Por José Manuel Guerrero para DIARIO DE UN NÁUFRAGO
El jesuita Antonio Spadaro, que pasa por ser uno de los consejeros áulicos de Bergoglio, cuenta sobre el libro "Querido papa Francisco: el papa responde a las cartas de niños de todo el mundo", este insólito episodio:
"Recuerdo la pregunta de otro niño, que en su inocencia le pregunta: "¿Tú quieres a Jesús?". Una pregunta extraña para un Papa -comenta el jesuita-. Y el Papa responde: "No lo sé, pero sé que él me quiere mucho" (http://www.periodistadigital.com/religion/vida-religiosa/2016/05/09/padre-spadaro-todos-los-gestos-de-ternura-del-papa-no-son-solo-simbolicos-son-reales.shtml).
Una de las razones de más peso por las que vengo afirmando desde hace años que este sujeto, Jorge Mario Bergoglio, no es el Vicario de Cristo, aparte de las jurídicas, canónicas y también, cómo no, la de naturaleza herética que cubre al personaje, la sustento principalmente en este diálogo que mantiene Nuestro Señor Jesucristo con el apóstol Pedro:
"Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas".
Para ser Pedro en la Iglesia, hay que amar a Jesús, amarlo hasta dar la última gota de sangre. Para la Iglesia católica, el rojo cereza siempre ha simbolizado la sangre de los mártires que dieron la vida por Cristo. ¿Entienden ahora porqué Bergoglio lleva zapatos negros?
Para ser sucesor de Pedro en la Iglesia católica hay que querer a Jesús.
Y para apacentar las ovejas, hay que ser Pedro. Si no eres Pedro no
puedes apacentar las ovejas. Si ni siquiera sabes si quieres al Señor,
ni eres cristiano y mucho menos eres el Vicario de Cristo en la tierra.
Si no sabes si amas a Jesús, ¿cómo vas a saber que Él te quiere?
Bajo esa respuesta supuestamente improvisada al niño se esconde una
monstruosidad de dimensiones apocalípticas, además de una egolatría
enfermiza digna de estudio. Alguien que dice ser el Sumo Pontífice de la
Iglesia católica responde a un niño, para mayor escándalo, que
desconoce si realmente quiere a Jesús. ¿Que nos falta por ver?
Tal vez, ya que han cambiado el espíritu de los Evangelios, o al menos están en ello, finalmente cambien también la letra:
Tal vez, ya que han cambiado el espíritu de los Evangelios, o al menos están en ello, finalmente cambien también la letra:
- ¿Pedro, me quieres?
– No lo sé, Señor, no lo sé…
Obvio, alguien que no lo ama, ni se molesta en apacentar las ovejas.
ResponderEliminarEs justo la lectura del día de hoy, Pedro me amas, obviamente bergoyo no es Pedro.
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