Noticias tomadas de distintas fuentes.
1.º ROMA: RECONSTRUYEN ESTATUA DE CONSTANTINO EL GRANDE.
Un proyecto logró reconstruir el Coloso de Constantino, una estatua del emperador Constantino I el Grande (reinó entre el 280 y el 337) cuyos fragmentos se exhiben en el Museo Capitolino de Roma.
El Coloso de Constantino fue una estatua sedente acrolítica hecha entre el 312 y el 315, situada en el ábside de la basílica de Majencio, a quien derrotó y dio muerte en la Batalla de Puente Milvio (3 de Octubre del 312). La cabeza y las extremidades fueron hechas en mármol (acrolítico significa extremidades de piedra), y el resto del cuerpo con un núcleo de madera y ladrillo recubierto de láminas de bronce dorado. En algún momento posterior al 325, la mano derecha fue sustituida en orden de remplazar el cetro con el lábaro. Eusebio de Cesarea, en su Historia Eclesiástica, libro IX, cap. IX, sección 11, presenta la siguiente inscripción
«Por este signo de salvación, que es el verdadero símbolo del bien, rescaté vuestra ciudad y la liberé del yugo del tirano, y por mi acto de liberación devolví al Senado y al pueblo de Roma su antiguo renombre y esplendor».
La estatua fue destruida en la convulsión de la Antigüedad tardía, y los restos (la cabeza, dos manos derechas, el codo derecho, las rodillas, la pantorrilla izquierdas, y los pies) fueron hallados en 1486, en tiempos del papa Inocencio VIII Cybo, y trasladados al cercano palacio de los Conservadores, donde Miguel Ángel tenía su taller. Por el tamaño de la cabeza, tallada en estilo hierático (a diferencia de los demás fragmentos, que son naturalistas), de 2,6 metros, la estatua pudo tener 12 metros de altura.
La reconstrucción fue realizada en 2022 con modelos en resina hechos a partir del escaneado de los fragmentos en 2006, en asocio de la Superintendencia Capitolina, la Fundación Prada de Milán y la Fundación Factum para la Tecnología Digital de Preservación, con un coste no revelado, y exhibida como parte de la exposición Recycling Beauty a cargo de Salvatore Settis, Anna Anguissola y Denise La Monica en la sede de la Fundacion Prada en Milán. Estará en exhibición en el jardín detrás del palacio Caffarelli en Campidoglio hasta el fin del Año Jubilar.
Flavio Valerio Constantino fue hijo del co-emperador romano Constancio Cloro y de Santa Elena. Al derrotar al ejército de Majencio en Puente Milvio, promulgó el Edicto de Milán reconociendo al cristianismo como una religión legal, y reunificó el imperio con una nueva capital, Constantinopla. Autorizó el Concilio de Nicea, donde se condenó la herejía arriana, se fijó el Cómputo pascual en el Domingo siguiente al equinoccio de primavera y se dispusieron varios cánones; y durante su tiempo se construyeron las Basílicas de San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán y el Santo Sepulcro de Jerusalén.
2.º JERUSALÉN: HALLAZGO DE PESAS BIZANTINAS SUGIERE PRESENCIA DE UNA IGLESIA CRISTIANA EN EL MONTE DEL TEMPLO.
El Proyecto de cribado del Monte del Templo encontró dos pesas bizantinas de monedas, informaron sus directores Gabriel Barkay y Zachi Devira, junto con el arqueólogo e investigador Haim Shaham en un artículo en la revista Israeli Numismatic Research de la Sociedad Numismática de Israel.
Ambas pesas eran de cuatro quilates (0,756 gramos), la sexta parte del sólido (4,536 gramos), usadas para medir las monedas de oro y las fracciones de estas en las transacciones comerciales.
Una de ellas, redonda y de vidrio púrpura, mide 17 milímetros de diámetro y 2 milímetros de grosor, tiene tallados en bajorrelieve un retrato imperial (nimbado) y otros dos bustos flanqueando el monograma cruciforme de Eutalio (Εὐθάλιος), un alto funcionario imperial que manufacturó la pesa en Constantinopla entre los años 550 y 650. La otra, cuadrada y de latón, mide 13 milímetros por cada lado y 1,6 milímetros de grosor, y tiene en relieve las letras griegas ΚΔ, indicando su peso (Κ de κερατίον/keration –quilates–; Δ representaba el número cuatro en el sistema jónico), se ubicaría entre los siglos V y VI.
El sólido (en latín sólidus, en griego νόμισμα/nomisma) fue acuñado como parte de las reformas económicas de Constantino el Grande en el año 309 con un peso de 24 quilates de oro sustituyendo el devaluado áureo (que correspondía a 25 denarios de plata), siendo ocho quilates la denominación más baja que se aceptaba. Sin embargo, por la inflación, se hizo necesario fraccionar las monedas en denominaciones más pequeñas, por lo que se emplearon pesas más pequeñas.
En tiempos de Justiniano I, las pesas oficiales debían guardarse en la iglesia más importante de cada ciudad (un ejemplo citado por Shaham es el de las pesas halladas en la catedral de Antioquía de Hipo/Sussita en la Decápolis –¿la ciudad a la que se refería Jesús en el Sermón de la Montaña cuando dijo «Una ciudad en lo alto de un monte no se puede esconder»?–), lo que hace sugerir que hubo una iglesia bizantina en el lugar donde estuvo el Templo de Jerusalén hasta antes de la invasión persa sasánida (614-630 d.C.) que tanto caos causó en la ciudad (lo que explicaría en parte por qué la historia islámica afirma que el Monte del Templo estaba desolado antes de la construcción de la Cúpula de la Roca).
El Proyecto de cribado del Monte del Templo se inició en 2004 después que, en el marco de un proyecto de construcción realizado en el sitio por el Waqf (la autoridad musulmana a cargo de las mezquitas de Jerusalén), el suelo removido sin estratificar fue arrojado en el valle de Cedrón, alrededor de la muralla de la Ciudad Vieja.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)