielo; y lo primero en que yo
pienso es en hacer la mía contra la tuya: ¡qué atrevimiento, qué locura!
Por eso tu cólera se derrama sobre nosotros; y la muerte, más horrorosa
que nunca, se presenta a nuestros ojos de un modo formidable.
Compadécete, Señor, de los redimidos con tu Sangre: oye benigno las fervientes súplicas de tu fiel siervo Luis, nuestro abogado. Por lo que a mí toca, ofrezco la enmienda y no volverte a ofender en adelante: arreglar a tu ley santa mi conducta; y, mientras tenga tiempo, obrar el bien de manera que me haga digno del perdón y, por tu misericordia infinita, de tu gloria. Amén.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA PARA TODOS LOS DÍAS
Cuando yo considero, tiernísima María, que por solo un pecado debía estar ardiendo en los infiernos, y que me has extendido tu poderoso brazo para librarme de caída tan espantosa, no sé cómo agradecerte tan inconcebible beneficio. Yo convido a todas las criaturas para que te den las gracias a mi nombre, suplicándote únicamente, por tu Corazón sensibilísimo, que condolida de mi mucha flaqueza, me alcances la gracia en las tentaciones, tu auxilio en los peligros, conformidad en los trabajos, resignación en las enfermedades, paciencia inalterable con el prójimo, y el continuo ejercicio de todas las virtudes, para tener la dicha de repetir las mismas gracias que ahora te doy en las eternas mansiones de la gloria.
Rezar una Salve a Nuestra Señora.
DÍA PRIMERO – 30 DE SEPTIEMBRE
ORACIÓN
DÍA SEGUNDO – 1 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Oh Dios misericordiosísimo, que en el plantel de tu Iglesia colocaste a tu fiel siervo Luis, para que cultivase, aún no cumplidos veinte y cinco años, las hermosísimas flores de su orden en el convento de Valencia, supliendo sus virtudes la falta de los años; haz, que por sus méritos y súplicas, que sirviéndote sus devotos con el mismo empeño que él lo hacía, y trabajando incesantemente en el negocio de la salvación, alcancemos vernos libres de la presente angustia, y gozar con él a tus plantas de la alegría sempiterna. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Mi Dios, hasta tus oídos Suba de Luis el ruego, Cual penetra en las nubes El olor matutino del incienso.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
Siete años empleaste en tan laboriosas tareas, ¿y no ocuparás un solo momento en pedir ahora por nosotros? Triunfante y glorioso, no has de olvidarte de los que te aman. Los ves cercados de miserias, perseguidos de la cólera del Eterno, y expuestos finalmente a condenarse: ruega, pues, intercede por nosotros, y haz que libres de las cadenas de la culpa, vayamos todos a gozar la vista sorprendente de todo un Dios en las mansiones alegres de la gloria. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Giro mis tristes ojos De vez en cuando al cielo, Y, Dios mío, ¡qué contraste!, En la vida del justo y la mía encuentro. DÍA CUARTO – 3 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Te pones, ¡oh Luis prodigiosísimo!, a los pies de San Vicente para entregarle en Valencia tu Priorato; y yo dejo a tus plantas mi fortuna, y la suerte de mis parientes y amigos. Deseo que los lances de mi vida corran precisamente por tu cuenta. Lo que a mí me interesa es evitar la culpa por no ofender a Dios, pero a ti, Santo mío, te toca alcanzarme las virtudes que me faltan. Tu humildad te estrechaba a comportarte, como lo verificaste en aquel lance; mi impotencia me obliga a valerme de ti para todo lo que me es necesario. En aquella ocasión mereciste que tu Santo hermano y compañero en su estatua se inclinase para darte un estrechísimo abrazo y levantarte del suelo; y yo solo te pido que vuelvas tus compasivos ojos a tu mísero cliente, que confiado espera tu protección en la vida, tu asistencia en la muerte, y reinar contigo en los alcázares de la gloria. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Si una estatua se mueve Al percibir tu ruego, Cuando por mí intercedas, ¿Cómo no ha de escucharte un Dios tan bueno?
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 4 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Compadécete, Señor, de los redimidos con tu Sangre: oye benigno las fervientes súplicas de tu fiel siervo Luis, nuestro abogado. Por lo que a mí toca, ofrezco la enmienda y no volverte a ofender en adelante: arreglar a tu ley santa mi conducta; y, mientras tenga tiempo, obrar el bien de manera que me haga digno del perdón y, por tu misericordia infinita, de tu gloria. Amén.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA PARA TODOS LOS DÍAS
Cuando yo considero, tiernísima María, que por solo un pecado debía estar ardiendo en los infiernos, y que me has extendido tu poderoso brazo para librarme de caída tan espantosa, no sé cómo agradecerte tan inconcebible beneficio. Yo convido a todas las criaturas para que te den las gracias a mi nombre, suplicándote únicamente, por tu Corazón sensibilísimo, que condolida de mi mucha flaqueza, me alcances la gracia en las tentaciones, tu auxilio en los peligros, conformidad en los trabajos, resignación en las enfermedades, paciencia inalterable con el prójimo, y el continuo ejercicio de todas las virtudes, para tener la dicha de repetir las mismas gracias que ahora te doy en las eternas mansiones de la gloria.
Rezar una Salve a Nuestra Señora.
DÍA PRIMERO – 30 DE SEPTIEMBRE
ORACIÓN
Incomparable
Luis, que dejada la casa paterna, y olvidado de todos tus parientes y
amigos, huyes secretamente para ir en pos de las mortificaciones y la
cruz; debiendo a la oración ser recibido en la orden de Santo Domingo:
alcanza a tus devotos que, dejados los placeres mentidos de este mundo,
fijemos nuestros ojos en los eternos bienes del Paraíso; y que siguiendo
como tú las ensangrentadas huellas del Crucificado, evitemos su cólera e
indignación, tan justamente merecidas. Ea, misericordioso Luis,
sálvanos, que perecemos; alcánzanos la gracia, y después la gloria.
Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Luis, despreciando al mundo, Y todo lo terreno, Con sus obras y empresas Conquistó las riquezas de los cielos.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Luis, despreciando al mundo, Y todo lo terreno, Con sus obras y empresas Conquistó las riquezas de los cielos.
GOZOS AL GLORIOSO PADRE SAN LUIS BELTRÁN
El mundo por vos dichoso,
Os llama por excelencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
Cuando en la infancia lloráis
Se mitigan vuestros llantos,
Mirando imágenes de Santos,
A quienes después imitáis:
Que os da quietud y reposo
Ver su aspecto y su presencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
Como caudillo de Dios
Hacéis al demonio guerra,
Durmiendo en la dura tierra,
Ya cielo hermoso por vos:
Y así sois más valeroso
Armado de penitencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
Vicente al cielo sagrado
Como Elías ha subido,
Vos que Eliseo habéis sido,
Su manto habéis elevado:
Y su don maravilloso
Adquirís con esta herencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
A las Indias de Colón,
Tan ricas de plata y oro,
Pasáis el rico tesoro
De vuestra predicación:
Y el martirio riguroso
Buscáis con gran vehemencia.
Buscáis con gran vehemencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
Con la gran fe que gobierna
Vuestro pecho de amor lleno,
Bebéis por Dios un veneno,
Que os da vida y gloria eterna,
Siendo con vos provechoso
El rigor de su inclemencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
Vencida ya una mujer,
Que venceros determina,
Magdalena y Catalina
Del Cielo os bajan a ver:
Con el laurel victorioso
De vuestra gran resistencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
Llegado el tiempo, en el cual
Sube al Cielo el alma vuestra,
Por todo el aire se muestra
Un resplandor celestial:
Con que os hace más famoso
La divina Providencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
Pues tiene el pecho amoroso
De Dios tan grande clemencia,
Por vuestra patria Valencia
Rogad, Santo milagroso:
Sed clemente, sed piadoso
En cualquier mal y dolencia.
Beltrán Santo y milagroso,
Honra y lustre de Valencia.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Luis Beltrán.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh
Dios, que por la mortificación corporal y la predicación evangélica
elevaste a la gloria de los Santos a al bienaventurado Luis tu confesor:
concédenos que lo que profesamos con la fe, lo confirmemos siempre con
las obras. Así te lo pedimos por los méritos y en nombre de nuestro
Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Oh Dios misericordiosísimo, que en el plantel de tu Iglesia colocaste a tu fiel siervo Luis, para que cultivase, aún no cumplidos veinte y cinco años, las hermosísimas flores de su orden en el convento de Valencia, supliendo sus virtudes la falta de los años; haz, que por sus méritos y súplicas, que sirviéndote sus devotos con el mismo empeño que él lo hacía, y trabajando incesantemente en el negocio de la salvación, alcancemos vernos libres de la presente angustia, y gozar con él a tus plantas de la alegría sempiterna. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Mi Dios, hasta tus oídos Suba de Luis el ruego, Cual penetra en las nubes El olor matutino del incienso.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 2 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Un
hombre como tú, mi Luis incomparable, no puede ciertamente contener su
ardiente celo: de él estimado saliste de tu casa, abandonas después tu
celda; y en busca de la cruz por mar y tierra, te embarcas felizmente
para las Indias.
Mil quinientos bautizaste primero, y en seguida lo mismo hiciste con más de quince mil en Santa Marta. Predicabas en castellano, y todos en su peculiar idioma te entendían: te daban veneno, y tú no recibías daño: los mismos demonios confesaban tu poder.
Mil quinientos bautizaste primero, y en seguida lo mismo hiciste con más de quince mil en Santa Marta. Predicabas en castellano, y todos en su peculiar idioma te entendían: te daban veneno, y tú no recibías daño: los mismos demonios confesaban tu poder.
Siete años empleaste en tan laboriosas tareas, ¿y no ocuparás un solo momento en pedir ahora por nosotros? Triunfante y glorioso, no has de olvidarte de los que te aman. Los ves cercados de miserias, perseguidos de la cólera del Eterno, y expuestos finalmente a condenarse: ruega, pues, intercede por nosotros, y haz que libres de las cadenas de la culpa, vayamos todos a gozar la vista sorprendente de todo un Dios en las mansiones alegres de la gloria. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Giro mis tristes ojos De vez en cuando al cielo, Y, Dios mío, ¡qué contraste!, En la vida del justo y la mía encuentro.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Te pones, ¡oh Luis prodigiosísimo!, a los pies de San Vicente para entregarle en Valencia tu Priorato; y yo dejo a tus plantas mi fortuna, y la suerte de mis parientes y amigos. Deseo que los lances de mi vida corran precisamente por tu cuenta. Lo que a mí me interesa es evitar la culpa por no ofender a Dios, pero a ti, Santo mío, te toca alcanzarme las virtudes que me faltan. Tu humildad te estrechaba a comportarte, como lo verificaste en aquel lance; mi impotencia me obliga a valerme de ti para todo lo que me es necesario. En aquella ocasión mereciste que tu Santo hermano y compañero en su estatua se inclinase para darte un estrechísimo abrazo y levantarte del suelo; y yo solo te pido que vuelvas tus compasivos ojos a tu mísero cliente, que confiado espera tu protección en la vida, tu asistencia en la muerte, y reinar contigo en los alcázares de la gloria. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Si una estatua se mueve Al percibir tu ruego, Cuando por mí intercedas, ¿Cómo no ha de escucharte un Dios tan bueno?
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 4 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
«No
sería siervo de Jesucristo, dijo San Pablo, si agradara a los hombres»…
Esta fue tu máxima favorita, ¡oh columbino Luis, y ojalá yo te imitara!
Tú por agradar a Dios sufrías toda clase de injurias, y aun premiabas a
los que te las inferían; y yo dominado de mi pasión me irrito contra
los que me ofenden. Tú salvaste con tu preocupación y ejemplo a
innumerables extraviados; y yo con mi mala vida escandalizo y extravío a
no pocos inocentes… ¡Oh Luis, oh María, oh Dios mío!, no permitáis que
yo muera antes que se perdonen mis ignorancias. Vana es la penitencia en
el infierno, ni ya hay tiempo, Dios mío, para la enmienda: concédeme,
pues, ahora los momentos precisos para deseonojarte: espérame y te
pagaré cuanto te debo. Hazlo como te suplico, por los méritos de tu fiel
siervo Luis, por los de tu Hija, Esposa y Madre, y por la Sangre
preciosísima de Jesucristo, que nos mereció la gracia, y nos compró la
gloria. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Enseña a tus devotos, Luis bienaventurado, Tu virtud y tu celo, Y las sendas seguras del Paraíso.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Enseña a tus devotos, Luis bienaventurado, Tu virtud y tu celo, Y las sendas seguras del Paraíso.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SEXTO – 5 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Tu
fe, Luis, tu esperanza, tu caridad sin límites te llevan
irresistiblemente a desear el martirio. Atacas al vicio en sus
atrincheramientos, lo persigues, lo alcanzas en su veloz carrera, lo
destruyes; y el premio que te da el mundo es un veneno, pero tú a los
cinco días lo arrojas por la boca en forma de serpiente. Este hecho
prueba que dispones a tu placer de la naturaleza. Se agita el mar, y lo
aplacas. Careces de recursos, y encuentras el dinero sin que se sepa
cómo. Huyes de los hombres, y te familiarizas con los Santos que
descienden del Cielo para consolarte. ¡Feliz el que como tú se arroja en
los brazos de la Providencia, y que como tú guarda los preceptos
divinos!
Haz, Santo mío, que yo jamás los quebrante: líbrame de la horrible peste que amenaza, es justo castigo de mis culpas; y haz que alcance misericordia en la presente vida, para merecer los gozos de la eterna. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Quema, tala, destruye, Los vicios en mi pecho; Y siembra, Luis de mi alma, Las virtudes en él, como deseo.
Haz, Santo mío, que yo jamás los quebrante: líbrame de la horrible peste que amenaza, es justo castigo de mis culpas; y haz que alcance misericordia en la presente vida, para merecer los gozos de la eterna. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Quema, tala, destruye, Los vicios en mi pecho; Y siembra, Luis de mi alma, Las virtudes en él, como deseo.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
La
paz de tu corazón es mucho más suave, ¡oh Luis!, que el aura matutina y
que el apacible reflejo de la luna. Tú vives en tu Dios, te mueves y
existes en Él; hablas solo de la paz que disfrutas, que es la misma que
Jesucristo nos dejó por herencia y que el mundano desconoce; la cultivas
entre tus religiosos compañeros, la promueves en todos tus sermones, en
los más inminentes riesgos no la pierdes: ¡Tal es el espectáculo de la
arreglada conducta…! Oh patria, desgraciada patria: perdiste las prendas
relevantes con que brillabas: se ensoberbeció tu corazón por tu
hermosura, y por eso no aparece la antigua paz que gozaste. Procura con
el mayor empeño recobrarla. Alcánzanos, oh Luis, ventura tanta. Aplaca
el furor de los partidos, mira por la Iglesia; cuida de la seguridad de
sus Prelados, intercede por el clero, y defiéndenos a todos del
formidable cólera que con horrible aspecto nos amenaza. Regálanos la paz
en nuestro estado respectivo: la paz en la última agonía, y después de
esta vida miserable, la paz que disfrutan los fieles cortesanos del
Empíreo. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Todos la paz decantan Con ridículo empeño: Mas la que da este mundo En nada se parece a la del Cielo.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 7 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Allí está infaliblemente tu corazón donde tienes depositado tu tesoro, ¡oh dichosísimo Luis! Navegaste en este mundo para reunir en tu patria riquezas incontables: «Entra, pues, en el gozo de tu Señor».
Así se despidieron de su gran prelado, de su amable amigo, de su buen padre tus religiosos hermanos, cuando en la recomendación de la orden te deseaban: «Que desatado de las prisiones de la carne llegases al Paraíso…» Falleces, en efecto, al escuchar estas palabras: vuelas como la exhalación hacia tu amado, y cual pez en el agua te miras inundado por todas partes de su gloria.
Disfruta enhorabuena sus caricias, y resplandece en las alturas aún más que el sol y estrellas en el cielo, pero no te olvides de tus devotos, y haz que detestados nuestros errores, y disipado el justo temor de la peste que nos amaga, volvamos a la amistad del Señor ya corregidos.
Sí, Dios bueno, Padre santo y omnipotente: recibe, por las súplicas de Luis, entre tus brazos a un pueblo que humillado te invoca y que desea escapar en ellos de tu enojo, para que los que formidan tan justamente, se congratulan al verse perdonados. Te lo pedimos así por Jesucristo nuestro Maestro y Redentor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Con tiempo, de un convite Se avisa al compañero; De tu muerte, un año antes, Te da noticia por lo mismo el Cielo.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Todos la paz decantan Con ridículo empeño: Mas la que da este mundo En nada se parece a la del Cielo.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 7 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Allí está infaliblemente tu corazón donde tienes depositado tu tesoro, ¡oh dichosísimo Luis! Navegaste en este mundo para reunir en tu patria riquezas incontables: «Entra, pues, en el gozo de tu Señor».
Así se despidieron de su gran prelado, de su amable amigo, de su buen padre tus religiosos hermanos, cuando en la recomendación de la orden te deseaban: «Que desatado de las prisiones de la carne llegases al Paraíso…» Falleces, en efecto, al escuchar estas palabras: vuelas como la exhalación hacia tu amado, y cual pez en el agua te miras inundado por todas partes de su gloria.
Disfruta enhorabuena sus caricias, y resplandece en las alturas aún más que el sol y estrellas en el cielo, pero no te olvides de tus devotos, y haz que detestados nuestros errores, y disipado el justo temor de la peste que nos amaga, volvamos a la amistad del Señor ya corregidos.
Sí, Dios bueno, Padre santo y omnipotente: recibe, por las súplicas de Luis, entre tus brazos a un pueblo que humillado te invoca y que desea escapar en ellos de tu enojo, para que los que formidan tan justamente, se congratulan al verse perdonados. Te lo pedimos así por Jesucristo nuestro Maestro y Redentor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Con tiempo, de un convite Se avisa al compañero; De tu muerte, un año antes, Te da noticia por lo mismo el Cielo.
Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
DÍA NOVENO – 8 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Por la señal…
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
Acto de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Aunque
yo penetrara hasta el sublime espacio que afortunadamente ocupas, mi
Luis amorosísimo, me acaecería lo que a San Pablo, que ni pudo ni supo
explicar lo que había visto.
No obstante, el suave olor de tu cadáver, el sublime resplandor que lo circunda, y que sube más allá de la bóveda de tu celda: las músicas suavísimas que en distintas ocasiones y lugares se perciben, los repetidos estupendos milagros que ejecutas, la revelación es que de tu agigantado premio se hacen los apostólicos afanes en que incansable te ocupaste, y lo que es más, la munificencia de todo un Dios que de justicia te corona, dan a entender bastante tu inexplicable ventura.
Y, ¿qué, el Juez que te premia, solo para mí será inexorable? No, mil veces no. Él, por tu medio oirá los suspiros que desde lo más profundo del pecho le dirijo, mis lágrimas penetrarán hasta sus oídos: la Santísima Virgen le presentará a mi favor su poderoso ruego: la Sangre de Jesucristo inclinará en mi beneficio la balanza de los destinos: y finalmente, si reclama su justicia, triunfará su misericordia. Yo confiadamente lo espero, y se lo pido, para tener el placer de cantar sus bondades contigo por toda la eternidad. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Sí, según los servicios Así han de ser los premios, ¡Cuán grande, oh Luis, ser debe Tu lauro inmarcesible y sempiterno! Acercaos a sus aras Ricos, pobres, enfermos; Que es corto ciertamente Para su caridad el universo. Al Padre, con el Hijo, Y al sumo Paráclito, Loores denle por todo El Cielo y tierra, y aun el mismo infierno.
No obstante, el suave olor de tu cadáver, el sublime resplandor que lo circunda, y que sube más allá de la bóveda de tu celda: las músicas suavísimas que en distintas ocasiones y lugares se perciben, los repetidos estupendos milagros que ejecutas, la revelación es que de tu agigantado premio se hacen los apostólicos afanes en que incansable te ocupaste, y lo que es más, la munificencia de todo un Dios que de justicia te corona, dan a entender bastante tu inexplicable ventura.
Y, ¿qué, el Juez que te premia, solo para mí será inexorable? No, mil veces no. Él, por tu medio oirá los suspiros que desde lo más profundo del pecho le dirijo, mis lágrimas penetrarán hasta sus oídos: la Santísima Virgen le presentará a mi favor su poderoso ruego: la Sangre de Jesucristo inclinará en mi beneficio la balanza de los destinos: y finalmente, si reclama su justicia, triunfará su misericordia. Yo confiadamente lo espero, y se lo pido, para tener el placer de cantar sus bondades contigo por toda la eternidad. Amén.
Un Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria: Sí, según los servicios Así han de ser los premios, ¡Cuán grande, oh Luis, ser debe Tu lauro inmarcesible y sempiterno! Acercaos a sus aras Ricos, pobres, enfermos; Que es corto ciertamente Para su caridad el universo. Al Padre, con el Hijo, Y al sumo Paráclito, Loores denle por todo El Cielo y tierra, y aun el mismo infierno.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)